El Gobierno da alas al ¡®fracking¡¯
Un proyecto de ley fija el control ambiental del pol¨¦mico sistema para lograr gas pizarra Los empresarios anuncian inversiones de entre 700 y 1.000 millones de euros
El Gobierno ya se ha puesto manos a la obra para dar cobertura legal al pol¨¦mico fracking, nombre con el que se conoce la extracci¨®n de gas no convencional mediante fracturaci¨®n hidr¨¢ulica. El Consejo de Ministros aprob¨® el 1 de marzo un anteproyecto de ley sobre sistemas el¨¦ctricos en el que incluy¨® un apartado de control ambiental para esta t¨¦cnica. Ser¨¢ obligatorio someter esos proyectos al procedimiento de Evaluaci¨®n de Impacto Ambiental. Este viernes, solo 15 d¨ªas despu¨¦s, el anteproyecto ya era proyecto de ley y empezaba su tramitaci¨®n.
Medio centenar de Ayuntamientos de Cantabria y Castilla y Le¨®n escribieron en enero al ministro de Industria, Jos¨¦ Manuel Soria, a trav¨¦s de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias, para trasladarle su ¡°preocupaci¨®n¡± por el impacto que los estudios de fracking pod¨ªan tener en el medio ambiente de sus territorios y ¡°en la salud de sus vecinos¡±. Soria contest¨® a finales de febrero y dej¨® clara su postura: ¡°Este ministerio considera que esta t¨¦cnica debe ser permitida¡± siempre que se cumplan las medidas de protecci¨®n del medio ambiente y las personas. Para tranquilizar a los municipios, a?ad¨ªa que las empresas deber¨¢n constituir seguros de responsabilidad civil ¡°para hacer frente a eventuales incidentes¡±.
El grupo Popular en el Congreso tambi¨¦n ha propuesto recientemente la implantaci¨®n de un tributo que grave la extracci¨®n de hidrocarburos en Espa?a para financiar con esos ingresos a las comunidades y Ayuntamientos donde se ubiquen los yacimientos. La oposici¨®n y las organizaciones ecologistas lo interpretan como el intento de ofrecer un aliciente econ¨®mico a los municipios o regiones reticentes.
El fracking es adorado y temido con igual intensidad. Para unos, esta t¨¦cnica de obtenci¨®n de gas pizarra (shale gas en ingl¨¦s), convertir¨¢ in¨²tilmente a Espa?a en una especie de queso gruyer. Para otros, es la oportunidad de oro de un pa¨ªs que importa el 99% de los hidrocarburos que consume. Emular¨ªa as¨ª a Dakota del Norte (EE UU), uno de los Estados l¨ªder en su explotaci¨®n. Las mayores cr¨ªticas al fracking est¨¢n relacionadas con un aumento de episodios s¨ªsmicos, riesgo de filtraciones de gas metano a los acu¨ªferos, dudas sobre la composici¨®n de los productos qu¨ªmicos y el excesivo gasto de agua. El documental Gasland, ganador del premio especial del jurado en el festival de Sundance, muestra los efectos en los acu¨ªferos en zonas de EE UU plagadas de pozos de fracking con im¨¢genes impactantes de granjeros que prenden fuego con un mechero al agua que sale de sus grifos.
Los avances de la t¨¦cnica ¡ªque comenz¨® a usarse en Estados Unidos hace 40 a?os¡ª y el tremendo inter¨¦s que demuestran las empresas del sector por usarla a Espa?a genera grandes temores medioambientales y muchas expectativas. Espa?a tiene, seg¨²n c¨¢lculos del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, recursos de gas no convencional para 39 a?os de consumo.
Ni si quiera esas expectativas convencen a todos. El diputado socialista Hugo Mor¨¢n, secretario federal de ordenaci¨®n del territorio y sostenibilidad, cree la mayor¨ªa de los municipios afectados no lo ve el sistema con buenos ojos. ¡°Es muy f¨¢cil acceder, a trav¨¦s de Internet, por ejemplo, a estudios rigurosos sobre sus efectos¡±, subraya. ¡°El lobby ya est¨¢ actuando¡±, aporta el ge¨®logo Julio Barea, responsable de la campa?a de energ¨ªa y cambio clim¨¢tico de Greenpeace Espa?a. ¡°Los empresarios han creado la plataforma Shale Gas para contraargumentar todo lo que vamos diciendo¡±, incide. Laia Ortiz, diputada de la coalici¨®n Izquierda Plural, critica que el boom del fracking est¨¦ paralizando todas las energ¨ªas renovables: ¡°Es una postura miope, son los ¨²ltimos coletazos para aprovechar unos recursos finitos¡±.
Claves de una t¨¦cnica controvertida
?Qu¨¦ es? La fractura hidr¨¢ulica, o fracking, consiste en romper rocas que albergan los hidrocarburos (gas o petr¨®leo) mediante la inyecci¨®n a alta presi¨®n de un compuesto de agua (99,5%), arena y productos qu¨ªmicos. Se perfora entre los 2.000 y 6.000 metros de profundidad.
Los avances de los ¨²ltimos a?os permiten exprimir los restos de la esponja gas¨ªstica y petrolera. Dentro del gas no convencional, se encuentra el shale gas (de pizarra), el tight gas (se extrae de arenas compactas) y el coal bed methane (metano del manto de carb¨®n).
Expectativas en Espa?a.Las zonas con mayor potencial para extraer gas de pizarra son, por orden de expectativas de las empresas: la Cuenca Vasco-Cant¨¢brica (donde ya se han realizado 202 sondeos de exploraci¨®n y se estima la existencia de 1,08 billones de metros c¨²bicos de gas no convencional), el Macizo Cant¨¢brico (con dos sondeos y una previsi¨®n de 381.000 millones de metros c¨²bicos), la Cuenca Surpirenaica (en la que se ha perforado 63 veces y se presume un almacenamiento de 263.000 milones de metros c¨²bicos) y la Cordillera Ib¨¦rica (con 18 sondeos y 95.000 millones de metros c¨²bicos).
Los ¨²ltimos datos del sector contabilizan 70 permisos de investigaci¨®n vigentes y otros 75 pendientes de otorgar, 47 de ellos ante las comunidades aut¨®nomas. Este inter¨¦s por el subsuelo espa?ol no se hab¨ªa visto desde los a?os setenta. Los permisos son gen¨¦ricos, de "investigaci¨®n de hidrocarburos", pero la mayor¨ªa prev¨¦ utilizar el fracking para obtenerlos.
El Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas ha presentado esta semana un estudio que aconseja no perder este tren energ¨¦tico. Uno de los dos coautores, el catedr¨¢tico Fernando Pend¨¢s, tiene la doble vertiente de empresario del sector. Las nueve compa?¨ªas de investigaci¨®n, exploraci¨®n y producci¨®n de hidrocarburos, agrupadas en la asociaci¨®n Aciep, han anunciado inversiones privadas de entre 700 y 1.000 millones. El sector insiste en que la sociedad debe conocer ¡°la realidad tecnol¨®gica, las medidas de seguridad y los beneficios¡±. Los c¨¢lculos de los empresarios traducen el ¡°espectacular¡± bot¨ªn gas¨ªstico a 700.000 millones de euros, en funci¨®n de los precios actuales de mercado. ¡°Si le sumamos las expectativas de petr¨®leo, valoradas en unos 150.000 millones euros, y todo se confirma en reservas, redondeando la cifra tendr¨ªamos casi el PIB de Espa?a en un a?o, que es aproximadamente de un bill¨®n de euros. Todo potencialmente en nuestro subsuelo¡±, afirma Juan Carlos Mu?oz-Conde, vicepresidente de Aciep.
¡°Dicen que Europa no es Dakota del Norte ¡ªdonde se encuentra la formaci¨®n rocosa Barnett, la de mayor potencial hoy en d¨ªa de shale gas¡ª, pero si retrocedemos 300 millones de a?os, vemos que los continentes estaban juntos y que Europa estaba con Dakota del Norte. (...) Geol¨®gicamente somos Dakota del Norte, podemos serlo, hay que vencer todos esos prejuicios¡±, defiende Enrique Hern¨¢ndez, director t¨¦cnico de la consultora Gessa, especializada en exploraci¨®n e investigaci¨®n geol¨®gica y geof¨ªsica del subsuelo, y autor de un informe encargado por el sector.
El espejo de Estados Unidos ofrece dos im¨¢genes. Por un lado, la extracci¨®n de gas no convencional ha logrado dinamizar la econom¨ªa, crear empleo y disponer de gas al 20% del precio que se paga en Europa. Por otro, varios informes, como el publicado en 2011 por la universidad estadounidense de Cornell, inciden en que la emisi¨®n de gases de efecto invernadero en explotaciones de gas pizarra es mayor que en yacimientos convencionales, incluso que en las de carb¨®n.
Los detractores del fracking insisten en que, a pesar de las expectativas geol¨®gicas, Espa?a no tiene ni la legislaci¨®n de EE UU ¡ªdonde el subsuelo es propiedad privada y no del Estado¡ª ni la demograf¨ªa. ¡°No es casual que la explotaci¨®n en ese pa¨ªs se concentre en zonas despobladas e incluso des¨¦rticas. Encontrar espacios no habitados similares es algo excepcional en Espa?a y la mayor parte de la UE¡±, se?ala el diputado Mor¨¢n. Los permisos de investigaci¨®n concedidos hasta ahora para detectar hidrocarburos en Espa?a facultan a su titular para sondear, en exclusiva y en una superficie determinada, la existencia de petr¨®leo o gas. A¨²n no hay ninguno de gas pizarra en fase de explotaci¨®n.
¡°Geol¨®gicamente somos como Dakota del Norte¡±, dice un experto
El debate sobre el fracking lleg¨® al gran p¨²blico en 2011 cuando el entonces lehendakari vasco, Patxi L¨®pez (PSE), anunci¨® por todo lo alto que en Euskadi se hab¨ªa encontrado una reserva de gas pizarra equivalente a cinco veces el consumo anual de toda Espa?a. Su Ejecutivo respald¨® el proyecto, llamado Gran Enara, a trav¨¦s de la sociedad p¨²blica Hidrocarburos de Euskadi. El Gobierno de I?igo Urkullu (PNV) le puso freno nada m¨¢s ganar las elecciones. La fuerte contestaci¨®n social en ?lava hizo incluso que varios municipios se declarasen ¡°zona libre de fracking¡±. Pr¨¢cticamente cada semana se constituye una nueva organizaci¨®n ciudadana en alg¨²n punto del pa¨ªs contra la t¨¦cnica.
La Plataforma por un Nuevo Modelo Energ¨¦tico naci¨® al calor de la protesta del alcalde de Albuquerque (Badajoz), ?ngel Vadillo, por la supresi¨®n de las primas a las energ¨ªas renovables. Ahora cuenta con el apoyo de 64 organizaciones y m¨¢s de 600 personas que, seg¨²n su portavoz, Jos¨¦ Vicente Barcia, se preguntan ¡°por qu¨¦ Espa?a incentiva estas tecnolog¨ªas en lugar de hacerlo con las energ¨ªas renovables¡±. Y apunta: ¡°?Por qu¨¦ Alemania, un pa¨ªs con mucho menos sol, tiene un parque de energ¨ªa solar mucho m¨¢s extenso que el nuestro?¡±. La plataforma se present¨® en la puerta del Club Financiero G¨¦nova, donde la asociaci¨®n Aciep ofreci¨® su rueda de prensa, ¡°con el fin de mostrar que la sociedad civil rechaza esta pr¨¢ctica porque contribuye al cambio clim¨¢tico, tiene un grav¨ªsimo impacto ambiental, contamina los acu¨ªferos y pone en peligro la vida de las poblaciones cercanas¡±.
¡°Este ¡®boom¡¯ est¨¢ paralizando las renovables¡±, se?ala
Europa carece de una legislaci¨®n com¨²n sobre los requisitos ambientales que requiere este controvertido m¨¦todo de extracci¨®n de hidrocarburos, y no parece que vaya a tenerla en breve. La divisi¨®n entre pa¨ªses, e incluso entre comisarios de unas ¨¢reas y otras, es evidente. Francia, Irlanda o Bulgaria han impuesto moratorias al fracking. Polonia apuesta decididamente por este m¨¦todo. ¡°Va a ser dif¨ªcil conseguir una armonizaci¨®n¡±, pronostica el eurodiputado por ICV Ra¨¹l Romeva. ¡°El comisario Oettinger, de Energ¨ªa, es defensor a ultranza con el argumento de la soberan¨ªa energ¨¦tica, pero Potocnik, el comisario de Medio Ambiente, dice ¡®cuidado¡¯, y alerta de que hay demasiadas incertidumbres y de que no est¨¢ claro que los beneficios econ¨®micos compensen¡±.
Hasta ahora, los informes pedidos tanto por la Comisi¨®n Europea como por el Parlamento han mostrado conclusiones divergentes. Uno de ellos, de enero de 2012, afirmaba que no es necesaria m¨¢s regulaci¨®n ambiental. En cambio, el Parlamento Europeo aprob¨® una resoluci¨®n en noviembre pasado en la que le dice a la Comisi¨®n que deber¨ªa ¡°complementar y extender la legislaci¨®n medioambiental europea¡±. El comisario Potocnik declar¨® tambi¨¦n en noviembre que la UE no tiene competencias para declarar una moratoria en toda la Uni¨®n, pero anunci¨® que se abr¨ªa un periodo de consultas sobre el fracking, a¨²n en vigor, para que organizaciones y particulares puedan hacer sugerencias.
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