El nuevo ¡®n¨²mero dos¡¯ del Vaticano abre la puerta a revisar el celibato
El reci¨¦n nombrado secretario de Estado recuerda que ¡°no es un dogma¡± ¡°Se puede reflexionar sobre estos temas y pensar en modificaciones¡±, afirma
![El nuevo secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4D2HSLYZMYYNTBG4VQVA3PSYSQ.jpg?auth=16efc36677341437e7618077559ca1d60d65cad2a746814a87e8677d1af77e36&width=414)
El papa Francisco y su pr¨®ximo secretario de Estado, Pietro Parolin, ya tienen una cosa en com¨²n. Hablan sin tapujos y lo que dicen, aunque no se trate de una novedad aplastante, es analizado como indicio de los tiempos que se avecinan. Las declaraciones de Jorge Mario Bergoglio durante el vuelo de regreso de R¨ªo de Janeiro ¡ª¡°?qui¨¦n soy yo para juzgar a los gais?¡±¡ª apuntaban a una Iglesia m¨¢s tolerante, menos inquisidora con quienes se salen del guion. Y ahora ha sido Parolin, todav¨ªa nuncio del Vaticano en Venezuela, quien, al abordar durante una entrevista un tema siempre pol¨¦mico como el del celibato obligatorio de los curas, ha dicho: ¡°No es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradici¨®n eclesi¨¢stica¡±.
En la primera parte de la frase no hay ninguna noticia. Efectivamente, el celibato no es un dogma ¡ªdoctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia¡ª. Lo que se las trae es que el nuevo n¨²mero dos de la Iglesia, en su primera entrevista, concedida al diario El Universal de Venezuela, admita ¡ªpara escozor de los sectores m¨¢s conservadores del catolicismo¡ª que es una cuesti¨®n sujeta a debate. ?Abrir¨¢ la puerta el papa Francisco al matrimonio de los curas?
Es un desaf¨ªo para el Papa. Tiene el ministerio de la unidad. Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano
Monse?or Parolin matiza: ¡°No se puede decir, sencillamente, que pertenece al pasado. Es un gran desaf¨ªo para el Papa porque ¨¦l posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como una forma de unir a la Iglesia, no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero siempre al servicio de la unidad y todo seg¨²n la voluntad de Dios. No es lo que me plazca sino de ser fieles a lo que Dios quiere para su Iglesia¡±.
O sea, que s¨ª. Que salvo que haya metido la pata en su primera entrevista como secretario de Estado in p¨¦ctore, monse?or Pietro Parolin, diplom¨¢tico vaticano de 58 a?os de edad, se sit¨²a en la l¨ªnea dialogante de, entre otros, Claudio Hummes, el cardenal brasile?o que en la Capilla Sixtina, justo en el momento de la elecci¨®n del nuevo papa, abraz¨® a Jorge Mario Bergoglio y le susurr¨® al o¨ªdo: ¡°No te olvides de los pobres¡±. Hummes fue prefecto para la Congregaci¨®n para el Clero hasta 2010, momento en que fue sustituido por el cardenal italiano Mauro Piacenza, ferviente defensor del celibato obligatorio. ¡°Desde los ¨²ltimos cincuenta a?os¡±, declaro Piacenza el pasado a?o al portal Religi¨®n Digital, ¡°es casi una moda agredir c¨ªclicamente el celibato eclesi¨¢stico. En algunos ambientes es f¨¢cil intuir que se trata de una verdadera y propia estrategia. Contrariamente, la Iglesia es plenamente consciente de la extraordinaria riqueza de ese don, que Dios le ha hecho; ciertamente no es solo una ley eclesi¨¢stica¡±.
Hay que tener en cuenta a Dios as¨ª como la apertura de los tiempos Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano
secretario de Estado vaticano
Hay partido, por tanto. Monse?or Piacenza, a¨²n prefecto para la Congregaci¨®n para el Clero, piensa que la escasez de vocaciones no puede ser la gatera por la que se cuele una relajaci¨®n de las normas ¡ª¡°no debemos traicionar a los j¨®venes bajando los ideales¡±¡ª, mientras que monse?or Parolin, que tomar¨¢ posesi¨®n de su cargo el pr¨®ximo 15 de octubre, admite en su entrevista con el diario venezolano: ¡°Dios habla de muchas maneras. Debemos estar atentos a esta voz que nos orienta sobre las causas y las soluciones, por ejemplo, de la escasez del clero. Entonces hay que tomar en cuenta, a la hora de adoptar decisiones, estos criterios (la voluntad de Dios, historia de la Iglesia), as¨ª como la apertura a los signos de los tiempos¡±.
Una Iglesia encerrada sobre s¨ª misma, autocomplaciente, y otra que pone atenta el o¨ªdo a lo que sucede a su alrededor, a las periferias del mundo. La revoluci¨®n del papa Francisco, de la que a¨²n solo se conocen gestos, aunque muy esperanzadores, se encontrar¨¢ sin lugar a dudas con fuertes reticencias en el Vaticano. Para lograr vencerlas ha elegido curiosamente a un hombre, Pietro Parolin, formado en la Curia y con el que solo coincidi¨® una vez en su vida. Fue hace algunos a?os, cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires acudi¨® al Vaticano para tratar sobre algunos asuntos de Argentina y fue recibido por el entonces subsecretario para las Relaciones con los Estados. Ahora ser¨¢n el papa Francisco y el secretario de Estado. Juntos al frente de una Iglesia y un Estado que, seg¨²n dice Parolin mientras hace las maletas en Caracas, tiene que caminar hacia ¡°un esp¨ªritu m¨¢s democr¨¢tico¡±.
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