¡°Si mandaran m¨¢s mujeres, habr¨ªa mejores horarios¡±

La frase saldr¨¢ varias veces durante la conversaci¨®n: ¡°Es un asunto de sentido com¨²n¡±. Ciertamente, suena sensato pretender que los espa?oles tengan un horario de trabajo m¨¢s razonable y puedan as¨ª distribuir su d¨ªa en tres tandas: ocho horas para dormir, ocho para trabajar y ocho para lo que quieran. Pero llevarlo a cabo no debe de ser f¨¢cil, porque Ignacio Buqueras ¡ªeconomista, empresario, doctor en Ciencias de la Informaci¨®n y con un largo curr¨ªculo en fundaciones de car¨¢cter altruista¡ª, lleva ya 10 a?os intentando que las Administraciones y las empresas lo pongan en marcha.

Buqueras (Reus, 1942) preside la Comisi¨®n Nacional para la Racionalizaci¨®n de los Horarios Espa?oles y su Normalizaci¨®n con los dem¨¢s Pa¨ªses de la UE ¡ªpide que se ponga el nombre completo porque lo considera un buen resumen de lo que persiguen¡ª. En el hall de un hotel de Madrid, detalla con precisi¨®n fechas, hitos y reuniones mantenidas durante la ¨²ltima d¨¦cada y defiende su objetivo con mensajes muy gr¨¢ficos: ¡°Estamos en el euro, pero somos los ¨²nicos que no nos adaptamos a los horarios del resto del continente. En Espa?a trabajamos de forma tercermundista¡±.

Pide a la camarera ¡°lo de siempre¡±, un vaso de leche ¡°fr¨ªa, fr¨ªa, de nevera¡± para disolver un sobre de descafeinado. ?ltimamente acude a menudo a este vest¨ªbulo para hablar del mismo asunto, la misi¨®n que incluye en sus ocho horas de ocio. La propuesta de racionalizaci¨®n de horarios ser¨¢ votada este jueves en la subcomisi¨®n de Igualdad del Congreso de los Diputados. La medida m¨¢s conocida es adelantar una hora en Espa?a para equipararse con el huso horario del meridiano de Greenwich. ¡°Es importante, pero si nos quedamos en eso, no lo habremos abordado con profundidad¡±, explica.

Ha hablado con cinco ministros de Educaci¨®n sucesivos para que se ense?e en las escuelas ¡°el valor del tiempo¡± y quiere que la puntualidad se convierta ¡°en una exigencia ¨¦tica¡±. Su fundaci¨®n tambi¨¦n defiende que las televisiones adelanten los horarios de los espect¨¢culos: ¡°?Qu¨¦ sentido tiene un partido de f¨²tbol a las diez de la noche?¡±.

El economista considera que ¡°el 85% de la poblaci¨®n¡± podr¨ªa entrar a trabajar entre 7.30 y 9.00 y salir antes de las 18.00, con 35 minutos para comer. En 2003 en una entrevista con este peri¨®dico augur¨® que Espa?a conseguir¨ªa horarios m¨¢s racionales en 2006, pero ¡°esta crisis no la pod¨ªa imaginar nadie¡±. ¡°Algunos altos directivos me dicen que les parece bien para sus hijos, pero no para ellos¡±, confiesa. ¡°?Qu¨¦ quieres, que a las cinco de la tarde est¨¦ en mi casa para que mi mujer me ponga las pilas?¡±, asegura que le preguntan. Por esa raz¨®n, sostiene que ¡°si mandaran m¨¢s mujeres, habr¨ªa mejores horarios¡±.

Y, tal cual lo desgrana, con la leche cada vez menos fr¨ªa, se lo ha contado a pol¨ªticos, empresarios, sindicatos y todo tipo de organizaciones. Rajoy admiti¨® hace poco que ten¨ªan que hacer algo. ¡°?Hombre presidente, que ya llevas un a?o y medio!¡±, fue su respuesta. Josep Antoni Duran i Lleida es el pol¨ªtico que se lo tom¨® m¨¢s en serio y Jordi Sevilla el ¨²nico ministro que ¡°se moj¨®¡± cuando estaba al frente de Administraciones P¨²blicas. Asegura que la ¡°reforma previa a todas las reformas¡± resulta de lo m¨¢s igualitario. ¡°Todos los espa?oles, del rey a usted o yo, tenemos exactamente el mismo tiempo: 84.600 segundos al d¨ªa¡±.