¡°Soy un ejemplo de lo importante que es la sanidad p¨²blica¡±
La actriz acaba de publicar un libro en el que narra el derrame cerebral que sufri¨® hace dos a?os
La cita es en la habitaci¨®n del hotel en el que vive estos d¨ªas en Madrid. Ha bajado de su casa en la monta?a para presentar su libro Todo un viaje, en el que narra el derrame cerebral que sufri¨® hace dos a?os y el proceso que sigue para lograr su total recuperaci¨®n. Silvia Abascal, de 34 a?os, todav¨ªa debe salvar algunos obst¨¢culos. Si al principio del proceso perdi¨® la audici¨®n de su o¨ªdo derecho, ahora sufre hiperacusia. Por eso, la charla, delante de un plato de jam¨®n y una coca-cola, transcurre en un espacio silencioso y en tono bajo. Ello no impide que las palabras de la actriz suenen en¨¦rgicas cuando habla de la crisis y de los recortes. ¡°Hay cosas que no se pueden negociar, como la sanidad p¨²blica. Yo soy un ejemplo de lo importante que es¡±, proclama.
Silvia Abascal ingres¨® en el hospital Carlos Haya de M¨¢laga cuando sufri¨® un derrame cerebral mientras asist¨ªa al festival de cine de la ciudad. Se estaba pintando los labios junto a Miguel ?ngel Silvestre cuando not¨® que ¡°algo muy gordo¡± estaba pasando. De all¨ª fue trasladada al Gregorio Mara?¨®n de Madrid. La rehabilitaci¨®n la hace tambi¨¦n en un centro p¨²blico. Con la misma exigencia con la que preparaba sus papeles de actriz, Silvia Abascal trabaja en su recuperaci¨®n. Est¨¢ feliz ya que, por fin, puede ir al teatro. ¡°Lo intent¨¦ varias veces, pero los ruidos me volv¨ªan loca¡±. Protegidos sus o¨ªdos con unos tapones y unos cascos, se present¨® en el teatro Espa?ol para ver La aver¨ªa. Cuando Blanca Portillo y sus compa?eros la descubrieron sentada en primera fila, se convirti¨® en la estrella de la funci¨®n y de la ovaci¨®n final. ¡°Dicen que en mi profesi¨®n cada uno va a lo suyo, pero yo no puedo decir lo mismo. El cari?o y el apoyo que he recibido es incre¨ªble¡±, cuenta.
Hotel Sheraton Mirasierra (Madrid)
- Virutas de jam¨®n serrano: 28,50 euros.
- Dos Coca-Colas: 9 euros.
Estos d¨ªas tiene su correo electr¨®nico lleno de mensajes que lee poco a poco. ¡°Me emociono de las cosas que me dicen. Les contestar¨¦ despacio¡±. Horas antes ha hablado con Miguel ?ngel Silvestre. ¡°Siempre est¨¢ ah¨ª. Quiero tanto a Migue...¡±.
A Silvia Abascal siempre le gust¨® escribir. Tiene varios cortos y alg¨²n relato de ficci¨®n, pero nunca imagin¨® que alg¨²n d¨ªa escribir¨ªa su historia. Nada m¨¢s llegar a su refugio en la monta?a encendi¨® el ordenador y se sent¨® a revivir lo sucedido en sesiones de trabajo que comenzaban a las ocho de la ma?ana y conclu¨ªan a las cinco de la tarde, ¡°a veces, sin parar a comer¡±. ¡°Ten¨ªa claro el t¨ªtulo y c¨®mo empezar: directo y al grano. Lo que no he querido ha sido ahondar en la herida. Creo que es una narraci¨®n vital, optimista¡±. El libro lo acab¨® en febrero; enseguida, Planeta se lo compr¨® y ayer se puso a la venta.
Ahora medita qu¨¦ hacer con su tiempo libre. Probablemente siga escribiendo. Todav¨ªa no est¨¢ en condiciones de hacer teatro o televisi¨®n. ¡°Sigo teniendo ofertas y algunas me apetecen, pero no estoy lista. Eso s¨ª, s¨¦ que regresar¨¦ a mi profesi¨®n¡±. Lo que m¨¢s echa de menos ahora Silvia Abascal es poder ir a un concierto. ¡°Pero un d¨ªa de estos lo intentar¨¦¡±. Durante la entrevista le molesta hasta el hilo musical. Tambi¨¦n quiere viajar. ¡°Es lo que m¨¢s me apetece ahora, pero no soporto el ruido de los aviones¡±.
Sus compa?eros le cuentan sus problemas de trabajo y c¨®mo el IVA cultural les est¨¢ afectando. ¡°La crisis obliga a ser imaginativo¡±. Silvia Abascal lo es cada d¨ªa desde hace dos a?os.
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