Investigado un hospital p¨²blico por la operaci¨®n privada a un paciente
El enfermo pag¨® casi 9.000 euros para ser intervenido en el centro de Terrassa El Departamento de Salud ha abierto un expediente disciplinario para indagar las irregularidades
La Generalitat investiga la estafa que denuncia Justiniano Villar¨¢n. Este hombre llevaba casi cinco a?os sufriendo un dolor en el gl¨²teo ¡ªtan intenso que en los ¨²ltimos meses ya le imped¨ªa sentarse para comer o trabajar¡ª cuando, hace un a?o, un m¨¦dico del hospital p¨²blico Parc Taul¨ª de Sabadell (Barcelona) le dio la peor de las noticias: no hab¨ªa nada que hacer y deb¨ªa aprender a convivir con el calvario. Justiniano, de 52 a?os, se vino abajo: ¡°Llegu¨¦ a pensar en quitarme la vida. Vivir de esa forma no merece la pena¡±, recuerda. Su hermano, Francisco, tom¨® entonces las riendas. Investig¨® por su cuenta y descubri¨® que a solo 12 kil¨®metros, en el hospital Universitario M¨²tua Terrassa ¡ªp¨²blico, pero con una peque?a cl¨ªnica privada¡ª, trabaja un neurocirujano, Juan Luis Maestro de Le¨®n, que pod¨ªa operarle de la dolencia que sufr¨ªa: s¨ªndrome piriforme o piramidal. Esta enfermedad ocurre cuando una contractura del m¨²sculo piramidal, en el gl¨²teo, comprime el nervio ci¨¢tico.
Francisco logr¨® que el Parc Taul¨ª derivara a su hermano a Terrassa, pero ante el retraso en la cita opt¨® por acudir a la consulta privada que tambi¨¦n tiene el m¨¦dico. All¨ª se toparon con un muro. ¡°Nos dijo que hab¨ªa que operar ya para descomprimir el nervio¡±, explica Francisco. ¡°Eso nos alegr¨®, nos daba esperanza. Pero luego nos enga?¨®. Nosotros dijimos que quer¨ªamos que nos acabara atendiendo en Terrassa por la sanidad p¨²blica, pero ¨¦l se neg¨® y dijo que los instrumentos necesarios para operar eran suyos y no del hospital de Terrassa. Luego supimos que era mentira y que el hospital s¨ª lleva a cabo estas intervenciones¡±. El Departamento de Salud catal¨¢n ha abierto un expediente sancionador al hospital porque ha detectado ¡°indicios de irregularidades en todo el procedimiento¡±, dijo un portavoz.
La familia, desesperada, reuni¨® el dinero y pag¨® m¨¢s de 8.800 euros por la operaci¨®n, que se hizo en el mismo hospital de Terrassa, pero en la parte privada. ¡°No soportaba ver sufrir m¨¢s a mi hermano¡±, afirma Francisco. Fue entonces cuando pidieron al m¨¦dico una factura para pedir el reembolso del gasto a la Generalitat. El m¨¦dico se neg¨®.
Los dos hermanos recuerdan con dolor y angustia todo el proceso y siguen ¡°la lucha¡± para conseguir que se les devuelva el dinero de la intervenci¨®n. Recuerdan que cuando llegaron a la consulta privada del neurocirujano, el 28 de agosto de 2012, la situaci¨®n era l¨ªmite. ¡°Me hab¨ªan dado por desahuciado, nada funcionaba, y hab¨ªa estado m¨¢s de un a?o de baja siendo aut¨®nomo¡±, recuerda Justiniano, que manejaba una gr¨²a de la construcci¨®n. Hab¨ªan pasado m¨¢s de dos meses desde que, por fin, el hospital de Sabadell les hab¨ªa informado de que aceptaban derivarle ¡°de forma preferente¡± al hospital M¨²tua Terrassa y ya no pod¨ªan esperar m¨¢s.
Un centro de doble puerta
La doble puerta de entrada ¡ªp¨²blica y privada¡ª a los hospitales financiados por la Generalitat crece en Catalu?a. Cada vez m¨¢s hospitales concertados abren una v¨ªa de atenci¨®n de pago: el Sant Pau y el de la Seu d¡¯Urgell han sido dos de los ¨²ltimos. Este tipo de centros, que son mayoritarios en esta comunidad, est¨¢n constituidos por distintas formas jur¨ªdicas ¡ªconsorcios, fundaciones, empresas municipales, entidades religiosas...¡ª y tienen plena autonom¨ªa de gesti¨®n, aunque casi todos sus ingresos proceden de la atenci¨®n m¨¦dica financiada por la Generalitat.
El hospital Universitario M¨²tua de Terrassa, una mutualidad de previsi¨®n social sin ¨¢nimo de lucro, cobr¨® 99 millones de euros de la Generalitat en 2011 por la atenci¨®n a los pacientes p¨²blicos, seg¨²n datos oficiales. Los ingresos por la v¨ªa privada fueron de 6,6 millones de euros, seg¨²n las cuentas del Registro Mercantil.
La doble puerta de entrada es legal en los hospitales que no forman parte del ICS ¡ªInstituto Catal¨¢n de la Salud, que aglutina a los ocho grandes hospitales que la Generalitat gestiona de forma directa¡ª, pero no est¨¢ regulada. Algunos de los centros se han dotado de c¨®digos de conducta voluntarios en los que se comprometen a que la puerta privada no servir¨¢ para saltarse la lista de espera. En todos los casos los m¨¦dicos que atienden las dos puertas son los mismos.
Llegaron esperanzados y lo que les dijo el m¨¦dico les descoloc¨®. Tras avanzarles que el proceso les costar¨ªa unos 9.000 euros, el m¨¦dico les hizo saber que no iba a hacerles factura. ¡°Pensamos que la sanidad p¨²blica ten¨ªa que hacerse cargo del caso y quer¨ªamos reclamar¡±, relata Francisco. El m¨¦dico fue taxativo: ¡°Nos contest¨® que, si la intenci¨®n era esa, no operaba¡±. Poco m¨¢s de dos semanas despu¨¦s, Justiniano entraba por el quir¨®fano del hospital para operarse del dolor que le hab¨ªa amargado la vida.
Francisco est¨¢ indignado, y no solo por lo que no duda en calificar de enga?o. ¡°Dos d¨ªas despu¨¦s de que operaran a mi hermano y tras poner una reclamaci¨®n en el hospital, nos llamaron para decir que le hab¨ªan programado la primera consulta en Terrassa¡±, explica. ¡°?Pero si a mi hermano ya le hab¨ªan operado por la privada!¡±.
El hospital M¨²tua Terrassa declar¨® a trav¨¦s de una portavoz que el centro ¡°realiza todas sus actividades de forma oficial y transparente¡±. Adem¨¢s, el paciente ¡°solicit¨® directamente visita en un centro privado¡± y ¡°dio su conformidad a la intervenci¨®n¡±.
Los hermanos creen que es de justicia que el Gobierno catal¨¢n les reembolse la intervenci¨®n. Por eso pidieron al hospital un documento en el que consta que el centro s¨ª opera la dolencia. Tambi¨¦n, al d¨ªa siguiente de la operaci¨®n, volvieron a exigir al m¨¦dico una factura. Y le recriminaron de nuevo que les hubiese redirigido a la atenci¨®n privada. ¡°Nos respondi¨® que ¨¦l no operaba un s¨ªndrome piramidal por la sanidad p¨²blica porque no le sal¨ªa de los cojones¡±, relata Francisco. Los hermanos se quedaron estupefactos. El facultativo les dio como factura un recibo que aunque lleva un sello del Colegio de M¨¦dicos carece de n¨²mero de factura. Este asegura que el recibo es ¡°v¨¢lido¡± y a?ade que la falta de numeraci¨®n es en todo caso un problema ¡°fiscal o mercantil¡±.
Maestro de Le¨®n respondi¨® por escrito con que ¡°a la hora del alta, el paciente solicit¨® que el importe fuese abonado por la Seguridad Social¡±. ¡°Me opuse totalmente porque no es la forma de proceder. El paciente privado sigue el camino privado¡±, suscribi¨®.
Desde la operaci¨®n, los hermanos se han entrevistado con representantes de Salud y han reclamado al hospital de Terrassa y al Colegio de M¨¦dicos. Un portavoz del organismo profesional explic¨® ayer que el colegio no ha detectado ¡°ninguna infracci¨®n¡±.
¡°Cotizo a la Seguridad Social desde los 14 a?os y cuando necesito a la sanidad p¨²blica no es de recibo que me trate as¨ª¡±, cuenta Justiniano, cuyo rostro refleja el calvario vivido. El CatSalut sopesa ahora si les devuelve el coste de la intervenci¨®n, que ascendi¨® a 8.876 euros, de los cuales el m¨¦dico cobr¨® 6.000 euros; la Cl¨ªnica M¨²tua Terrassa, 2.200; y otros 500 euros los tuvo que abonar Justiniano por una resonancia y dos visitas con Maestro de Le¨®n.
Justiniano ha vuelto a trabajar y ya no siente tanto dolor, pero todav¨ªa no puede permanecer sentado largo tiempo. Los a?os de retraso en la intervenci¨®n le han restado efectividad. Su calvario no ha terminado todav¨ªa. La ONG Sicom, que elabora v¨ªdeos sobre la crisis econ¨®mica y los recortes, colg¨® anoche en Youtube, en colaboraci¨®n con la revista Cafeambllet, un breve documental sobre el caso de Justiniano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.