Espa?a manda la m¨²sica a otra parte
La educaci¨®n musical, generador de int¨¦rpretes y p¨²blico formado, sigue consider¨¢ndose complementaria Las escuelas municipales, fundadas en 1992, sufren un recorte de hasta el 100%
La sinfon¨ªa musical de un pa¨ªs la componen principalmente la industria, el p¨²blico, la cr¨ªtica y, por supuesto, sus int¨¦rpretes. La cultura y la educaci¨®n en esa materia constituyen, en suma, el cuerpo de un fen¨®meno que en Espa?a funciona a fogonazos y rachas intermitentes de optimismo. M¨¢s all¨¢ del folclore genuinamente espa?ol, suele decirse que este pa¨ªs carece de una alta tradici¨®n musical en los dos extremos de la balanza: el pop y el mundo sinf¨®nico. Ya saben, en los sesenta eran las bandas municipales y Los Brincos, contra La Filarm¨®nica de Berl¨ªn (o cualquier orquesta centroeuropea) y los Beatles.
En los ¨²ltimos a?os, los esfuerzos en inversi¨®n y en trasladar el mensaje de la m¨²sica crecieron enormemente. Concretamente, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, desde que entre otras cosas se cre¨® una red de escuelas municipales de m¨²sica ampl¨ªsima y razonablemente eficaz. Como era de prever, los recortes que devastan la cultura en Espa?a amenazan tambi¨¦n con llev¨¢rselas por delante.
Estos centros, donde estudian unas 265.000 personas, nacieron en el a?o 1992 (cuando tanto brillaba la ahora mancillada marca Espa?a) junto a la LOGSE. La idea no solo era localizar a futuros talentos de la primera divisi¨®n musical, sino fomentar la cohesi¨®n social, dar un empuj¨®n al nivel cultural de los barrios y ayudar al desarrollo de los alumnos a trav¨¦s de la m¨²sica.
Madrid retir¨® la ayuda y el n¨²mero de alumnos ha ca¨ªdo un 40%
Salvando las enormes distancias, algo parecido a lo que hacen organizaciones como el Sistema de Orquestas Venezolano, cuyas magn¨ªficas propiedades se publicitan en Espa?a como las del agua bendita, pero se aplican en nuestras fronteras como meramente ¡°complementarias¡±.
De igual modo que en el engranaje cultural dise?ado por el maestro Jos¨¦ Antonio Abreu, a veces surge de ah¨ª un talento prominente (como los directores Gustavo Dudamel o Christian V¨¢squez) que salta directamente a otro estadio educativo. Pero la idea fundacional de las escuelas ¡ªhay unas 280 p¨²blicas en toda Espa?a¡ª tiene que ver principalmente con crear el empaste cultural que genere afici¨®n, inter¨¦s y, de paso, un p¨²blico que renueve los encanecidos auditorios espa?oles.
¡°Hay dos grandes realidades en la educaci¨®n musical. Los que vivir¨¢n profesionalmente de ella, y los que disfrutar¨¢n con un m¨ªnimo de formaci¨®n para acercarse de manera amateur a la m¨²sica. Y para m¨ª, en este pa¨ªs no se ha conseguido cubrir ese m¨ªnimo. Si se hubiera logrado, la ca¨ªda cultural que estamos viviendo, la deslocalizaci¨®n de la cultura respecto a la educaci¨®n no ser¨ªa el drama que es¡±, explica Enrique Subiela, m¨²sico, antiguo due?o de una escuela y agente de artistas como el pianista Lang Lang o la mezzosoprano Cecilia Bartoli.
El Suecia, el 4% de la pblaci¨®n estudia m¨²sica; en Espa?a, el 0,48%
Se refiere a la falta de p¨²blico, a la de una aut¨¦ntica afici¨®n formada que acuda a las salas por otros motivos que el acomodo de sus gustos al sosiego vital que da una avanzada edad. ¡°El drama es que durante 40 a?os algo ha fallado para que la gente no se sienta atra¨ªda. Hay que hacer una gran reflexi¨®n sobre en qu¨¦ medida hemos fracasado en esa parte: la que llena las salas¡±, insiste.
La otra parte a la que alude Subiela es la vertiente profesional. Cada vez hay m¨¢s espa?oles ocupando puestos de primer nivel en orquestas europeas (y no solo en los instrumentos de viento impulsados por la tradici¨®n valenciana). Este tipo de escuelas (admiten alumnos de cualquier edad y, por tanto, no tienen una finalidad profesional) permiten a veces dar el salto a centros de mayor nivel o conservatorios, donde Espa?a, curiosamente, est¨¢ a la cabeza de Europa (en n¨²mero).
El resultado se podr¨ªa empezar a apreciar ahora, porque los m¨²sicos m¨¢s j¨®venes que triunfan estos d¨ªas, accedieron a la educaci¨®n justo antes de que se implantasen este tipo de escuelas.
La Generalitat catalana recort¨® un 62% su aportaci¨®n a estos centros
Como el caso de Manolo Blanco, de 27 a?os. Uno de los m¨²sicos j¨®venes de mayor talento y proyecci¨®n de este pa¨ªs. Trompeta de la Orquesta Nacional de Espa?a, anda estos d¨ªas grabando para Deutsche Grammophon y solicitado por las grandes formaciones europeas. Empez¨® en Daimiel, desde abajo. Hijo de polic¨ªa local y ama de casa, cree firmemente en la educaci¨®n p¨²blica. ¡°Estas escuelas tambi¨¦n son un medio para gente humilde de aprender m¨²sica, progresar y acceder a los conservatorios. Si no, al final, la m¨²sica se quedar¨¢ para los ricos¡±, advierte. ¡°Muchos empiezan ah¨ª por hobby, descubren que les gusta y terminan en el conservatorio siendo grandes profesionales. Ahora, a las familias que luchan por sobrevivir les ser¨¢ complicad¨ªsimo¡±, a?ade Blanco.
Madrid, hace pocos a?os ejemplo de buenas pr¨¢cticas del proyecto con el desarrollo de 13 centros de este tipo, lidera hoy tambi¨¦n el frente de los recortes. Hasta ahora subvencionaba dos tercios de la cuota y matr¨ªcula anual que pagaban los alumnos. Pero este a?o ya no aporta un c¨¦ntimo. El Ayuntamiento que dirige Ana Botella (su antecesor, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, fue el gran impulsor de la red de escuelas) ha retirado la subvenci¨®n y sigue prestando solamente el espacio a las escuelas (son empresas privadas que se hicieron con la gesti¨®n de los centros por concurso).
El resultado, pese a que los profesores se han bajado los sueldos y se han promovido campa?as de micromecenazgo para que los alumnos pagaran solo el doble de lo que les costaba el a?o pasado, es que se han dado de baja el 40% de los inscritos. Lo mismo ha sucedido en Valencia, donde el recorte del 20% del presupuesto se suma al del 23% del a?o anterior.
¡°En este pa¨ªs ha habido muy buenas intenciones. Este modelo era un planteamiento bien pensado. Pero la frontera entre los que ven el asunto de una manera m¨¢s progresista o m¨¢s conservadora es muy fina. En estas situaciones de crisis, tendemos a adoptar las menos evolucionadas. Pero es un retroceso tremendo. Si las escuelas sobreviven este a?o, que las privadas ya muchas dificultades tenemos, va a haber que reexaminar el modelo. Ha habido un enorme gasto p¨²blico que no se puede echar a perder¡±, explica Tom Hornsby, jefe de estudios de la Escuela de M¨²sica Creativa de Madrid, cuya empresa gestiona 9 de las 13 escuelas p¨²blicas.
265.000 personas acuden a las escuelas de m¨²sica en todo el pa¨ªs
Sucede lo mismo en todas las comunidades aut¨®nomas. En Catalu?a, la Generalitat (ah¨ª la partida importante procede de la comunidad aut¨®noma) ha recortado un 62% su aportaci¨®n a estos centros formativos y en localidades como Sabadell ha subido la cuota hasta el 300%. ¡°Creen que es una educaci¨®n complementaria, que no es necesaria ni oficial. Pero aporta muchos beneficios. Est¨¢ comprobado que los alumnos que estudian m¨²sica suelen tener ¨¦xito en el resto de estudios. Ense?a a concentrarte, a trabajar en equipo, a dirigir, a no hablar cuando el otro habla¡ desarrolla la imaginaci¨®n y la creatividad. El objetivo es democratizar la m¨²sica. Si eso va para atr¨¢s, quien saldr¨¢ perjudicado ser¨¢ el pa¨ªs. Sin cohesi¨®n social, ser¨¢ m¨¢s pobre. En otros lugares est¨¢ clar¨ªsimo. Suiza, por ejemplo, lo ha recogido en la Constituci¨®n¡±, explica Pere Vallbona, tesorero de la Asociaci¨® Catalana d¡¯Escoles de M¨²sica.
Se refiere al refer¨¦ndum celebrado hace tres semanas en el pa¨ªs helv¨¦tico, donde se aprob¨®, con un arrollador 72,7%, una modificaci¨®n de la Constituci¨®n para mejorar la educaci¨®n musical y declararla un derecho b¨¢sico. Los cantones dise?ar¨¢n un plan nacional para valorar a los alumnos y facilitar el acceso de aquellos mejor dotados a las escuelas de m¨²sica y conservatorios.
Espa?a, donde adem¨¢s se eliminar¨¢ el bachillerato de Artes Esc¨¦nicas, M¨²sica y Danza, en este asunto tambi¨¦n est¨¢ a la cola. Mientras en pa¨ªses como Suecia el 4,03% de la poblaci¨®n asiste a una escuala musical, en Espa?a se re se reduce a 0,48%. El modelo, adem¨¢s, tambi¨¦n es distinto.
En Alemania, los sistemas escolares difieren, pero todos ellos cuentan con asignaturas de m¨²sica o, al menos, formaci¨®n musical integrada en materias m¨¢s amplias. Es el caso en algunos centros de Formaci¨®n Profesional, donde los alumnos pueden estudiar Ciencias Musicales y Culturales o M¨²sica y Artes Pl¨¢sticas (parecido al bachillerato art¨ªstico espa?ol).
Algunos l?nder incluyen en sus regulaciones las ofertas musicales ajenas al horario oficial, como la participaci¨®n en el coro escolar, de modo que no hay una estad¨ªstica clara del n¨²mero de horas lectivas de m¨²sica en Alemania. Lo que se sabe a ciencia cierta es que est¨¢ en manos de 47.000 profesores de m¨²sica ¡ªen Espa?a son unos 15.000¡ª , que conforman el 6% del personal docente en Alemania.
¡°Ha fallado algo en 40 a?os para que la gente no se sienta atra¨ªda¡±, dice Subiela
En rasgos generales, el bachillerato alem¨¢n permite estudiar m¨²sica como asignatura principal (cinco o seis horas lectivas a la semana) o como asignatura secundaria (dos o tres horas). Los dos ¨²ltimos cursos de bachillerato tienen entre 35 y 40 horas lectivas semanales. En 2009, 150.000 de los 477.000 alumnos de los dos ¨²ltimos cursos de bachillerato eligieron la asignatura de m¨²sica. El 28% de los alumnos seleccion¨® m¨²sica como asignatura secundaria. El 3%, como asignatura principal. Estos ¨²ltimos pueden examinarse en m¨²sica en la prueba de acceso a la universidad (Abitur).
Pese a todo, la Asociaci¨®n de Profesores de M¨²sica (VDS) considera que el principal problema en Alemania es la falta de personal docente cualificado. Cada centro escolar cuenta con una media de 1,37 profesores de m¨²sica, una tasa insuficiente.
Italia, otro de los focos musicales europeos, es la otra cara de la moneda. Incluso el compositor Ennio Morricone lo denunci¨® hace unos meses en un programa de televisi¨®n. Profesor en la academia romana de Santa Cecilia y galardonado con el Oscar, critic¨® que el sistema educativo italiano arrincone este arte a un par de horas semanales en la escuela secundaria (de 11 a 13 a?os).
¡°Al final, la m¨²sica ser¨¢ para los ricos¡±, critica el trompeta Manolo Blanco
M¨¢s all¨¢ de la educaci¨®n b¨¢sica, el salto a la escuela de ¨¦lite, a la que llega (o se decanta) un porcentaje residual tiene muchos otros conductos y un circuito esencialmente internacional. Desde ah¨ª, las cosas se ven diferente. ¡°Quitar recursos a la educaci¨®n es algo que se acabar¨¢ pagando. Pero no soy tan naif de pensar que hay una relaci¨®n directa entre el dinero y la calidad. Se despilfarra mucho en la educaci¨®n mal orientada. Hay una dispersi¨®n de energ¨ªa en este asunto¡±, matiza Fabi¨¢n Panisello, director acad¨¦mico de la prestigiosa escuela Reina Sof¨ªa. Para ¨¦l, una formaci¨®n adecuada se da con una selecci¨®n bien hecha de alumnos, un comienzo a los seis a?os en armon¨ªa y buenos profesores. ¡°Y en Espa?a no es f¨¢cil. Cualquiera que haga una carrera musical, o lo hace a un alto nivel o no vale la pena. Se cambian leyes, pero el tema es m¨¢s simple. Funciona as¨ª en otros pa¨ªses: Rusia, Hungr¨ªa o Bulgaria. En formaci¨®n infantil han demostrado tener las cosas claras. Es verdad que el nivel de instrumentistas ha subido en Espa?a, pero tengo dudas de que vaya asociado a la educaci¨®n¡±.
Con informaci¨®n de Juan G¨®mez y Lucia Magi.
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