La NASA ha perdido el norte
El viaje tripulado a Marte solo ha recibido ¡°apoyo ret¨®rico¡± El presupuesto es insuficiente para los objetivos
La NASA, en concreto su programa de vuelos tripulados, tiene problemas, serios problemas: carece de un plan con prioridades y objetivos claros; necesita una orientaci¨®n estrat¨¦gica de consenso entre el Congreso, la Casa Blanca y la propia NASA; sus infraestructuras de la ¨¦poca de los viajes a la Luna est¨¢n obsoletas y su presupuesto no est¨¢ ni mucho menos a la altura de lo que se le exige. Es el veredicto del Consejo Nacional de Investigaci¨®n (NRC) estadounidense, cuyos expertos independientes han analizado la situaci¨®n de la principal agencia espacial del mundo. La NASA necesita un nuevo plan estrat¨¦gico que permita establecer claramente las prioridades y la asignaci¨®n de recursos, y m¨¢s a¨²n en la realidad actual, con el peso creciente que adquieren en el espacio otros pa¨ªses, ¡°algunos amigos y otros potencialmente no tan amigos¡±, recalcan los expertos.
El informe es rotundo y toca las teclas clave. Por ejemplo, que el tan aireado viaje tripulado a Marte ¡°ha recibido apoyo ret¨®rico de varios presidentes de EE UU¡±; sin embargo, nunca ha recibido suficiente financiaci¨®n para ir m¨¢s all¨¢ de esa etapa ret¨®rica. En cuanto al objetivo oficial de enviar antes astronautas a un asteroide, en 2025, carece de consenso, lo que ¡°mina la capacidad de la NASA para fijar una direcci¨®n estrat¨¦gica exhaustiva y sistem¨¢tica que gu¨ªe la planificaci¨®n y la distribuci¨®n presupuestaria¡±.
El informe plantea incluso eliminar algun proyecto por falta de dinero
Con un presupuesto anual de casi 14.000 millones de euros, la NASA mantiene cuatro grandes programas: vuelos tripulados (m¨¢s de la mitad del presupuesto), ciencias espaciales y de la Tierra, aeron¨¢utica y tecnolog¨ªa espacial. Para reducir la desproporci¨®n entre presupuesto y objetivos, la comisi¨®n del NRC (una de las academias nacionales de EE UU) plantea como una opci¨®n reducir o eliminar alguno de estos programas en favor de los que queden. Las otras opciones propuestas, no excluyentes, son: emprender ¡°una reestructuraci¨®n agresiva para reducir los costes de infraestructuras y de personal y mejorar su eficiencia¡±; hacer acuerdos de cooperaci¨®n a largo plazo y reparto de costes con otras instituciones estadounidenses, con el sector privado o con socios internacionales, y aumentar el presupuesto. El informe destaca que la I+D aeron¨¢utica, una actividad que debe ser estrat¨¦gica, ahora cuenta con solo el 3% del presupuesto de la agencia.
La verdad es que el programa de astronautas de la NASA ha seguido un rumbo tortuoso, por no decir contradictorio: durante a?os estuvo volcado en los transbordadores, pero sin una base orbital a la que dirigirlos; luego construy¨® la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), pero ha jubilado las naves, de manera que ahora los astronautas estadounidenses carecen de veh¨ªculo propio y tienen que viajar como pasajeros de pago en las c¨¢psulas rusas. Con el horizonte de retirar los transbordadores se puso en marcha el programa Constellation para hacer los nuevos cohetes Ares I y Ares V. Luego se cancel¨®, se ha optado por derivar al sector privado el transporte a la ISS y se ha puesto en marcha el desarrollo de un lanzador potente (como el Ares V) y una nueva c¨¢psula tripulada. En cuanto a los viajes, la NASA ha pasado de mirar de nuevo hacia la Luna a descartar ese destino y apuntar hacia un asteroide. Marte sigue ¡°ret¨®ricamente¡± en el horizonte de 2030.
El viaje a un asteroide no resulta convincente dentro de la propia agencia
Sobre el objetivo del asteroide, ¡°hemos visto escasas muestras de que sea ampliamente aceptado como un destino convincente por la misma fuerza de trabajo de la NASA, el pa¨ªs en general o la comunidad internacional¡±, ha se?alado Albert Carnesale (Universidad de California en los ?ngeles), que ha presidido el comit¨¦ de expertos independientes que ha hecho el informe solicitado por el Congreso. ¡°La ausencia de un consenso nacional sobre el objetivo m¨¢s visible del programa de vuelos tripulados de la NASA, junto con la incertidumbre presupuestaria, ha minado la capacidad de la agencia para seguir la planificaci¨®n de programa y asignar recursos¡±.
El programa cient¨ªfico y de exploraci¨®n se salva de las cr¨ªticas
Mucho mejor parado que el programa tripulado sale en el informe el programa cient¨ªfico y de exploraci¨®n, destacando un proceso adecuado de planificaci¨®n estrat¨¦gica y un m¨¦todo robusto para desarrollar de objetivos en varios programas. Pero los expertos alertan sobre el riesgo que corren los proyectos si no reciben el presupuesto debido. El problema de la financiaci¨®n es clave. ¡°La NASA no puede ejecutar un programa aeroespacial equilibrado con las actuales restricciones presupuestarias¡±. En concreto, las misiones cient¨ªficas de alta prioridad y las de exploraci¨®n planetaria con robots, ¡°est¨¢n infrafinanciadas¡±. Si el presupuesto no aumenta, tal y como planea el presidente Obama, ¡°varios programas, proyectos y actividades no ser¨¢n sostenibles¡±, se?alan los expertos.
La agencia necesita objetivos estrat¨¦gicos claramente definidos y visi¨®n a largo plazo, con una asignaci¨®n de presupuestos acorde a ellos. En sus visitas a los centros de la NASA, los expertos han constatado la alta cualificaci¨®n del personal, pero tambi¨¦n ¡°la frustraci¨®n con el rumbo actual de la agencia y las limitaciones que tiene por la incapacidad de los l¨ªderes del pa¨ªs de ponerse de acuerdo sobre su orientaci¨®n a largo plazo¡±.
Falta un objetivo que sea atractivo para tener socios internacionales
En plena guerra fr¨ªa, EE UU se volc¨® en solitario en su programa lunar frente a la URSS, recuerdan los expertos, pero los tiempos han cambiado radicalmente. Y ahora la visi¨®n general es que har¨¢ falta cooperaci¨®n mundial, t¨¦cnica y financiera, para acometer proyectos como los viajes tripulados a Marte. Una recomendaci¨®n clara del informe es que la NASA debe orientarse hacia un enfoque m¨¢s internacional. Eso s¨ª, tiene que cambiar su forma de cooperar: lo primero es tener un programa en el que otros pa¨ªses quieran participar; adem¨¢s, debe dar responsabilidad a los socios y no pretender basar la colaboraci¨®n en un programa concebido y dirigido por la propia NASA.
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