Cristianos de base buscan pastor
La llegada del papa Francisco aviva las esperanzas de cambio Muchos feligreses creen que hay que acabar con la discriminaci¨®n de la mujer y volcarse en los pobres
A primeros de marzo, d¨ªas antes del c¨®nclave, la revista de informaci¨®n social y religiosa Alandar lanz¨® en Internet una petici¨®n llamada Renueva la Iglesia que tuvo un eco inmediato. La elecci¨®n del papa Francisco, y su primera declaraci¨®n (¡°quiero una Iglesia pobre y de los pobres¡±), hizo decaer levemente el entusiasmo de los firmantes, como si la frase diera respuesta a muchas de las tribulaciones ¡ªy esperanzas y demandas¡ª de los millones de cat¨®licos que forman la Iglesia de base.
Lo cuenta Cristina Ruiz Fern¨¢ndez, directora de Alandar, que ha rebautizado la campa?a como Francisco, te pedimos que renueves la Iglesia. ¡°Nadie pod¨ªa imaginar su opci¨®n por los pobres. Eso, y otros gestos, son muy esperanzadores. Es una ocasi¨®n ¨²nica para actualizar la instituci¨®n y hacerla ¨²til a las personas¡±, explica Ruiz Fern¨¢ndez.
La Iglesia de base es, en definici¨®n del sacerdote y te¨®logo Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas, aquella ¡°que no tiene poder (ni lo busca); que trata de ser m¨¢s fiel al Evangelio que a los dictados de la curia vaticana o diocesana, que est¨¢ all¨ª donde algo se mueve, en las movilizaciones por la sanidad p¨²blica, por la educaci¨®n, en parte del 15-M y los indignados; parando desahucios o ayudando a inmigrantes¡±.
Es decir, una Iglesia social que atraviesa todos los sectores de la poblaci¨®n en que se imbrica, de ah¨ª que la apuesta de Francisco por los pobres, y los gestos del arranque de su papado ¡ªlos gastados zapatos negros; la vestimenta blanca y la cruz de plata; su negativa a ocupar el lujoso apartamento pontificio¡ª hagan albergar a sus miembros muchas esperanzas, con picos de alborozo como la anunciada reforma de la curia o la liturgia del Jueves Santo, en la que Francisco lav¨® los pies a 12 j¨®venes encarcelados, y ciertos bajones, como la rega?ina del pont¨ªfice a un grupo de monjas feministas estadounidenses, recuerda Charo M¨¢rmol, ¡°cristiana de base, mujer comprometida y con esperanzas de que esto cambie¡±. Sus expectativas afrontan tambi¨¦n la certeza de la dificultad que implica cualquier mudanza en una instituci¨®n tan milenaria como poderosa.
El papa ha recibido las primeras cr¨ªticas por la liturgia de Jueves Santo
La Iglesia de base espa?ola tiene un referente doctrinal, el Concilio Vaticano II ¡ªel mismo del que sali¨® la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n¡ª, y una larga andadura a pie de calle desde los setenta, en un inicio en los barrios obreros del extrarradio de las ciudades, ¡°y hoy en la Ca?ada Real [zona deprimida de Madrid] o en Lavapi¨¦s¡±, recuerda Villar. Aunque el 52% de los cat¨®licos ven en el papa Francisco el inicio de nuevos tiempos, resulta imposible cuantificar la fuerza de la base (todos los cristianos de base son cat¨®licos, pero no todos los cat¨®licos, ni mucho menos, son cristianos de base); solo en Madrid, por ejemplo, el colectivo En Com¨²n re¨²ne a 25 comunidades, compuestas por entre 3 y 30 personas, y la asociaci¨®n Iglesia de Base de Madrid las tiene de entre 8 y 40 miembros, aunque no todos los cristianos viven en comunidad. Es tambi¨¦n un segmento profundamente igualitario, antag¨®nico de la tradicional polaridad jerarqu¨ªa-laicos, y que reclama, entre otras cosas, la integraci¨®n plena de las mujeres y la denuncia por parte del Estado de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, que sustituyeron al Concordato de 1953. ¡°La Iglesia debe huir completamente de los v¨ªnculos con el poder, y del poder pol¨ªtico¡±, subraya Ruiz Fern¨¢ndez.
¡°Lo m¨¢s importante es restaurar una Iglesia que, desde el siglo XVI, hab¨ªa ca¨ªdo en la idolatr¨ªa del poder y del dinero, por no hablar de asuntos tan actuales y dolorosos como la pederastia, y hacerlo hacia dentro pero tambi¨¦n hacia fuera, hacia la sociedad¡±, explica Villar. ¡°Lo de una Iglesia pobre y de los pobres no es nada nuevo, naci¨® con Jes¨²s e impregna toda la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n en los setenta. La intuici¨®n de Juan XXIII [que convoc¨® el Vaticano II en 1959] fue determinante: hay que estar atento a los signos de los tiempos, y hoy los signos son, entre otros muchos, las necesidades de los inmigrantes o los requerimientos de la tierra, agotada por el cambio clim¨¢tico¡±.
¡°Otro de los retos de la Iglesia ¡ªcontin¨²a Villar¡ª es apearse del patriarcalismo y la estructura piramidal y subsanar la ausencia total de la mujer; debe apostar por un estatuto de igualdad entre todos los cristianos y acoger por igual a hombres, mujeres; cl¨¦rigos, laicos, divorciados, excuras, homosexuales, c¨¦libes o sacerdotes casados. Que el celibato sea una opci¨®n libre¡±. Villar fue uno de los participantes en las I Jornadas de fe y orientaci¨®n sexual celebradas la semana pasada en Madrid y que abordaron la realidad de los creyentes homosexuales.
Un sondeo de Metroscopia mostraba hace unos d¨ªas las principales preocupaciones de los cat¨®licos en general: luchar contra la pederastia (99%), ponerse del lado de los pobres (93%), admitir los anticonceptivos (93%) o permitir el divorcio (91%). Pero seg¨²n la mayor¨ªa de testimonios recogidos en este texto, una de las m¨¢s urgentes es incorporar plena e igualitariamente a las mujeres a la instituci¨®n (una exigencia que aparece en quinto lugar en el citado sondeo, con el 90% de las opiniones). ¡°Me alegro de que haya sido elegido Francisco, pero pongo en cuesti¨®n la estructura misma de la Iglesia: una instituci¨®n de hombres mayores que est¨¢n fuera de este siglo. ?D¨®nde est¨¢ la democracia? ?D¨®nde las mujeres, tan presentes en las tareas cotidianas?¡±, se pregunta Charo M¨¢rmol. ¡°Nos ocupamos de la catequesis, de C¨¢ritas, de las parroquias¡ Si alg¨²n d¨ªa hici¨¦ramos una huelga, estas dejar¨ªan de funcionar. Pero a nosotras nos toca limpiar y obedecer¡ Obedecer doblemente, como fieles y como mujeres¡±, a?ade M¨¢rmol, moderadamente optimista ante el nuevo Papa, ¡°con muchas luces y algunas sombras¡±, en referencia a su oposici¨®n al matrimonio gay o su aireada presunta connivencia con la dictadura argentina.
"El celibato ha de ser una opci¨®n libre", defiende un te¨®logo y sacerdote
Dolors Figueras es portavoz del colectivo Dones en l¡¯Esgl¨¦sia y no oculta lo halag¨¹e?o de los primeros gestos de Francisco. ¡°Me gusta, rompe con los anteriores, pero tiene que reformar la curia y eso no es sencillo. Hay que prescindir de la curia; la Santa Sede, el Vaticano, no tienen l¨®gica ninguna, porque Jes¨²s no cre¨® ning¨²n Estado. Hay que reformar la curia hasta hacerla desaparecer¡±, propone Figueras. ¡°Y pedir la denuncia de los Acuerdos de 1979. ?No es este un Estado m¨¢s o menos laico? Pues si lo somos lo somos de verdad, no debe haber privilegios para la Iglesia cat¨®lica porque equivaldr¨ªa a decir que es la verdadera y la aut¨¦ntica. Cada religi¨®n debe ser financiada por sus propios fieles¡±, dice. Solo el pago de los profesores de religi¨®n (cat¨®lica) cost¨® en 2012 al Estado 94 millones de euros; organizaciones laicistas elevan la cifra a 500.
En el colectivo, que naci¨® hace 27 a?os, se mezclan ¡°laicas, consagradas; monjas feministas y alg¨²n hombre¡±, cuenta Figueras; ¡°nos surtimos de la teolog¨ªa feminista para denunciar el papel de la mujer en la Iglesia¡±, a?ade. Reclaman la libertad de conciencia en casos como el aborto y la despenalizaci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. ¡°Es indignante que Rouco condicione a Rajoy sobre el aborto, es vergonzoso que estos se?ores nos digan c¨®mo debe ser nuestra sexualidad, cuando se supone que no tienen experiencia alguna. Coartan la libertad m¨¢s ¨ªntima de la mujer, ?por qu¨¦ siempre hablan de la mujer? ?Es que el hombre no ha tenido nada que ver? No tienen por qu¨¦ meterse¡±, concluye Figueras.
Javier Baeza se presenta como ¡°un cura de barrio¡± en la hist¨®rica parroquia roja de san Carlos Borromeo de Entrev¨ªas, en Madrid. ¡°El nivel de los gestos del nuevo papa es absolutamente excepcional y estoy esperanzado, pero habr¨¢ que ver si en el futuro va a tener m¨¢s peso la curia o sus gestos y su sensibilidad. Es un hombre al que entendemos las homil¨ªas, y eso es importante, porque incluso para disentir hay que entender. Y es sintom¨¢tico que algunos sectores tradicionales hayan empezado ya a cuestionar su liturgia de Jueves Santo, cuando lav¨® los pies a dos chicas, una de ellas musulmana. Ladran, luego cabalgamos¡±, reflexiona en voz alta Baeza. ¡°Junto a eso, del poder de arriba no espero ning¨²n cambio, pero si el poder no siega ni condena ni proh¨ªbe, los que estamos abajo, el pueblo de Dios, podremos vivir y organizarnos con m¨¢s libertad¡±.
Ning¨²n cristiano de base espera que Francisco bendiga los matrimonios gais (s¨ª respalda las uniones civiles), pero la ¡°humanizaci¨®n¡± que supone ¡°en una situaci¨®n anacr¨®nica como el Vaticano¡± anima a Baeza, que ve un alivio ¡°si podemos trabajar en un ambiente m¨¢s respirable, sin la presi¨®n que han tenido otros colegas te¨®logos o sacerdotes¡±. O, aunque Baeza no lo cite, la propia parroquia de Entrev¨ªas, en su d¨ªa condenada por el arzobispado de Madrid por una manera muy particular de entender la liturgia.
¡°Aun pareci¨¦ndome importante denunciar los Acuerdos de 1979, el Papa deber¨ªa tambi¨¦n denunciar expl¨ªcitamente el mercadeo en que se ha convertido la vieja Europa; las vidas que est¨¢ costando el colt¨¢n en ?frica o las que se cobra la inmigraci¨®n. Espero que [Francisco] le haya dado un buen tir¨®n de orejas a Rajoy por su cerraz¨®n en los desahucios, por la reforma laboral o la privatizaci¨®n de la sanidad. A la Iglesia debemos exigirle pronunciamientos m¨¢s concretos sobre la violencia cotidiana de la crisis o el repliegue de derechos fundamentales, como la imposibilidad de acceder a la sanidad p¨²blica para los inmigrantes¡±, apunta Baeza. ¡°Es una barbaridad que la Iglesia defienda que la gente debe traer al mundo todos los hijos que Dios mande, ?para qu¨¦? ?para sufrir?¡±, se pregunta.
Las esperanzas de los cristianos de base ante el nuevo papado se nutren de la sensaci¨®n de aire fresco y del p¨¢lpito de veracidad y humanidad del pont¨ªfice, como si la ¨¦tica y la est¨¦tica se encarnaran en el Vaticano por primera vez en lustros. ¡°Los gestos son verdaderos, porque corresponden a su manera de ser, pero no sabemos cu¨¢l es su filosof¨ªa acerca de desajustes o anacronismos que chocan mucho en la sociedad de hoy como la desigualdad de g¨¦nero existente en la Iglesia¡±, apunta Pedro Jos¨¦ G¨®mez, profesor de Econom¨ªa Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de una peque?a comunidad cristiana del humilde barrio madrile?o de Pan Bendito. Aunque el Papa ha creado un comit¨¦ para ayudarle en la reforma de la curia, la dificultad de la tarea resulta may¨²scula: ¡°Un ser humano solo no va a poder cambiar una instituci¨®n con 1.200 millones de miembros¡±, subraya G¨®mez.
La invisibilidad de la Iglesia de base es el azogue de un espejo donde se reflejan el poder y la gloria; su discreci¨®n, el env¨¦s de una instituci¨®n muy locuaz y muy presente en la vida p¨²blica (y en la pol¨ªtica), ¡°ah¨ª est¨¢n las campa?as contra la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o el matrimonio gay¡±, recuerda Cristina Ruiz Fern¨¢ndez; ¡°la Conferencia Episcopal debe quitar el foco de ah¨ª y ponerlo sobre la gente que sufre¡±. Los cristianos de base son tambi¨¦n el platillo m¨¢s ligero de una balanza abrumada por el peso de grupos conservadores ¡ªalentados por los dos papas que precedieron a Francisco¡ª; revertir el monopolio de estos llevar¨¢ tiempo. ¡°Buena parte de los grupos [que componen la Iglesia de base] en Espa?a se hallan en una situaci¨®n de desamparo institucional, sin espacio; funcionan de forma aut¨®noma. El clima que se respira es conservador, cerrado, nada inclusivo, y los cristianos de base son ignorados por los no creyentes, pero tambi¨¦n por la curia. Mientras unos [los conservadores] logran todos los avales, otros son ignorados y algunos m¨¢s mirados directamente con recelo¡±, subraya G¨®mez, colaborador del Instituto Superior de Pastoral ¡ªpuro Vaticano II¡ª, quien recalca que el tipo de Iglesia imperante en los ¨²ltimos a?os ¡°puede dar sus frutos de puertas para adentro, pero hacia afuera es incapaz de conectar con el resto de la sociedad¡±. Superar el divorcio o aislamiento entre las dos Iglesias, que conviven como un Jano bifronte ¡ªel dios romano con dos caras, dos perfiles opuestos uno al otro¡ª, est¨¢ tambi¨¦n en el alero de ese jesuita un poco franciscano llamado Jorge Mario Bergoglio.
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