Cambiar las cosas con un clic
Cada d¨ªa se registran miles de firmas en plataformas de activismo como Change.org o Avaaz Algunas de estas peticiones encontraron el resultado esperado
La convicci¨®n que tiene la ciudadan¨ªa de poder cambiar las cosas ¨Cen sanidad, educaci¨®n, pol¨ªtica, medio ambiente, derechos humanos¡¨C responde a veces al deseo de querer mejorar el mundo, pero tambi¨¦n lo que ocurre en su barrio o en su casa. A mediados del mes de febrero, el Gobierno rectific¨® su decisi¨®n de no tomar en consideraci¨®n la iniciativa legislativa sobre desahucios que presentaron en el Congreso diversos colectivos sociales, y que hab¨ªan firmado 1.402.854 ciudadanos convencidos de que el entorno es moldeable. ?Cu¨¢nto tuvo que ver en ello la presi¨®n popular?
Plataformas de activismo en Internet como Change.org y Avaaz, que recogen firmas para hacer realidad propuestas ciudadanas, han acortado a golpe de clic la distancia entre el deseo y la realidad. Luis Aguado, portavoz de Change.org, cree que algunos de los ¨²ltimos indultos concedidos por el Gobierno se han logrado gracias a la presi¨®n popular a trav¨¦s de la recogida de firmas. Algunas como las que recopila la plataforma a la que ¨¦l representa.
Es el caso, por ejemplo, de Emilia Soria, la madre de Requena (Valencia) que iba a ingresar en prisi¨®n por usar una tarjeta de cr¨¦dito extraviada con la que compr¨® comida para su familia. Su caso moviliz¨® a 174.542 ciudadanos que emplazaron a trav¨¦s de Change.org al Consejo General del Poder Judicial, al Decanato de los Juzgados de Valencia y al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, a "anular la entrada en prisi¨®n de esta madre joven que cometi¨® un delito por necesidad". No fue la ¨²nica f¨®rmula utilizada, eso s¨ª. Muchos ciudadanos pidieron tambi¨¦n a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n el indulto para Soria. Pero ella considera que el apoyo a trav¨¦s de Internet fue vital. "Ayud¨® todo, pero las firmas de Change me ayudaron much¨ªsimo. Tuve casi 200.000 mil, que present¨® mi abogado a las instituciones", afirma euf¨®rica y feliz al otro lado del tel¨¦fono.
El papel de esa plataforma? ¨Ccon 25 millones de usuarios en todo el planeta; tres millones y medio de ellos en Espa?a¨C es asesorar a los usuarios durante todo el procedimiento para que sus impulsos lleguen a los destinatarios de esas peticiones. Y para que esas reclamaciones tengan mayor eco. Los internautas pueden, en cualquier caso, entregar de forma f¨ªsica las firmas, bien en una reuni¨®n con el destinatario ¨Cdesde una administraci¨®n a una empresa o una universidad¨C? o en una concentraci¨®n p¨²blica. Change se fund¨® en 2007, aunque a Espa?a no lleg¨® hasta mayo de 2012, tras fusionarse con el exportal de cibercativismo espa?ol, Actuable.
Juan Carlos Markaida consigui¨® que NovaGaliciaBanco aceptara la daci¨®n en pago de su vivienda. Casi 26.000 personas firmaron en Change.org para que este hombre, en paro y en silla de ruedas tras sufrir un infarto cerebral, pudiese tener un futuro que ahora puede disfrutar en presente. Aunque esa presi¨®n no garantiza siempre ser o¨ªdo; seg¨²n el portavoz de Change.org, cualquier persona, en cualquier lugar, puede iniciar una campa?a, pero la respuesta var¨ªa mucho en cada caso. "En algunos escuchan la voz de los ciudadanos y atienden la demanda de la petici¨®n, pero en otros, no responden", dice Aguado.
Avaaz significa voz en varios idiomas. Esta organizaci¨®n global de campa?as ciudadanas tiene m¨¢s de 18 millones de miembros de todo el mundo. Opinan que la presi¨®n de sus firmas influy¨® en el freno que puso el Congreso de EE UU a la ley antipirater¨ªa SOPA y PIPA con casi tres millones y medio de firmas; el reconocimiento del Estado de Palestina ante la ONU, que avalaron cerca de dos millones de internautas; o que la Comisi¨®n Europea haya recomendado la prohibici¨®n de tres plaguicidas por riesgo para las abejas. Esta ¨²ltima propuesta caus¨® a comienzos de este mes un aut¨¦ntico zumbido con?2.510.613 apoyos.
Uno de los ¨²ltimos logros en la Red ha sido el indulto a la madre que compr¨® comida con una tarjeta extraviada
Su director de campa?as, Luis Morago, explica que cada propuesta que realizan tiene un componente de "acci¨®n online", pero tambi¨¦n fuera de la Red: "Quienes formamos el equipo de Avaaz, a menudo en colaboraci¨®n con otras organizaciones, nos reunimos en persona con representantes pol¨ªticos y del sector privado para hacerles llegar nuestros mensajes, y entregarles las firmas directamente".
No siempre las peticiones m¨¢s firmadas consiguen su objetivo. En Change.org a¨²n colean varias de las propuestas que m¨¢s furor han causado. Tal es el caso de la petici¨®n de la "dimisi¨®n de la c¨²pula del Partido Popular", tras el caso B¨¢rcenas, que el usuario Pablo Gallego subi¨® a la plataforma el pasado 31 de enero. En tan solo 12 horas, esta iniciativa recibi¨® 200.000 firmas; un ritmo de crecimiento que, seg¨²n asegura su portavoz, Luis Aguado, nunca antes se hab¨ªa producido. El enfado asciende hasta el momento a 1.145.837 personas.
Muchas de estas propuestas nacen desde el est¨®mago; desde la reacci¨®n inmediata a un hecho muy concreto. En ese sentido, el soci¨®logo Enrique Gil Calvo afirma que habr¨ªa que preguntarse cu¨¢ntos de ese mill¨®n de personas, "que han firmado tal o cual petici¨®n", lo habr¨ªan hecho de no haber sido empujados por la masa cr¨ªtica. "Al principio, como en las manifestaciones, solo se apuntan cuatro gatos; esos son los m¨¢s motivados. Cuando se suma la mayor¨ªa se produce el efecto de 'tonto el ¨²ltimo', que es la menor de las voluntades. Los cuatro gatos lo hacen contra la corriente y son los destacables", afirma. "Ojal¨¢ se pudiera hace ?ch¨¢s! y transformar el mundo con un chasquido. Como se suele decir, el hombre propone y el azar dispone", a?ade este experto.
Isabel de la Fuente no quiere depender de la suerte. Por eso esta madre de una de las fallecidas en la tragedia del recinto Madrid Arena ha lanzado una campa?a para modificar la Ley de Espect¨¢culos. Todav¨ªa est¨¢ en marcha (421.639 firmas hasta la fecha) y lo hace, seg¨²n el escrito, para que una tragedia similiar no vuelva a repetirse. Seg¨²n informan desde Change.org, se reunir¨¢ pr¨®ximamente con el destinatario para entregarle las firmas. Su petici¨®n va dirigida al presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio Gonz¨¢lez.
Desde estas plataformas se asesora a los usuarios para que sus peticiones tengan el mayor ¨¦xito
Como Quijote con los molinos, los hay que salen lastimados de su lucha contra los gigantes. El periodista y bloguero Pablo Herreros no guarda un buen recuerdo de la repercusi¨®n que tuvo la campa?a que lanz¨® desde su blog para pedir a los anunciantes del antiguo programa de Telecinco La Noria que retirasen su publicidad, despu¨¦s de una entrevista remunerada a la madre de El Cuco, uno de los implicados en el asesinato de Marta del Castillo, a la que pagaron unos 10.000 euros. La cadena de Mediaset se querell¨® contra ¨¦l por amenazas y coacciones y Herreros pas¨® de encabezar una petici¨®n, a ser el destinatario de otra en la que se ped¨ªa otra vez a las marcas que no se anunciasen en la cadena hasta que Telecinco retirara su querella, como luego ocurri¨®.
Otra cosa es la opini¨®n de este bloguero sobre Internet, que dice que es el pegamento que une todas las fuerzas. As¨ª, se?ala que lo que antes "era una pataleta en la barra del bar, ahora puede transformarse en soluciones". Aunque Herreros cree que esta oleada de solidaridad no tiene nada que ver con la crisis, "que tan solo ha acelerado el proceso", ya que se ha pasado, afirma, de una ¨¦poca de la est¨¦tica, a la ¨¦poca de la ¨¦tica. "Salir a la calle es una herramienta pero no la ¨²nica ni la mejor. Porque esos cuatro gatos en Internet son la fuerza de la presi¨®n social. A Emilia, por ejemplo, la salvaron las firmas", rubrica.
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