Ahora quiero una ni?a
Las cl¨ªnicas de fertilidad impulsan una iniciativa legislativa popular para que se permita elegir el sexo del beb¨¦ La propuesta abre el debate sobre las implicaciones ¨¦ticas
Esperanza Mart¨ªn ten¨ªa 43 a?os y cinco hijos varones cuando, en 1990, decidi¨® acudir a un juez de Matar¨®, la ciudad donde resid¨ªa, para pedirle que le diera autorizaci¨®n para escoger el sexo del siguiente. Quer¨ªa tener una ni?a. El juez lo permiti¨®, pero la fiscal¨ªa recurri¨® esa decisi¨®n y, finalmente, los tribunales no dejaron que Esperanza cumpliera su deseo. La legislaci¨®n espa?ola imped¨ªa someterse a tratamiento para dar a luz, a la carta, a un ni?o o a una ni?a. Tampoco lo permite ahora. La Ley de Reproducci¨®n Humana, de 2006, solo consiente seleccionar el sexo del beb¨¦ con fines terap¨¦uticos, es decir, para evitar enfermedades como la hemofilia o la distrofia muscular.
Las cl¨ªnicas de reproducci¨®n asistida est¨¢n promoviendo una recogida de firmas ¡ªse necesitan 500.000¡ª con el objetivo de presentar una iniciativa legislativa popular (ILP) en el Congreso para cambiar la ley. Con su propuesta vuelven a abrir un debate que llevaba a?os silenciado en Espa?a, pr¨¢cticamente desde el medi¨¢tico caso de la mujer de Matar¨® que acudi¨® a la justicia. Solo cuando, en 2003, una cl¨ªnica belga anunci¨® el primer nacimiento en Europa de un beb¨¦ cuyo sexo fue elegido por sus padres, se reactiv¨® la discusi¨®n sobre esta posibilidad. La selecci¨®n del sexo de los hijos por razones no terap¨¦uticas tiene implicaciones ¨¦ticas y legales que sit¨²an a los expertos en posiciones equidistantes.
¡°En esta cuesti¨®n hay un problema de base que tiene que ver con elegir las caracter¨ªsticas de los hijos en general. Parece que va contra las pr¨¢cticas habituales, la historia, con considerar a los hijos un don o una gracia divina, una creaci¨®n de Dios¡±, explica Miguel ?ngel S¨¢nchez, profesor de Bio¨¦tica de la Universidad Complutense de Madrid. ¡°La funci¨®n de los padres ha sido siempre aceptar a los hijos tal y como son y como vienen. Lo contrario se ha considerado tradicionalmente que atenta contra la moral. Desechar embriones patol¨®gicos se acepta, pero no elegir uno u otro entre dos supuestamente sanos. Pero esto tiene m¨¢s que ver con una actitud tradicional que con motivos racionales, porque no los hay¡±, a?ade.
¡°El mero deseo de un ni?o o una ni?a no es justificable ni legal ni ¨¦ticamente¡±, considera Natalia L¨®pez, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bio¨¦tica (AEBI), la m¨¢s conservadora, y miembro del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a. ¡°Los sistemas de elecci¨®n de sexo son complejos y con consecuencias serias, por lo que legalmente debe haber razones muy justificadas para hacerlo¡±, a?ade. ?Se podr¨ªa autorizar en determinados casos, como tener dos o m¨¢s hijos del mismo sexo? ¡°Ese no es un motivo razonable, ni para equilibrar la poblaci¨®n, ni porque dos iguales dificulten la educaci¨®n por falta de variabilidad familiar, que son las dos razones que se suelen alegar¡±, contesta.
¡°Poder elegir el sexo de los hijos siempre ha sido un deseo, un anhelo de la humanidad. Ya Arist¨®teles, hace 2.500 a?os, describ¨ªa m¨¦todos para favorecer la consecuci¨®n de hijos de uno u otro sexo¡±, afirma Sim¨®n Marina, director m¨¦dico del Instituto Cefer, la cl¨ªnica de reproducci¨®n asistida que impulsa la iniciativa de recogida de firmas, apoyada por la Asociaci¨®n Nacional de Cl¨ªnicas de Reproducci¨®n Asistida (Anacer). ¡°Unas cien parejas nos han solicitado informaci¨®n en el ¨²ltimo a?o sobre esta posibilidad, es decir, que hay demanda social. El 80% de esas parejas ya ten¨ªan dos hijos del mismo sexo y buscaban un equilibrio. Si es posible t¨¦cnicamente, y se hace en otros pa¨ªses, ?por qu¨¦ prohibirlo?¡±, se pregunta.
El profesor S¨¢nchez apunta a otro ¡°temor¡± que se suma a los prejuicios morales: ¡°El hecho de que si dejamos escoger el sexo se pueda alterar la proporci¨®n de varones y hembras¡±. Y a?ade: ¡°Como la mayor¨ªa de las sociedades son machistas, la elecci¨®n podr¨ªa resultar en discriminaci¨®n y aumentar la poblaci¨®n de varones. Sin embargo, en las culturas desarrolladas esto no es as¨ª. Las publicaciones que he consultado muestran que no se confirma ese temor en los lugares donde se puede acceder a esta t¨¦cnica. Los progenitores no tienden a elegir m¨¢s un sexo que otro. Cuesti¨®n distinta ser¨ªan pa¨ªses como China o India¡±, precisa.
La selecci¨®n de sexo sin finalidad terap¨¦utica est¨¢ prohibida pr¨¢cticamente en toda Europa. En cambio, en Estados Unidos se puede acceder a esta t¨¦cnica por unos 20.000 d¨®lares (15.372 euros), explica Jos¨¦ Codesido, portavoz de Anacer. Decidir el sexo del futuro beb¨¦ con total fiabilidad requiere someterse a una fecundaci¨®n in vitro y hacer un diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional (DGP) que estudie los cromosomas sexuales. El embri¨®n del g¨¦nero deseado es el que se transfiere al ¨²tero. La t¨¦cnica de selecci¨®n de espermatozoides es menos precisa, explica Sim¨®n Marina. En Espa?a suelen estudiarse cinco cromosomas: el 13, el 18, el 21, el X y el Y, aunque a los padres no se les da informaci¨®n sobre si el embri¨®n que se implanta es de un sexo u otro, se?ala Marina. En Espa?a, un ciclo de fecundaci¨®n con diagn¨®stico gen¨¦tico implantacional cuesta unos 8.000 euros, seg¨²n los datos que facilitaron ayer en rueda de prensa los responsables de Cefer y Anacer.
¡°Elegir el sexo de tu hijo es un ejercicio de libertad¡±, asegura Marina, que lo considera asimismo ¡°un derecho reproductivo leg¨ªtimo¡± que no vulnera ning¨²n derecho. ¡°Hay muchas parejas que se desplazan a otros pa¨ªses para poder someterse a este tratamiento y la ILP pretende facilitar el acceso a esta t¨¦cnica a quien no dispone de recursos para ir al extranjero¡±, a?ade. Estados Unidos, M¨¦xico, Panam¨¢, Chipre, Rep¨²blica Checa, Tailandia, Nigeria y Jordania son los pa¨ªses en los que actualmente se puede seleccionar el sexo del beb¨¦, seg¨²n datos de las cl¨ªnicas de fertilidad.
Las cl¨ªnicas presentaron ayer los resultados de una encuesta entre 402 personas seg¨²n la cual el 81% considera que no deber¨ªa estar prohibido elegir el sexo del hijo. Un 22% de los preguntados afirm¨® tambi¨¦n que lo har¨ªa si tuviese la oportunidad, explic¨® ayer David Marina, andr¨®logo de Cefer. ¡°El motivo de rechazo m¨¢s repetido fue que se considera un capricho, o que hay que aceptar a los hijos tal como vengan porque es lo natural¡±, se?al¨®.
El Observatorio de Bio¨¦tica y Derecho de la Universidad de Barcelona elabor¨® en 2003 un documento sobre la selecci¨®n del sexo del beb¨¦ por razones no terap¨¦uticas. En ¨¦l propugnaba una modificaci¨®n de la legislaci¨®n actual para que se admita ¡°satisfacer un deseo leg¨ªtimo pero no crucial¡± en determinadas circunstancias, siempre que garantizara la no discriminaci¨®n. ¡°La prohibici¨®n contundente del Estado sobre la selecci¨®n de sexo constituye una barrera que limita la decisi¨®n ciudadana, mientras que, al mismo tiempo resulta ineficaz para evitar el fantasma de los hijos a la carta, y no se justifica en nuestro contexto por razones reales de peligro, ni siquiera de tipo demogr¨¢fico¡±, afirma el documento, firmado por especialistas en biolog¨ªa celular y embriolog¨ªa, medicina, enfermer¨ªa, filosof¨ªa, demograf¨ªa, antropolog¨ªa y derecho.
Jaime Peris, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de Murcia, autor de varios libros sobre gen¨¦tica y derecho, fue uno de los expertos que colabor¨® en ese texto. Tambi¨¦n en los informes que ayudaron a eliminar del proyecto de 1992 y del anteproyecto de C¨®digo Penal de 1994 la consideraci¨®n de la elecci¨®n del sexo del beb¨¦ como un delito. ¡°Qued¨® como infracci¨®n grave¡±, explica. ¡°Consideramos que esta conducta no tiene gravedad suficiente como para merecer reproche penal¡±, a?ade. ¡°Sigo pens¨¢ndolo, y personalmente creo que tampoco hay razones ¨¦ticas para prohibirlo. Las ¨²nicas v¨¢lidas ser¨ªan las de orden cient¨ªfico, si se demostrara que produce un desequilibrio demogr¨¢fico entre mujeres y varones, pero los estudios parecen demostrar que no es as¨ª¡±.
El presidente de la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia, Jos¨¦ Mar¨ªa La¨ªlla, se mostr¨® ayer ¡°sorprendido¡± al conocer la iniciativa de las cl¨ªnicas. ¡°Estamos hablando de seleccionar embriones sin una raz¨®n cient¨ªfica¡±, asegur¨®. ¡°Cuando hace tiempo salt¨® la pol¨¦mica del ni?o a la carta me pareci¨®, igual que ahora, algo poco cient¨ªfico y poco ¨¦tico. ?Qu¨¦ sentido tiene hacer esa selecci¨®n? Despu¨¦s vendr¨¢ quien quiera una ni?a rubita. La misi¨®n de las cl¨ªnicas es permitir a las parejas con problemas de fertilidad tener hijos¡±, a?adi¨®.
El Ministerio de Sanidad rechaz¨® pronunciarse sobre la iniciativa legislativa. Una portavoz se?al¨® que la ley actual proh¨ªbe la selecci¨®n de sexo y que no hay prevista ninguna reforma. Esquerra Republicana (ERC) propuso en 2005, cuando se estaba elaborando la Ley 14/2006, incorporar un art¨ªculo para permitir a las parejas espa?olas elegir el sexo de su beb¨¦ si ya tienen dos hijos del mismo sexo. No obtuvo apoyos entre el resto de grupos. La enmienda de ERC precisaba que no deber¨ªa utilizarse para la selecci¨®n la t¨¦cnica de diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional, muy controvertida puesto que supone desechar embriones sanos.
Tambi¨¦n el documento del Observatorio de Bio¨¦tica consideraba ¡°desproporcionada¡± la t¨¦cnica de selecci¨®n de embriones como medio para elegir el sexo del beb¨¦. Se podr¨ªa aceptar, precisaba, solo en determinados supuestos, como bajo el compromiso formal de la pareja de utilizar o donar los embriones no deseados para la reproducci¨®n. La t¨¦cnica apropiada es, seg¨²n el documento, la separaci¨®n de espermatozoides por citometr¨ªa de flujo, con una fiabilidad ¡°de aproximadamente un 90% para la obtenci¨®n de ni?as, y de tan solo algo m¨¢s del 60% para la obtenci¨®n de ni?os¡±.
Leopoldo Ortega-Monasterio, m¨¦dico psiquiatra y forense, firm¨® el informe en el que se bas¨® el juez de Matar¨® para dar la aprobaci¨®n inicial al deseo de tener una hija de Esperanza Mart¨ªn. Pasados 23 a?os, recuerda con claridad el caso. ¡°Nuestro criterio estuvo basado sobre todo en el sentido com¨²n. Era una se?ora que no estaba enajenada, con plena capacidad de decidir; el deseo de tener una hija no era delirante sino una voluntad normal; la t¨¦cnica no supon¨ªa ning¨²n riesgo...¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°Aplicar la ley a rajatabla es ponerle puertas al campo¡±, opina. No sigui¨® la pista a Mercedes, pero cree que consigui¨® dar a luz a una hija.
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