Dos hermanos son reconocidos en Brasil como hijos de dos madres y un padre
Una sentencia in¨¦dita reconoce a todos los efectos legales a la nueva esposa del padre de los menores
La justicia brasile?a tambi¨¦n puede ser creativa hasta el punto de permitir que dos ni?os puedan ser reconocidos legalmente hijos de dos madres y un padre. Esta situaci¨®n excepcional ha tenido lugar en la peque?a localidad brasile?a de San Francisco de As¨ªs, un municipio de 20.000 habitantes, en el Estado de R¨ªo Grande do Sul, en la frontera entre Brasil y Argentina.
La sentencia in¨¦dita lleva la firma de la jueza Carine Labres, que ha considerado que los hermanos Carlos Eugenio y Jari Junior - de 10 y 14 a?os respectivamente - puedan aparecer en el juzgado y en sus documentos como hijos de dos madres: la biol¨®gica, Terezinha Elizabeth Lara Correia, que muri¨® de c¨¢ncer a los 42 a?os y la madrastra, Daiana Brondani de 35 a?os y nueva esposa del padre de ambos, el abogado Jari Espig, de 46 a?os.
La historia comenz¨® te?ida de dolor y soledad para los dos hermanos que - por motivos de trabajo de su padre, obligado a viajar - tuvieron que separarse. Carlos, de 2 a?os, fue criado por una t¨ªa y Jari, con 7 a?os, por otro familiar. Los dos hermanos volvieron a encontrarse cuando su padre se cas¨® de nuevo. Ambos reconocieron a su madrastra como a una verdadera madre y fueron ellos quienes pidieron al padre que esta se convirtiera en su segunda madre a todos los efectos, figurando en sus documentos.
La jueza Labres, a sabiendas de que estaba realizando una sentencia que podr¨ªa crear jurisprudencia, acept¨® la petici¨®n de los dos hermanos y legaliz¨® su situaci¨®n: ser¨ªan hijos de dos madres y un padre.
Labres argument¨® que la madrastra ¡°tuvo un papel fundamental en la vida de los dos hermanos ya que les ayud¨® a superar el luto de la madre biol¨®gica, a reestructurar la familia y a unirles de nuevo bajo un mismo techo".
Lo que m¨¢s impresion¨® a la jueza durante el proceso fueron las palabras de uno de los ni?os, que dijo: ¡°Creo que tenemos que respetar a nuestra madre. Ella nos trajo a la vida. La otra [la madrastra] nos dio el sentido de la vida, un horizonte. Cuid¨® de m¨ª en la hora en que m¨¢s lo necesit¨¦¡±. La jueza tambi¨¦n pudo comprobar que ninguno de los dos hermanos ten¨ªa la menor intenci¨®n de apagar la memoria y el afecto a la madre verdadera.
El padre de ambos explic¨® que, por un lado, no quer¨ªa que sus hijos pudieran olvidar a su madre biol¨®gica, pero por otro ten¨ªa que respetar que ellos mismos reconocieran a la madrastra como a una nueva y verdadera madre y deseaba que en el futuro pudieran al mismo tiempo tener todos los derechos civiles.
La jueza explic¨® que ella no habr¨ªa permitido que los dos muchachos tuvieran reconocimiento de dos madres por ley si no la hubieran reconocido antes como verdadera madre ¡°en sus corazones¡±.
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