Los nuevos cristales rotos de Espa?a
Tras ser admirados durante d¨¦cadas, desde fuera se preguntan c¨®mo este pa¨ªs ha podido perder su ¨ªmpetu El des¨¢nimo ciudadano y la falta de visi¨®n de las ¨¦lites dificultan la salida de la crisis
La imagen que nos viene de fuera es la de Espa?a como un espejo roto. H. M. Enzensberger public¨® en oto?o de 1985 una serie en EL PA?S titulada Cristales rotos de Espa?a. Ahora Espa?a misma es un espejo roto. Desde 2009, este es un pa¨ªs cuyo pesimismo apabulla. Un reportaje del The New York Times, en el que aparec¨ªa gente buscando comida en la basura, caus¨® pavor... aqu¨ª. Otros peri¨®dicos prestigiosos se juntaron en el espejo que no queremos ver.
Pero esa imagen se ha ido construyendo a pesar de los esfuerzos oficiales por lavarla, a pesar de la selecci¨®n de f¨²tbol y otros triunfos deportivos, a pesar de que el Museo del Prado sigue en su sitio y que no hay manera de tapar el sol, que atrae al turismo, el ¨²nico rengl¨®n, casi, que funciona de pleno en una econom¨ªa que declina, entre otros vocablos terribles, el t¨¦rmino desahucio.
He preguntado a personas que conocen bien Espa?a. Al final de sus respuestas, el escritor, William Chislett, que fue corresponsal en Madrid del diario Financial Times y reside en este pa¨ªs, a?adi¨® una nota: ¡°Todo esto es muy triste para alguien que ha hecho su casa en Espa?a¡±. Chislett es investigador asociado del Instituto Elcano. Estuvo aqu¨ª, como ayudante de Harry Debelius, el corresponsal de The Times, entre 1974 y 1978, cubriendo el periodo de la Transici¨®n. Ha escrito siete libros sobre Espa?a y pronto saldr¨¢ en Oxford University Press su ¨²ltimo volumen. ?l cree que ¡°la imagen de Espa?a fuera del pa¨ªs se ha deteriorado mucho en los ¨²ltimos a?os, pero no tanto como aparece en la cr¨®nica absurda publicada en la portada del NYT. Este tipo de cr¨®nica se puede escribir sobre cualquier pa¨ªs, empezando por mi pa¨ªs, Inglaterra. Creo que a pesar de tantas cosas negativas y de la profunda crisis sigue habiendo una brecha entre la realidad del pa¨ªs y su imagen, incluso durante las vacas gordas¡±.
Chislett tiene esta reflexi¨®n sobre el origen del abismo: ¡°La locura de la burbuja inmobiliaria (y algunos aeropuertos), que era, para m¨ª al menos, como el t¨ªtulo de una novela de Garc¨ªa M¨¢rquez, la cr¨®nica de una muerte anunciada. La ¨²nica inc¨®gnita era cu¨¢ndo iba a ocurrir¡±. El investigador cree que la crisis en Espa?a se produjo m¨¢s por razones dom¨¦sticas que por cuestiones externas, y entre esas razones ¨¦l enumera ¡°la p¨¦sima gesti¨®n¡± de las cajas de ahorros, ¡°la falta absoluta, en toda la clase pol¨ªtica, de una visi¨®n a largo plazo, c¨®mo se iba a reemplazar el sector inmobiliario cuando este se hundi¨®, la crispaci¨®n entre el PP y el PSOE (mucho m¨¢s de lo normal entre el partido del Gobierno y el partido de la oposici¨®n)¡±.
"En este pa¨ªs todos son v¨ªctimas, nadie es culpable", se?ala? Chislett
Los mecanismos de control y el equilibrio de poderes tampoco se han puesto en marcha. Se ha deteriorado la educaci¨®n, hasta el punto de que ¡°un modelo productivo basado en el conocimiento¡± se ha convertido ¡°en un sue?o en Espa?a¡±. A todo ello ¨¦l a?ade ¡°que nadie en este pa¨ªs acepta sus responsabilidades, todos son v¨ªctimas, nadie es culpable¡±. La judicatura est¨¢ politizada ¡°y funciona al ritmo de un caracol: no conozco otro pa¨ªs que tenga jueces conservadores y progresistas¡±... Tras decir esto, Chislett a?adi¨® aquella frase: ¡°Todo esto es triste...¡±.
Hace dos a?os, el escritor, diplom¨¢tico y traductor sueco Peter Landelius public¨® su libro Europa y el ¨¢guila (Thomson Reuters. Cuadernos Civitas). A partir de ah¨ª articula su visi¨®n de nuestra actual crisis. Lo hace desde Chile, donde vive ahora. ¡°Tuve el privilegio de vivir en Espa?a durante la movida de los a?os ochenta... Desde entonces he vivido en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, salvo unos a?itos en la canciller¨ªa sueca y un sab¨¢tico en Harvard¡±. Sigue en contacto.
?l cree que la crisis no se origin¨® aqu¨ª; ¡°surgi¨® en el sector financiero y comenz¨® en Estados Unidos¡±, cuya econom¨ªa fue manejada ¡°irresponsablemente¡± durante mucho tiempo. ¡°Los Gobiernos espa?oles ten¨ªan sus cuentas razonablemente en orden, pero Zapatero no vio venir la crisis bancaria, causada por la combinaci¨®n de tres factores coincidentes: la crisis financiera de la banca global, el boom de la construcci¨®n y la estructura anticuada de las cajas¡±.
El espejo latinoamericano funciona. ¡°Los latinoamericanos han vivido crisis peores y varios de ellos ahora est¨¢n mucho mejor... Sin embargo, no creo que los espa?oles tengan mucho que aprender de ellos. Sus crisis tambi¨¦n tuvieron causas externas en su momento (Asia), pero surgieron principalmente de un manejo desastroso de las finanzas p¨²blicas y de la econom¨ªa pol¨ªtica. Sin duda, el crecimiento actual tiene algo que ver con una pol¨ªtica m¨¢s responsable (los casos de Chile o Brasil), pero sobre todo proviene de la demanda externa de materias primas (v¨¦ase Per¨², Brasil, Chile, Colombia, Bolivia) o productos industriales (M¨¦xico y Brasil)¡±.
El diplom¨¢tico sueco Landeluis cree que "Europa es la soluci¨®n"
?Qu¨¦ hacer? ¡°Cuando la econom¨ªa anda bien, los Gobiernos nos aseguran que es gracias a ellos. Cuando anda mal, tratan de evitar la responsabilidad¡±, se?ala Landelius. Y a?ade: ¡°El problema es que los Gobiernos no tienen los instrumentos adecuados para convivir con una econom¨ªa globalizada. Y es porque no quieren buscarlos de la ¨²nica forma factible: cooperando con otros Gobiernos. Espa?a ya no es el problema, pero Europa sigue siendo la soluci¨®n. Lo ve¨ªa la generaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, Olof Palme y Willy Brandt. ?Qu¨¦ cantan los poetas europeos de ahora?¡±.
Eso, ?qu¨¦ cantan? ?Y qu¨¦ cantan los pol¨ªticos espa?oles? Lo dice Sami Nair, polit¨®logo que ejerce en Francia, autor, europeo confeso y practicante, y visitante asiduo de universidades y foros espa?oles: ¡°La caracter¨ªstica fundamental ahora en Espa?a es la p¨¦rdida de orientaci¨®n, la falta de visi¨®n de las ¨¦lites dirigentes, una verdadera desbandada. El problema de Espa?a no es el pueblo, sino sus grupos dirigentes, impotentes frente a los retos de la crisis. El ¨²ltimo en realidad que ten¨ªa una visi¨®n era Felipe Gonz¨¢lez, pero ahora est¨¢ paralizado, como Gulliver, por los enanos... Saldr¨¢ Espa?a de esta crisis radicalmente modificada, probablemente muy alterada. El sue?o de los ¨²ltimos 20 a?os (un desarrollo sin paliativos) va a desaparecer y la ciudadan¨ªa tendr¨¢ que entender que el pa¨ªs no es rico, que ha de trabajar m¨¢s, racionalizar los recursos, luchar para poder contar en el conjunto de las naciones europeas. Tambi¨¦n tendr¨¢ que solucionar definitivamente el tema de las comunidades, totalmente irrelevante en su concepto actual. No se puede vivir sin un concepto compartido del inter¨¦s general¡±.
?Y qu¨¦ energ¨ªa tendr¨ªamos que usar para propulsarnos otra vez? Nair exclama: ¡°?La unidad, la unidad y la unidad del pa¨ªs! Nadie perdonar¨¢ a Espa?a su debilidad en el conjunto europeo. Europa no es una reuni¨®n de hermanos, es un campo de batalla. Quien pierde el sentido del inter¨¦s de su pa¨ªs est¨¢ muerto. Hay que aprovechar la crisis para modernizar las relaciones sociales, refundar un nuevo Estado social, basado en la producci¨®n nacional, no en la buena voluntad de Europa¡±. Sami Nair cree que ¡°la actual pol¨ªtica de austeridad es contraproducente pues no viene acompa?ada con una estrategia nacional de relanzamiento, y eso es porque el Gobierno no quiere tocar el poder sagrado de las ¨¦lites financieras espa?olas¡±. ¡°Los partidos pol¨ªticos deben rejuvenecerse y abrir camino a la nueva generaci¨®n, menos involucrada en la idea de que Europa es la soluci¨®n para todo... Si tuviera que dar un consejo a mi querida patria espa?ola de acogida dir¨ªa: ?Abrir los ojos!¡±.
Daniel Samper:? la energ¨ªa vendr¨¢? de "la imaginaci¨®n y el rebusque"
Con los ojos muy abiertos, en el centro del hurac¨¢n europeo, est¨¢ Cristina Gallach. Desde su observatorio como responsable de las Relaciones P¨²blicas del Consejo de la Uni¨®n Europea dice lo que ve: ¡°Estamos mal si juzgo por la gran cantidad de j¨®venes excelentemente formados que vienen a Bruselas buscando trabajo u oportunidades aunque sea solo a trav¨¦s de pr¨¢cticas... Y cuando los ves sientes que est¨¢n verdaderamente agobiados y consideran que en Espa?a no tienen posibilidades. Es posible que la memoria sea a veces muy corta, pero mi impresi¨®n es que el factor exterior, es decir, la salida al extranjero, se da mucho m¨¢s ahora que en otras crisis, gracias al mercado ¨²nico, al hecho de que Europa es m¨¢s cercana que antes. Los j¨®venes han viajado m¨¢s. Muchos han estudiado fuera y por tanto no tienen tantos reparos en plantearse la salida¡±.
Ella ve la situaci¨®n ¡°con grand¨ªsima inquietud, desaz¨®n y frustraci¨®n. Hemos pasado de ser un modelo de lo bueno a ser un modelo de lo malo¡±. ?Y c¨®mo salir del atolladero, con qu¨¦ energ¨ªa? ¡°De la energ¨ªa que dan a la sociedad las cosas, muchas, que s¨ª salen bien. Ayer mismo dos j¨®venes empresarias espa?olas recibieron un premio en Bruselas por su empresa agr¨ªcola en expansi¨®n y pionera en t¨¦cnicas medioambientales. Unas mujeres de primera. Estos casos dan una energ¨ªa positiva a la sociedad en su conjunto¡±.
Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, el escritor argentino que acaba de publicar en Espa?a Las mujeres m¨¢s solas del mundo (Clave Intelectual), es subdirector de La Naci¨®n de Buenos Aires y vio aqu¨ª este panorama: ¡°He visto a los espa?oles en un estado de tristeza que no les conoc¨ªa. Est¨¢n aprendiendo dolorosamente que la econom¨ªa no es una l¨ªnea ascendente de progreso constante. Como esta es la primera vez que en tantos a?os los golpea la crisis, los espa?oles parecen en estado de shock. Nosotros, los argentinos, somos expertos en cat¨¢strofes: puede haber virtud en eso, puesto que denuncia nuestra lamentable forma de gestionar y administrar. Pero la situaci¨®n nos templ¨®. La crisis pasar¨¢, y todo esto de ninguna manera invalida los progresos pol¨ªticos, institucionales y econ¨®micos que tuvo Espa?a en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas¡±. O sea, que lo que ocurre no es nada comparado a lo que pasaron ustedes... ¡°Ser¨ªa f¨¢cil decir que Espa?a vive un s¨ªmil de 2001 de la Argentina. Solo que no ser¨ªa cierto ni justo. Espa?a tiene una recesi¨®n y la Argentina tuvo un crac que se llev¨® puesta la econom¨ªa, la pol¨ªtica y las instituciones: todav¨ªa estamos pagando esa ca¨ªda abismal. Particularmente siento que Espa?a es m¨¢s poderosa de lo que cree y que podr¨ªa plantarse mejor frente a quienes le ordenan pol¨ªticas recesivas de ajuste infinito¡±.
Sk¨¢rmeta aconseja "frontar hasta sacar brillo a la solidaridad"
?Alguna salida?, le pregunto al periodista colombiano Daniel Samper Pisano. Para salir hace falta ¡°aguante, paciencia, imaginaci¨®n¡±. ¡°Espa?a se olvid¨® de ser pobre, algo que no le ha pasado a Am¨¦rica Latina: los mejores ricos son los que no se olvidan de d¨®nde vienen¡±. ?Y qu¨¦ energ¨ªa usar para que se nos quite la tristeza de la que habla su colega argentino? ¡°Una energ¨ªa que los latinoamericanos aprendimos de la vieja Espa?a: la de la imaginaci¨®n y el rebusque¡±.
Mientras tanto la calle est¨¢ llena de cristales rotos. Un rayo de luz en esta visi¨®n del escritor chileno Antonio Sk¨¢rmeta (El cartero de Neruda): ¡°Espa?a tiene un magn¨ªfico pueblo que practica el arte de saber vivir con espontaneidad y calidez. Su arte y literatura son magn¨ªficos en todas las ¨¢reas de la creaci¨®n y son fuente de inspiraci¨®n para el mundo. Son brillantes en el deporte. Sus empresarios son pujantes. Su industria es s¨®lida. Su democracia es estable. Su relaci¨®n con Am¨¦rica Latina, excelente. Es la patria de nuestra lengua, y por lo tanto es la patria de los latinoamericanos. Si nos aflige el momento de Espa?a, no es desde afuera. Es desde lo m¨¢s ¨ªntimo. Las virtudes que he enumerado aseguran que Espa?a es bastante s¨®lida y creativa para superar las dificultades actuales¡±.
¡°?Un consejo? En la dif¨ªcil coyuntura, frotar hasta sacarle brillo a un valor que no est¨¢ de moda: solidaridad con los m¨¢s vulnerables¡±.
?Debemos sentirnos como la capital del dolor?
Pilar Tena vive en Dubl¨ªn, es periodista y abogada, ahora acaba de escribir un libro: C¨®mo sobrevivir a un despido... Fue durante 10 a?os subdirectora del Real Instituto Elcano, directora de la Fundaci¨®n Spain'92 y ha vivido en muchas capitales. Desde Irlanda mira lo que pasa y responde esa pregunta: ?Por qu¨¦ sentirnos la capital del dolor? "Quiz¨¢ porque, en lo que se refiere a esta crisis, lo somos. Junto con Grecia, claro, cuyos ciudadanos se sienten seguramente igual de mal que nosotros".
Acude a la estad¨ªstica: ¡°Seg¨²n los c¨¢lculos de Eurostat, de los 26 millones de parados europeos que hay en octubre de 2012, casi seis millones se encuentran en nuestro pa¨ªs. En la zona euro hay unos 19 millones. Es decir, que casi un tercio de los parados de la zona son espa?oles. Y lo malo no es solo que estemos con Grecia a la cabeza del paro, sino que, a diferencia de otros pa¨ªses, como los del B¨¢ltico, que han mejorado en este aspecto, se prev¨¦ que Espa?a sea el ¨²ltimo pa¨ªs del euro en salir de la recesi¨®n. Por lo tanto, no parece que vayamos a crear empleo en a?os¡±.
Los argumentos: ¡°Nuestra crisis es especialmente dura por la alta cifra de paro que estamos registrando desde hace ya a?os, y por dos caracter¨ªsticas que la hacen insoportable: la elevad¨ªsima tasa de desempleo juvenil y los escalofriantes datos sobre el n¨²mero de familias en las que ninguno de sus miembros trabaja¡±.
¡°Al dolor de estas realidades que nos caracterizan se une en el caso de Espa?a el desasosiego que producen las serias dudas que tenemos la mayor¨ªa de los ciudadanos sobre las medidas que se est¨¢n tomando y cu¨¢l puede ser su eficacia¡±, a?ade. ¡°En otros pa¨ªses, como Irlanda, las medidas se asumen y aceptan por lo general como correctas y no se pone en duda la pol¨ªtica del Gobierno, lo que no significa que la sociedad no est¨¦ sufriendo¡±.
Los extranjeros, dice, le preguntan por la familia ("?sigue siendo tan importante en Espa?a como factor de cohesi¨®n...?"), por la econom¨ªa sumergida, por la corrupci¨®n ("se sorprenden de los niveles de corrupci¨®n en Espa?a que muestran los ¨ªndices, y de la p¨¦rdida de credibilidad de los pol¨ªticos"), y por si es verdad lo que The New York Times publicaba en el famoso reportaje de la gente hurgando en la basura... ?Capital del dolor? Desde fuera, a veces, capital del estupor.
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