La violencia machista sobrevive en las parejas m¨¢s j¨®venes
Cada vez m¨¢s adolescentes acuden a centros de atenci¨®n para mujeres maltratadas Las nuevas tecnolog¨ªas emergen como arma de control Los expertos urgen a prevenir con educaci¨®n
La violencia machista no es solo un problema de parejas casadas, como creen muchos adolescentes, que siguen perpetuando estos comportamientos con relaciones enfermizas. Tras a?os de avances en igualdad, los expertos alertan de que falla la educaci¨®n y de que sigue dominando una visi¨®n rom¨¢ntica del amor en la que las chicas lo aguantan todo, seducidas por una figura dominante y protectora. Seg¨²n los soci¨®logos, los adolescentes se saben la teor¨ªa y racionalmente rechazan la violencia, pero alertan de que el nivel de machismo es demasiado elevado para una generaci¨®n que ha crecido en el siglo XXI.
Los centros de atenci¨®n a malos tratos coinciden en que cada vez son m¨¢s j¨®venes las chicas que acuden a pedir ayuda. Las causas judiciales por este motivo aumentan entre los m¨¢s j¨®venes, seg¨²n la Fiscal¨ªa de Menores. Aunque la mayor¨ªa de las v¨ªctimas adolescentes tienen entre 15 y 17 a?os, los puntos especializados llegan a recibir a ni?as de 12 y 13. ¡°En estas edades estamos luchando contra el amor, no contra el maltratador¡±, anuncia Natividad Hern¨¢ndez Claverie, psic¨®loga responsable de los grupos m¨¢s j¨®venes de la Comisi¨®n para la Investigaci¨®n de Malos tratos a mujeres, una ONG que da apoyo a v¨ªctimas de violencia machista desde los a?os setenta. Hern¨¢ndez Claverie explica que en las terapias con las j¨®venes se profundiza primero en sus sentimientos hacia estas situaciones; y luego en el qu¨¦ significa el comportamiento machista. ¡°Llaman confusas, tristes pero sin saber lo que les pasa¡±, apunta Diana D¨ªaz, subdirectora de Tel¨¦fono de la Fundaci¨®n Anar, que atiende por esta v¨ªa a menores en situaci¨®n de riesgo y que detecta la violencia contra adolescentes como un problema emergente.
Soledad Cazorla, fiscal de sala delegada contra la Violencia de G¨¦nero, se muestra ¡°perpleja¡± ante el fen¨®meno: ¡°Me produce sorpresa que roles que entend¨ªamos que eran del pasado se puedan repetir en gente muy joven que supon¨ªamos que hab¨ªa asumido su dignidad¡±. El 25% de las mujeres atendidas en el Centro Municipal para la Igualdad 8 de marzo de Fuenlabrada (Madrid) eran menores de 25 a?os, frente al 23% del a?o anterior. Hace tres a?os que las llamadas a Anar por violencia machista aumentan de forma sostenida: en 2012 registraron un 15% m¨¢s que en el a?o anterior. En Andaluc¨ªa se presentaron 78 denuncias por violencia de g¨¦nero contra menores de edad a lo largo de 2012; una cifra que, seg¨²n el Instituto Andaluz de la Mujer, supera a las de periodos anteriores. Y cada a?o la media de edad es inferior al anterior.
Una joven de 19 a?os y otra de 26 acaban de morir a manos de sus novios
Son tres ejemplos, pero el reparto de competencias de los centros de atenci¨®n especializados ¡ªmunicipales, auton¨®micos y estatales, adem¨¢s de fundaciones, centros privados y otras organizaciones¡ª dificulta dibujar un mapa sobre la violencia de g¨¦nero entre las j¨®venes de todo el pa¨ªs. Solo se desglosan por edad las v¨ªctimas mortales y las ¨®rdenes de protecci¨®n dictadas por los juzgados, en este caso, a los maltratadores (un 2% del total en 2012 frente al 1,6% de 2011). De las 32.242 mujeres que sufrieron malos tratos en 2011, 571 ten¨ªan menos de 18 a?os, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). El a?o pasado, por primera vez desde 2004, una menor de 16 a?os muri¨® a manos de su pareja o expareja: una ni?a de 13 a?os en El Salobral (Albacete), asesinada a tiros por un hombre con quien hab¨ªa mantenido un romance. Como en uno de cada dos casos registrados, el agresor era mayor de edad. Se suma otra v¨ªctima de 19 y seis en la franja de los 20. La semana pasada, una estudiante de Le¨®n fue estrangulada por su novio y una chica de 26, acuchillada en ?lava. A principios de mayo, una adolescente de Madrid acudi¨® al hospital con cortes en el torso que le hab¨ªa provocado su pareja, a quien intent¨® encubrir.
Aunque el goteo no cesa y no deja de preocupar la violencia f¨ªsica, la forma m¨¢s habitual de malos tratos entre j¨®venes es el dominio psicol¨®gico, seg¨²n detectan los especialistas: el control sobre la ropa que se ponen las novias, su maquillaje, las amistades con las que salen o d¨®nde pasan el tiempo. Y aqu¨ª, las nuevas tecnolog¨ªas emergen como una nueva herramienta de vigilancia. ¡°Ejercen un control agobiante para las chicas. A trav¨¦s de Whatsapp o Facebook pueden saber en todo momento d¨®nde est¨¢n, qu¨¦ est¨¢n haciendo y con qui¨¦n. Las hostigan pidi¨¦ndoles pruebas: si dicen que est¨¢n viendo la televisi¨®n, les piden qu¨¦ pel¨ªcula echan en un canal, y si les cuentan que est¨¢n en el ba?o, las obligan a tirar de la cadena para demostrarlo. Esto es algo que no pasa con las v¨ªctimas m¨¢s mayores¡±, explica Susana Mart¨ªnez Nobo, presidenta de la Comisi¨®n para la Investigaci¨®n de Malos Tratos a Mujeres, que aclara que pese a que estos medios tambi¨¦n est¨¢n al alcance de los mayores, no los usan tanto. Este atosigamiento se dispara en el momento de la ruptura, cuando el acosador utiliza cualquier mecanismo para mantener el control sobre su expareja. Otra de las modalidades del acoso a trav¨¦s de Internet consiste en difundir im¨¢genes privadas, insultos o humillaciones en las redes sociales. ¡°Puso una foto m¨ªa en sujetador en Tuenti y la reparti¨® por todo el colegio. Dijo que era una broma que le hac¨ªa a todas sus novias¡±, contaba por tel¨¦fono a Anar una chica de 15 a?os, como consta en el informe de esta instituci¨®n.
El comportamiento de los j¨®venes en sus primeras parejas funciona principalmente por imitaci¨®n. Act¨²an de manera an¨¢loga a sus referentes, entre los que destacan su familia, su entorno social y los medios de comunicaci¨®n, especialmente la televisi¨®n. ¡°Internet, el cine, las series... nos hacen asumir ciertos roles y normalizar la violencia. Historias como Crep¨²sculo o Cincuenta sombras de Grey son muy nocivas porque hacen pensar a las chicas que pueden con los malotes¡±, considera Soledad Ruiz, directora del Instituto Andaluz de la Mujer, que hace seis meses puso en marcha un programa de atenci¨®n psicol¨®gica para adolescentes maltratadas que atendi¨® a 30 chicas en el primer trimestre del a?o. Siguen pesando todav¨ªa 21 siglos de sociedades machistas.
Los chicos, seg¨²n los expertos consultados, ya no son el lobo ib¨¦rico, pero siguen reproduciendo la desigualdad. ¡°El machismo est¨¢ muy arraigado en una parte del inconsciente colectivo, aunque cada vez menos en el comportamiento¡±, sostiene Consuelo Madrigal, fiscal de sala de Menores, que define la violencia de g¨¦nero como una ¡°patolog¨ªa social¡±, m¨¢s que individual. ¡°La educaci¨®n en la igualdad afecta a algunos aspectos, pero no cala en todos porque hay hombres que a¨²n necesitan construir su identidad a partir del dominio y de la posesi¨®n sobre la mujer¡±, a?ade.
Con Whatsapp o Facebook saben siempre d¨®nde est¨¢n y con qui¨¦n
A la inseguridad y la falta de autoestima, se le suma una falta de referentes, especialmente para los chicos. ¡°Tarz¨¢n ha dejado de ser el h¨¦roe y ahora es muy dif¨ªcil decir qui¨¦n lo es. Estamos en un momento de polarizaci¨®n en que se ha asumido el empoderamiento de la mujer en la sociedad, pero todav¨ªa no se acaba de admitir que es necesario cierto desempoderamiento de los hombres¡±, alega Hilario S¨¢ez, soci¨®logo de Hombres para la Igualdad. Lo que s¨ª constata en talleres en los institutos es que hay adolescentes que se siguen declarando machistas: ¡°Para mandar entre hombres, hay que distinguirse de las mujeres y de los ni?os. A esa edad, hay que ser el m¨¢s fuerte y eso se va haciendo mediante pruebas de masculinidad. Tienen mucha presi¨®n y el que m¨¢s habla, habla por los dem¨¢s. Siempre se le suman otros que quieren ser identificados con el fuerte¡±, cuenta.
La concepci¨®n rom¨¢ntica del amor es por donde se cuela el machismo en las relaciones reales. Hace sentir a las j¨®venes que tienen una especie de contrato de por vida con su pareja y que si ¨¦l es violento, es porque se lo merecen; lo que aumenta la sensaci¨®n de culpabilidad. A ellos les obliga a demostrar celos y dominio para reafirmar su amor. As¨ª lo reflejan testimonios tan antiguos como el que contaba a Anar una chica de 16 a?os: ¡°El otro d¨ªa me dijo: ¡®Me voy a suicidar si no te veo. Me quito la vida si no est¨¢s conmigo¡±. El 67% de las j¨®venes que llaman a esta fundaci¨®n no son conscientes de que sufren violencia de g¨¦nero.
Noem¨ª Parra, sex¨®loga y una de las coordinadoras del Programa por los Buenos Tratos de Canarias, cree que adem¨¢s de igualdad hay que dar formaci¨®n sexual, amorosa y de gesti¨®n de conflictos. ¡°Los adolescentes tienen muchas dificultades para establecer los l¨ªmites entre lo aceptable y lo inaceptable¡±, zanja. Seg¨²n cuenta, est¨¢ trabajando con dos chicos de 13 a?os que le tocaron el culo a una ni?a: ¡°Forma parte de un juego, y no entienden que est¨¢n accediendo a un cuerpo que no quiere ser tocado. Est¨¢n probando los l¨ªmites, porque tienen que demostrar que se est¨¢n haciendo mayores y reproducen todos los estereotipos¡±. Algunos m¨¢s mayores tambi¨¦n han acudido ¡°muy agobiados¡± para que les ayuden a controlar los celos.
Las chicas que sufren la violencia, ¡°est¨¢n sometidas a mucha confusi¨®n, se debaten entre el amor y el miedo¡±, explica Hern¨¢ndez Claverie, que asegura que, con las mujeres m¨¢s j¨®venes, lo que mejor funciona es la terapia de grupo. ¡°Ellas no ven lo que les pasa, porque confunden los celos con el amor, pero sus amigas se lo hacen ver: ¡®?Pero c¨®mo est¨¢s con ese cabr¨®n?¡¯, le dicen, porque una vez que se dan cuenta, se convierten en salvadoras¡±, relata.
La OMS avala que la formaci¨®n funciona para frenar el machismo
Los recortes, sin embargo, atacan tambi¨¦n a este ¨¢mbito. De cinco psic¨®logas, la comisi¨®n contra los malos tratos se qued¨® con dos en 2011 por falta de fondos. ¡°Cada vez que queremos mandar a alguna chica a un servicio de apoyo tenemos que llamar para asegurarnos de que a¨²n est¨¢ ah¨ª. Muchos cierran de un d¨ªa para otro¡±, afirman desde el departamento de servicios sociales de Anar. El Gobierno ha recortado un 21% en programas de prevenci¨®n y un 18% en pol¨ªticas de igualdad.
Pese a que la Secretar¨ªa de Estado de Igualdad se muestra ¡°preocupada¡± por esta situaci¨®n, de momento, todo son promesas. Aseguran que antes del verano se pondr¨¢ en marcha una nueva estrategia nacional contra la violencia de g¨¦nero con un presupuesto de 1.000 millones de euros hasta el final de la legislatura (en 2016) y medidas espec¨ªficas para chicas adolescentes. Las fuentes de Igualdad consultadas anuncian tambi¨¦n que se ampliar¨¢ la prevenci¨®n del machismo dentro del Plan de Infancia y se dise?ar¨¢ una aplicaci¨®n para tel¨¦fonos m¨®viles con toda la informaci¨®n sobre los distintos grados de violencia de g¨¦nero y los recursos disponibles en la Administraci¨®n.
¡°El instituto es un observatorio privilegiado. Van all¨ª cada d¨ªa¡±
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud acredita que los programas educativos en pa¨ªses desarrollados funcionan para frenar el machismo. Pero estos programas est¨¢n desapareciendo en Espa?a. La reforma educativa eliminar¨¢ la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa ¡ªla ¨²nica que conten¨ªa contenidos sobre igualdad de g¨¦nero¡ª y los seminarios sobre estas materias se est¨¢n extinguiendo, algo que preocupa a los expertos. ¡°La vacuna contra la violencia es la educaci¨®n, y hay que luchar en el ¨¢mbito preventivo para evitar que se reproduzcan los comportamientos machistas porque cuando actuamos la justicia o la polic¨ªa, el da?o ya est¨¢ hecho¡±, opina Inmaculada Montalb¨¢n, presidenta del Observatorio de Violencia de G¨¦nero del Consejo General del Poder Judicial.
Desde los noventa ¡°se percibe una incorporaci¨®n del valor igualdad, pero un an¨¢lisis con preguntas m¨¢s indirectas resalta que el comportamiento no lo tienen interiorizado¡±, aclara Fernando Fern¨¢ndez-Llebrez, profesor de la Universidad de Granada y autor del estudio Cambios y persistencias en la igualdad de g¨¦nero de los y las j¨®venes en Espa?a (1990-2010), junto a Francisco Camas, publicado por el Instituto de la Juventud en 2012.
¡°Hay un elemento de continuidad de las j¨®venes con las mujeres de otras generaciones: la concepci¨®n de que no vale la pena polemizar cuando hay un problema de pareja¡±, aclara Fern¨¢ndez-Llebrez. La forma de enfrentarse a la violencia de g¨¦nero es ense?ar valores universales para chicos y chicas, ¡°que pueden estar muy instruidos, pero muy poco educados en los valores¡±, apunta Cazorla. ¡°No hay que buscar en los chicos un sentimiento de culpa, sino de responsabilidad, porque eso es lo que les llevar¨¢ a actuar. Si no, los chavales lo ver¨¢n como una agresi¨®n y sacar¨¢n las garras¡±, aclara el polit¨®logo.
Un informe realizado en 2012 por la Universidad Complutense de Madrid y el Ministerio de Sanidad desvela el machismo que arrastran los universitarios: un 11% de ellos afirma haber ejercido malos tratos (insultos, humillaci¨®n, control o agresi¨®n) y, de ellos, otro 11% lo han hecho en m¨¢s de una relaci¨®n. Entre las chicas, muestra que un 12% de ellas se ha sentido obligada a conductas sexuales en las que no quer¨ªa participar, un 10% ha visto c¨®mo su pareja la aislaba de sus amistades, un 8% ha vivido una situaci¨®n de control hasta el m¨ªnimo detalle, un 6% ha recibido insultos con frecuencia y un 4% reconoce que su pareja le ha pegado. A pesar de esto, solo el 1,5% de las llamadas que recibi¨® el 016 ¡ªtel¨¦fono gratuito del ministerio de atenci¨®n a maltratadas¡ª eran de estudiantes.
El programa contra la violencia de Fuenlabrada se basa en la colaboraci¨®n entre diferentes instituciones. ¡°Las tutoras de los institutos nos derivan muchos casos. Cuando notan un cambio en la forma de actuar de las alumnas, les preguntan y ellas lo cuentan. Normalmente dicen que tienen una ¡®relaci¨®n complicada¡±, apunta Blanca Vergara, responsable de la atenci¨®n de las m¨¢s j¨®venes. Para lograr esta coordinaci¨®n es necesario formar tambi¨¦n al profesorado en cuestiones de igualdad. ¡°El instituto es un observatorio privilegiado porque las chicas acuden cada d¨ªa¡±, asegura.
¡°La transmisi¨®n de principios de igualdad es un entramado muy sutil¡±, declara la abogada ?ngela Cerrillos, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Juristas Themis: ¡°Me aterra ver c¨®mo hijas de clientas m¨ªas reproducen y amplifican modelos que a su edad tendr¨ªan que estar enterrados¡±.
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