Polonia, principal escollo para renovar el Protocolo de Kioto
Varsovia insiste en Doha en mantener sus derechos virtuales de CO2 Espa?a y Finlandia intentan desatascar contrarreloj el bloqueo en el seno de la UE
La postura de Polonia en cambio clim¨¢tico le ha estallado a la UE cuando afronta el final de la negociaci¨®n en la cumbre del clima de Doha. La UE es clave porque es el ¨²nico gran bloque ¡ªjunto con Australia¡ª dispuesto a aceptar obligaciones en un segundo periodo del Protocolo de Kioto hasta 2020. Pero en el seno europeo, Polonia insiste en mantener su derecho a vender el "aire caliente", los derechos de emisi¨®n asignados a los pa¨ªses del Este y que nunca usaron debido al desplome de la industria comunista.
Puede parecer un asunto t¨¦cnico, pero es clave: sin Polonia no hay pacto europeo; sin Europa no hay segundo periodo de Kioto, y sin segundo periodo de Kioto no habr¨¢ un nuevo acuerdo mundial en 2015. Espa?a y Finlandia son los encargados dentro de la UE de llegar a un acuerdo, que podr¨ªa incluir poner restricciones a la compra de aire caliente.
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, lidera este jueves el di¨¢logo a puerta cerrada con los polacos, en el que participa un reducido n¨²mero de pa¨ªses, como Dinamarca, Italia y Hungr¨ªa involucrados. La idea es retirar la negociaci¨®n de las reuniones de coordinaci¨®n con los Veintisiete, en las que saltan chispas entre los m¨¢s progresistas ¡ªcomo Reino Unido y Alemania¡ª y Polonia, y en menor medida otros pa¨ªses del Este como Bulgaria o Hungria.
No es que la postura de Polonia fuera imprevisible, porque ya hab¨ªa vetado en Consejos de Ministros europeos propuestas de la Comisi¨®n para endurecer la legislaci¨®n contra el cambio clim¨¢tico. Pero el asunto se fue arrastrando y ha llegado de manera clave al pen¨²ltimo d¨ªa de negociaci¨®n en Doha. El Parlamento polaco ha votado que el pa¨ªs no puede renunciar a sus Unidades de Cantidad Asignada (UCAs), y all¨ª es un asunto determinante.
Los pa¨ªses del Este tienen, seg¨²n Greenpeace, derechos de papel equivalentes a lo que emite la UE en dos a?os y medio. Y Polonia tiene una buena parte de ellos. Esos derechos son los que por 40 millones de euros compr¨® Espa?a a Polonia el pasado mes de octubre para terminar de cumplir el primer periodo de Kioto. El coste ¡ªmuy por debajo del euro por tonelada, aunque es confidencial¡ª est¨¢ muy por debajo de lo negociado anteriormente porque los precios se han hundido.
El precio de los derechos se ha desplomado, y la UE tiene en su legislaci¨®n que esas UCA no se podr¨¢n usar para cumplir con las directivas europeas hasta 2020, por lo que su utilidad es ahora mismo incierta. Aun as¨ª, Polonia insiste en mantenerlos, bien para mantener su soberan¨ªa y orgullo nacionales, bien por si en el futuro r¨¦gimen cobran alg¨²n valor. Rusia tambi¨¦n insiste en arrastrar sus derechos (hasta ahora, apenas ha hecho caja con ellos), pero este pa¨ªs no es tan importante a efectos pr¨¢cticos porque ya ha anunciado que no firmar¨¢ el segundo periodo de cumplimiento de Kioto.
As¨ª, entre las opciones que se manejan est¨¢ restringir la compra del aire caliente a los pa¨ªses que quieran cumplir un porcentaje bajo o incluso imponerles un impuesto. El asunto debe estar resuelto este jueves en el seno de la UE porque ma?ana es ¡ªen principio al menos¡ª el ¨²ltimo d¨ªa de la cumbre, donde no solo debe haber acuerdo sobre el Protocolo de Kioto sino tambi¨¦n en la mesa para sentar las bases del futuro pacto del clima que se debe cerrar en 2015. El segundo periodo de Kioto es esencial para los pa¨ªses en desarrollo, por lo que sin este acuerdo se cae todo.
Aida Vila, de Greenpeace, cree que se debe "acordar ya la cancelaci¨®n de las UCA en 2020 para no dejar la puerta abierta a que se puedan trasladar al acuerdo global posterior". "Si empiezas un nuevo pacto mundial con un mont¨®n de unidades libres para comprar, no est¨¢s en lo que marcan los cient¨ªficos para reducir el calentamiento", recuerda. Vila pide a la UE que "no sea c¨®mplice" en la gestaci¨®n de un acuerdo con estos agujeros.
En la UE hay quien lamenta esta cr¨ªtica. En esta cumbre ¡ªy en otras anteriores¡ª, Europa recibe la mayor parte de las cr¨ªticas pese a ser el ¨²nico bloque con legislaci¨®n y obligaciones y cuyos miembros han empezado a comprometer dinero para proyectos de cambio clim¨¢tico en pa¨ªses en desarrollo. EE UU, como no ratific¨® Kioto, vive al margen de esta negociaci¨®n.
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