¡°No hace falta ser un h¨¦roe, pero se puede ser ¨¦tico¡±
La profesora estadounidense ense?a a aplicar valores en empresas
Es usted un analista junior de una compa?¨ªa de servicios financieros y su jefe, reci¨¦n fichado, est¨¢ muy nervioso porque esa tarde tiene que reunirse con un cliente cuyas inversiones est¨¢n marchando rematadamente mal. Le llama al despacho y le encarga que elabore un informe de los resultados lo suficientemente maquillado como para que parezcan mucho mejores de lo que son, y as¨ª evitarse un problema con el inversor. ?Qu¨¦ hace usted, se niega ante su superior arriesg¨¢ndose con el desaire a consecuencias impredecibles? Si el jefe intenta represaliarle, ?apela a la ¨¦tica empresarial y lo denuncia ante otros directivos de la firma? ?Acaso sabe de qu¨¦ pie cojea el resto? ?O quiz¨¢ traga saliva y acata la orden con el argumento de conservar su empleo?
¡°Si le dice a su jefe que ese comportamiento no es ¨¦tico, este se sentir¨¢ insultado. Lo que ese analista puede hacer es decirle a su jefe que no ha tenido tiempo de realizar esos retoques que le han pedido, y en cambio entregarle un buen informe de resultados con unos s¨®lidos argumentos que los justifiquen ¡ª¨¦l acaba de ser fichado y apenas ha podido dedicarse a su cartera de inversi¨®n¡ª y un buen plan de actuaci¨®n para solucionar los problemas y rentabilizar esas inversiones¡±. La estadounidense Mary C. Gentile, profesora en la Babson College, tiene una visi¨®n muy pr¨¢ctica de los valores, de cu¨¢l es la mejor forma de no renunciar a ellos sin necesidad de jugar a los superh¨¦roes. Lo refleja en un libro [Dar voz a los valores] que ha venido a presentar a Espa?a de la mano del BBVA y la Esade. ?Sabe que precisamente bancos y escuelas de negocios est¨¢n en la picota en Espa?a y el conjunto de Europa por el papel que han tenido en la burbuja crediticia y posterior desastre financiero?
¡°La tensi¨®n que usted describe entre las empresas y los valores es precisamente el motivo por el que escrib¨ª este libro. He dedicado la mayor parte de mi vida a la educaci¨®n y sent¨ª, trabajando para escuelas de negocios, que hab¨ªa un problema al hablar de ¨¦tica: la gente sab¨ªa qu¨¦ es lo correcto, pero pensaban que era imposible hacerlo por las presiones¡±, explica Gentile, que ha dado clases en la Harvard Business School y desarrollado proyectos en Yale.
¡°Hasta ahora la ¨¦tica se estudiaba desde un punto de vista intelectual: cuando la gente aprende qu¨¦ es justo y qu¨¦ no, acababa el trabajo. Y vi que realmente deb¨ªamos ense?ar c¨®mo poder actuar de acuerdo con lo adecuado, porque mucha gente se sent¨ªa incapaz. Esta es una visi¨®n muy pr¨¢ctica, porque no siempre es todo o nada¡±, explica tomando caf¨¦ en lo alto de un rascacielos de la Castellana de Madrid, en un d¨ªa gris oscuro, lluvioso, pero menos que los que la profesora dej¨® recientemente en la costa Este de EE UU, azotada por el hurac¨¢n Sandy.
Acepta que la ¨¦tica empresarial y la responsabilidad social se convierten en algunas ocasiones en una especie de moda que no va m¨¢s all¨¢ de bonitas memorias anuales de grandes corporaciones que luego evaden impuestos y tienen pr¨¢cticas laborales negativas. No existe una empresa 100% ¨¦tica, en tanto que, recuerda Gentile, no existen seres humanos ¨¦ticos en su totalidad ni tampoco plenamente deshonestos. ¡°Pero esto no implica convertirnos en c¨ªnicos y darnos por vencidos, no hace falta ser un h¨¦roe pero se puede ser moralmente competente¡±, remacha.
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