Padres, pero no gen¨¦ticos
El uso de ovocitos y embriones donados crece al comp¨¢s del retraso en la edad de la maternidad Muchos progenitores ocultan que no comparten ADN con los hijos
![Mar¨ªa R. Sahuquillo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9450e41e-903a-4681-86d5-38a9faa6e758.png?auth=4ce7ed04e46e0bf8618cf91b6c37efb3fa6a988a3a4f250fece6ec07def7ae0e&width=100&height=100&smart=true)
![Eva María Bernal tiene tres hijos: el mayor fue concebido por reproducción asistida con semen de donante; para tener a los dos pequeños empleó embriones donados. / Carlos Rosillo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/E5Q4Y6FSL46I5MJ2JYIHIAQD54.jpg?auth=89d0df6b36c49ec3df66f157bacc41d8032e880f5f225ea8ad09a5b72b034949&width=414)
Los peque?uelos no paran. Se tambalean por el parque mientras su hermano mayor, rubio al estilo surfero, corretea a su alrededor. ¡°Les encanta el tobog¨¢n, pero una vez que logran subir por su cuenta est¨¢s perdida. No les puedes quitar ojo¡±, dice su embelesada madre. Se llama Eva Mar¨ªa Bernal. Habla con rotundidad y tanto entusiasmo que no suena a frase hecha cuando explica que siempre quiso tener hijos, y que decidi¨® no esperar a hallar a un te¨®rico pr¨ªncipe azul. Primero lleg¨® Rodrigo, concebido por inseminaci¨®n artificial con semen de donante. Y siete a?os despu¨¦s nacieron los mellizos, Mart¨ªn y Aitana, que acaban de cumplir 20 meses. ¡°Cuando tuve al mayor no imaginaba que iba a ir a por otro, pero en seguida me decid¨ª. Tres meses despu¨¦s, la cl¨ªnica se puso a buscar al donante de Rodrigo para volver a inseminarme¡±, cuenta. Aquella inseminaci¨®n no cuaj¨®. Tampoco las posteriores. Ni las fecundaciones in vitro, con sus ovocitos o, cuando los suyos no funcionaron, con ovocitos donados. En total, se someti¨® a una docena de transferencias. Hasta que opt¨® por la adopci¨®n de embriones. Y complet¨® su tr¨ªo. Ten¨ªa 46 a?os.
La adopci¨®n de embriones se ha duplicado hasta las 459 en dos a?os
Como ella, cada vez son m¨¢s las madres solas o las parejas que alumbran hijos que no portan su ADN ¡ªo no total¡ª. Lo consiguen recurriendo a la ovodonaci¨®n ¡ªutilizar ovocitos de una donante joven fecundados con semen tambi¨¦n donado, o no¡ª o a la adopci¨®n de embriones; una t¨¦cnica que consiste en la implantaci¨®n de embriones que otras parejas han obtenido en sus procesos de fertilizaci¨®n y que, tras concebir el n¨²mero de hijos deseado, deciden donar los que no van a usar. Sistemas que ganan terreno al comp¨¢s del retraso en la edad de la maternidad ¡ª30,3 a?os para el primer hijo¡ª y del consiguiente aumento de las parejas con problemas de fertilidad (son ya un 17%). As¨ª, en 2011, en Espa?a se registraron 4.500 embarazos por ovodonaci¨®n, 1.000 m¨¢s que cuatro a?os antes. Y el n¨²mero de mujeres que opt¨® por una transferencia de embriones donados se ha doblado hasta las 459 en dos a?os, seg¨²n datos de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad (SEF).
Ambas t¨¦cnicas suelen ser el ¨²ltimo recurso antes de desistir. Recurren a ellas, por lo general, parejas ¡ªo mujeres solas¡ª mayores de 40 a?os, con problemas de esterilidad severos y que ya han pasado por varios tratamientos de fertilidad fallidos; e incluso por varios abortos espont¨¢neos. Son familias que se enfrentan a la disyuntiva entre renunciar a concebir hijos y que estos no lleven su carga gen¨¦tica. ¡°Al final, para muchos pesan m¨¢s las ganas de tener hijos. El hecho de que tengan su ADN se diluye, sobre todo si llevan un tiempo con programas de reproducci¨®n asistida que no han dado frutos¡±, apunta Jos¨¦ Manuel Castilla, secretario de la SEF.
Jes¨²s Lorenzo y Carolina Gonz¨¢lez, de 43 y 41 a?os, lo han pensado durante meses. Al final, esta pareja ¡ªadministrativa ella, funcionario ¨¦l¡ª emplear¨¢ ovocitos de una donante. Acaban de empezar con el proceso. Atr¨¢s quedan cinco intentos que fracasaron. ¡°Tenemos muchas ganas de ser padres. Es un proceso duro por la medicaci¨®n, por el esfuerzo, por los disgustos de ver un resultado negativo en el test de embarazo... No descartamos adoptar, pero nos apetece mucho tener un hijo nuestro¡±, dice Gonz¨¢lez. Sonr¨ªe y enfatiza la palabra ¡°nuestro¡±. ¡°Aunque no tenga mis genes lo llevar¨¦ dentro¡±, zanja.
El 17% de las parejas en edad f¨¦rtil tiene problemas de esterilidad
Las ganas de tener un chiquillo ¡ª¡°o dos¡±, deja caer Lorenzo¡ª han prevalecido. Pero este matrimonio no ha explicado a su familia qu¨¦ t¨¦cnica usar¨¢n. ¡°Ya veremos¡±, dice ella. La carga gen¨¦tica, la herencia del ADN, sigue pesando mucho en la sociedad y hace que una gran parte de las personas que optan por la ovodonaci¨®n o la adopci¨®n de embriones lo mantengan en secreto. ¡°Parece mentira, pero cuando se explica cual es el sistema todav¨ªa hay gente que pregunta eso de ¡®?pero entonces no son nada tuyo?¡±, comenta Bernal. Menuda, de pelo corto y sonrisa ancha no oculta cu¨¢l ha sido el largu¨ªsimo proceso para concebir a Aitana y a Mart¨ªn. Cree que contar su camino ayuda a quitarle hierro a la renuncia gen¨¦tica. Esta directora de casting, de hecho, compatibiliza ahora su trabajo con el de asesora en temas de fertilidad y tiene un blog (Creando una familia). ¡°He pasado por tantos ciclos que me he vuelto una experta¡±, dice. En concebir a sus tres hijos ha invertido 45.000 euros.
Pero las familias que recurren a estos sistemas no se enfrentan solo al derribo de aquel mito de que la sangre pesa m¨¢s que el agua. Tambi¨¦n, explica Mari Luz V¨¢zquez, de la asociaci¨®n Madres Solteras por Elecci¨®n (MSPE), el desconocimiento de esa herencia gen¨¦tica de sus hijos es un temor. ¡°Cada vez que voy a un pediatra nuevo y me pregunta por las enfermedades que hay en la familia no puedo contestar. Al principio nos pregunt¨¢bamos mucho c¨®mo son los donantes, ya no¡±, relata ?ngela. Prefiere no dar su apellido. Explica que su pareja y ella no han contado en su entorno que han recurrido a reproducci¨®n asistida. Ahora son padres de un ni?o. En su caso, el problema m¨¢s severo es de ella. Lo intentaron con in vitro pero, al ver que no funcionaba pasaron a usar embriones donados. ¡°Puestos a ello, decidimos que daba igual que el ni?o llevara la carga gen¨¦tica de uno o de ninguno¡±, incide ?ngela.
La ley espa?ola es de las m¨¢s liberales y atrae al turismo reproductivo
Para ellos, el presupuesto tambi¨¦n jug¨® un papel importante. Un proceso de ovodonaci¨®n puede costar unos 8.000 euros, mientras que la transferencia de embriones donados puede ir desde los 1.200 a los 3.000. ?ngela y su marido, como la mayor¨ªa de quienes acceden a estos tratamientos, acudieron a una cl¨ªnica privada. Las posibilidades de acceder a esas t¨¦cnicas en la sanidad p¨²blica son escasas. Primero por la edad, ya que las autonom¨ªas solo cubren a mujeres menores de 40 a?os; y segundo porque muy pocos centros p¨²blicos tienen embriones y de ovocitos donados. Solo alg¨²n centro p¨²blico de la Comunidad Valenciana, Galicia, Pa¨ªs Vasco y Andaluc¨ªa disponen de la t¨¦cnica de ovodonaci¨®n.
Por ley, las donaciones de ¨®rganos y tejidos humanos son gratuitas y altruistas. Sin embargo, aunque las parejas que deciden ceder algunos de sus embriones no tienen ninguna remuneraci¨®n, las donantes de ovocitos reciben entre 600 y 900 euros como compensaci¨®n por las molestias del tratamiento. Una cantidad que muchos servicios p¨²blicos no pueden costear. Por eso, algunos hospitales emplean gametos femeninos sobrantes de ciclos previos de fecundaci¨®n in vitro ¡ªcon el permiso de la mujer¡ª o preguntan a las parejas si conocen a alguien que pueda donar.
Debe, eso s¨ª, cumplir dos requisitos: estar sana y tener menos de 35 a?os. Una condici¨®n, explica Castilla, responsable de la cl¨ªnica M¨¢s Vida de Sevilla, que se impone porque a partir de esa edad las probabilidades de lograr un embarazo decrecen. Igualmente, los embriones donados deben cumplir condiciones: proceder de una pareja sana y en la que la mujer no supere los 35. Obligaci¨®n que tambi¨¦n reduce las reservas. Los embriones pueden proceder de dos v¨ªas: de los ciclos de ovodonaci¨®n de una paciente anterior, muchas veces fecundados con esperma tambi¨¦n donado (por lo tanto de dos donantes, lo que hace esta v¨ªa la m¨¢s habitual); o de procesos de fecundaci¨®n in vitro de parejas relativamente j¨®venes que ya no quieren someterse a m¨¢s transferencias.
Una madre: ¡°Gracias a los donantes he tenido estos hijos y no otros¡±
Espa?a es pionera en esta modalidad. Su art¨ªfice, Marisa L¨®pez-Teij¨®n, la inici¨® en 2004 en la cl¨ªnica Institut Marqu¨¨s, en Barcelona, que el a?o pasado celebr¨® el nacimiento del beb¨¦ n¨²mero 500, fruto de esta t¨¦cnica. La m¨¦dico explica que acu?¨® el concepto de adopci¨®n de embriones tras a?os observando c¨®mo cientos de embriones procedentes de padres sanos se manten¨ªan congelados, mientras otras personas ansiaban tener hijos. La ley espa?ola de reproducci¨®n asistida (la actual es de 2006, aunque Espa?a tiene ley desde 1988) establece que los embriones congelados pueden guardarse para implant¨¢rselos a la paciente m¨¢s tarde, destruirse, donarse para la investigaci¨®n o cederse a otras pacientes. Si no proceden de ovocitos y de esperma donado, los pacientes deben aclarar qu¨¦ desean hacer con ellos; aunque la normativa ha establecido que si la pareja ¡ªo la mujer, en el caso de la maternidad en solitario¡ª no define, tras varios requerimientos, qu¨¦ quiere hacer con los embriones estos, transcurridos cuatro a?os de silencio, quedan en custodia del centro; que puede transferirlos a otra paciente. En Espa?a hay unos 400.000 embriones congelados, seg¨²n las estimaciones que el ginec¨®logo experto en reproducci¨®n asistida Javier Nadal recoge en su libro Donaci¨®n de embriones (Momento m¨¦dico, 2013).
¡°Una gran parte de las personas no saben cu¨¢l es la mejor opci¨®n cuando ya no desean m¨¢s hijos, as¨ª que no contestan, por lo que los embriones pasan a disposici¨®n de la cl¨ªnica¡±, comenta L¨®pez-Teij¨®n. En su centro, dice, la mayor¨ªa eluden responder: ¡°Aunque var¨ªa en funci¨®n de la nacionalidad. Los espa?oles no suelen contestar, los irlandeses son los que m¨¢s donan para la adopci¨®n y los alemanes nunca ceden embriones para investigaci¨®n¡±.
El Institut Marqu¨¨s, como muchas cl¨ªnicas espa?olas, recibe a personas de distintos pa¨ªses. Espa?a es un destino com¨²n para el llamado turismo reproductivo. Y eso se debe a que su ley es de las m¨¢s liberales, porque admite a pacientes de un amplio abanico de edad y permite diversas t¨¦cnicas. Como la cesi¨®n de ¨®vulos, prohibida en otros lugares como Dinamarca, que no la considera segura para la donante. Por eso, m¨¢s del 50% de la donaci¨®n de ovocitos de Europa se hace en Espa?a.
La donaci¨®n debe proceder de personas sanas y es totalmente an¨®nima
Adem¨¢s, en este pa¨ªs la donaci¨®n es totalmente an¨®nima. No hay posibilidad ¡ªcomo s¨ª ocurre en Reino Unido¡ª, de que los hijos conozcan en el futuro la identidad del donante (excepto si fuera vital saberlo por razones m¨¦dicas declaradas, como que peligrase la vida del nacido). S¨ª existe una limitaci¨®n: la ley admite un m¨¢ximo de seis hijos vivos en territorio espa?ol por donante. Algo, sin embargo, pr¨¢cticamente imposible de controlar. El prometid¨ªsimo ¡ªpor todos los ministros de Sanidad desde 1998¡ª registro de donantes a¨²n no se ha puesto en marcha. As¨ª, nadie controla que una donante de gametos o, sobre todo, un donante de semen (por la mayor facilidad de la donaci¨®n) se hagan habituales de las cl¨ªnicas. Aunque los trabajadores de los centros explican que tienen un ojo cl¨ªnico para pillar asiduos.
¡°Pienso mucho que si no hubiera sido por esos donantes, hombre y mujer, desconocidos entre s¨ª, no habr¨ªa tenido estos dos hijos. Podr¨ªa tener otro, otra... Pero nunca ser¨ªan estos¡±, dice Natalia. ¡°Nunca he pensado que si tuvieran mis genes ser¨ªan mejores¡±, afirma. Esta profesora, madre en solitario, tuvo a sus hijos por ovodonaci¨®n a los 43 a?os. ¡°Apenas tuve tiempo de hacer el duelo por mi carga gen¨¦tica porque me qued¨¦ embarazada a la primera... ?Y de dos!¡±, exclama. No ha contado a su familia que ha empleado ovocitos de una donante. ¡°Pens¨¦ que no lo entender¨ªan. Pero sobre todo, en el fondo de mi alma, tem¨ªa que no los quisieran igual¡±, dice. Ese secreto la atorment¨® cuando todos buscaban parecidos entre ella y las dos criaturas. ¡°El dolor pas¨® a los dos a?os, cuando se definieron sus rasgos. Y sobre todo porque el d¨ªa a d¨ªa es tan intenso y emocionante que eso ha pasado a un segundo plano. Ahora el f¨ªsico solo me produce admiraci¨®n. ?Son tan bonitos!¡±, r¨ªe.
Lo cierto es que, en muchos casos, los chiquillos terminan pareci¨¦ndose a los padres. Como los de Bernal, con el pelo claro, como ella, y la carita triangular. Y es que en el desarrollo de un organismo influye mucho m¨¢s que la herencia del ADN. Los factores no gen¨¦ticos --el ambiente, la alimentaci¨®n, la educaci¨®n¡ª tambi¨¦n juegan un importante papel. Pero, adem¨¢s, los centros tienen en cuenta las caracter¨ªsticas de los receptores (raza, altura, peso, rasgos, color de ojos y pelo) y su grupo sangu¨ªneo para buscar donantes.
Contarlo o no al entorno o incluso a los ni?os es un tema que muchos debaten. ¡°Hay que sacar a la luz que cada vez m¨¢s mujeres consiguen ser madres gracias a estas t¨¦cnicas. Debemos desmitificar el peso de la carga gen¨¦tica. Compartamos parte de ADN o no, son nuestros hijos. Al final, esto se ver¨¢ con naturalidad¡±, afirma Mari Luz V¨¢zquez. Su asociaci¨®n Madres Solteras por Elecci¨®n ¡ªquiz¨¢ m¨¢s acostumbradas a esas dudas porque ya ignoran la mitad del ¨¢rbol geneal¨®gico: la del hombre¡ª organiza talleres, seminarios y reuniones en las que abordan el tema. ¡°Tenemos incluso un canal de comunicaci¨®n privado para las mujeres que son madres por donaci¨®n de ¨®vulos o embriones. Para muchas es un tema delicado que prefieren tratar con otras personas que han utilizado el mismo sistema¡±, dice.
Bernal lo ha habla abiertamente. Gonz¨¢lez y Lorenzo lo decidir¨¢n cuando la cosa cuaje. Natalia cree que su realidad no tardar¨¢ en salir a la luz: ¡°Quiero cont¨¢rselo a mis hijos conforme vayan creciendo. Y entonces ser¨¢ un problema para mantenerlo oculto al mundo, porque pocos ni?os hay tan expansivos como mis hijos, que le van contando hasta al tendero de la esquina los a?os que cumplieron ayer¡±.
Problemas para ser padres
Un 17% de las parejas en edad f¨¦rtil tiene problemas de esterilidad en Espa?a. Este pa¨ªs, con unos 50.000 ciclos de reproducci¨®n asistida al a?o, es el tercero donde m¨¢s tratamientos se realizan.
T¨¦cnicas en auge. En 2011 se realizaron 9.162 ciclos de recepci¨®n de ovocitos. Algo menos de la mitad termin¨® en embarazo. Cuatro a?os antes los ciclos con esta t¨¦cnica apenas superaban los 7.000. Tambi¨¦n la recepci¨®n de embriones donados se ha incrementado: en 2011 se realizaron casi 500 ciclos.
Perfil. El 60% de las mujeres que recurren a ovocitos u embriones donados tienen m¨¢s de 40 a?os.
B¨²squeda. Los m¨¦dicos, por lo general, buscan donantes con caracter¨ªsticas similares a los futuros padres. Adem¨¢s, en el caso de los embriones donados, las cl¨ªnicas tratan de que donante y receptora sean de distintas comunidades.
Donaci¨®n. Los ovocitos proceden de mujeres donantes. Los embriones donados pueden proceder del tratamiento de una paciente que us¨® ovocitos donados (por tanto, dos donantes) o de una pareja que ha decidido donar los embriones que ya no va a usar. Si los pacientes no han definido qu¨¦ desean hacer es la cl¨ªnica (tras cuatro a?os) quien decide su uso: destrucci¨®n, investigaci¨®n o donaci¨®n.
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