Recortes disfrazados de reforma
Muchos de los cambios anunciados son ajustes del gasto que no mejoran la eficiencia econ¨®mica El ¨²nico efecto claro es adelgazar el Estado de bienestar
Cinco a?os de crisis, y un sinf¨ªn de planes anunciados para salir de ella, es suficiente bagaje: cuando se oye la palabra reforma, la reacci¨®n natural ya no es discutir si el cambio propuesto servir¨¢ para algo, sino echarse la mano a la cartera. Al Ejecutivo espa?ol se le exigen, al mismo tiempo, dr¨¢sticos ajustes presupuestarios y radicales cambios en las normas que regulan la econom¨ªa. Son condiciones de Bruselas, del Banco Central Europeo (BCE), de Alemania para sostener a Espa?a frente a los embates de los mercados. Pero, como repite a menudo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ¡°la prioridad es reducir el d¨¦ficit¡±. En m¨¢s de un caso, la reforma es un envoltorio, mucho menos de lo que promete. Y, sorpresa, lo que hay dentro son m¨¢s recortes y m¨¢s impuestos.
Al eco de lo que organismos internacionales, servicios de estudios privados y una parte sustancial de la academia llevan a?os repitiendo, el Gobierno, socialista antes, popular ahora, ha dado una importancia may¨²scula a las reformas. ¡°Saldremos de la crisis a base de reformas¡±, dec¨ªa Elena Salgado, entonces vicepresidenta econ¨®mica, al final de la legislatura socialista. ¡°Queda una larga senda de reformas por recorrer¡±, avisaba hace poco el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
La crisis no estall¨® porque no se hicieran esas reformas, pero ahora que la crisis est¨¢ aqu¨ª, se impele a hacerlas: el argumento es que, si se solucionan problemas estructurales, habr¨¢ crecimiento econ¨®mico antes y ser¨¢ m¨¢s sostenible. ¡°En el caso de Espa?a, hay que explicar que las reformas deb¨ªan haberse hecho ya hace tiempo, que la burbuja inmobiliaria lo tapaba todo¡±, apunta Ignacio Conde-Ruiz, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Complutense y subdirector de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea). La fundaci¨®n, que cre¨® el Banco de Espa?a, es una de las principales valedoras de la necesidad de profundas reformas en la econom¨ªa espa?ola.
¡°Adem¨¢s, ahora, ?qu¨¦ alternativas hay? Cuando hay tantas limitaciones a la pol¨ªtica monetaria, y aumentar el gasto p¨²blico no es una opci¨®n, es la ¨²nica herramienta que te queda para fortalecer el crecimiento¡±, abunda Conde-Ruiz. Jorge Ux¨®, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del colectivo Econonuestra, muy cr¨ªtico con que esa sea la ¨²nica v¨ªa para salir de la crisis, cree que el aparente empe?o de los Gobiernos se explica por otros motivos: ¡°Las expresiones reforma y modernizaci¨®n tienen una carga sem¨¢ntica positiva, lo mismo que ocurre con austeridad; desv¨ªan la atenci¨®n sobre los efectos negativos de las pol¨ªticas de recortes¡±.
Rajoy anuncia una reforma tras otra movido por la necesidad y la presi¨®n exterior
Que las reformas tengan mejor venta pol¨ªtica que los recortes no quiere decir que sea de venta f¨¢cil. Casi ninguna lo es. La Comisi¨®n Europea, la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) llevaban a?os recomendando al Gobierno espa?ol cambios en el sistema de pensiones, en la regulaci¨®n del trabajo, en las cajas de ahorros, en el sector el¨¦ctrico, en la composici¨®n de los impuestos, en las barreras de acceso a actividades de servicios, en la supervisi¨®n de la competencia empresarial o en el proceso administrativo para poner en marcha un negocio, por citar solo algunas ¨¢reas. Ca¨ªan en saco roto. Hasta que estall¨® la crisis.
¡°?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil hace reformas estructurales?¡±, se planteaba en un art¨ªculo Raghuram Rajan, cuando a¨²n era economista jefe del FMI. ¡°No todo el mundo gana en las reformas. En muchos casos, no tienen impacto en el corto plazo, necesitan m¨¢s de un ciclo electoral para que sus efectos sean visibles. Y las ganancias futuras no son siempre f¨¢ciles de explicar¡±, sintetiza Conde-Ruiz, el subdirector de Fedea.
En su art¨ªculo, el ex economista jefe del FMI daba algunas pistas para facilitar a un Gobierno la aprobaci¨®n de reformas conflictivas. ¡°Un periodo de crecimiento escaso o negativo propicia la reforma: o la gente se da cuenta de su necesidad o los grupos de inter¨¦s se debilitan¡±, dec¨ªa Rajan en referencia a los colectivos que pierden con los cambios legales. ¡°La presi¨®n de fuera ayuda¡±, a?ad¨ªa, ¡°la supervisi¨®n del FMI es una forma de presi¨®n internacional, a escala mundial, para la mejora de pol¨ªticas¡±. Nunca, en la historia reciente, ha sido el Gobierno espa?ol, reh¨¦n de una situaci¨®n financiera precaria, tan sensible a esas presiones, que transforman las recomendaciones en mandatos.
Desde la Gran Recesi¨®n de 2009, Espa?a ha afrontado tres grandes reformas. El Ejecutivo socialista de Rodr¨ªguez Zapatero aprob¨® la de las pensiones: se elevaba de 65 a 67 a?os la edad de jubilaci¨®n y se aumentaba el tiempo de c¨®mputo, de los 15 a los ¨²ltimos 25 a?os cotizados. En suma, recortes a los nuevos pensionistas para salvaguardar la viabilidad de un sistema amenazado por el envejecimiento de la poblaci¨®n. La reforma laboral, adoptada por el Ejecutivo del PP, abarata el despido y refuerza el poder de negociaci¨®n empresarial: el objetivo es ganar productividad, pero ahora, en clave de recesi¨®n, se traduce en m¨¢s paro y recortes salariales. La financiera, tras cuatro intentos, se la ha acabado haciendo Bruselas a Madrid. Aqu¨ª s¨ª hay dinero p¨²blico para sanear a la banca de su carga t¨®xica de pr¨¦stamos vinculados al ladrillo, pero los resultados visibles son menos cr¨¦dito a hogares y una notable p¨¦rdida de empleo en el sector.
"La burbuja lo tap¨® todo", dice el subdirector de Fedea
Son ejemplos de la disyuntiva entre impacto negativo a corto plazo a cambio de ganancias m¨¢s amplias a medio plazo. Aunque para el profesor Ux¨®, que los considera ¡°ajustes estructurales¡±, ni tan siquiera ese es el caso: ¡°Las reformas se concentran en el deterioro de las condiciones laborales, la disminuci¨®n de la capacidad de negociaci¨®n salarial y el adelgazamiento del Estado de bienestar¡±, sostiene. El debate gana en confusi¨®n con otras reformas promovidas por el Gobierno del PP, en las que prima el af¨¢n recaudatorio, el tijeretazo al gasto p¨²blico.
El sector el¨¦ctrico, por ejemplo, pide una reforma a gritos. El recibo de la luz que pagan los espa?oles es uno de los m¨¢s caros de la UE. Y, al mismo tiempo, el sistema est¨¢ dise?ado de tal manera que el desfase entre los ingresos de las empresas productoras y los costes que se le reconocen no deja de crecer, de modo que los consumidores deben ya m¨¢s de 24.000 millones al sector. Pero lo que el Gobierno del PP anunci¨® como una reforma del sector se qued¨® en septiembre en una subida de impuestos a los productores, que acabar¨¢n pagando¡ los consumidores. ¡°Solo hemos taponado el d¨¦ficit¡±, admiti¨® despu¨¦s el ministro de Industria, Jos¨¦ Manuel Soria.
La transformaci¨®n del sistema educativo es otra asignatura pendiente. En un primer an¨¢lisis del contenido educativo del Plan Nacional de Reformas, Florentino Felgueroso, profesor de la Universidad de Oviedo y colaborador de la fundaci¨®n Fedea, concluy¨® que, al menos la mitad de las 18 propuestas del Gobierno solo explicaban ¡°c¨®mo se realizar¨¢n parte de los recortes en educaci¨®n¡± y ¡°c¨®mo muy probablemente estos recortes quedar¨¢n consolidados en el tiempo¡±. Los primeros cambios normativos dictados por Educaci¨®n fueron subidas de tasas universitarias, aumento de las horas lectivas y del ratio de alumnos por profesor o supresi¨®n de licenciaturas. Eso s¨ª, el departamento que dirige Jos¨¦ Ignacio Wert acaba de lanzar la reforma educativa para la ense?anza no universitaria y ha establecido los cimientos de una formaci¨®n profesional dual, con un contrato de aprendizaje.
En sanidad, la primac¨ªa de los recortes en los cambios legislativos impulsados por el Gobierno es absoluta: el aumento del copago farmac¨¦utico brinda el mejor ejemplo. La ¨²ltima muesca de estas reformas que disfrazan ajustes es el aumento de las tasas judiciales, que se justifican como una medida para desatascar los tribunales, otra de esos problemas estructurales que apelan a una revisi¨®n a fondo. ¡°Ante el colapso de la justicia, simplemente se hace m¨¢s cara para limitar su uso, apenas se analizan nuevas f¨®rmulas¡±, explica Rogelio Velasco, profesor de Econom¨ªa de IE Business School.
"Se usan para desviar la atenci¨®n sobre los recortes", dice el profesor Ux¨®
¡°Somos uno de los pa¨ªses con mayor ratio de abogados por habitante, la mayor¨ªa de los diputados son abogados, y eso se nota en la legislaci¨®n, muy formalista, en la que no se consideran los costes econ¨®micos¡±, prosigue el profesor de la escuela de negocios, que pone un ejemplo: ¡°Aqu¨ª, intentar cobrar por v¨ªa judicial un cheque devuelto lleva mucho m¨¢s tiempo que en Marruecos¡±. Si a eso se le une que el inicio y desarrollo de la actividad empresarial puede tener que lidiar con los requisitos de cuatro Administraciones (central, auton¨®mica, provincial y local), lo que queda es que Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s complicados para poner en marcha un negocio.
¡°Cuando se crec¨ªa al 3% apenas se prestaba atenci¨®n a estas ineficiencias¡±, concluye Velasco. La simplificaci¨®n de licencias y permisos es, como la mejora del funcionamiento del sector p¨²blico o la detecci¨®n de duplicidades entre los distintos niveles de la Administraci¨®n, una de esas reformas que se quedan a medio camino, cuando no en un caj¨®n. O en una comisi¨®n, como las que el Gobierno acaba de anunciar para que hagan un dictamen antes de junio de 2013. Los cambios legales encallan aqu¨ª en el debate pol¨ªtico, con ganadores y perdedores dentro de los propios partidos pol¨ªticos, algo de dif¨ªcil digesti¨®n.
En otros casos, los ¡°grupos de inter¨¦s¡± a los que hac¨ªa referencia el economista jefe del FMI est¨¢n en el sector privado. La reforma de los servicios profesionales, que implica rebajar la barrera de acceso que establecen los colegios profesionales, lleva a?os atascada. Y a los distribuidores de carburantes solo se les amenaza con una regulaci¨®n para presionar sus m¨¢rgenes cuando la subida del precio de la gasolina acapara la atenci¨®n de los medios. Y hay, tambi¨¦n, alguna reforma que amaga con desandar el camino, como la unificaci¨®n de los organismos reguladores y de competencia: se aduce, de nuevo, la necesidad de ahorrar costes, pero el riesgo es una supervisi¨®n m¨¢s d¨¦bil de la actividad de grandes empresas, como ha subrayado varias veces la Comisi¨®n Europea.
Lo que es innegable es que la crisis, y la presi¨®n exterior, han cambiado el ritmo de las reformas. Un informe de la OCDE de este a?o destacaba que eran precisamente Grecia, Espa?a, Irlanda y Portugal los pa¨ªses que m¨¢s aumentaron el seguimiento de sus recomendaciones de 2008 a 2011. Otra cosa es que lo hagan de la mejor manera posible.
Para abordar el colapso de la justicia, el Gobierno opta por subir las tasas
La OCDE, tras analizar las reformas implementadas en los ¨²ltimos 30 a?os, concluye que ¡°apoyar las reformas con un sector financiero en buen funcionamiento y una estrategia de comunicaci¨®n efectiva son claves para maximizar los beneficios a corto plazo¡±. Tambi¨¦n es recomendable ¡°un amplio apoyo pol¨ªtico¡± y utilizar recursos p¨²blicos para compensar a los perdedores (reforzar las pol¨ªticas activas de empleo, por ejemplo). En momentos de dificultad econ¨®mica, aconseja empezar por reformas de sectores cruciales, como la electricidad o el transporte, o por eliminar barreras de entrada en el comercio y servicios profesionales. Y postergar la reforma laboral: ¡°En econom¨ªas deprimidas, este tipo de reformas reportar¨¢ beneficios m¨¢s r¨¢pido solo si se ponen en marcha una vez que el mercado de trabajo muestra signos claros de recuperaci¨®n¡±. El contraste con la hoja de ruta del Gobierno es llamativo. Como lo es que la propia OCDE no tenga empacho en contradecirse y presione ahora al Ejecutivo espa?ol para que de otra vuelta de tuerca a la reforma laboral.
La exigencia simult¨¢nea de recortes y reformas mide a Rajoy. En algunos casos, como la reforma laboral, ha jugado a fondo una apuesta controvertida, aunque pasa de puntillas por el uso abusivo de la contrataci¨®n temporal. En muchos otros, ha tirado por la calle de en medio, ha ganado tiempo, cuando no ha revestido recortes y subidas de impuestos de grandes palabras transformadoras. A su manera, recita aquello que dijo Chico Marx, disfrazado de Groucho Marx, a Margaret Dumont en Sopa de ganso: ¡°?A qui¨¦n va a creer, a m¨ª, o a sus propios ojos?¡±.
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