Hipotecados a la europea
El Gobierno ha esperado a que la UE le recuerde que los espa?oles son v¨ªctimas de cl¨¢usulas abusivas
Es evidente que la crisis y las pol¨ªticas econ¨®micas europeas est¨¢n fomentando la desafecci¨®n de los ciudadanos. Y, sin embargo, al menos para los espa?oles, ?menos mal que existe la Uni¨®n Europea! Para sonrojo de todos los pol¨ªticos que han pasado por los sucesivos gobiernos de Espa?a desde 1993, tanto del PP como del PSOE, han tenido que ser unos jueces del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea los que hayan puesto las cosas en su sitio respecto a los abusos que las entidades financieras espa?olas est¨¢n cometiendo en el mercado hipotecario espa?ol.
El caso que el juez espa?ol llev¨® al tribunal, con sede en Luxemburgo, evidencia cu¨¢l es la situaci¨®n. Lo recoge con precisi¨®n la propia sentencia europea. Mohamed Aziz pide en 2007 un cr¨¦dito a Catalunyacaixa de 138.000 euros para comprarse un piso. La entidad se lo concede y Aziz, mediante contrato, se compromete a amortizar el pr¨¦stamo con intereses durante 33 a?os. El hombre se queda sin trabajo al cabo de un a?o y deja de pagar, momento en el cual Catalunyacaixa aplica de manera autom¨¢tica las cl¨¢usulas del contrato. Le aplica intereses de demora anuales del 18,75% y, adem¨¢s, le exige a su cliente el pago del capital prestado de manera inmediata. El resultado es que Aziz fue expulsado de su casa (tasada en la mitad de precio, por cierto) y la entidad le reclama 139.674 euros en concepto principal, 90 euros por intereses vencidos y 41.902 por costas: total, 181.666 euros.
Este podr¨ªa ser un caso m¨¢s de los miles que se han producido en Espa?a durante d¨¦cadas con la diferencia de que Aziz dio a parar con un abogado, Dionisio Moreno, y un juez, Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez Seijo, que han tenido la imaginaci¨®n, la honradez y la perseverancia suficiente como para llevar el caso a instancias superiores, dado que en Espa?a la alianza gubernamental con el mundo financiero ha permitido y permite este engendro. ?C¨®mo es posible que a d¨ªa de hoy Espa?a no disponga de una legislaci¨®n que impida estos desmanes? ?C¨®mo es posible que el Gobierno espa?ol ¡ªentonces en manos de Felipe Gonz¨¢lez¡ª aprobara con sus socios europeos una directiva que prohib¨ªa las cl¨¢usulas abusivas en los contratos y todav¨ªa no se haya traspuesto la norma a nuestro marco legal?
Los euroesc¨¦pticos tienen tras la sentencia sobre las hipotecas una raz¨®n para reconsiderar su posici¨®n
La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE es un monumento a la sensatez. El juez Fern¨¢ndez Seijo ped¨ªa aclaraciones sobre cu¨¢ndo deben considerarse abusivas las cl¨¢usulas de un contrato y con una literatura jur¨ªdica no muy alambicada, los jueces vienen a responder que hay abuso cuando estas producen en el consumidor (frente al profesional, la entidad financiera) ¡°un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes¡±. En otra parte de la sentencia se especifica que una cl¨¢usula es abusiva cuando en la negociaci¨®n individual un consumidor de buena fe jam¨¢s la habr¨ªa aceptado. Son razonamientos, en fin, de sentido com¨²n. Como aquella otra sentencia reciente, tambi¨¦n europea, en la que indicaba que los intereses de demora no pueden tener una gran desproporci¨®n con el precio habitual del dinero.
Lo perverso de todo este asunto es que al tiempo que la crisis arreciaba, al tiempo que se suced¨ªan llamadas de atenci¨®n por parte de los jueces y de los movimientos ciudadanos, al tiempo que se conoc¨ªan las escandalosas cifras de ejecuciones hipotecarias y se produc¨ªan algunos suicidios por parte de algunos afectados, el Gobierno de turno, en este caso del PP, ha actuado con una lentitud desesperante. Hasta el punto de que han tenido que venir desde la Uni¨®n Europea a recordar a nuestras autoridades que los consumidores espa?oles no disponen de la misma protecci¨®n que el resto de los europeos porque sus pol¨ªticos no han hecho su trabajo y que Espa?a, tan europe¨ªsta y tan presta siempre a hacerse la foto en Bruselas, firma una cosa all¨ª y hace otra distinta aqu¨ª.
Desde el jueves pasado, muchos de los que se est¨¦n pasando al euroescepticismo tienen una buena raz¨®n para reconsiderar su posici¨®n y otra buena raz¨®n para comprender que Europa no es un ente ajeno y alejado. El Tribunal de Justicia de la UE es una de las instituciones que m¨¢s ha hecho por los europeos, pero est¨¢ obligado a aplicar las normas que deciden los pol¨ªticos. Si las que ahora se toman no nos gustan, basta con cambiarlos. En un a?o tenemos la oportunidad de hacerlo, por cierto.
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