¡°No basta con hacer los c¨®mics bonitos¡±

Pocos dibujantes de tebeos dejan una huella urbana como Vicente Llobell (Valencia, 1953), Sento. Suyo fue el dise?o de las modernas fallas de la plaza del Ayuntamiento de Valencia en los a?os ochenta, mano a mano con el artista fallero Manolo Mart¨ªn, el modisto Francis Montesinos y el escritor Manuel Vicent. Y suyo es el gigantesco Gulliver que reposa en el cauce del Turia y que atrae a ni?os y ni?as que se deslizan por sus toboganes. Fue uno de los art¨ªfices de la modernizaci¨®n del c¨®mic espa?ol en esos a?os y, tras larga ausencia, vuelve a la disciplina de la que es maestro con una novela gr¨¢fica ambientada en la Guerra Civil ganadora del sexto premio internacional Fnac Sins Entido.

¡°A veces buscas las cosas muy lejos y las tienes en casa; esta es la historia de Pablo, mi suegro, un m¨¦dico que comienza a trabajar en un pueblo de La Rioja cuando se produce el golpe de Estado y de todo el desastre que viene despu¨¦s¡±, aclara el autor de Un m¨¦dico novato, un ¨¢lbum de 120 p¨¢ginas que entregar¨¢ en junio y que ultima a los pies del Teatro Romano de Sagunto, donde vive y trabaja. ¡°Llegamos a encadenarnos para que no demolieran la reforma que hicieron Grassi y Portaceli¡±, recuerda mientras da cuenta de un esmorzar valenciano, caracter¨ªstico tentempi¨¦ de media ma?ana antes de reanudar la faena.

No era consciente de que su obra participa de una tendencia del c¨®mic espa?ol a recuperar la Guerra Civil, pero lo considera ¡°una feliz coincidencia¡±, mal que les pese a quienes dicen ¡°ya estamos otra vez con lo mismo¡±. Era una historia que hace tiempo ten¨ªa ¡°en reserva¡± con su mujer, la tambi¨¦n artista Elena Uriel. ¡°Hay muchas cosas que contar ah¨ª, en la Guerra Civil¡±, asegura. ¡°Como escenario es una fuente de acci¨®n a raudales, porque hablamos de circunstancias extraordinarias y de seres humanos enfrentados a situaciones extremas que a un narrador le ayudan mucho¡±.

El dibujante regresa con una novela gr¨¢fica ambientada en la Guerra Civil

Detr¨¢s hay muchas conversaciones con su suegro, que tras largo silencio escribi¨® en los setenta un relato a sus hijas ¡°para que supieran lo que hab¨ªa pasado¡±. Sus pensamientos y reflexiones est¨¢n presentes en Un m¨¦dico novato. Sento piensa ¡°en un p¨²blico joven¡±, en lectores ¡°no contaminados por la vivencia de la Guerra Civil, porque en su casa eran de Falange o porque eran socialistas¡±. La mirada no es equidistante, pero ¡°Pablo estuvo prisionero de los unos y de los otros, y eso le da cierta objetividad¡±. La idea es, si todo va bien, hacer una trilog¨ªa.

Aun siendo considerado un estilista, cada vez le interesa m¨¢s la narraci¨®n y menos el dibujo, ¡°al que se le dio mucha importancia en la ¨¦poca de la renovaci¨®n de los c¨®mics¡±, cuando revistas como Cairo marcaron un hito y Valencia fue el pa¨ªs invitado en el Festival de Angouleme. ¡°Pero una vez hecha la revoluci¨®n est¨¦tica hay que seguir, no solo hacerlo bonito¡±, proclama. Despu¨¦s de muchos a?os dedicado a la publicidad, este es el regreso de Sento al c¨®mic. Se reconoce art¨ªsticamente enamoradizo y por eso el Gulliver del r¨ªo y por eso su trabajo en fallas innovadoras cada cinco o seis a?os. Reconoce que no es f¨¢cil introducir innovaci¨®n en las fiestas tradicionales. ¡°Yo he colaborado con la de Na Jordana, que es algo m¨¢s especial y me dejan hacer de todo¡±, explica, ¡°pero me sabe mal que a veces no le hayan dado el primer premio porque lo que hac¨ªa yo era un poquito arriesgado¡±.