La nueva batalla por el matrimonio igualitario en Colombia
El Procurador general se ha convertido en un obst¨¢culo para que las parejas del mismo sexo puedan casarse
Adriana Gonz¨¢lez contesta el tel¨¦fono de su casa en Bogot¨¢. No han pasado 24 horas desde que una juez la cas¨® con Marcela Rojas, su pareja hace ocho a?os. Est¨¢ cansada, dice. Pero no es solo por la fiesta con la que su familia y amigos celebraron el cuarto matrimonio igualitario en Colombia, sino porque tuvo una dura semana por cuenta de los obst¨¢culos a los que se han venido enfrentando las parejas del mismo sexo desde el pasado 20 de junio, cuando la Corte Constitucional las autoriz¨® a legalizar sus uniones ante notarios y jueces.
En cinco d¨ªas, Adriana y Marcela pasaron de la felicidad, a la tristeza y a la incertidumbre, lo que muestra el dif¨ªcil camino que se recorre en Colombia por la igualdad de los derechos de las parejas gais. El lunes pasado las llamaron para notificarles que su matrimonio se realizar¨ªa el viernes y todo fue felicidad. El martes empezaron los preparativos. Pero el mi¨¦rcoles se conoci¨® un fallo que anul¨® el primer matrimonio gay que se registr¨® en Colombia el 20 de septiembre. ¡°Pusimos el freno a las 11 de la noche, nos pregunt¨¢bamos qu¨¦ iba a pasar con nuestro matrimonio. Marcela entr¨® en crisis, lloramos y pensamos en cancelar todo¡±, cuenta Adriana.
Tambi¨¦n se enteraron de que la Procuradur¨ªa General estaba buscando impedir que se hiciera la boda. ¡°Le dije a Marcela: si nos casamos bien y si no, hagamos la fiesta con nuestras familias. Ya no la ¨ªbamos a cancelar¡±. El jueves aumentaron las dudas y el viernes, justo antes de que empezar la ceremonia, Adriana y Marcela firmaron la notificaci¨®n de una acci¨®n de tutela ¨Cmecanismo que existe en Colombia para que los ciudadanos puedan defender sus derechos ¨C que en este caso fue interpuesta por la Procuradur¨ªa, buscando que su boda pierda validez. ¡°Luego s¨ª pasamos a nuestro matrimonio¡±, cuenta esta activista de 43 a?os con aire triunfal.
Que estas dos mujeres se pudieran casar justo cuando se anul¨® el primer matrimonio gay y que la juez haya utilizado la palabra ¡®matrimonio¡¯ es una victoria para la comunidad LBGTI en Colombia.
Desde que arranc¨® la hora cero para que las parejas del mismo sexo pudieran legalizar sus uniones en notar¨ªas y juzgados, todo ha sido una suma de tropiezos. Su principal protagonista ha sido el Procurador General, Alejandro Ord¨®?ez, un hombre que fiel a sus creencias cat¨®licas primero emprendi¨® una cruzada contra la despenalizaci¨®n del aborto y ahora contra las uniones gais. Esta es la persona que en Colombia dirige la entidad que tiene entre sus principales funciones proteger los derechos humanos y hacer cumplir las decisiones judiciales. De ah¨ª que lo hayan calificado como oscurantista, fundamentalista y hasta inquisidor. Seg¨²n Ord¨®?ez, casar a dos personas del mismo sexo es inconstitucional, ya que para la ley colombiana el matrimonio es entre un hombre y una mujer.
Es precisamente por la falta de una ley que reglamente estas uniones en Colombia que las parejas del mismo sexo pueden acudir a notarios y jueces. Pero no van a las notar¨ªas porque all¨ª se niegan a considerar su uni¨®n como un matrimonio y lo llaman ¡°v¨ªnculo contractual solemne¡±. A esto se suma la amenaza de Ord¨®?ez de sancionar disciplinariamente a los notarios que celebren estas uniones.
As¨ª las cosas, la ¨²nica opci¨®n que les queda a los gais es acudir a los jueces civiles que son aut¨®nomos para decidir si los casan. Sin embargo, de nuevo la Procuradur¨ªa ha intentado interponerse. Entre otras estrategias, expidi¨® una circular en la que ordena a sus delegados regionales intervenir tan pronto se sepa de la solicitud de un matrimonio.
Mauricio Albarrac¨ªn, abogado y activista de Colombia Diversa, la ONG m¨¢s visible en Colombia que trabaja a favor de los derechos de la comunidad LGBTI, le cont¨® a EL PA?S que desde el 20 de junio ¡°en todas las solicitudes de bodas, la Procuradur¨ªa ha interpuesto recursos judiciales pidiendo a los jueces que no las admitan¡±. Ante esta situaci¨®n, la parlamentaria ?ngela Robledo denunci¨® la semana pasada a un funcionario de la Procuradur¨ªa por ¡°abuso de autoridad y un acto de profunda discriminaci¨®n¡±.
Adriana y Marcela fueron de las primeras parejas que solicitaron ante un juzgado el matrimonio civil. Lo hicieron junto a Elizabeth Castillo y Claudia Zea y Carlos Rivera y Gonzalo Ruiz. Estos ¨²ltimos fueron los primeros en recibir el llamado. Sin embargo, la juez que los cas¨® decidi¨® hacer un contrato al que no llam¨® matrimonio pero s¨ª los declar¨® ¡°civilmente casados¡±. En su caso, la Procuradur¨ªa intent¨®, en tres ocasiones, que su boda se anulara sin ¨¦xito.
Luego de esta primera uni¨®n, el 20 de septiembre, sin mucho ruido en los medios de comunicaci¨®n, dos vendedores ambulantes que llevan conviviendo m¨¢s de 25 a?os llegaron a un juzgado de Bogot¨¢ para casarse. Contrario a lo que hab¨ªa sucedido con Carlos y Gonzalo, esta vez s¨ª se utiliz¨® la palabra matrimonio. Pero de nuevo un procurador apareci¨® y tras interponer una tutela, logr¨® que un juez anulara la uni¨®n, una decisi¨®n que ser¨¢ apelada por los abogados de la comunidad LBTBI. ¡°La Procuradur¨ªa est¨¢ usando todo su poder econ¨®mico, pol¨ªtico e institucional, para oponerse y perseguir a las parejas del mismo sexo que quieren casarse. Cada matrimonio se ha vuelto una lucha particular¡±, agrega Albarrac¨ªn.
Hasta ahora se conocen cuatro matrimonios de parejas de mismo sexo, pero se han celebrado m¨¢s. Colombia Diversa no revela mayores detalles porque teme que, al conocerse, aparezca la Procuradur¨ªa para buscar anularlos. La ONG tambi¨¦n ha aclarado que a pesar de la anulaci¨®n del primer matrimonio gay, todos los dem¨¢s siguen vigentes.
¡°Nosotras estamos felices. Seguramente lo anulen o hagan todo lo posible. Pero el tema es hacer esto como un s¨ªmbolo de igualdad y libertad¡±, dice Adriana y agrega que no se arrepiente de haber hecho p¨²blico su matrimonio porque es una manera de decirles a otras parejas que no tengan miedo a intentar casarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.