El aborto provoca un cisma entre cat¨®licos
Cristianos de base y algunos te¨®logos cuestionan la posici¨®n oficial de los obispos Ante las arengas antiabortistas, responden: ¡°Que lo que para algunos es pecado no se convierta en delito para el resto¡±
Como si por Espa?a no pasasen los a?os, las preguntas ret¨®ricas o agresivas sobre el aborto voluntario resurgen con fuerza tres d¨¦cadas despu¨¦s del debate que concluy¨® con la despenalizaci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo y su aceptaci¨®n por el Tribunal Constitucional. ?Es usted proabortista o antiabortista? ?Es ¡°licencia para matar a inocentes¡± la conocida como ley del aborto, como sostienen una y otra vez los obispos? ?Hay unanimidad en el catolicismo sobre esta cuesti¨®n? Si no la hay, ?cu¨¢l es la hondura del cisma? La semana pasada, la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) lanz¨® otra campa?a sobre el tema y proliferan las manifestaciones tremendistas intentando forzar al Gobierno para que cumpla la promesa de reformar a la baja la actual legislaci¨®n.
El ministro encargado de concretarla, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, se comprometi¨® a presentar esa reforma en las Cortes ¡°en el primer trimestre de 2013¡±. Superado el plazo, se ha convertido en objetivo de las protestas de los grupos extremistas autodenominados provida, con manifestaciones y exhibiciones de pancartas que lo execran severamente. ¡°La ley m¨¢s urgente¡±, apremian las banderolas. Unos manifestantes se presentaron en una de esas demostraciones p¨²blicas con dos gallinas. ¡°Gallard¨®n, el ministro gallina¡±, quer¨ªan decir. Pero ni hay unanimidad en la derecha sobre la urgencia y el alcance de esa reforma (ni siquiera, sobre si conviene hacerla), ni los obispos cuentan con el respaldo de gran una parte de sus propios fieles, en un cisma nada soterrado.
¡°Este soy yo¡ humano desde el principio¡±, titula la Conferencia Episcopal la que llama Campa?a por la Vida 2013. Se gasta 150.000 euros anunci¨¢ndola en diferentes formatos por toda Espa?a con 1.300 vallas publicitarias, 100.000 estampas, 15.000 carteles, 50.000 d¨ªpticos, 12.000 ejemplares de una carta episcopal, 15.000 subsidios lit¨²rgicos y un v¨ªdeo de dos minutos en el que personas an¨®nimas, de diferentes edades, recuerdan momentos especiales de sus vidas, ¡°desde que estaban en el vientre de sus madres y eran seres humanos que iban a nacer¡±. As¨ª lo explica el comunicado oficial de la CEE. Entre otras propuestas, los obispos piden a sus fieles que cambien la foto en el perfil de Facebook por una ecograf¨ªa en el vientre materno.
El prelado Munilla dice que se trata de un ¡°holocausto silencioso¡±
En el mensaje emitido con motivo de esta campa?a, los obispos tambi¨¦n buscan intervenir en pol¨ªtica, sin disimulo. ¡°Una conciencia cristiana bien formada no debe favorecer con el propio voto la realizaci¨®n de un programa pol¨ªtico o la aprobaci¨®n de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral. Nuestra obligaci¨®n es ayudar al discernimiento acerca de la justicia y de la moralidad de las leyes. La actual legislaci¨®n es gravemente injusta. Es urgente su modificaci¨®n, para que sean reconocidos y protegidos los derechos de todos en lo que toca al m¨¢s elemental y primario derecho de la vida¡±.
Varios prelados han calentado la campa?a con manifestaciones de grueso calibre. Los m¨¢s expl¨ªcitos han sido el cardenal de Madrid y l¨ªder del episcopado, Antonio Mar¨ªa Rouco, en su discurso inaugural de la asamblea plenaria de la CEE, el lunes pasado; el obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Ignacio Munilla, denunciando ¡°el holocausto silencioso del aborto¡± (¡°?No los mat¨¦is! D¨¢dselos a quienes les aman y est¨¢n dispuestos a dar su vida por ellos¡±, proclama); el arzobispo de Oviedo, Jes¨²s Sanz (¡°Me sorprende enormemente que este gobierno conservador a¨²n no haya modificado la ley del aborto¡±, ha dicho), y el inevitable Juan Antonio Reig Plan, prelado de Alcal¨¢ de Henares y presidente de la Subcomisi¨®n de Familia y Vida en la CEE, promotor, por tanto, de todas estas propagandas. ¡°La batalla contra el aborto y por la vida ser¨¢ larga, seguramente como la que pretend¨ªa abolir la esclavitud¡±, dijo hace una semana. La comparaci¨®n de la lucha contra el aborto voluntario con la lucha contra las leyes esclavistas es ya un t¨®pico en el agitado movimiento antiabortista de Estados Unidos.
M¨¢s a la derecha, si cabe, varios grupos reclaman la derogaci¨®n absoluta de esa norma, es decir, la prohibici¨®n y penalizaci¨®n de todo aborto voluntario. ¡°Si es un crimen, no puede aceptarse en ning¨²n supuesto¡±, sostienen. Son los m¨¢s cr¨ªticos con el Gobierno y el PP, acusados de ¡°conservadores de los avances del PSOE¡±.
Hasta aqu¨ª, la posici¨®n del episcopado y sus grupos afines. Enfrente se alzan las bases cat¨®licas que pisan la calle y ven el sufrimiento de las mujeres que afrontan un embarazo no deseado. ?Querr¨ªan los obispos a?adir a su drama la tragedia de la c¨¢rcel? Es una pregunta ret¨®rica.
Redes Cristianas defiende las bases ¨¦ticas y jur¨ªdicas de la norma actual
Se trata de cat¨®licos que se sienten dentro de la Iglesia romana, pero alejados de muchos de sus mandatos o proclamas, no solo en el tema del aborto. Como se?ala el te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo, ¡°se trata de creyentes que han interiorizado el mensaje que el fundador cristiano sostuvo ante las jerarqu¨ªa religiosas de su tiempo: que lo m¨¢s importante es aliviar (y a ser posible, suprimir) el sufrimiento, por encima del cumplimiento de una ley temporal¡±. Tamayo es director de la c¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de la Religi¨®n en la Universidad Carlos III, en Madrid.
La organizaci¨®n Redes Cristianas pone el punto de mira en el ministro de Justicia. ¡°Cuando el mar estaba en calma, llega Gallard¨®n y con ¨¦l, por motivos ideol¨®gicos, la minoritaria voz del nacionalcatolicismo emerge con fuerza hasta alborotar la pac¨ªfica posesi¨®n de la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupci¨®n voluntaria del embarazo. En buena sinton¨ªa con los Derechos Humanos y las ¨²ltimas adquisiciones de las ciencias antropobiol¨®gicas, esta ley nos sit¨²a ¨¦tica y jur¨ªdicamente entre los pa¨ªses modernos de nuestro entorno sociocultural. Crear un problema social, con el 83% de la ciudadan¨ªa en contra de la anunciada reforma, es una temeridad y una torpeza de primera magnitud¡±, afirma.
Redes Cristianas agrupa a centenares de iglesias de base y a grupos organizados en toda Espa?a, como las asociaciones Somos Iglesia, el Foro de Curas y la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII.
Igual contundencia exhibe la Plataforma en Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos. Afirma: ¡°El Gobierno debe garantizar que lo que para algunas personas es pecado, no se convierta en delito para el resto, y defender el Estado de Derecho de esos sectores integristas religiosos. La legislaci¨®n restrictiva nunca es un instrumento para evitar la pr¨¢ctica del aborto, sino la causa de un mayor ¨ªndice de mortalidad materna. Con la nueva ley, las mujeres con fortuna acudir¨¢n a la clandestinidad; las desfavorecidas, a peligrosos remedios caseros¡±.
La te¨®loga Margarita Pintos, presidenta de la Asociaci¨®n para el Di¨¢logo Interreligioso, se?ala que el problema debe analizarse ¡°desde la perspectiva de los derechos humanos, como un problema social y de salud p¨²blica¡±. A?ade: ¡°La salud sexual y reproductiva es un estado general de bienestar que excede al mero hecho de tener acceso a m¨¦todos anticonceptivos o a servicios de planificaci¨®n familiar. Los derechos sexuales aseguran a todas las personas la posibilidad de tomar decisiones sobre su sexualidad y ejercerla libremente, sin presi¨®n ni violencia. Los l¨ªmites del derecho al aborto est¨¢n relacionados con las creencias religiosas, no solo con razones culturales o motivaciones socio-econ¨®micas¡±.
Entre otras propuestas, los obispos piden a sus fieles que cambien la foto en el perfil de Facebook por una ecograf¨ªa en el vientre materno.
Sobre la posici¨®n de la jerarqu¨ªa, Pintos sostiene que ¡°todas las religiones establecen el principio general del respeto a la vida y la dignidad humana, pero solo en la Iglesia cat¨®lica el aborto es siempre un crimen, doctrina que no forma parte del magisterio extraordinario o dogm¨¢tico y, por tanto, es tema abierto a interpretaci¨®n¡±. Concluye: ¡°En el fondo, un patriarcado religioso no admite que las mujeres decidan en libertad y sin coerci¨®n sobre su cuerpo. Si la mujer no cumple con el papel que el patriarcado le ha asignado, estar¨¢ cometiendo un acto de rebeld¨ªa contra la voluntad divina. La mayor¨ªa de las mujeres no tenemos miedo a esas amenazas. Somos conscientes de que nuestros cuerpos han estado colonizados. Ahora sabemos que no somos indignas, pero s¨ª estamos indignadas¡±.
Juan Masi¨¢ Clavel, jesuita y te¨®logo, considerado una autoridad mundial en cuestiones de bio¨¦tica, confiesa que le incomoda este debate. ¡°Dec¨ªan los viejos manuales de urbanidad que un buen postre quita el empacho del segundo plato. Me empachan las declaraciones asfixiantes de alg¨²n eclesi¨¢stico. Releo unos p¨¢rrafos de la biograf¨ªa del papa Juan el Bueno [Juan XXIII]. Era por julio del 62, cuando un calor sofocante hac¨ªa sudar a los cardenales en las comisiones de trabajo conciliares. El bi¨®grafo de los papas, Peter Hebblethwaite, nos lo cuenta as¨ª en Juan XXIII: El Papa del Concilio: El papa Juan comenz¨® a distanciarse de algunos de los borradores preliminares para el Vaticano II. Un d¨ªa midi¨® una p¨¢gina con su regla y dijo: Quince cent¨ªmetros de condenas y solo dos cent¨ªmetros de alabanza. ?Acaso es esta la manera de dialogar con el mundo contempor¨¢neo? Correspondi¨® al cardenal Montini, luego Pablo VI, la tarea de hacer comprender esta idea al concilio. Los anatemas y las condenas, dijo, no son la respuesta contra los errores contempor¨¢neos. En el mundo moderno los remedios contra los errores son la misericordia, la caridad y el testimonio de vida cristiana¡±.
Por eso, los fieles que asumen por razones humanitarias la despenalizaci¨®n del aborto se muestran escandalizados cuando alguno de sus pastores ha llegado a decir que un aborto voluntario es peor que el abuso sexual a menores por parte de eclesi¨¢sticos, o que ¡°la violaci¨®n de la fe es diez mil veces peor que violar a una ni?a¡±. La primera afirmaci¨®n es del cardenal Antonio Ca?izares, exprimado de Toledo y actual prefecto (ministro) de la Pontificia Congregaci¨®n para el Culto y la Disciplina de los Sacramentos. La segunda frase sali¨® de la boca de un destacado eclesi¨¢stico argentino, Jorge G¨®mez, de la archidi¨®cesis de Buenos Aires.
Lo que dicen los te¨®logos y la historia
"En bio¨¦tica, la opini¨®n p¨²blica est¨¢ dividida en extremismos", afirma el jesuita Juan Masi¨¢. De sobra se ve en Espa?a. Masi¨¢ era director de la c¨¢tedra de Bio¨¦tica en la Universidad Pontificia de Comillas y fue destituido sin miramiento en 2006 por presiones de la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Hoy vive en Jap¨®n, pero vuelve a Europa con frecuencia, muy reclamado en foros y debates. Acaba de publicar Cuidar la vida. Debates bio¨¦ticos (Herder/Religi¨®n Digital). No defiende el aborto (?qui¨¦n querr¨ªa abortar por abortar?), pero reclama misericordia ante la mujer que lo reclama legalmente. "La pastoral es mucho m¨¢s amplia que la moral. Debemos estar con quienes toman una decisi¨®n tan grave. Hay que acompa?ar a las personas. Una vez que lo deciden y pasan un punto de no retorno, no hay que decir que no lo hagan, eso solo aumentar¨ªa su culpabilidad", dice.
Pese a lo que parece escuchando a jerarcas como el papa Francisco o el cardenal Rouco, nunca ha habido unanimidad en torno al aborto en el cristianismo romano. Tampoco en los otros cristianismos. Siempre ha sido un asunto de intensos debates a lo largo de su historia, con pluralidad de planteamientos, actitudes y pr¨¢cticas conforme a las concepciones antropol¨®gicas de cada ¨¦poca y de las escuelas de pensamiento.
Durante siglos, la teor¨ªa predominante en la Iglesia, bajo la influencia griega, fue la de la hominizaci¨®n tard¨ªa o la animaci¨®n del feto, seguida por los m¨¢s prestigiosos te¨®logos medievales e incluso modernos. Seg¨²n esta teor¨ªa, el feto era informado por el alma a los tres meses del embarazo. Hasta entonces no hab¨ªa propiamente vida humana, sino solo vegetativa primero y animal despu¨¦s. Por eso, el aborto de un feto durante las 12 primeras semanas no ser¨ªa homicidio, infanticidio o asesinato, al no estar animado. Algunas teor¨ªas, siguiendo c¨¢lculos machistas, distingu¨ªan incluso entre la animaci¨®n del feto masculino y el femenino, adelantando la primera a los 40 d¨ªas y la segunda a los 90.
La idea de la animaci¨®n fue sostenida nada menos que por san Agust¨ªn de Hipona, santo Tom¨¢s de Aquino, san Buenaventura, san Alberto Magno y otros muchos te¨®logos medievales, e incluso modernos como el jesuita Luis de Molina.
Son multitud ¡ªy quiz¨¢s mayor¨ªa¡ª los te¨®logos que se apartan ahora de las intransigencias del Vaticano y sostienen sus posiciones con aplomo doctrinal. Decir que la vida empieza en el momento de la concepci¨®n, como sentencian los obispos (?y por qu¨¦ no ya en el espermatozoide entero?), es tan extravagante como imponer la idea a sangre y fuego de que la Tierra era el centro del universo y que no hab¨ªa otros mundos que el conocido por los papas. Cop¨¦rnico, Galileo y Giordano Bruno ¡ªeste, sobre todo¡ª se habr¨ªan ahorrado muchos disgustos.
El alem¨¢n Karl Rahner (1904-1984) dijo que ning¨²n te¨®logo pod¨ªa probar que la interrupci¨®n del embarazo es, en cada caso, un asesinato. Opinan igual pensadores tan importantes y escuchados como Hans K¨¹ng, Juan Jos¨¦ Tamayo y Marciano Vidal, entre otros muchos. Enfrente, el magisterio eclesi¨¢stico actual califica el aborto de asesinato en todos los casos, sin tener en cuenta las circunstancias del mismo y los plazos en que se realiza.
Hablando de Espa?a, los colectivos cat¨®licos ¡ªmovimientos de mujeres, te¨®logos y te¨®logas, iglesias de base, el Foro de Curas, etc¨¦tera¡ª desoyen el repique episcopal y se expresan p¨²blicamente partidarios de la actual ley sobre el aborto. Muchos lo hacen por razones humanitarias ¡ª?querr¨ªan meter en la c¨¢rcel los obispos a las decenas de miles de mujeres que abortan cada a?o?¡ª. Otros apelan a la doctrina, que nunca ha sido un¨¢nime, y escuchan, adem¨¢s, la voz de los cient¨ªficos, que tambi¨¦n es plural. En todo caso, piden a sus jerarcas que respeten el pluralismo en la sociedad y en la Iglesia cat¨®lica y escuchen la voz de te¨®logos y cient¨ªficos. Sin condenas ni anatemas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Conferencia Episcopal Espa?ola
- Ley del Aborto
- Alberto Ruiz-Gallard¨®n
- Ministerio de Justicia
- Aborto
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Obispos
- Anticoncepci¨®n
- Legislaci¨®n espa?ola
- Ministerios
- Clero
- Reproducci¨®n
- Iglesia cat¨®lica
- Espa?a
- Medicina
- Administraci¨®n Estado
- Cristianismo
- Pol¨ªtica
- Salud
- Legislaci¨®n
- Administraci¨®n p¨²blica
- Religi¨®n
- Sociedad
- Justicia