¡°La gente no tiene tiempo para plantearse la fe¡±
Con el dinero de los discos que vende, el cura ha pagado una iglesia-estadio ¡°Mi meta es EE UU¡±, explica el sacerdote, toda una estrella medi¨¢tica en Brasil
Antes de cualquier cosa, el sacerdote brasile?o Marcelo Rossi obsequia a su interlocutor con un peque?o decenario. ¡°Te lo puedes anudar a la mu?eca¡±, dice en un fluido castellano. El discreto regalo ¡ª¨²til para rezar de urgencia un misterio del rosario cuando la circunstancia as¨ª lo requiera¡ª es la carta de presentaci¨®n del cura cat¨®lico, un fen¨®meno medi¨¢tico en Brasil desde hace varios a?os. Ha vendido millones de discos, ha actuado en pel¨ªculas, sale en la televisi¨®n, baila en las liturgias y sobre todo: est¨¢ en la calle. ¡°La Iglesia [cat¨®lica] debe salir a las calles¡±.
Es alto, afable y no pierde la sonrisa. Cuenta que se ha cansado de aclarar que no es un pastor evang¨¦lico (su estilo medi¨¢tico suele confundir), sino un sacerdote de la Iglesia cat¨®lica. Se trata de un cura popstar: es capaz de llenar un estadio con sus liturgias. Y de hecho ha encabezado la iniciativa para la construcci¨®n de una iglesia-estadio en S?o Paulo que tendr¨¢ capacidad para 100.000 personas, un ambicioso proyecto que despu¨¦s de 10 a?os fue inaugurado el pasado 2 de noviembre. Los gastos corrieron por cuenta de Rossi: lo pag¨® con los beneficios por la venta de sus discos (en 2009, por ejemplo, vendi¨® m¨¢s copias en Brasil que Rihanna o Amy Winehouse). ¡°La Iglesia no puede estar de brazos cruzados, la gente tiene ganas de creer, pero hay que ir a por ellos, no al rev¨¦s¡±, comenta mientras elige tomar un t¨¦.
Hotel de las Letras. Madrid
Caf¨¦ con leche: 2,30 euros.
Agua con gas: 3,21.
T¨¦ equilibrio: 3,50.
Total: 9,01 euros.
En Brasil hay 123,3 millones de cat¨®licos. Y, al contrario de las misas en muchas catedrales europeas, que languidecen por falta de feligreses, algunas de las celebraciones religiosas son muy distintas de las de otras partes del mundo. Hay coreograf¨ªas, canciones, actuaciones. ¡°La fe es alegr¨ªa¡±, comenta. Y la suya se contagia: consigue reunir m¨¢s gente en los carnavales que algunos m¨²sicos de profesi¨®n. Tiene un programa de radio y es un invitado frecuente en la televisi¨®n. No se corta en los temas. Habla de sexo, drogas o violencia sin ning¨²n problema. ¡°El problema es que muchos no han entendido que no se puede vivir de espaldas a la realidad. Si las personas no van a la Iglesia, la Iglesia debe ir a ellas¡±.
Lo que ocurre con Rossi es que es un feroz activista de la causa cat¨®lica. No se enga?a: menciona que el ascenso de las iglesias evang¨¦licas en Am¨¦rica Latina ha afectado especialmente a Brasil. En el gigante sudamericano el n¨²mero de creyentes evang¨¦licos ha crecido un 61% en los ¨²ltimos a?os. Y el n¨²mero de cat¨®licos va en descenso: Brasil podr¨ªa dejar de ser el pa¨ªs con el mayor n¨²mero de cat¨®licos en el mundo en 20 a?os. ¡°Las personas no tienen tiempo para estar plante¨¢ndose la fe¡±, dice. Sabe de lo que habla. Se ha recorrido Brasil entero para reunirse con fieles.
Rossi visit¨® Espa?a para presentar su libro, ?gape (Aguilar), que en plena crisis editorial ha vendido m¨¢s de ocho millones de ejemplares en su edici¨®n en portugu¨¦s. La traducci¨®n al espa?ol sali¨® a la venta en septiembre. Se trata de 12 reflexiones sobre pasajes del Evangelio de San Juan. ¡°Es sobre el amor incondicional, el que Jes¨²s ha propuesto, para construir una sociedad mejor¡±. En Brasil, al abrumador ¨¦xito de ?gape han seguido Agapinho (una obra similar dirigida a los ni?os), un disco (?gape musical) y un DVD.
A su abultada trayectoria medi¨¢tica se suma su irrupci¨®n en Internet. Su p¨¢gina personal ¡ªpadremarcelorossi.com.br¡ª tiene m¨¢s de tres millones de usuarios fijos (uno de los apartados es una ¡°capilla virtual¡± donde se otorga ayuda espiritual inmediata) y un activo perfil en Twitter ¡ª@vcnocolodeJesus¡ª con m¨¢s de 60.000 seguidores. Basta teclear su nombre en la red social para que minuto a minuto caigan menciones a sus libros y v¨ªdeos en YouTube. Aunque prefiere Facebook. ¡°Me permite poner m¨¢s palabras¡±.
La cercan¨ªa con el feligr¨¦s es primordial, asegura. ¡°Cuando la gente me conoce en persona, siente que me ha visto toda su vida. Y as¨ª es mucho m¨¢s f¨¢cil que te escuchen¡±, comenta. El t¨¦ se enfr¨ªa en su taza mientras lo cuenta. Apenas ha dado un sorbo. Cuando termina la conversaci¨®n, queda una sensaci¨®n de vitalidad. Libro, decenario y disco en mano, queda claro que es un hombre al que no le gusta desperdiciar el tiempo. Le preocupa la lejan¨ªa de la Iglesia cat¨®lica de los problemas cotidianos de sus fieles. Y sobre el futuro, explica que ya no es suficiente reunir multitudes en Brasil, ahora quiere llegar a todo el mundo, tal cual. ¡°Mi meta es Estados Unidos, ah¨ª hay muchos cat¨®licos¡±. Visitar¨¢ Italia en 2013. ¡°Puedo cantar en varios idiomas¡±, dice.
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