John Hoffman, director del MWC
"Los ni?os no quieren hablar. Solo escribir SMS", dice el director de la feria del m¨®vil augura el fin de la escritura a mano
Maneja una Blackberry negra y viaja arrastrando un pesado port¨¢til que le permite mecanografiar, algo que aprendi¨® de ni?o. Aparece con abrigo negro y gafas negras. Estos d¨ªas no dormir¨¢ tres noches seguidas en el mismo hotel de Barcelona, para probar lo que encontrar¨¢n los congresistas. Se llama John Hoffman y es el consejero delegado de la GSMA, asociaci¨®n que agrupa a 800 operadoras y 200 empresas de la telefon¨ªa m¨®vil.
Arquitecto de formaci¨®n, Hoffman (Michigan, 1957) es el responsable del congreso de telefon¨ªa m¨®vil m¨¢s importante del mundo, el Mobile World Congress (MWC), que el lunes comienza en Barcelona. Por sus manos pasan todas las innovaciones m¨®viles del mundo. Muy lejos queda su primer Motorola, all¨¢ por 1985. Ahora, sin embargo, dice tener suficiente para trabajar con una Blackberry.
Este estadounidense optimista por naturaleza es padre de cinco hijos; tres estudian en la universidad, otro de 16 va al instituto y el de 6 a?os est¨¢ en primaria. ¡°Los ni?os no quieren hablar hoy. Solo escribir mensajes. Algunas veces en lugar de subir las escaleras y hablar, les env¨ªo un SMS¡±.
Al m¨¢s peque?o de sus hijos no se le da bien la caligraf¨ªa en la escuela, tema que al padre no le preocupa. Pese a las discusiones con su mujer, afirma convencido: ¡°Escribir a mano se convertir¨¢ en algo del pasado. Dejaremos de escribir a mano. Yo ya solo escribo en may¨²sculas¡±.
Hoffman es optimista. Hace solo un a?o, a las puertas del congreso en Montju?c, una manifestaci¨®n contra los recortes en la educaci¨®n puso a la organizaci¨®n al l¨ªmite. La quema de contenedores gener¨® mucha tensi¨®n. Hoffman, sin embargo, sigui¨® la protesta desde la primera l¨ªnea de la calle, junto a los antidisturbios, sin perder la sonrisa. ¡°Es democracia¡±, declar¨® entonces. ¡°Si quieres manifestarte tienes todo el derecho siempre y cuando respetes a los dem¨¢s¡±, dice hoy.
Su apuesta por Barcelona como capital del m¨®vil es segura hasta 2018. Eso no quita que se preocupe por la situaci¨®n, pero desmiente t¨®picos. ¡°Espa?a no ha vivido por encima de sus posibilidades. Ha sido la crisis¡±. Sin embargo, ve una importante diferencia legal. ¡°Algo que no existe en Espa?a y s¨ª tenemos en Estados Unidos es el concepto de quiebra. Si pierdes tu trabajo y tu casa puedes volver a empezar. No conozco bien las leyes espa?olas, pero en Estados Unidos puedes volver a empezar varias veces y acabar triunfando. Y no existe ese estigma ligado al fracaso, sino que es parte del ¨¦xito¡±. Pero ?ve luz al final del t¨²nel? ¡°?Pese al paro? Por supuesto¡±, contesta Hoffman, y se?ala el restaurante en el que estamos, lleno a rebosar un martes. Calla unos segundos para probar la calabaza asada y sigue: ¡°Estamos mucho m¨¢s integrados de lo que jam¨¢s pensamos ni estuvimos nunca¡±, reflexiona. Pero no hace apuestas de futuro: ¡°Los cambios son duros. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en 20 a?os? No lo s¨¦¡±. No se moja con la consulta soberanista en Catalu?a. ¡°Como organizaci¨®n, estaremos cuidadosamente pendientes¡±. Antes de degustar la pi?a, Hoffman se pone serio: ¡°Mejor los optimistas que los arrogantes; los conservadores que los asustados¡±. Y se lanza: ¡°Esta edici¨®n del congreso va a ser la mejor de la historia¡±.
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