Deporte profesional y menores de edad
La reciente sentencia del Supremo sobre el caso Baena es una nueva manifestaci¨®n del debate de proteger el desarrollo del peque?o en este entorno
La reciente sentencia del Supremo sobre el caso Baena viene a ser una nueva manifestaci¨®n del que es un debate cl¨¢sico: proteger el desarrollo del menor en el entorno del deporte profesional.
Que el periodo natural en que se desarrolla la pr¨¢ctica profesional del deporte se opone al proceso de maduraci¨®n natural es una cuesti¨®n cierta. La decisi¨®n de un joven acerca de su futuro como deportista profesional se tiene que realizar en edad adolescente. Y, por tanto, la realidad del deporte profesional y los componentes jur¨ªdico y econ¨®mico que se derivan, as¨ª como los derechos econ¨®micos y profesionales del joven deportista, entran en conflicto con la tutela de los derechos del menor, y con los derechos que asisten al club que le forma.
El Supremo afirma la nulidad de los contratos de Baena: precontrato de trabajo, contrato de jugador profesional y contrato de trabajo con cesi¨®n de derechos de imagen, porque los pactos alcanzados con el menor y sus representantes son contrarios al orden p¨²blico en materia de contrataci¨®n de menores, especialmente a la necesaria tutela del inter¨¦s del menor en poder decidir sobre su futuro profesional como presupuesto del desarrollo de su libre personalidad. Y se declara la nulidad al producirse la firma a los 13 a?os, y a¨²n asistido de sus representantes legales, sin que concurriese autorizaci¨®n judicial.
Admitiendo estas tesis ¡ªpese a la discusi¨®n que pudiera establecerse por haber firmado el menor con la asistencia de sus representantes legales, la asistencia de expertos y en un entorno en que este tipo de contratos era habitual¡ª, tras su declaraci¨®n de nulidad cabe apreciarse un matiz interesante que puede ayudar a conjugar en el futuro la protecci¨®n de los intereses del menor y de los clubes formadores. Y ello se puede observar desde la doble realidad temporal del an¨¢lisis que se hace en la sentencia: lo que se puede pactar antes de los 16 a?os, donde prevalece el ¡°superior inter¨¦s del menor¡± de un modo taxativo, y entre los 16 y los 18, donde se puede restablecer un equilibrio entre los derechos y obligaciones derivados del contrato de trabajo, los derechos del menor y los intereses del club.
El equilibrio entre la protecci¨®n del menor y los derechos de los clubes se regula en la normativa federativa (FIFA y federaciones nacionales) para las categor¨ªas de infantil, cadete y juvenil articulando un juego de capacidades de retenci¨®n del club y posibilidades de desvinculaci¨®n voluntaria del jugador en funci¨®n de la estructura de equipos no profesionales del propio club: el principio general es que el menor puede cambiar de club al finalizar cada temporada, salvo que el club, en el a?o en que el jugador cambia de categor¨ªa, le d¨¦ la posibilidad de que siga jugando en un equipo superior, en cuyo caso puede retenerlo al menos un a?o. Este mismo equilibrio se busca al limitar los contratos de trabajo entre 16 y 18 a?os a una duraci¨®n m¨¢xima de tres a?os, y prohibiendo los transfer internacionales de los menores de 18 a?os, salvo en tres excepciones ligadas a la movilidad laboral de los padres, los jugadores comunitarios y los jugadores transfronterizos.
Conocido es que los clubes consideran insuficiente para sus intereses estas posibilidades, pero, al menos los espa?oles, a la luz de la sentencia del caso Baena, deber¨¢n articular la defensa de sus intereses considerando la especial protecci¨®n del menor, y ah¨ª es donde se abren posibilidades interesantes, y ya exploradas a nivel internacional. Se trata de una oportunidad para dar mayor visibilidad y fortaleza al valor social que los clubes aportan al mantener con gran desembolso econ¨®mico las canteras y una mejora de sus pr¨¢cticas contractuales, acerc¨¢ndolas al ¨¢mbito de la responsabilidad social corporativa, de la formaci¨®n y de la contrataci¨®n ligada al desarrollo profesional, har¨¢ incrementar su reputaci¨®n social y fortalecer su pol¨ªtica de retenci¨®n de talento.
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