No respetan ni Erasmus
Formar ciudadanos para una Europa unida es el reto de nuestro tiempo.
Nunca un nombre ha sido tan acertado. El programa europeo que ha impulsado la movilidad de los estudiantes universitarios recuerda a Erasmo de Rotterdam. Erasmo, el renacentista, el universitario de Par¨ªs, el pensador libre, el profesor de ideas independientes. Viajero por Inglaterra e Italia, en cuyas mejores universidades imparti¨® sabidur¨ªa y rechaz¨® con firmeza el autoritarismo. Viajero, curioso, enemigo de la rutina. Acaso estas cualidades debieran marcar las expectativas de los estudiantes Erasmus durante los ¨²ltimos tiempos. Tambi¨¦n pudo llamarse Voltaire.
El italiano Cavour proclamaba, a mediados del siglo XIX, sus aspiraciones de unificaci¨®n de su patria mediante la afirmaci¨®n: ¡°Hemos hecho Italia, ahora debemos hacer los italianos¡±. Tal deseo puede trasladarse a la construcci¨®n de una ciudadan¨ªa europea, real, apenas esbozada en los tratados de Niza y de Maastricht.
Formar ciudadanos para una Europa unida es el reto de nuestro tiempo. M¨¢s hoy que nunca, ahora que las debilidades aquejan el esp¨ªritu europe¨ªsta, en el que se funda la Uni¨®n Europea. Ahora que las dudas asaltan Europa ¡ªcuando es ella nuestra ¨²nica certeza¡ª, ahora que su pervivencia futura depender¨¢ de c¨®mo se formen sus j¨®venes, ahora Wert y los suyos quieren regatearle unas pocas ¡°migajas¡±. No les bastaba con recortar las becas, ni con aumentar desproporcionadamente las tasas, el da?o tambi¨¦n alcanzar¨¢ a los que no se conformen con ser solo j¨®venes universitarios sino que aspiren a ser universitarios europeos, conocedores de otros horizontes de nuestra patria com¨²n que es Europa. Son insaciables.
Las vivencias que comparten con j¨®venes de otras culturas europeas no tienen precio. Nunca unos escasos euros pudieron hacer tanto bien a tantos j¨®venes. El internacionalismo llevado a la pr¨¢ctica y los valores educativos compartidos tampoco tienen precio. Algunos que entienden m¨¢s de la bolsa que de la vida descalifican la experiencia educativa que da Erasmus, y acusan a los j¨®venes de que solo se interesan por la juerga. ?Es qu¨¦ los j¨®venes no tienen todo el derecho del mundo a divertirse? Qui¨¦nes desconf¨ªan de ellos, y no valoran estas vivencias internacionales, merecen que se les recuerde aquello que dec¨ªa Machado de que ¡°desprecian cuanto ignoran¡±.
Francisco Michavila es catedr¨¢tico de Matem¨¢tica Aplicada y director de la C¨¢tedra UNESCO de Gesti¨®n y Pol¨ªtica Universitaria de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.
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