El obispo que puso a prueba al Papa
Francisco debe enfrentarse a la ostentaci¨®n y las mentiras del prelado de Limburgo
Una valla met¨¢lica bien proporcionada permite asomarse al patio de la sede obispal de Limburgo, pero un grupo de curiosos lamentaba el jueves que ni de puntillas se atisbara ¡°la ba?era de 15.000 euros¡± que se hizo instalar el obispo en la multimillonaria reforma de su residencia. Tras las risas, Klaus Weisbrod y Erich Keller explican bajo la lluvia fina la gravedad de sus bromas: ambos rectores de escuelas superiores estatales son cat¨®licos de la di¨®cesis de Limburgo y ambos han estado ¡°pensando seriamente en apostatar¡± por el esc¨¢ndalo que puso al obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst en la picota p¨²blica y en el punto de mira de la Fiscal¨ªa. Cerrado a cal y canto, el elegante producto de tres a?os de costosas obras encargadas por Tebartz-van Elst atrae miradas y sarcasmos, a la espera de que el Papa Francisco resuelva el destino de un prelado que pone en entredicho la ¡°Iglesia pobre para los pobres¡± a la que dice aspirar el Pont¨ªfice, guiada por ¡°pastores con olor a oveja en medio de su reba?o¡±.
M¨¢s que ovejas, Tebartz-van Elst criaba valiosas carpas japonesas en los estanques de su casa. Para el olor tiene la ba?era de 15.000 euros en la zona privada del recinto, situado frente a la catedral de Limburgo sobre el cerro que corona la ciudad medieval. El obispo dijo al principio que la obra costar¨ªa 2,5 millones de euros; hace dos semanas admiti¨® que ser¨¢n m¨¢s de 30, pero se cree que superar¨¢ los 40. Adem¨¢s del despilfarro, sobre el prelado pesa la acusaci¨®n de mentir a la Iglesia y a los fieles en varias ocasiones. En dos de ellas, tambi¨¦n al juez. Acus¨® a unos periodistas de difamarle y neg¨®, bajo juramento, haber admitido un vuelo pastoral a India en clase business. La Fiscal¨ªa de Hamburgo ha presentado cargos por perjurio, porque hay una grabaci¨®n donde lo reconoce. El prelado que quiso dejar una huella indeleble en la arquitectura de Limburgo est¨¢ a punto de convertirse en el primer obispo con una condena penal en Alemania.
Los fieles lo lamentan. Tras dejar a su madre octogenaria rezando el rosario en la iglesia de Santa Ana, Annette Bausch deploraba el jueves que ¡°nadie deje de dar patadas al obispo, que ya es un hombre ca¨ªdo¡±. La cat¨®lica practicante de 44 a?os explica que estuvo ¡°entre los defensores ac¨¦rrimos¡± del prelado, en quien confi¨® hasta hace muy poco. A la pregunta de si desea su regreso al cargo, Bausch se pregunta a su vez ¡°c¨®mo vamos a celebrar la navidad con ¨¦l¡±. Mientras, Tebartz-van Elst lleva una semana desaparecido, al parecer refugiado en Roma en espera de la decisi¨®n papal sobre su destino.
En el registro de la ciudad, el funcionario R¨¹diger Eschhofen, que tramita las apostas¨ªas, apunta en un cuaderno el n¨²mero de cat¨®licos a los que viene atendiendo desde hace dos semanas: ¡°Nunca vi nada igual¡±, explicaba el viernes. La v¨ªspera, 34 vecinos de Limburgo renunciaron a la fe cat¨®lica y, con ello, a contribuir con el 9% de su IRPF a que la Iglesia alemana sea una de las m¨¢s ricas del mundo, con un patrimonio de 400.000 millones de euros y unos ingresos de 5.200 millones en impuestos en 2012.
Los tejados de pizarra que rematan las abombadas fachadas de entramado dan al casco viejo aires rom¨¢nticos. Arriba, en una especie de r¨¦plica a la fortaleza plomiza que domina Limburgo y el r¨ªo Lahn tras la catedral, despunta la capilla privada de Tebartz-van Elst en medio de su complejo residencial. Estiliza los tejados de dos aguas sin romper el perfil de la ciudad. Dieter Bartetzko, cr¨ªtico de arquitectura del Frankfurter Allgemeine Zeitung, cree que el conjunto ¡°es de una calidad destacable¡±, pr¨®xima a otras obras que mezclan estructuras actuales con componentes ruinosos, como el Museo Kolumba de Colonia.
Tebartz-van Elst empez¨® con mal pie en Limburgo. Cuando lo nombraron en 2008 era el obispo m¨¢s joven de Alemania, pero sus costumbres chocaron con las de su predecesor, Franz Kamphaus, que viv¨ªa en un peque?o apartamento en el seminario local, llevaba una cruz de madera como los franciscanos y sol¨ªa conducir su propio coche. La gran cortes¨ªa de Tebartz-van Elst resulta distante y casi afectada. Controla sobremanera sus propios gestos y su presencia f¨ªsica, marcada por un rostro casi lampi?o que le hace aparentar menos de sus 53 a?os. Tiende al boato y su participaci¨®n en actos lit¨²rgicos es m¨¢s temida que anhelada porque complica los preparativos.
Tebartz-van Elst criaba valiosas carpas japonesas en los estanques de su casa, donde ten¨ªa una ba?era de 15.000 euros
Es conservador en lo pol¨ªtico y en lo teol¨®gico. Se signific¨® como cr¨ªtico del entonces presidente federal, el democristiano cat¨®lico Christian Wulff, cuando este dijo, en 2010, que ¡°el Islam es parte de Alemania¡±. Como Wulff, acusado de cohecho hace dos a?os, el esc¨¢ndalo de su casa ha hecho de Tebartz-van Elst pasto de cr¨ªticas despiadadas. Pero su lista de pol¨¦micas locales empez¨® antes. El te¨®logo Patrick Dehm, que hace unos meses perdi¨® su trabajo al frente de una instituci¨®n cat¨®lica de Fr¨¢ncfort tras criticar al obispo, explica en su casa de Limburgo que el prelado ¡°no tiene capacidad de discusi¨®n¡±. Se comport¨®, dice, como un ¡°pr¨ªncipe absolutista¡±.
El portavoz episcopal Martin Wind denuncia ¡°ataques muy duros¡± y ¡°rumores grotescos¡± contra su jefe. Vestido de traje gris y corbata con alfiler, Wind describe ante un caf¨¦ con leche la ¡°hostilidad¡± de los medios. Algunos sugieren una lucha de poder tras la abdicaci¨®n de Benedicto XVI. Tebartz-van Elst est¨¢ en su ¨¢mbito ideol¨®gico, pero Dehm apunta que el obispo ¡°dej¨® a la izquierda a los conservadores de la Iglesia local¡±. El obispo apenas ha encontrado defensores, m¨¢s all¨¢ de los que piden compasi¨®n cristiana o reclaman, como el camionero Peter Schleyer, ¡°que termine ya tanta historia¡±.
La cuesti¨®n es qui¨¦n conoc¨ªa los gastos de Limburgo. ?Pudo sustraerse el obispo de los controles vaticanos para despilfarrar el tesoro episcopal, de unos 100 millones de euros? Parece improbable. ?Cometi¨® irregularidades para obtener liquidez? Muchos en Limburgo creen que s¨ª. Una comisi¨®n de la Iglesia empez¨® el viernes las investigaciones internas, mientras los fiscales estudian si se vulner¨® la ley. La ¨²ltima palabra ser¨¢ del Papa Francisco, del que millones de cat¨®licos quieren saber si su exhortaci¨®n a la pobreza eclesial traer¨¢ consigo otras novedades que zapatos de suela de goma y papam¨®viles cuatrolatas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.