Industria al alza en EE UU con el benepl¨¢cito p¨²blico
La Administraci¨®n Obama impulsa una t¨¦cnica que considera esencial para econom¨ªa frente a la cada vez m¨¢s abierta oposici¨®n de los grupos ecologistas
La producci¨®n nacional de gas y petr¨®leo en EE UU se ha disparado en los ¨²ltimos a?os debido en buena parte al fracking, una t¨¦cnica de extracci¨®n que se ha extendido por todo el pa¨ªs. Cada a?o, se estima que se perforan 25.000 nuevos pozos. La regulaci¨®n laxa y los subsidios de los Gobiernos, tanto estatales como el federal, han favorecido el desarrollo de la perforaci¨®n hidr¨¢ulica hasta el punto de que en la actualidad los yacimientos de esquisto producen un cuarto de todo el gas natural estadounidense, frente al 1% que representaba en 2000.
La Administraci¨®n Obama se ha erigido en defensora del fracking, una t¨¦cnica a la que considera responsable del vuelco en el sector energ¨¦tico, favoreciendo el descenso de los precios en el sector, la reducci¨®n de la dependencia de combustibles f¨®siles del extranjero y la disminuci¨®n de las emisiones de CO2. Sin embargo, la oposici¨®n a la pol¨ªtica tendente a favorecer esta pr¨¢ctica en suelo federal cada vez cuenta con m¨¢s opositores. El viernes, a las puertas de un acto en la universidad de Binghampton, en Nueva York, el presidente Barack Obama era recibido con pancartas en contra de la perforaci¨®n hidr¨¢ulica. La presi¨®n ciudadana en ese Estado, manifestada a trav¨¦s de la web ThirtyDaysOfFrackingRegs.com, provoc¨® que este invierto se ampliara un a?o m¨¢s la moratoria que prohibe el fracking en su territorio.
Los yacimientos de esquisto producen un cuarto de todo el gas natural estadounidense, frente al 1% que representaba en 2000
En EE UU, cada Estado regula esta t¨¦cnica en su territorio y el Gobierno federal establece las normas para las perforaciones en suelo federal, del que se extrae el 13% de la producci¨®n total de gas natural del pa¨ªs y el 5% de la de petr¨®leo. A mediados de mayo de este a?o, la Administraci¨®n present¨® las nuevas normas para regular el fracking en territorio federal -la ¨²ltima legislaci¨®n se remonta a 1988-. Se trata de una revisi¨®n de una versi¨®n publicada en 2012 y que suscit¨® las cr¨ªticas de la industria del gas y el petr¨®leo y del Partido Republicano.
La nueva normativa exige a las empresas que desglosen las sustancias qu¨ªmicas que van a emplear en el fracking 30 d¨ªas despu¨¦s de que hayan comenzado la perforaci¨®n -en la versi¨®n inicial deb¨ªan desvelarlas antes de iniciar la misma- y, en todo caso, no est¨¢n obligadas a dar a conocer todos los componentes utilizados en virtud de una cl¨¢usula de ¡°secreto industrial¡±. Respecto de la seguridad de los pozos para evitar filtraciones y escapes de metano y otros contaminantes qu¨ªmicos, a las empresas s¨®lo se les exige informar sobre el estado de un pozo -no de todos- por ¨¢rea geol¨®gica. La regulaci¨®n tambi¨¦n prev¨¦ sanciones para quienes perforen en zonas pr¨®ximas a viviendas o escuelas y permite recoger el agua contaminada por los productos t¨®xicos empleados en la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica en pozos al aire libre.
A mediados de mayo de este a?o, la Administraci¨®n present¨® las nuevas normas para regular el fracking en territorio federal
Los grupos medioambientales han arremetido contra el nuevo paquete legislativo que, sostienen, es una concesi¨®n a las compa?¨ªas. ¡°Esta versi¨®n es mucho m¨¢s permisiva que la anterior y no hace nada para limitar la mayor¨ªa de los riesgos del fracking, como las emisiones de metano o la contaminaci¨®n h¨ªdrica¡±, se?ala en conversaci¨®n telef¨®nica Patrick Sullivan del Center for Biolgical Diversity.
Los ecologistas demandan de la Administraci¨®n mayor firmeza contra estas pr¨¢cticas y una apuesta firme por las energ¨ªas renovables. ¡°Creemos que la nueva normativa no regula en profundidad aquello que contempla y que no incluye otros aspectos importantes como un mejor control de la calidad del aire o del agua para comprobar que verdaderamente est¨¢ limpia¡±, se?ala Amy Mall, analista del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales.
El per¨ªodo p¨²blico para presentar alegaciones a la propuesta normativa del Gobierno termin¨® este viernes. Se han hecho llegar m¨¢s de un mill¨®n de recomendaciones, dice Mall, pero as asociaciones medioambientales no tienen muchas esperanzas en que sean atendidas. ¡°La Administraci¨®n parece determinada a abrir la explotaci¨®n del territorio nacional al fracking¡±, se lamenta Sullivan.
Los grupos medioambientales han arremetido contra el nuevo paquete legislativo que, sostienen, es una concesi¨®n a la industria del gal y el petr¨®leo
La oposici¨®n a esta t¨¦cnica por los altos riesgos de contaminaci¨®n del aire y el agua, debido a las altas concentraciones de metano, y por su vinculaci¨®n con temblores de tierra, es cada vez m¨¢s visible y combativa. El pasado mes de abril, un juez de California suspendi¨® el arrendamiento de tierras federales del yacimiento de Monterrey hasta que el Departamento de Interior no facilitara un informe completo del impacto ecol¨®gico del fracking. La demanda fue interpuesta por los grupos ecologistas Sierra Club y el Center for Biological Diversity.
En Pensilvania, uno de los Estados que mejor reflejan el boom del fracking -entre 2005 y 2011 se han abierto m¨¢s de 4.000 pozos- el Allegheny Defense Project logr¨® que el Servicio Forestal, el responsable los terrenos donde se encuentran los pozos, estableciera normas de revisi¨®n y control de las perforaciones m¨¢s estrictas, dando lugar a una legislaci¨®n que se ha establecido como ejemplo regulatorio. En 2009, el Servicio Forestal fue demandado por las compa?¨ªas de gas que alegan que las normas violan sus derechos de propiedad. El caso sigue pendiente de un tribunal de Apelaciones.
La Administraci¨®n Obama se ha erigido en defensora del fracking, una t¨¦cnica a la que considera responsable del vuelco en el sector energ¨¦tico
Susan Brantley, profesora de Geolog¨ªa y directora del Instituto de la Tierra y Sistemas Medioambientales de la universidad de Pensilvania State, defiende el proceso que ha llevado a este Estado a endurecer las normas sobre perforaci¨®n hidr¨¢ulica, una pr¨¢ctica que defiende. ¡°Esta t¨¦cnica no es perfecta y es problem¨¢tica, pero como muchas otras. Lo que hay que hacer es estudiar los incidentes y actuar en consecuencia. En Pensilvania la legislaci¨®n era muy imprecisa y se produjeron casos de contaminaci¨®n h¨ªdrica y de escapes de metano. Se han reforzado las normas y se han corregido esos riesgos¡±, se?ala. ¡°Pensilvania es un ejemplo de que se puede alcanzar una regulaci¨®n correcta que permita el desarrollo de la industria mitigando los efectos nocivos para el medio ambiente¡±, sostiene.
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