El Supremo de EE UU duda si pronunciarse sobre el matrimonio gay
Los nueve jueces de la m¨¢xima corte de Estados Unidos oyen argumentos a favor y en contra de la Ley de Defensa del Matrimonio
Por primera vez en la historia, el Tribunal Supremo celebr¨® este martes una audiencia relacionada con el matrimonio homosexual. Los nueve jueces estudiaron si las leyes que proh¨ªben contraer matrimonio a las parejas del mismo sexo incumplen la Constituci¨®n al no respetar su derecho a la igualdad. Sin embargo, varios de ellos pusieron en duda este martes si una decisi¨®n de la Corte es el m¨¦todo m¨¢s adecuado para regular el matrimonio gay en el pa¨ªs.
Decenas de manifestantes celebraban esta cita hist¨®rica en el exterior del Tribunal, envuelto en un ambiente emotivo que se col¨® hasta la sala de audiencias. All¨ª, los nueve jueces escucharon los argumentos en contra de la Proposici¨®n 8, una enmienda a la Constituci¨®n de California que prohibi¨® el matrimonio gay, tras la demanda planteada por dos parejas que consideran que, al no poder casarse, California est¨¢ violando su derecho a la igualdad.
Varios jueces mostraron abiertamente su escepticismo ante el caso que ha llegado hasta ellos, pregunt¨¢ndose si una sentencia a favor o en contra del matrimonio homosexual en California, ir¨ªa m¨¢s lejos de lo que les corresponde. ¡°Si el asunto consiste en dejar que los Estados respondan a los avances que hace la sociedad, ?por qu¨¦ debemos estudiar esta demanda ahora?¡± pregunt¨® la juez Sonia Sotomayor. ¡°Yo simplemente me pregunto si este caso ha sido debidamente planteado¡±, a?adi¨® el juez Anthony Kennedy, quien probablemente tenga el voto decisivo el pr¨®ximo mes de junio.
No podemos aprobar algo si no tenemos informaci¨®n sobre sus posibles efectos¡± Juez Antonin Scalia
Los jueces podr¨ªan estimar que la Proposici¨®n 8, la prohibici¨®n del matrimonio homosexual, es anticonstitucional, por lo que volver¨ªa a quedar legalizado en California. La sentencia tambi¨¦n podr¨ªa determinar que los Estados deben garantizar el derecho al matrimonio a parejas homosexuales, por lo que esa decisi¨®n afectar¨ªa a todo el pa¨ªs, legalizando las bodas gais a nivel federal.
Los magistrados se mostraron esc¨¦pticos este martes ante esta ¨²ltima posibilidad. ¡°?Hay alguna manera de responder a este caso y que nuestra decisi¨®n afecte ¨²nicamente a California?¡± insisti¨® Sotomayor. A lo largo de la historia, el Tribunal ha sido reacio a sentencias que vayan m¨¢s all¨¢ de lo que han ido cada uno de los Estados, o el Congreso, en sus legislaciones, para no imponer legislaci¨®n desde el poder judicial.
Una mayor¨ªa de los magistrados podr¨ªa decantarse por rechazar el caso, de modo que prevalecer¨ªa la decisi¨®n del ¨²ltimo juez federal en pronunciarse al respecto, y que estableci¨® que la prohibici¨®n en California era inconstitucional. De esta manera, como parecen preferir los jueces, su decisi¨®n s¨®lo afectar¨ªa a aquel Estado. Consciente de su precauci¨®n, Charles Cooper, defensor de la Proposici¨®n 8, argument¨® que el debate nacional en torno al matrimonio gay ¡°debe continuar¡±, y solicit¨® al Tribunal que ¡°no interrumpa ese proceso democr¨¢tico¡± hasta que cada Estado decida ¡°un asunto tan ag¨®nicamente dif¨ªcil¡±.
La primera parte de la audiencia, que se extendi¨® hora y media, estuvo as¨ª dedicada a esclarecer por qu¨¦ el Supremo debe pronunciarse en este momento sobre el matrimonio homosexual. La segunda mitad, coincidiendo con la intervenci¨®n del abogado de los demandantes, s¨ª gir¨® en torno a las consecuencias de ampliar la definici¨®n de matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo.
Hay una gran divisi¨®n entre los soci¨®logos con respecto a los beneficios o el da?o que se pueda causar a los menores¡±
El presidente del Tribunal, John Roberts, plante¨® hasta qu¨¦ punto la prohibici¨®n de casarse impuesta a gais y lesbianas constituye una discriminaci¨®n ¨²nica y exclusiva contra ellos. ¡°La instituci¨®n del matrimonio simplemente ha evolucionado hist¨®ricamente sin incluirles¡±, asegur¨®. En respuesta, Ted Olson, abogado de las dos parejas demandantes, defendi¨® que la Proposici¨®n 8 ¡°excluye a gais y lesbianas¡± de ¡°la relaci¨®n m¨¢s importante en la vida¡± y asegur¨® que les estigmatiza ¡°en base ¨²nicamente a su estatus y clasificando sus relaciones como de segunda clase, diferentes, desiguales y equivocadas¡±.
Sotomayor, nombrada por Obama en 2009, tambi¨¦n cuestion¨® en qu¨¦ medida interesa a un Estado dejar fuera del matrimonio a los homosexuales. Seg¨²n Cooper, la definici¨®n intenta garantizar pervivencia de la sociedad a trav¨¦s de la procreaci¨®n, de ah¨ª que no incluya a parejas que no pueden tener hijos. En el caso de hacerlo, dijo Cooper, ¡°da?ar¨ªa¡± a la sociedad. Elena Kagan, una de las jueces liberales de la Corte, interrumpi¨® al abogado: ¡°?Deber¨ªamos denegar a partir de ahora el matrimonio a los mayores de 55 a?os?¡±
El juez Kennedy mencion¨® entonces que s¨®lo en California se estima que hay cerca de 40.000 ni?os de padres homosexuales, y que quieren que se les reconozca como ciudadanos de pleno derecho. ¡°Es importante que incluyamos en este debate las voces de esos ni?os¡±, asegur¨® el juez. En una muestra de la divisi¨®n de opiniones en torno a este asunto, Kennedy concedi¨® sin embargo que desconoce las consecuencias de legalizar el matrimonio gay. ¡°Tenemos cinco a?os de informaci¨®n frente a 2.000 a?os de historia¡±, asegur¨®, en referencia a la fecha en que se legalizaron estas uniones en Massachusetts, el primer Estado de la Uni¨®n en dar ese paso.
El magistrado m¨¢s conservador de la corte, Antonin Scalia, rechaz¨® que se deba permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y, consecuentemente, la adopci¨®n por parte de parejas gais. ¡°Hay una gran divisi¨®n entre los soci¨®logos con respecto a los beneficios o el da?o que se pueda causar a los menores¡±, afirm¨®, provocando un murmullo en la sala. ¡°No podemos aprobar algo si no tenemos informaci¨®n sobre sus posibles efectos¡±.
Las dos parejas denunciantes alegan que la prohibici¨®n del matrimonio gay supone la creaci¨®n de una segunda clase de ciudadanos, con menos derechos que el resto. Varios Estados norteamericanos reconocen ¡°uniones civiles¡± en las que parejas homosexuales disfrutan de los mismos derechos y beneficios que las heterosexuales, excepto algunos como el de casarse. Su abogado record¨® la decisi¨®n de 1967 en la que el Supremo elimin¨® las leyes que prohib¨ªan los matrimonios interraciales, alegando que entonces ¡°nadie se plante¨® permitir que esas parejas tuvieran uniones, pero no matrimonios¡±.
El debate del matrimonio homosexual en el Supremo de EE UU coincide con un giro en la opini¨®n de los ciudadanos, cada vez m¨¢s a favor de los derechos de los homosexuales. Nueve Estados, adem¨¢s del Distrito de Columbia, han legalizado las bodas gais. Numerosos pol¨ªticos, dem¨®cratas y republicanos, incluido el presidente, Barack Obama, han manifestado recientemente un cambio de perspectiva a favor de los derechos de las parejas del mismo sexo. Ese apoyo se respiraba en el exterior del Tribunal, donde centenares de personas esperaban al comienzo de la audiencia con banderas y pancartas como ¡°Quiero que mis madres puedan casarse¡± o ¡°Igualdad, Ya¡±.
Este mi¨¦rcoles, la corte escuchar¨¢ los argumentos a favor y en contra de la Ley de Defensa del Matrimonio, DOMA, que desde 1996 proh¨ªbe reconocer estas uniones a nivel federal. El caso ha sido planteado por Edith Windsor, una neoyorquina de 83 a?os. Windsor se cas¨® con su pareja, Thea Spier, despu¨¦s de convivir con ella cuatro d¨¦cadas y considera que el Gobierno ha discriminado contra ella por ser lesbiana. Al enviudar en 2007, hacienda le reclam¨® impuestos sobre la herencia de Spier por un valor de 300.000 d¨®lares. Si una de ellas hubiera sido un hombre, su matrimonio hubiera sido v¨¢lido y Windsor no tendr¨ªa que pagar ni un s¨®lo d¨®lar.
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