La gran ruina solar
La reforma del sector el¨¦ctrico termina de asfixiar a 30.000 peque?os inversores que buscaban un complemento para su pensi¨®n o los estudios de sus hijos
No se puede tapar el sol con un dedo, pero es que apenas ven un rayo de esperanza. ¡°Mi nombre es Baldassare G. G. Voy a cumplir 45 a?os. Estoy casado y tengo dos hijos. Soy peluquero y productor fotovoltaico en fase terminal. Ver¨¢n por qu¨¦¡±. Con este arranque de terapia de grupo, Baldo, un peluquero de Alicante en graves apuros econ¨®micos, envi¨® hace dos semanas un correo electr¨®nico a los 350 diputados y 208 senadores de Espa?a. Quer¨ªa contarles su caso, el de un peluquero que solo deb¨ªa 19.000 euros al banco hace seis a?os y que decidi¨® empe?ar sus ahorros y su casa en una minihuerta solar con la que aspiraba a una jubilaci¨®n tranquila. Se trataba de poder comprar una caravana ¡ª¡°como los guiris¡±¡ª y de ir de aqu¨ª para all¨¢ con su mujer. Nada excesivo. Su carta personifica el calvario de 30.000 peque?os inversores en huertos solares que confiaron sus ahorros a un proyecto garantizado por el Estado que poco a poco les est¨¢ dejando en la ruina. Ninguno de los diputados o senadores le ha contestado. Ni un acuse de recibo.
Baldo crey¨® que invertir en una minihuerta solar de 100 kilovatios, suficiente para abastecer de energ¨ªa a 22 casas, podr¨ªa ser un buen complemento a su trabajo en la peluquer¨ªa familiar. Sus placas ocupan dos hect¨¢reas de un antiguo vi?edo de la sierra de El Carche en Jumilla (Murcia). ¡°El sol puede ser suyo¡±, rezaba una promoci¨®n del Ministerio de Industria de 2005, en la que se garantizaba una rentabilidad de hasta un 14%, l¨ªneas de cr¨¦dito oficiales y el primer a?o de carencia, entre otras ventajas de invertir en energ¨ªa verde. La realidad ha sido distinta. ¡°Mi rentabilidad era de un 9%. Llevo seis a?os sin ver un duro, solamente nos daba para la cuota de los pr¨¦stamos. Ya no puedo pagar m¨¢s, estoy en descubierto¡±.
El Gobierno, entonces socialista, anim¨® a la inversi¨®n en fotovoltaica divulgando sus m¨²ltiples usos. Las instalaciones se pod¨ªan conectar a la red y producir electricidad. Otras, aisladas, servir¨ªan para se?alizaci¨®n, aplicaciones agr¨ªcolas, viviendas. Una intensa campa?a de promoci¨®n con el sello del Ministerio de Industria informaba de la capacidad de las energ¨ªas limpias para reducir las emisiones de CO2. Su auge ayudar¨ªa al pa¨ªs a cumplir los compromisos adoptados por los protocolos de Kioto para luchar contra el cambio clim¨¢tico.
Como otros muchos inversores, el peluquero puso su casa como garant¨ªa para obtener un cr¨¦dito de 540.000 euros que firm¨® a medias con un amigo y desde entonces socio. ¡°A mi padre le he dicho mil veces que fue un loco cuando en 1976 vino desde Suiza con su mujer y tres ni?os peque?os a empezar una nueva vida. Resulta que el loco he sido yo¡±. Afortunadamente la peluquer¨ªa familiar se ha quedado fuera de los avales. Es lo ¨²nico que le queda.
?Qu¨¦ pas¨® para que esta inversi¨®n se viniera abajo? Varios especialistas coinciden en que el gran error del Gobierno socialista fue no limitar la potencia fotovoltaica con derecho a prima, la ayuda que cobran por vender su energ¨ªa al sector el¨¦ctrico. ¡°Creo que los bancos por los que pas¨® el plan de viabilidad de mi planta solar se quedaron una copia para sus clientes preferentes porque en mi zona hay un mont¨®n de instalaciones exactamente iguales a la m¨ªa¡±, sospecha uno de estos peque?os inversores que pide anonimato. Este afectado asegura que las Administraciones llegaron a pedirle todo tipo de compensaciones econ¨®micas para levantar una planta muy cerca de Toledo. ¡°Que si acciones compensatorias, hacer algo por la comunidad, donar 20.000 euros, poner salvap¨¢jaros¡±, detalla. Fue de los pioneros, plante¨® su proyecto en 2005. Y pag¨® la novatada.
La solar creci¨® como la espuma. Desde 2007 a 2010, a?o en el que empezaron los recortes, la energ¨ªa fotovoltaica que recib¨ªa primas se multiplic¨® por cinco, pas¨® de 53,7 a 313,7 gigawatios hora, seg¨²n datos de la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa (CNE). No tuvieron apenas luna de miel. Los sacrificios temporales que pidi¨® el ministro Miguel Sebasti¨¢n empezaron a descuadrar las cuentas. Alfredo Candela, de 46 a?os, insiste en que ellos han firmado un contrato con el Estado. ¡°El PP puso el grito en el cielo con los primeros recortes, diciendo que se creaba inseguridad jur¨ªdica. Ellos no solo no lo han quitado, sino que lo multiplican por diez¡±, critica este empresario que siempre simpatiz¨® con el PP, pero que ahora no puede ni o¨ªr hablar de la formaci¨®n. Pertenece a la cuarta generaci¨®n de las bodegas Barahonda, que compra la uva a numerosos agricultores murcianos. ¡°?C¨®mo pueden tener la caradura de promocionar la Marca Espa?a con las energ¨ªas renovables como bandera? ?Qu¨¦ inversor se puede meter en esto si a mitad de partido nos cambian todas las reglas?¡±, se pregunta. En su inversi¨®n, en la que tambi¨¦n particip¨® su hermano, puso todos los ahorros familiares: 120.000 euros. Lleva tres a?os a?adiendo dinero. Tiene tres hijos, de 6, 8 y 9 a?os, y contaba con el dinero de las placas para pagarles la universidad.
En 2010 Sebasti¨¢n redujo a 25 los a?os que les garantizaban las primas ¡ªantes se pod¨ªan percibir durante toda la vida ¨²til de la instalaci¨®n¡ª, y ese mismo a?o baj¨® tambi¨¦n el n¨²mero de horas de emisi¨®n de energ¨ªa con derecho a subvenci¨®n. El primer soponcio con el PP, a finales de 2012, lo protagoniz¨® el impuesto del 7% sobre la generaci¨®n de electricidad. Este a?o, les congelaron la actualizaci¨®n del IPC. Si sus ganancias iniciales ya hab¨ªan bajado entre un 30% y un 40%, la reforma del sector energ¨¦tico las vuelve a bajar a la mitad. Seg¨²n el decreto principal, las renovables pasar¨¢n a recibir una retribuci¨®n ¡°razonable¡±, y que el Gobierno estimar¨¢ en funci¨®n de unos par¨¢metros alambicados que vendr¨¢n a suponerles un ingreso de un 7,5% antes de impuestos.
¡°Cuando apliquen la reforma energ¨¦tica lo mejor va a ser dejar el cuerpo muerto y que el banco te lleve¡±, comenta Santiago Mart¨ªnez, agricultor de 53 a?os. Parco en palabras, Santiago confiesa una ¡°preocupaci¨®n total¡± por su futuro y el de las dos cooperativas de energ¨ªa fotovoltaica que ha ayudado a constituir en la localidad murciana de Cieza, conocida por sus plantaciones de melocotones, nectarinas y albaricoques. Sus 248 socios est¨¢n en una situaci¨®n muy similar.
Los agricultores suelen ser bastante planificadores con el dinero, por eso cuesta creer que 248 de ellos se embarcaran sin reticencias en pr¨¦stamos de unos 600.000 euros de media. ¡°Si te dicen que el Gobierno lo apoya para cumplir los objetivos de reducci¨®n de emisiones protocolo de Kioto, que es una energ¨ªa limpia, que no contamina, y que adem¨¢s puede complementar a la pensi¨®n de 400 euros que te queda por trabajar en el campo es dif¨ªcil que le veas alg¨²n inconveniente¡±, razona Pascual Hortelano, de 51 a?os. Con chaleco verde de infinitos bolsillos, polo con el cuello desgastado y vaqueros salpicados de pintura blanca, Hortelano pasea entre las placas solares del huerto La Serrana. ¡°El primer a?o no me lo cre¨ªa, pero tanto vinieron a explicarnos, que a fuerza de repetirlo y que todo el mundo nos dec¨ªa lo mismo, termin¨¦ entrando. Nos dijeron que cri¨¢ramos energ¨ªa, yo s¨¦ un poco de melocotones, pero creo que esto nos vino grande¡±, dice. Cieza, de 34.000 habitantes, est¨¢ especializada en el cultivo de fruta dulce. Es el municipio con mayor concentraci¨®n de frutales por metro cuadrado. Los melocotoneros tienen entre 10 y 15 a?os de vida ¨²til. Despu¨¦s comienzan a perder el nivel de producci¨®n, los frutos no tienen la misma forma, la madera de la corteza empieza a tener mal aspecto. Con las placas solares pasa algo parecido. Tienen unos treinta a?os de vida ¨²til. Y la inversi¨®n consist¨ªa en que el banco se quedara con las primas recibidas del Gobierno los primeros 15 a?os, el mismo tiempo que tarda un melocotonero en cumplir su ciclo, y los 15 siguientes tendr¨ªan unos rendimientos de unos 2.500 euros mensuales. Hortelano, acostumbrado a guardar en la despensa una parte del dinero de la cosecha, le dio el visto bueno. Su hermano, profesor de secundaria, le sigui¨®. ¡°Cuando me llama y me dice: ?has visto lo que ha dicho el ministro? No s¨¦ qu¨¦ decirle¡±, confiesa.
El man¨¢ del tejado
El autoconsumo era la gran esperanza del sector fotovoltaico espa?ol. El futuro hacia el que caminan Europa, donde numerosos pa¨ªses est¨¢n foment¨¢ndolo, y el mundo. En Holanda o Estados Unidos, concretamente en California, est¨¢ m¨¢s que arraigado. La decisi¨®n del Gobierno de implantar una especie de tasa que lo encarezca disgusta, pero no parece asustar a los pioneros. Rafael Rodr¨ªguez y Ver¨®nica Miguez, de 44 y 40 a?os, se atrevieron con lo que muchos espa?oles han fantaseado: producir su propia electricidad en el tejado de su casa. Practican lo que se conoce como consumo instant¨¢neo, producen su propia energ¨ªa con paneles fotovoltaicos, y est¨¢n enganchados a la red tradicional para poder tener suministro cuando no hay sol.
Lo suyo ha sido una cuesti¨®n de creencia en las energ¨ªas verdes, pero tambi¨¦n de necesidad econ¨®mica. Una factura de electricidad de 300 euros no se pod¨ªa sostener, y menos en tiempos de tarifas crecientes y sueldos menguantes. ?l, profesor de secundaria; ella, administrativo. Dos hijos y una casa en la que el deshumidificador que les secaba la ropa tambi¨¦n les secaba el bolsillo. ¡°Estamos bastante contentos¡±, resume Rafael, que estima en unos 100 euros la bajada de su recibo. Lo instalaron a primeros de a?o y ya han producido 2.000 kilovatios de energ¨ªa solar. ¡°La verdad es que lo hemos notado m¨¢s a partir de marzo, cuando m¨¢s sol ha hecho¡±, matiza. La familia, que vive en Sansenxo (Pontevedra), reconoce que le ha costado un poco cambiar de h¨¢bitos de consumo energ¨¦tico y hacer las principales tareas cuando hay luz. ¡°Aunque me salga por el mismo precio, seguiremos¡±, afirma Rafael.
Uno de los sentimientos comunes a estos entrampados por el sol es el cargo de conciencia y el sentimiento de culpabilidad por haber animado a familiares o amigos a seguir su camino. Santiago Mart¨ªnez tiene la misma preocupaci¨®n que Pascual. Un cr¨¦dito de 600.000 euros y un hermano y una hermana que siguieron sus pasos. En el mismo grupo de inversores, Manuel Herrera no trabaja en la agricultura, pero depende directamente de ella. Es instalador el¨¦ctrico y tiene el h¨¢ndicap de ser uno de los convencidos de las bondades de la energ¨ªa solar. Manuel compr¨® tres participaciones de 50 kilovatios. ¡°Una para mi mujer y para m¨ª, y las otras dos para nuestras hijas¡±. Los tres cooperativistas de Cieza no han acusado los recortes de los ¨²ltimos a?os porque pidieron una ampliaci¨®n del cr¨¦dito a 20 a?os. Otros muchos no lo hicieron y ahora tienen que renegociar nuevos pr¨¦stamos con intereses desorbitados.
Los campos solares con participaciones m¨¢s peque?as se concentran en Murcia, Navarra y Catalu?a. El colectivo intenta presionar en todas las esferas para que se les d¨¦ una soluci¨®n y pronto. No saben cu¨¢nto van a aguantar. Representan el 2% de la energ¨ªa fotovoltaica del pa¨ªs. No son grandes empresas ni tienen los prestigiosos abogados como los fondos de inversiones. Un tercio de la energ¨ªa fotovoltaica espa?ola est¨¢ en manos de grandes fondos de inversi¨®n de bancos extranjeros que han denunciado al Estado espa?ol por el cambio en las condiciones que se les garantizaron en un Bolet¨ªn Oficial del Estado.
En Navarra, lo habitual es que los inversores compraran por 40.000 euros una placa en los huertos solares que hay en los alrededores de las Bardenas, al sur de la regi¨®n. Mercedes Sevin¨¦ adquiri¨® la suya en 2008 financiada al 80%. La venta de la energ¨ªa producida le supon¨ªa entonces un beneficio suficiente para pagar el cr¨¦dito y una cierta rentabilidad. Ahora tiene que poner 200 euros mensuales para no endeudarse.
El r¨¦gimen fiscal propio de Navarra otorga a estos afectados una peque?a ventaja sobre el resto. Como las energ¨ªas renovables son uno de los ejes estrat¨¦gicos de desarrollo de la regi¨®n, quienes invierten en este sector obtienen un 10% de deducci¨®n fiscal. Aunque la energ¨ªa e¨®lica mantiene mayor potencia instalada, con 980 megavatios, unas 10.000 familias de la comunidad han realizado inversiones en placas solares, tanto para consumo propio como para invertir sus ahorros.
Con la reforma energ¨¦tica, presentada hace apenas dos semanas, el Gobierno ha abierto la posibilidad de que aquellos inversores que no puedan sobrevivir pidan un rescate voluntario. La letra peque?a todav¨ªa no est¨¢ lista. Se deja para otro decreto que probablemente no vea la luz hasta finales de a?o. Antonio Betancor (39 a?os) no puede aguantar tanto tiempo. Se disculpa porque est¨¢ tomando ansiol¨ªticos y tiene un ligero tic. Tiene una empresa de muebles de cocina en Cartagena (Murcia), de la que dependen 37 familias. Hace 11 d¨ªas que no pega ojo. ¡°Este Gobierno nos va a arrastrar a la ruina¡±, sentencia. ¡°Tengo a diez personas aval¨¢ndome, mis padres, mis hermanos y van a tirar de sus bienes¡±. Entreg¨® al sol 600.000 euros de sus ahorros, todo el dinero familiar, y se embarc¨® en un pr¨¦stamo de 1,8 millones. Es vicepresidente de la patronal empresarial de Cartagena (COEC) y est¨¢ m¨¢s que dispuesto a salir a la calle para que se conozca la situaci¨®n en la que el Gobierno les ha dejado.
¡°Nos dijeron que cri¨¢ramos energ¨ªa, yo s¨¦ de melocotones. Creo que nos vino grande¡±, dice un agricultor
Miguel ?ngel Mart¨ªnez-Aroca, presidente de estos peque?os productores, cuenta que el secretario de Estado de Energ¨ªa, Alberto Nadal, les lleg¨® a ofrecer en una reuni¨®n llevar sus inversiones al banco malo, donde est¨¢n todos los activos inmobiliarios de las entidades rescatadas. El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, descart¨® esta posibilidad p¨²blicamente poco despu¨¦s. La reforma energ¨¦tica ha reavivado la sensaci¨®n de que las instalaciones que no generan suficientes ingresos para cubrir la deuda caminan hacia una expropiaci¨®n encubierta. Acabar¨¢n en manos de las entidades financieras y en ¨²ltima instancia, de las el¨¦ctricas. ¡°?Qui¨¦n las va a querer si no?¡±, se preguntan.
¡°Estas propuestas ¡ªdel PP¡ª no dan se?ales de futuro, no son sanas¡±, dice Teresa Ribera, que fue secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico con el PSOE. Acaba de terminar su etapa como directora de desarrollo estrat¨¦gico de la fabricante de placas fotovoltaicas Isofot¨®n. La empresa malague?a present¨® concurso voluntario de acreedores en junio. Ribera habla de un ¡°ensa?amiento ideol¨®gico contra la fotovoltaica¡± y de la ¡°obsesi¨®n para volver al sistema anterior, de los combustibles f¨®siles¡±. ¡°Las se?ales que manda el Gobierno son que tiene apuestas tecnol¨®gicas que son de pasado o de transici¨®n, no de futuro¡±, a?ade.
Todos los recortes se han justificado por la necesidad de reducir el d¨¦ficit de tarifa, la diferencia entre lo que cuesta producir y distribuir la electricidad y lo que realmente ingresa el sistema el¨¦ctrico. En los primeros cinco meses del a?o ese agujero ha sido de 2.624 millones. En total llega a los 28.000 millones. Para que no siga engordando, Industria se ha propuesto recortar 4.500 millones entre todos los actores del sistema y en esa poda las energ¨ªas renovables se han llevado una p¨¦rdida de unos 1.400 millones. Al sector fotovoltaico, que cubre el 3% de la demanda el¨¦ctrica, le tocan unos 600 millones.
Los parques solares con participaciones m¨¢s peque?as est¨¢n en Murcia, Catalu?a y Navarra
Hartos de que se acuse a las renovables de ser las causantes del d¨¦ficit, la Plataforma por un nuevo modelo energ¨¦tico y la asociaci¨®n de peque?os productores viajaron el 21 de julio a Bruselas. Se reunieron con el comisario de Energ¨ªa, G¨¹nther Oettinger, y le pidieron que se haga una auditor¨ªa externa al origen del d¨¦ficit tarifario espa?ol. ¡°Vinieron con una argumentaci¨®n tan bien armada que Oettinger les ha propuesto cooperar¡±, explica por tel¨¦fono In¨¦s Ayala, eurodiputada socialista.
En mayo de 2012, la Comisi¨®n Europea emiti¨® un informe que consideraba que el d¨¦ficit tarifario espa?ol se hab¨ªa generado por una ¡°compensaci¨®n excesiva de algunas infraestructuras¡±, como centrales nucleares y grandes centrales hidroel¨¦ctricas, ya amortizadas. Tambi¨¦n ¡°por mantener la concesi¨®n de subvenciones ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente a las minas de carb¨®n¡±.
El Ministerio de Industria no ha respondido a las preguntas de EL PA?S. La patronal de las el¨¦ctricas, Unesa, ha pedido tiempo para estudiar las nuevas normativas. El peluquero de Alicante, sin pelo de tanto sufrimiento, considera clave que el Congreso rechazara en junio, con los votos de 300 de los 323 diputados, que se hiciera una auditor¨ªa del d¨¦ficit el¨¦ctrico antes de la reforma del sector el¨¦ctrico. Una propuesta que parti¨® de Izquiera Plural. ¡°Ah¨ª se retrataron todos¡±.
Con informaci¨®n de Llu¨ªs Visa y Javier Doria.
De pensi¨®n creciente a pensi¨®n menguante
"Invert¨ª en esto para complementar la pensi¨®n y ahora tengo que recurrir a la pensi¨®n para devolver el cr¨¦dito al banco. Me siento estafado por el Gobierno". ?ngel Miralda, de 65 a?os, est¨¢ al borde de la ruina porque invirti¨® todo su patrimonio en un parque de energ¨ªa fotovoltaica y ahora no puede hacer frente a sus obligaciones hipotecarias porque ha dejado de ser rentable.
Miralda es uno de los 30.000 espa?oles atrapados por las energ¨ªas renovables, un sector atractivo por el que apost¨® claramente el anterior Gobierno socialista en 2007, aunque poco despu¨¦s la recesi¨®n econ¨®mica le llev¨® a cambiar de rumbo en su pol¨ªtica energ¨¦tica y a cambiar las condiciones perjuicio de los productores.
En 2008, tras 35 a?os en IBM, este ingeniero industrial se prejubil¨® y decidi¨® invertir los 150.000 euros que le correspondieron por su finiquito, m¨¢s otros 350.000 euros que solicit¨® a un banco, en un huerto solar ubicado en Purroy de la Solana, n¨²cleo perteneciente al municipio de Benabarre, en la provincia de Huesca.
La mayor¨ªa de los damnificados son peque?os inversores, muchos de ellos agricultores que colocaron placas solares en sus fincas para asegurarse una jubilaci¨®n tranquila, un sue?o que se ha ido esfumando porque el Gobierno ha cambiado v¨ªa decreto las reglas del juego y la producci¨®n de este tipo ya no es tan atractiva como al principio. La rentabilidad se ha reducido en un 40%.
"Yo no quer¨ªa ser un jubilado pasivo y me apasionaba mucho el tema porque, al igual que el Gobierno, cre¨ªa que era una alternativa limpia y con futuro. Fue un error", se?ala Miralda. En ese momento, un decreto del Gobierno primaba la producci¨®n de energ¨ªa solar, por lo que, junto a otros siete socios, se lanz¨® a la aventura de construir una planta de 500 kilowatios. Todos tuvieron que recurrir al cr¨¦dito.
Miralda y sus socios esperaban amortizar la inversi¨®n en un per¨ªodo de entre diez y doce a?os en funci¨®n de la producci¨®n energ¨¦tica. Los dos primeros a?os se cumplieron las expectativas de negocio, pero con el PP se continu¨® penalizando este tipo de energ¨ªa.
El ¨²ltimo decreto que grava la producci¨®n un 7% supondr¨¢, en opini¨®n de Miralda, "el tiro de gracia a las energ¨ªas renovables y la ruina para todos aquellos que nos cre¨ªmos al Gobierno". "Es frenar un sector que pod¨ªa ser clave para salir de la crisis", concluye Miralda, quien conf¨ªa en que los tribunales espa?oles o europeos enmienden la situaci¨®n actual.
Mar¨ªa Paz Bajo, pensionista octogenaria de Navarra tambi¨¦n entreg¨® sus ahorros a la energ¨ªa fotovoltaica. No necesit¨® un cr¨¦dito para la compra de una placa, pero se qued¨® con ese colch¨®n econ¨®mico que tanta tranquilidad puede aportar en la vejez. Lo hizo por recomendaci¨®n de sus hijos, que le recalcaron las interesantes bonificaciones p¨²blicas que ten¨ªa la energ¨ªa solar en 2007 y por la garant¨ªa de un retorno de unos 900 euros mensuales durante la ¨¦poca de verano, cuando hay mayor intensidad solar. Los cinco cambios regulatorios que ha experimentado el sector desde entonces han reducido esta cuant¨ªa hasta los 300 euros. Bajo se queja de ese "constante cambio de reglas en mitad del partido", por lo que, junto a otros peque?os inversionistas ha emprendido el camino para reclamar estas variaciones legales.
Todos estos vaivenes normativos tambi¨¦n van a hacer que Domingo Jim¨¦nez, exdirector de la Agencia Europea del Medio Ambiente, se plantee qu¨¦ hacer con su producci¨®n de energ¨ªas renovables. Representa este papel desde 2002, aunque con otra f¨®rmula.
Vende y consume su propia energ¨ªa verde y adelanta que a ¨¦l tampoco le va a salir rentable seguir en la din¨¢mica de vender su electricidad en el sistema. ¡°Espa?a no s¨®lo va en contra del resto del mundo, sino contra su propio potencial¡±, dice en conversaci¨®n conversaci¨®n telef¨®nica. Jim¨¦nez, que pasa unos d¨ªas en Noruega, subraya que en ese mismo pa¨ªs hay un 95% de energ¨ªa hidr¨¢ulica, o que en Alemania haya hasta seis veces m¨¢s potencia renovable instalada que en Espa?a.
Una de las pocas voces vinculadas a las el¨¦ctricas que ha accedido a colaborar con este reportaje critica que se haya legislado de forma regresiva. ¡°Ning¨²n pa¨ªs se atreve a hacer eso. No hay precedentes¡±, mantiene.
Por esa falta de antecedentes, la ruina de la fotovoltaica espa?ola ha cruzando fronteras. El navarro Juan Antonio Cabrero, cuyo caso public¨® EL PA?S en mayo, se asom¨® a las p¨¢ginas de The Wall Street Journal, el pasado 7 de junio. ?ngel Miralda apareci¨® recientemente en The Economist. La asociaci¨®n de peque?os productores de energ¨ªa fotovoltaica Anpier no da abasto. Aseguran que, en el ¨²ltimo a?o han atendido a dos cadenas japonesas y que una de las principales publicaciones de Dinarmarca tambi¨¦n les ha dedicado todav¨ªa sin traducir. Otros medios, como Financial Times o The Guardian, tambi¨¦n siguen de cerca los pasos del sector renovable.
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