2.000 fotogramas contra el olvido
Una c¨¢mara de fotos que recoge la vida cotidiana de personas con amnesia anter¨®grada ha conseguido que sus recuerdos aumenten en un 20%
Se levanta cualquier ma?ana y no sabe si es martes o domingo. No lo sabe ning¨²n d¨ªa. Nunca. Alonso Rom¨¢n no es capaz de crear nuevos recuerdos, sufre amnesia anter¨®grada. Este trastorno es un tipo de amnesia, un da?o cerebral adquirido que afecta a unas 500.000 personas en Espa?a. Su versi¨®n consiste en que es incapaz de generar recuerdos a partir de un momento, generalmente por una lesi¨®n o un traumatismo.
Se cree que en el caso de Rom¨¢n la causa fue un atropello. Pero en su lucha por recordar lo m¨¢s reciente ha encontrado una aliada: una c¨¢mara de fotos colgada del cuello. Con ella, que cost¨® alrededor de 500 euros, y una serie de ejercicios espec¨ªficos para la memoria, Alonso recupera cosas que antes se hund¨ªan en el olvido. Lleva as¨ª dos a?os, registrando foto a foto cada instante. Ahora, gracias al aparato, recuerda un 20% m¨¢s de lo que ocurri¨® el d¨ªa anterior. La idea fue de ?lvaro Bilbao, neuropsic¨®logo del Centro Estatal de Atenci¨®n al Da?o Cerebral (Ceadac).
Bilbao conoci¨® el artilugio leyendo una revista cient¨ªfica. ¡°Es la c¨¢mara vicon revue. Supe que podr¨ªa servir para la mejora de las personas que trataba. Al menos intentarlo¡±. Propuso un ensayo al Ceadac, que acept¨®, e involucr¨® a otros seis pacientes de los m¨¢s amn¨¦sicos de cuantos han pasado por el centro. Tambi¨¦n aceptaron.
El experimento empez¨® en enero de 2012 y termin¨® el pasado julio. ¡°Tres excursiones con la misma duraci¨®n, kil¨®metros y actividades. Comprobamos c¨®mo funcionaba su memoria antes de colocarles la c¨¢mara, despu¨¦s de unos meses y al final¡±. El voluntario disparaba cada vez que hab¨ªa un movimiento, que cambiaba la luz, la temperatura. En total, m¨¢s de 4.000 fotos en 12 horas. Por la noche ten¨ªan que descargar las im¨¢genes en el ordenador y verlas. Una a una. Con su familia. Y de nuevo por la ma?ana en modo r¨¢pido, como si fuera la pel¨ªcula de su vida, cada d¨ªa.
Durante el sue?o, el cerebro consolida los recuerdos, ¡°aunque el proceso es autom¨¢tico, la huella de la memoria en ellos no se queda tan grabada¡±, explica Bilbao, que se especializ¨® en el diagn¨®stico de alteraciones de la memoria en el Hospital Johns Hopkins de Estados Unidos. Los resultados de la investigaci¨®n: un 20% m¨¢s de recuerdos de media. Pacientes que antes se enfrentaban al vac¨ªo, ahora almacenan parte de lo que sucede. ?lvaro Bilbao lo explica y la satisfacci¨®n viaja a trav¨¦s del tel¨¦fono: ¡°Un 10% m¨¢s de detalle, como el color del pantal¨®n. Y un 50% m¨¢s de general, saber por d¨®nde caminaron¡±.
Alonso pasea a menudo con Bety, su perra. ¡°Le encanta caminar¡±, dice su padre, Jos¨¦ Rom¨¢n, mientras Bety se arremolina en las piernas de su due?o. Casi todo lo narran, intensamente, el padre y la mujer de Alonso, Carmen Fern¨¢ndez. Le ponen sonido a una historia que empez¨® a torcerse cuando ¨¦l ten¨ªa 17 a?os. ¡°Alonso y sus amigos iban a coger un autob¨²s en una marquesina al lado de la A-6, en el barrio de Aravaca aqu¨ª en Madrid¡±, comienza su padre. El hijo le interrumpe: ¡°Fue el 26 de enero del 90. Sal¨ªamos de la discoteca Oh! Madrid. Un coche me atropell¨® y se dio a la fuga¡±. Jos¨¦ Rom¨¢n sonr¨ªe. La memoria de Alonso solo est¨¢ vac¨ªa desde 2007: ¡°De ah¨ª para atr¨¢s es prodigiosa¡±.
Nada pas¨® hasta 17 a?os despu¨¦s, cuando aparecieron las complicaciones. Un d¨ªa de hace seis a?os empez¨® a expulsar l¨ªquido por la nariz. El primer diagn¨®stico en un centro de salud fue rinitis ¡ªuna inflamaci¨®n de la mucosa que recubre la nariz por dentro¡ª. ¡°Pero no estaba tranquila e insist¨ª en ir al hospital¡±, dice Carmen. Cuando llegaron, Alonso ingres¨®. No volvi¨® a salir hasta seis operaciones y dos a?os despu¨¦s. Ten¨ªa una f¨ªstula craneal de l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo: una fuga del fluido que cubre el enc¨¦falo y la m¨¦dula espinal. Los m¨¦dicos no pudieron especificar la causa. ¡°Pudo ser el traumatismo craneal que sufri¨® en el atropello. O un esfuerzo. No lo saben¡±, dice, resignada, Carmen.
Cuando sali¨® del hospital estaba muy d¨¦bil y fue a recuperarse a casa de sus padres. Ya ten¨ªa la amnesia, y por eso eligieron un sitio que reconoc¨ªa y en el que se sent¨ªa seguro. Para que volviera a ser independiente, Rom¨¢n busc¨® un lugar donde Alonso pudiera participar: la Asociaci¨®n Reto a la Esperanza, que rehabilita toxic¨®manos, ayudando en la cocina. ¡°Antes hab¨ªa sido jefe de cocina. Podr¨ªa decirte 16 maneras de hacer bacalao de memoria¡±.
Paloma y Carmen, las hijas de Ram¨®n, le recuerdan cada ma?ana qu¨¦ d¨ªa es
Rom¨¢n acompa?¨® a su hijo durante dos meses y medio para que aprendiese el camino. Pero los caprichos de su amnesia son que, en cambio, cuando fue a recogerle el primer d¨ªa, le dijo que no hac¨ªa falta. ¡°Conoc¨ªa Villalba desde que era joven¡±, y el camino de vuelta s¨ª lo recordaba. Ahora, Alonso va cada ma?ana a una residencia de ancianos en Las Rozas. All¨ª pasea, ayuda y juega al domin¨®. ¡°Si le preguntas a qui¨¦n ha visto, te contesta que a los de siempre. Para que no sigas preguntando porque no lo sabe. Pero si un d¨ªa le cuentan algo que le impresiona, lo recuerda. Te dice, apesadumbrado, que a Rafaela la han dejado all¨ª sus hijos y que no la visitan¡±.
Con la c¨¢mara, que cost¨® alrededor de 500 euros, y ejercicios espec¨ªficos para la memoria, Alonso ha recuperado cosas que antes se hund¨ªan en el olvido. Cada d¨ªa se sienta una hora para ver las fotograf¨ªas. En ellas hay una constante: su incansable familia. Ve a su padre, que intenta ayudarlo lo menos posible para que pueda valerse por s¨ª mismo. A su mujer, Carmen, que se cas¨® sabiendo que el d¨ªa de la boda Alonso no sabr¨ªa que se iba a casar y que al d¨ªa siguiente lo olvidar¨ªa. A su madre, que lo mima. Y a sus peque?as hijas, Paloma y Carmen, que cada ma?ana le recuerdan sonrientes qu¨¦ d¨ªa es, de qu¨¦ mes y de qu¨¦ a?o.
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