La crisis trae formaci¨®n

Una de las escasas ¡ªy previsibles¡ª consecuencias positivas de la actual crisis econ¨®mica es el aumento de las actividades formativas. Este efecto se est¨¢ observando tanto en los j¨®venes que todav¨ªa no han salido del sistema educativo como en las personas que ya han tenido alg¨²n contacto con el mundo laboral. El llamado aprendizaje a lo largo de la vida es uno de los objetivos estrat¨¦gicos de la Uni¨®n Europea para mejorar la competitividad y profundizar en la econom¨ªa del conocimiento. Los datos de la Encuesta sobre Participaci¨®n de la Poblaci¨®n Adulta en Actividades de Aprendizaje muestran c¨®mo la crisis ha intensificado el aprendizaje a lo largo de la vida. Alguien podr¨ªa pensar que es reflejo meramente del aumento de la tasa de desempleo desde la ¨²ltima encuesta de 2007 y la obligatoriedad de realizar algunos cursos de formaci¨®n. Esa suposici¨®n no ser¨ªa correcta. Tanto en 2007 como en 2011 los desempleados tienen un nivel de participaci¨®n en actividades formativas significativamente inferior a los empleados. La diferencia en 2011 supera los 10 puntos y el incremento desde 2007 ha sido muy superior entre los empleados. Por tanto, si hubiera m¨¢s empleados el aumento de la participaci¨®n habr¨ªa sido superior, si bien es cierto que muchos trabajadores realizan actividades formativas para disminuir la probabilidad de perder el empleo como muestra la encuesta.

?Las diferencias tambi¨¦n son significativas en funci¨®n del nivel educativo. Las personas con educaci¨®n primaria no solo participan menos en actividades formativas, a pesar de ser probablemente las que m¨¢s lo necesitan, sino que tambi¨¦n son las que tienen menor intenci¨®n de participar en el futuro. Entre los j¨®venes que abandonaron prematuramente el sistema educativo se produce la confluencia de los dos factores: salieron con un nivel educativo bajo y, por tanto, tienen una elevada probabilidad de estar desempleados. Si a estos tres factores (juventud, desempleo y poco nivel de formaci¨®n) unimos la posibilidad de que estos j¨®venes se emanciparan con sus primeros empleos y, en un ambiente de abundancia de empleos y bajos tipos de inter¨¦s, contrataran una hipoteca o asumieran cargas familiares tenemos todos los ingredientes para un nini.

Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra