Hasta que el p¨²blico dijo basta
Nadie, salvo el conspiranoico, pod¨ªa negar la inevitabilidad de recortes (otra cosa es d¨®nde y c¨®mo); todos, excepto el indiferente, est¨¢bamos descontentos con el estado de la educaci¨®n; y cualquiera pod¨ªa ver que, sin rebosar en recursos, a veces se malempleaban. Con buenos motivos o por el clima de shock reinante, las autoridades dispon¨ªan de margen para ajustar y reorganizar el gasto con cierto consenso o, al menos, consentimiento.
Pero a falta de trabajo, no hay mejor alternativa que el estudio. Se sabe o se intuye que tras la crisis la econom¨ªa no ser¨¢ la misma y la mejor preparaci¨®n, no ya para mejorar sino apenas para no empeorar, ser¨¢ la educaci¨®n, una inversi¨®n ya no suficiente pero s¨ª m¨¢s necesaria que nunca. As¨ª las cosas, la primera obligaci¨®n de nuestros gobernantes era asegurar que el servicio resistiera el embate, en particular para los m¨¢s d¨¦biles.
Habr¨ªa sido m¨¢s sensato consolidar infantil, primaria y secundaria con la gratuidad de libros, materiales escolares y comedores, aun a costa de unos decimales en el IRPF. Pero se ha hecho al rev¨¦s: reducir ayudas de comedor y ofrecer la jornada matinal para que no se usen, anunciar fantasiosas mochilas digitales mientras se eliminan ayudas para libros, sube el IVA para materiales o se suprime Escuela 2.0, fulminar la educaci¨®n compensatoria, subir las tasas recortando las becas...
La segunda obligaci¨®n era propiciar un entendimiento que permitiera superar las estrecheces con el esfuerzo de todos. Pero eligieron aplicar el rodillo, complacer a una minor¨ªa beligerante eliminando Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o apoyando la escolarizaci¨®n diferenciada e insultar a la mayor¨ªa: profesores vagos, alumnos extremistas, padres irresponsables o batasunos...
El resultado est¨¢ a la vista. Los padres, moderados por naturaleza en lo que toca a sus hijos, han dicho basta. Por primera vez hemos visto una acci¨®n conjunta de Concapa y Ceapa (hace un mes, para pedir m¨¢s ayudas de comedor y libros) y la convocatoria de huelga por esta ¨²ltima, que con cualquiera de las cifras en litigio ya es un ¨¦xito. Los partidos conservadores suelen buscar y encontrar su base social en los padres, pero el Gobierno ha chocado con ellos en menos de un a?o. El ministro de Educaci¨®n es siempre el primero en caer, o casi; ¨¦ste batir¨¢ el r¨¦cord.
Mariano Fern¨¢ndez Enguita es catedr¨¢tico en la Universidad Complutense.?
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