La primera regulaci¨®n en 300 a?os sacude a la prensa brit¨¢nica
Reino Unido crear¨¢ un supervisor independiente tras el esc¨¢ndalo de las escuchas Grandes grupos sienten atacada la libertad de expresi¨®n
Reino Unido va a establecer un in¨¦dito sistema de regulaci¨®n de la prensa, defendido por las principales fuerzas pol¨ªticas como un mecanismo independiente, voluntario y necesario ante los excesos de ciertos peri¨®dicos, pero que algunos de los grandes grupos medi¨¢ticos tildan de ataque en toda regla a 300 a?os de libertad de expresi¨®n. Las espadas est¨¢n en alto desde que el Gobierno del conservador David Cameron anunciara hoy, con el apoyo de la oposici¨®n laborista, la creaci¨®n de un organismo supervisor a ra¨ªz del esc¨¢ndalo de las escuchas telef¨®nicas que provoc¨® el cierre del tabloide News of the World, una investigaci¨®n p¨²blica sobre la ¨¦tica de los profesionales y las pesquisas paralelas de la polic¨ªa que se han saldado con la detenci¨®n de decenas de periodistas por incurrir en pr¨¢cticas ilegales.
El anuncio formulado por el primer ministro brit¨¢nico en la C¨¢mara de los Comunes es el fruto de un pacto, cerrado in extremis con los socios liberaldem¨®cratas de coalici¨®n y los laboristas, para dar respuesta a las miles de v¨ªctimas de los pinchazos telef¨®nicos sin tener, seg¨²n su propia expresi¨®n, que ¡°cruzar el Rubic¨®n¡±. En otras palabras, eludiendo un intervencionismo del Estado en los medios de comunicaci¨®n que la sociedad brit¨¢nica no podr¨ªa aceptar, por muy cr¨ªtica que se haya revelado frente a casos como el de Milly Dowler, la adolescente secuestrada y asesinada en 2002, cuyo m¨®vil fue pinchado por periodistas del extinto dominical de Rupert Murdoch en plena investigaci¨®n.
La adscripci¨®n al organismo ser¨¢ voluntaria
En esencia, el acuerdo contempla el establecimiento de un organismo independiente que velar¨¢ por la aplicaci¨®n de un f¨¦rreo c¨®digo ¨¦tico, en cuya elaboraci¨®n tendr¨¢n preeminencia los propios peri¨®dicos y al que podr¨¢n adherirse libremente. Ese sistema, nominado como c¨¦dula real (royal chart) porque est¨¢ sometido a la sanci¨®n de Isabel II, no precisa en principio de una legislaci¨®n expresa, seg¨²n sostiene Cameron al esgrimir como ejemplo el mismo mecanismo que se aplica hoy a la radiotelevisi¨®n p¨²blica BBC. El laborista Ed Miliband y el liberaldem¨®crata Nick Clegg, n¨²mero dos del Gobierno, interpretan, en cambio, que ese modelo cobra el car¨¢cter de ley, en cuanto su modificaci¨®n exigir¨ªa el voto de dos tercios del Parlamento. No se trata de una simple precisi¨®n t¨¦cnica: una ley implica su cumplimiento, mientras que Cameron ha isnistido que la c¨¦dula real va a ofrecer la adhesi¨®n voluntaria de los peri¨®dicos.
Las declaraciones de unos y otros sugieren que ha sido ¨¦l quien ha logrado imponer, en grueso, sus postulados. El futuro cuerpo regulador, en el que los medios podr¨¢n designar a su propio representante, no tendr¨¢ la potestad de obligar, aunque s¨ª ejercer¨¢ una fuerte presi¨®n sobre los medios, para que publiquen, por ejemplo, rectificaciones de informaciones err¨®neas en un lugar destacado, ¡°y no en un recodo escondido de la p¨¢gina 36¡±, tal y como subray¨® Miliband. El l¨ªder laborista est¨¢ jugando la carta de la sinton¨ªa con las asociaciones de v¨ªctimas de los pinchazos, encabezadas por personajes tan conocidos como la autora de la saga de Harry Potter, JK Rowling, o el actor Hugh Grant, promotor del grupo Hacked Off (Pinchado), pero al tiempo debe intentar soslayar las cr¨ªticas que lo tildan de enemigo de la libertad de prensa. Por eso la futura c¨¦dula real ha sido presentada como una entidad ante todo mediadora, que contemplar¨ªa, aunque intentar¨ªa eximir por la v¨ªa de la negociaci¨®n, multas de hasta un mill¨®n de libras (1,16 millones de euros) a los peri¨®dicos que acepten someterse a su dictamen y a rectificar sus art¨ªculos cuando el organismo lo estime necesario. Un incentivo que, seg¨²n ha manifestado Cameron, evitar¨ªa a algunas cabeceras la cadena de compensaciones millonarias que en los ¨²ltimos tiempos han tenido que pagar a las v¨ªctimas de sus pr¨¢cticas poco ortodoxas. Quien no acepte ese sistema, a?adi¨®, deber¨¢ enfrentarse a los tribunales de justicia cuando los afectados presenten causa, pero en ning¨²n caso el Gobierno tiene la voluntad de intervenir.
El regulador ejercer¨¢ una fuerte presi¨®n para obligar a los medios a rectificar
Tanta filigrana dial¨¦ctica va a traducirse, en la pr¨¢ctica, en el primer organismo que de alg¨²n modo regular¨¢ el comportamiento de los medios brit¨¢nicos, seg¨²n las directrices del informe Leveson, que escrut¨® el comportamiento del conjunto de la prensa por el esc¨¢ndalo del News of de World, cabecera dominical del grupo Murdoch, entonces la m¨¢s le¨ªda del pa¨ªs. A lo largo de los ¨²ltimos meses, Cameron ha intentado contemporizar con los intereses del magnate y con medios afines ideol¨®gicamente como el Daily Telegraph o el Daily Mail.
A resultas, y quiz¨¢ en uno de sus mayores errores pol¨ªticos, decidi¨® el jueves romper las negociaciones con los otros grandes partidos sobre la regulaci¨®n de la prensa. Laboristas y liberaldem¨®cratas respondieron al envite, desafi¨¢ndole a una votaci¨®n sobre el asunto que estaba prevista para hoy en los Comunes y en la que el primer ministro se arriesgaba a una sonora derrota. El jefe de Gobierno dio marcha atr¨¢s, acatando alg¨²n tipo de examen sobre los medios que, a la postre, podr¨ªa acarrearle la defunci¨®n pol¨ªtica. Porque el Telegraph, el Daily Mail y el Sun de Rupert Murdoch, todas ellas cabeceras conservadoras y muy poderosas, acaban de declararle la guerra sin tregua, que va a traducirse en titulares desafiantes para su liderazgo del Partido Conservador. Tal y como ilustraba ayer la portada de The Sun, con una foto de Winston Churchill, los medios reticentes a cualquier control proclamaron ayer el D¨ªa D contra la intrusi¨®n en sus asuntos.
Un c¨®digo para Europa
Despu¨¦s de tres a?os de intenso debate, el Consejo de Europa aprob¨® por unanimidad en julio de 1993 un c¨®digo deontol¨®gico de los periodistas, un documento que sentaba las bases de los derechos y deberes de los informadores. Se pon¨ªan por escrito cosas tan obvias y a veces tan olvidadas como que ¡°las noticias son informaciones de hechos y datos¡±, que deben ser veraces y que ni las opiniones ni los rumores deben confundirse con las noticias. Tambi¨¦n apelaba la ¡°honestidad¡± a la hora de emitir opiniones.
Hasta entonces, las normas que estaban en vigor en los distintos pa¨ªses europeos no ten¨ªan un alcance internacional y su eficacia pr¨¢ctica era muy limitada. De ah¨ª que la resoluci¨®n propusiera a los Gobiernos la posibilidad de establecer dentro del propio Consejo de Europa un mecanismo de autocontrol de la informaci¨®n, una especie de Ombudsman de la comunicaci¨®n.
Adem¨¢s, invitaba a los Estados a poner en marcha c¨®digos ¨¦ticos a su imagen y semejanza. Los profesionales espa?oles hicieron los deberes y pocos meses despu¨¦s, la Federaci¨®n de Asociaciones de la Prensa de Espa?a (FAPE) aprobaba un texto que recog¨ªa las normas ¨¦ticas de la profesi¨®n period¨ªstica. Para velar por estos principios, apostaron por la autorregulaci¨®n. Y en 2004 se cre¨® la Comisi¨®n de Quejas y Deontolog¨ªa de la FAPE, una entidad que elabora informes y dict¨¢menes cuando alg¨²n ciudadano denuncia la existencia de malas pr¨¢cticas. Este organismo, por ejemplo, determin¨® que las informaciones que emiti¨® Telemadrid sobre un supuesto coladero de inmigrantes ilegales en la T4 de Barajas no fue veraz.
Ahora, esta comisi¨®n ¡ªpresidida por el catedr¨¢tico Manuel N¨²?ez Encabo¡ª se ha transformado en una fundaci¨®n que quiere implicar a todos los estamentos period¨ªsticos en el respeto al modelo de autocontrol. Los principales medios de comunicaci¨®n se han adherido ya. Se comprometen a aceptar el c¨®digo deontol¨®gico de la FAPE y a publicar las resoluciones emitidas por un c¨®nclave de nueve miembros que afecten al medio implicado, aunque sean negativas.
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