La ecolog¨ªa cabe en la mochila del cole
Las claves para que la vuelta al cole sea respetuosa con el medio ambiente
El letargo del verano toca su fin. Se acerca la vuelta al cole, y con ella los trayectos en coche, los bocadillos para el recreo, los cuadernos de apuntes y los libros de texto. Hay que empezar a prepararse porque la planificaci¨®n en la lista de la compra para el regreso a las aulas es fundamental para no olvidar nada, que los materiales salgan a buen precio y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, para que podamos revisar que son respetuosos con el medio ambiente. De paso, coincidiendo con el comienzo del curso, podemos cambiar algunos h¨¢bitos diarios en los desplazamientos y la alimentaci¨®n de los peque?os, para darle un respiro al Planeta.
Un estudio con ni?os menores de ocho a?os realizado por el investigador de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, Jos¨¦ Domingo Villarroel, profesor de la escuela de Magisterio de Bilbao, demuestra que la conciencia ecol¨®gica se desarrolla en edades tempranas. Los resultados revelaban, adem¨¢s, que los peque?os creen que perjudicar a otro ni?o o a las plantas es m¨¢s reprobable que romper las normas sociales. "Tambi¨¦n en los casos en los que piensan que las plantas no son seres vivos. Es decir, no saben con certeza si la flor es un ser vivo o no, pero les parece mucho peor pisarla que tomar la sopa de manera inadecuada o meterse los dedos en la nariz", aseguraba el autor en la presentaci¨®n de la investigaci¨®n.
A tenor de estos resultados, a la hora de preparar la mochila para clase es posible inculcar a los ni?os valores de respeto al medio ambiente. Y adem¨¢s, ¡°cuidar su salud¡±, se?ala Bego?a Sanz, responsable de Green Habitat, que comercializa material escolar ecol¨®gico. ¡°Los chavales, sobre todo los m¨¢s peque?os, van a tener en el cole, y luego en casa, materiales 100% t¨®xicos. Los bol¨ªgrafos, l¨¢pices, las plastilinas¡¡±, apunta. ¡°Pero los ¡®eco¡¯ est¨¢n hechos con verduras y plantas. De hecho, si se los comen no es tan grave. Y si se manchan con ellos, se quita con agua¡±, a?ade.
En el supermercado o en Internet es cada vez m¨¢s f¨¢cil encontrar este tipo de productos. Pero requiere una cierta labor de investigaci¨®n, reconoce Sanz. ¡°Hay que buscar sellos distintivos, pero tambi¨¦n mirar detenidamente qui¨¦n es el fabricante. Algunas marcas ponen un distintivo ¡®eco¡¯, pero de ecol¨®gico no tienen nada¡±, afirma. Primer paso: aprender a leer las etiquetas. Algunos sellos reconocidos son los certificados ISO 14001 o el Reglamento Comunitario de Ecogesti¨®n y Ecoauditor¨ªa (EMAS). Si se adquieren productos hechos de madera, mejor si llevan el distintivo FSC (Consejo de Administraci¨®n Forestal, en sus siglas en ingl¨¦s), que certifica que proviene de bosques gestionados de forma sostenible.
La v¨ªa m¨¢s segura y r¨¢pida es acudir a establecimientos especializados, que proliferan sobre todo en la Red, en material respetuoso con el medio ambiente y que hayan hecho esas comprobaciones. En este sentido, en Green Habitat o Ecomarket, hay una gran variedad de oferta.
Llenar la cartera escolar --que tambi¨¦n las hay fabricadas a partir materiales reciclados, desde botellas de pl¨¢stico hasta redes de pescar-- con ecolog¨ªa vac¨ªa un poco m¨¢s la billetera que si se adquieren productos convencionales. ¡°La calidad siempre es m¨¢s cara¡±, puntualiza Sanz. Y ese no es, en su opini¨®n, el ¨²nico valor a?adido. ¡°En el fondo es enviar un buen mensaje a los hijos¡±, dice. Las tres ¡®R¡¯ --reducir, reutilizar y reciclar-- tambi¨¦n tienen cabida en el colegio. Por eso, y para evitar una sangr¨ªa econ¨®mica, estas reglas son fundamentales. ?Realmente es necesario cambiar de mochila o el comp¨¢s cada a?o? Un peque?o inventario de lo que ya tenemos y se puede reutilizar evitar¨¢ compras innecesarias. Es ecol¨®gico y ahorra dinero.
Con la papeler¨ªa es m¨¢s sencillo encontrar opciones ecol¨®gicas y a buen precio. Cada vez hay m¨¢s cuadernos de papel reciclado y blaqueado sin cloro. En este punto es importante, adem¨¢s, inculcar a los peque?os la importancia de aprovechar las libretas, por ejemplo, tomando notas por las dos caras, y que el papel que finalmente vaya a ser desechado no acabe en la basura, sino en el contenedor azul para su posterior reciclado.
Pero no todo es estudiar. Suena el timbre y llega la hora del recreo. El momento del bocadillo. Tambi¨¦n en este sentido se pueden introducir h¨¢bitos saludables para el medio ambiente, desde la comida hasta el envoltorio. Mejor los productos de temporada y frescos que los envasados, procesados y en bolsas de pl¨¢stico normalmente. Aunque parezca raro, as¨ª se evitan emisiones de CO2 a la atm¨®sfera. Y para que la merienda sea verdaderamente ¡®eco¡¯, el papel de aluminio no es una opci¨®n. Ya hay en el mercado envoltorios reutilizables para el tentempi¨¦ de medio d¨ªa, como el Boc¡¯nRoll, ideado por una empresa catalana. Para las comidas, tarteras reutilizables; y el agua, en cantimplora o botellas rellenables.
En el patio no solo se come el bocadillo o la manzana, sino que principalmente se juega. En este sentido tambi¨¦n hay algunas pr¨¢cticas m¨¢s ecol¨®gicas que otras. Aunque esto requiere que padres y profesores se involucren en que se lleven a cabo. El autor Manuel Guti¨¦rrez Toca tiene varios t¨ªtulos en las librer¨ªas al respecto, como Juegos ecol¨®gicos con piedras y palos o Juegos ecol¨®gicos con botellas de pl¨¢stico. En ellos, el autor propone que los peque?os fabriquen sus propios juguetes, por ejemplo raquetas, a partir de materiales aparente inservibles, dot¨¢ndoles de una nueva y l¨²dica utilidad.
Con la ropa lo de reutilizar la del a?o anterior se complica. Los chavales crecen r¨¢pido y el armario se renueva cada curso. Eso no impide, sin embargo, que se pueda hacer una gesti¨®n sostenible de las prendas, tanto de las que se adquieren, buscando materiales biodegradables y con sellos de respeto al medio ambiente, como de las que se desechan. Los pantalones o las camisetas pueden tener una segunda vida, siempre que est¨¦n en buen estado, si los hereda el hermano menor, o los regalamos a alg¨²n familiar o amigo. ?No hay nadie a qui¨¦n le pueda servir? Seguro que si se depositan en los contenedores de textiles, encuentran un due?o que los necesita.
Las costumbres tardan un tiempo en serlo, pero todo es empezar. La vuelta al cole es tambi¨¦n un buen momento para ello, por ejemplo, en los desplazamientos. En bicicleta o caminando, las emisiones de CO2, son cero. Y la contaminaci¨®n ac¨²stica nula. Pero si el coche es inevitable para llevar a los ni?os al colegio, se pueden reducir con una conducci¨®n eficiente, evitando los acelerones y frenazos, manteniendo una velocidad constante en la medida de lo posible y apagando el motor en los atascos.
Es bien sabido que los ni?os aprenden lo que ven y de ellos depender¨¢, en gran medida, la conservaci¨®n del Planeta. La vuelta al cole puede ser solo la excusa para empezar algo m¨¢s que curso nuevo.
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