La fiscal¨ªa investiga el trato dado en tres colegios a ni?os transexuales

La Fiscal¨ªa Superior de Andaluc¨ªa ha abierto diligencias de investigaci¨®n contra tres colegios de M¨¢laga, dos concertados religiosos y uno p¨²blico, que han mostrado reticencias a atender la solicitud de los padres para que respeten la identidad de g¨¦nero de sus hijos. Los progenitores piden que los ni?os, transexuales de seis, ocho y nueve a?os, sean llamados en clase con el nombre del g¨¦nero con el que se identifican, que puedan vestir ropas o uniforme masculino o femenino (seg¨²n su identidad sexual) y elegir qu¨¦ aseo utilizan.

El caso ha llegado a la fiscal andaluza de violencia contra la mujer y la discriminaci¨®n sexual de g¨¦nero, Flor de Torres. La fiscal conf¨ªa en que el asunto se resuelva sin que tenga que interponer una denuncia. ¡°Si apreciamos que hay un delito de discriminaci¨®n mi obligaci¨®n es denunciar, pero antes intentamos mediar por si existe solo una falta de entendimiento¡±, se?ala Torres.

En efecto, dos de los tres centros en los que ha puesto el foco han comunicado a los padres en las ¨²ltimas horas que aceptan el cambio de tratamiento para sus hijos. Aunque uno de ellos, un centro p¨²blico en el que el ni?o de nueve a?os esperaba empezar una nueva etapa lejos de las burlas a las que fue sometido en su antiguo colegio, ha pedido a los padres que no lo lleven hasta el lunes. El tercer centro, un concertado de la Fundaci¨®n Diocesana de Ense?anza Santa Mar¨ªa de la Victoria de M¨¢laga, dependiente del obispado, sigue sin aceptar que la ni?a de seis a?os aparezca en las listas escolares con nombre femenino, pueda llevar falda, usar los ba?os de chicas y sea tratada como una ni?a en todas las actividades del centro.

¡°Mi hija me pregunta todos los d¨ªas: ¡®Mam¨¢, ?est¨¢ arreglado ya?¡±

La madre fue citada el martes en el colegio para reunirse con el orientador, al que la fundaci¨®n diocesana ha pedido un informe. La ni?a ya curs¨® primero de Primaria el a?o pasado en este centro, en el que estudi¨® su madre y al que tambi¨¦n acuden sus dos hermanos. La peque?a quer¨ªa que le llamaran con nombre femenino completo, pero se conform¨® con un diminutivo neutral. Peor llevaba que los profesores la consideraran un ni?o y no le permitieran vestir el uniforme femenino. A final de curso, la madre habl¨® con la direcci¨®n y le dieron el visto bueno a que, a la vuelta del verano, la peque?a fuera una ni?a m¨¢s en su clase. Pero a principios de septiembre, cuenta la mujer, le comunicaron que la fundaci¨®n exig¨ªa una orden judicial para aceptar este cambio y garantizar la protecci¨®n del menor.

¡°?Por qu¨¦ mi hija necesita una orden judicial y los dem¨¢s no?¡±, se queja la madre, que lamenta la ¡°falta de visibilidad¡± de los menores transexuales. ¡°Mi hija me pregunta todos los d¨ªas, ¡°mam¨¢, ?est¨¢ arreglado ya?¡±. Estaba ilusionada con poder por fin vestir falda, se ha comprado una diadema, una mochila rosa. Yo querr¨ªa que fuera m¨¢s discreta, pero es exacerbadamente femenina. Los psic¨®logos dicen que es una forma de reafirmar su identidad¡±, explica.

La Junta de Andaluc¨ªa conf¨ªa en que el conflicto se resuelva pronto. ¡°Queremos formar parte de la soluci¨®n del problema y contribuir a la defensa de los derechos y el bienestar de los ni?os y ni?as en los centros¡±, se?ala un portavoz de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n.

Normalmente, estos casos se resuelven con un acuerdo entre las familias y la direcci¨®n de los centros. Este a?o, 12 familias que buscaron la ayuda de la Asociaci¨®n de Transexuales de Andaluc¨ªa (ATA) presentaron en sus colegios una petici¨®n amparada por esta asociaci¨®n y firmada por los sindicatos CC OO, UGT, USTEA y la confederaci¨®n andaluza de asociaciones de padres y madres de alumnos y alumnas.

Las peticiones se presentaron en centros p¨²blicos y concertados de Sevilla, C¨¢diz, Huelva, C¨®rdoba, Almer¨ªa y M¨¢laga, pero solo los tres registrados en esta ¨²ltima provincia fueron rechazados. Los padres creen que las reticencias han venido por parte de la Inspecci¨®n educativa de M¨¢laga porque as¨ª se lo han comunicado las direcciones de algunos centros.

Los inspectores solo suelen actuar cuando no hay acuerdo entre los colegios y las familias. De lo contrario, asegura fuentes de la Junta, no intervienen. Tras la petici¨®n de informaci¨®n formulada por la fiscal¨ªa, la Inspecci¨®n andaluza envi¨® este mi¨¦rcoles un escrito en el que fija las pautas que los inspectores deben recomendar a los centros. La primera, adecuar la documentaci¨®n interna del colegio (las listas de clase, el bolet¨ªn de notas, el carn¨¦ de estudiantes) considerando el g¨¦nero con el que se siente identificado el alumno. Adem¨¢s, sugiere que el profesorado se dirija a ellos con el nombre que acuerden las familias y los menores; que cuando se hagan actividades en grupo se tenga en consideraci¨®n el g¨¦nero con el que el alumno se identifica; y que se reconozca o se acepte la posibilidad de vestir ropa o uniforme femenino o masculino, en funci¨®n de la identidad sexual.

Estas directrices coinciden con la petici¨®n de las 12 familias que han llevado su solicitud a los centros. Reclamaban tambi¨¦n que los menores pudieran usar los aseos de ni?os o ni?as o que, si lo piden, se les permita acceder a ¡°unas instalaciones adecuadas¡± para ¨¦l o ella, un asunto que consideran ¡°fundamental¡± y que en California acaba de ser regulado por ley.

Todo esto es lo que le han prometido a partir del lunes al ni?o de nueve a?os. Lleva sin ir a clase tres semanas. Empez¨® el curso feliz en su nuevo colegio, un centro p¨²blico de M¨¢laga. ¡°En el otro cole estaba siempre solito, sentado en un escal¨®n¡±, cuenta su madre. En el nuevo centro, en unas horas el menor ya ten¨ªa amigos y todos le llamaban por su nombre masculino. ¡°Estaba content¨ªsimo¡±, asegura la madre.

Pero cuatro d¨ªas despu¨¦s de empezar las clases, la directora, que hab¨ªa dado el visto bueno a la petici¨®n de la familia antes de matricular al peque?o, le comunic¨® que el inspector hab¨ªa vetado que se le tratara como un ni?o y le obligaba a llamarle por el nombre con el que le registraron al nacer. La familia, asesorada por psic¨®logos, opt¨® por no llevarle al colegio hasta que no hubiera una soluci¨®n para evitar que se sintiera de nuevo rechazado. La directora llam¨® ayer a la madre para decirle que el lunes el menor podr¨¢ volver a clase con su nombre masculino. ¡°Estoy deseando ir al colegio y mira que es raro que un ni?o diga eso¡±, dice el peque?o al otro lado del tel¨¦fono.

La Asociaci¨®n de Transexuales de Andaluc¨ªa ha amparado las peticiones de los padres y aboga por que los centros garanticen el libre desarrollo de la personalidad de los ni?os. De lo contrario, se?ala su presidenta, Mar Cambroll¨¦, estar¨¢n ¡°discrimin¨¢ndolos por su identidad de g¨¦nero y vulnerando sus derechos¡±. ATA ha enviado a la Junta una propuesta para consensuar el tratamiento que deben recibir en el colegio los ni?os transexuales.