La sensibilidad al gluten
Alimentarse sin gluten supone un coste adicional aproximado de 1.500 euros por persona y a?o
En la actualidad se asume que el gluten est¨¢ detr¨¢s de m¨²ltiples patolog¨ªas. La m¨¢s estudiada y mejor conocida es la enfermedad cel¨ªaca, que afecta al 1% de la poblaci¨®n. Aunque mucho menos frecuente, tambi¨¦n existe la alergia alimentaria al gluten. Sin embargo, la situaci¨®n patol¨®gica causada por la ingesta de gluten m¨¢s frecuente (se estima que llega a afectar al 6% de la poblaci¨®n) recibe el nombre de sensibilidad al gluten no cel¨ªaca. Esta entidad, para la cual a¨²n no existen pruebas diagn¨®sticas, ha adquirido un gran protagonismo en los ¨²ltimos a?os. Esta es la raz¨®n por la que muchas personas est¨¢n haciendo dieta sin gluten. La enfermedad cel¨ªaca es la forma de sensibilidad al gluten m¨¢s estudiada y mejor conocida. Seg¨²n la definici¨®n m¨¢s reciente, publicada en 2012 por la Sociedad Europea de Gastroenterolog¨ªa, Hepatolog¨ªa y Nutrici¨®n Pedi¨¢trica (ESPGHAN, European Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition), la enfermedad cel¨ªaca es un desorden sist¨¦mico con base inmunol¨®gica provocado por la ingesta de gluten en individuos gen¨¦ticamente predispuestos. Se caracteriza por la presencia de una combinaci¨®n variable de manifestaciones cl¨ªnicas dependientes de gluten, anticuerpos espec¨ªficos en sangre y enteropat¨ªa. Se trata de la patolog¨ªa cr¨®nica intestinal m¨¢s frecuente y afecta, en promedio, al 1% de la poblaci¨®n, siendo su distribuci¨®n mundial. En el caso de la Comunidad de Madrid, seg¨²n los resultados de un estudio de prevalencia realizado por la Consejer¨ªa de Sanidad de esta regi¨®n en el a?o 2008 en poblaci¨®n escolar, de 6 a 18 a?os, la enfermedad cel¨ªaca afecta a 1 de cada 79 individuos en dicho rango de edad, de los cuales s¨®lo est¨¢ diagnosticado el 35% (1 de cada 3, aproximadamente). Se estima que el 85% de los cel¨ªacos (6 de cada 7) desconocen que padecen la enfermedad.
La enfermedad cel¨ªaca no diagnosticada puede suponer un perjuicio para la salud a largo plazo. Est¨¢n descritas numerosas alteraciones de tipo autoinmune, endocrino, neurol¨®gico, psiqui¨¢trico o reproductivo cuya aparici¨®n puede verse favorecida en estos casos por el consumo continuado de gluten. A ellas hay que sumar otras situaciones que repercuten en la calidad de vida de los pacientes, como la fatiga intensa y continuada, la debilidad muscular y la osteoporosis. La sensibilidad al gluten no cel¨ªaca es un concepto m¨¢s amplio y menos definido que engloba a aquellos pacientes en los que el gluten parece ser el responsable de la patolog¨ªa que padecen, en base a la evidencia cl¨ªnica, a pesar de que las pruebas diagn¨®sticas de enfermedad cel¨ªaca son negativas. Por el momento, no hay pruebas espec¨ªficas de diagn¨®stico para la sensibilidad al gluten no cel¨ªaca, por lo que el diagn¨®stico requiere descartar primeramente la enfermedad cel¨ªaca (o cualquier otra patolog¨ªa que se sospeche, incluida la alergia al gluten) y hacer, despu¨¦s, una dieta sin gluten para verificar si el paciente se recupera. En caso afirmativo, se recomienda reintroducir temporalmente el gluten en su alimentaci¨®n para comprobar si hay reca¨ªda. Si es as¨ª, ser¨¢ diagnosticado de sensible al gluten no cel¨ªaco. En los dos ¨²ltimos a?os se han publicado multitud de estudios cient¨ªficos relacionados con este tema y cada vez tiene mayor difusi¨®n en la sociedad. Los primeros estudios realizados han detectado prevalencias en torno al 6%. Tal vez sea este el motivo por el que un n¨²mero cada vez mayor de personas hacen dieta sin gluten a pesar de no ser cel¨ªacas, o que deciden hacerla por su cuenta sin ning¨²n tipo de recomendaci¨®n m¨¦dica.
La alergia a cereales con gluten puede ser causada por el propio gluten o bien por otros componentes de estos cereales. En conjunto, no afectan a m¨¢s del 0,1% de la poblaci¨®n. Si la alergia es provocada por el gluten, suele ser una alergia de tipo alimentario y su diagn¨®stico requiere realizar las correspondientes pruebas cut¨¢neas (prick test) y valorar en sangre los niveles de inmunoglobulina E (IgE) espec¨ªfica. En el caso de ser positivas, la alergia debe ser confirmada con una prueba de provocaci¨®n controlada en un centro sanitario. Las manifestaciones cl¨ªnicas de la sensibilidad al gluten, tanto si se trata de la enfermedad cel¨ªaca como de la sensibilidad al gluten no cel¨ªaca, incluyen un amplio abanico de s¨ªntomas y signos cl¨ªnicos que se superponen con los de otras enfermedades, como el s¨ªndrome intestino irritable o incluso la fibromialgia y la fatiga cr¨®nica. Adem¨¢s de la variedad de s¨ªntomas digestivos con los que se puede presentar (v¨®mitos, diarrea, estre?imiento, distensi¨®n abdominal, meteorismo, dispepsia, etc.) y de problemas relacionados con la malabsorci¨®n de nutrientes (retraso de crecimiento, anemia ferrop¨¦nica, osteoporosis), puede ir acompa?ada de alteraciones de tipo autoinmune y endocrino (diabetes tipo 1, tiroiditis autoinmune), neurol¨®gico (migra?as, d¨¦ficit de atenci¨®n, p¨¦rdida de memoria, demencia precoz), psiqui¨¢trico (ansiedad, depresi¨®n, anorexia) o reproductivo (infertilidad, menarqu¨ªa tard¨ªa, menopausia precoz, abortos de repetici¨®n). La severidad o intensidad de los s¨ªntomas puede ir de muy discretos o ausentes, a muy severos.
El gluten es una prote¨ªna presente en el trigo, la cebada, el centeno y, en menor proporci¨®n, la avena. Es el responsable de la elasticidad de las masas elaboradas con harina de estos cereales y permite que, con la fermentaci¨®n, el pan obtenga volumen, consistencia el¨¢stica y esponjosa. Adem¨¢s, su empleo por parte de la industria alimentaria, ya sea como ingrediente, aditivo o por razones tecnol¨®gicas, est¨¢ muy extendido en la elaboraci¨®n de productos que no proceden de dichos cereales, como puede ser un yogur de fresa o el tomate frito. Por este motivo, la mayor¨ªa de los productos manufacturados que podemos encontrar en cualquier establecimiento de alimentaci¨®n no pueden ser consumidos por las personas que padecen alg¨²n tipo de sensibilidad al gluten. La dieta sin gluten obliga, por tanto, a evitar todos aquellos productos cuya materia prima es el trigo, la cebada, el centeno o la avena (harina, pan rallado, pasta, cereales del desayuno y toda la gama de productos de panader¨ªa, boller¨ªa y reposter¨ªa) as¨ª como aquellos que hayan utilizado derivados de estos cereales (gluten, almid¨®n, s¨¦molas, etc.) en su elaboraci¨®n. Es importante destacar que, seg¨²n el Reglamento Europeo CE 41/2009, los productos etiquetados ¡°sin gluten¡±, o bien los considerados ¡°aptos para cel¨ªacos¡± en los listados que elaboran las asociaciones de pacientes, pueden contener hasta 20 partes por mill¨®n (ppm) de gluten, es decir, 20 mg de gluten por kg de producto. Por ello, es recomendable basar la dieta sin gluten preferentemente en productos naturales, no procesados (frutas, verduras, hortalizas, legumbres, carne, pescado, marisco, huevos, etc.), ya que una dieta basada en productos elaborados, aunque sean ¡°sin gluten¡±, puede impedir la correcta recuperaci¨®n del paciente o incluso provocar reca¨ªdas.
?A qu¨¦ se debe el auge o la moda de la dieta sin gluten? Por un lado, la enfermedad cel¨ªaca, aunque contin¨²a siendo una gran desconocida, incluso para los propios m¨¦dicos responsables de su diagn¨®stico, especialmente los cl¨ªnicos no pedi¨¢tricos, cada vez se diagnostica mejor. A esto hay que sumar el gran n¨²mero de sensibles al gluten no cel¨ªacos que est¨¢n siendo diagnosticados actualmente y que, por tanto, deben hacer tambi¨¦n dieta sin gluten. Esto hace que la dieta sin gluten sea cada vez m¨¢s conocida en la sociedad. Por otro lado, est¨¢n los fabricantes de productos especiales sin gluten (que emplean materias primas alternativas a los cereales con gluten), as¨ª como los que elaboran productos de consumo general, que cada vez m¨¢s evitan utilizar ingredientes que contengan gluten. Ellos tambi¨¦n est¨¢n contribuyendo al mejor conocimiento de la dieta sin gluten. Es indudable que est¨¢ surgiendo un nuevo gran grupo de potenciales consumidores a los que es interesante llegar. Con lo que se conoce hasta ahora, si todos los casos de sensibilidad al gluten estuviesen diagnosticados, el 7% de la poblaci¨®n tendr¨ªa que seguir una dieta sin gluten.
Tambi¨¦n hay que tener en cuenta el papel de las asociaciones de pacientes que, dado el aumento en el n¨²mero de casos, disponen de m¨¢s medios para reclamar una mejor calidad de vida para ellos, y trabajan con administraciones p¨²blicas, personal sanitario, fabricantes, profesionales de la hosteler¨ªa e incluso medios de comunicaci¨®n para lograr este fin. Por ¨²ltimo, hay que considerar que habitualmente realizamos una alimentaci¨®n poco saludable y para solucionar este problema muchas personas deciden ponerse a dieta. Entre las opciones disponibles en el mercado, la dieta sin gluten est¨¢ ganando posiciones, tal vez por su novedad, frente a otras, como las dietas de adelgazamiento. En s¨ª misma, la dieta sin gluten no es m¨¢s sana que una dieta libre bien llevada, pero como en la pr¨¢ctica la dieta libre no es tan variada ni equilibrada como debiera, la dieta sin gluten se convierte en la opci¨®n para mejorar los h¨¢bitos alimenticios, ya que comer sin gluten implica consumir, preferentemente, productos naturales y seleccionar cuidadosamente los productos manufacturados que se consumen.
6 de cada 7 cel¨ªacos desconocen que padecen la enfermedad
La enfermedad cel¨ªaca deber¨ªa ser considerada un problema de salud p¨²blica dada su elevada prevalencia, m¨¢s a¨²n si se empiezan a considerar los casos de sensibilidad al gluten no cel¨ªaca. Estas patolog¨ªas no conllevan complicaciones graves cuando son detectadas precozmente. Sin embargo, el retraso en el diagn¨®stico convierte al paciente afectado en un enfermo cr¨®nico que ver¨¢ reducida su calidad de vida y generar¨¢ un mayor gasto sanitario. Por ello, es importante que las administraciones p¨²blicas se impliquen en mejorar el diagn¨®stico de estas patolog¨ªas y en facilitar el seguimiento de la dieta sin gluten, ya sea regulando adecuadamente el etiquetado de los productos sin gluten o ayudando a las familias a afrontar el elevado coste de los denominados productos especiales sin gluten, como el pan, la pasta o los cereales del desayuno. Se estima que alimentarse sin gluten supone un coste adicional aproximado de 1.500 euros por persona y a?o.
Manuela M¨¢rquez es directora de la Asociaci¨®n de Cel¨ªacos y Sensibles al Gluten de la Comunidad de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.