Buscando un guardi¨¢n para la nube
Para el ciudadano, el problema no es tanto qui¨¦n le esp¨ªa sino a qui¨¦n cede datos voluntariamente Hay muchas dudas sobre qui¨¦n y c¨®mo debe gestionar nuestra informaci¨®n privada
Esp¨ªas los ha habido siempre, y cajas fuertes en casa, tambi¨¦n; lo novedoso es confiar todos nuestros datos, nuestras claves, nuestras fotos y las de amigos y familiares a alguien que no conocemos ni sabemos d¨®nde est¨¢. Es la nube, el cloud computing, un ente como de Star Trek, pero que no es tan an¨®nimo ni tan inmaculado como se cre¨ªa. Alguien tiene acceso a todos esos contenidos, y no es, precisamente, su propietario.
El espionaje masivo e internacional de la agencia norteamericana NSA ha sacado a la luz la inseguridad de las comunicaciones de los ciudadanos ¡ªentre ellos, algunos destacados gobernantes¡ª, pero tambi¨¦n la inseguridad de las grandes empresas de Internet, de Microsoft a Google, de las redes sociales, como Facebook o Twitter, y de sitios comerciales, como Amazon o Apple Store.
¡°Hace 27 a?os us¨¢bamos otras redes. En Espa?a, RedIris. En 1994 la web comenz¨® a llegar a empresas y particulares. Fue entonces cuando percibimos que Internet no ten¨ªa fronteras¡±, rememora V¨ªctor Castelo, responsable de Comunicaciones y Seguridad de la Secretar¨ªa General Adjunta de Inform¨¢tica del CSIC.
Castelo, con Juan Antonio Orgaz, Andreu Ve¨¤ y David Hern¨¢ndez, particip¨® el martes en Madrid en el V Foro de Industrias Culturales organizado por la Fundaci¨®n Santillana y la Fundaci¨®n Alternativas, en un debate dedicado a Cloud computing, ?Apocal¨ªpticos o integrados digitales?
En cuatro a?os se multiplicar¨¢ por 10 el almacenamiento en Internet
¡°La nube es todo, pero hay niveles¡±, dice Castelo. ¡°Hay que intentar que las plataformas donde se desarrollan las aplicaciones, como Gmail o Skype, sean lo m¨¢s abiertas e interoperables posible, que funcionen en diferentes aparatos y evitar que se conviertan en monopolios¡±. A diferencia de otros productos de los mercados f¨ªsicos, los negocios de Internet, quiz¨¢s por el car¨¢cter misterioso que da la intangibilidad, cuando triunfan tienden a convertirse en monopolios. ¡°Hay que intentar que (estos productos y servicios) se abran, que haya alternativas, que no seamos esclavos de los servicios de ¨¦xito¡±, pide Castelo.
Seg¨²n el estudio de Cisco sobre Tr¨¢fico en la Nube 2012-17, en ese tiempo las personas multiplicar¨¢n por 10 el almacenamiento en la nube de su m¨²sica, fotos o v¨ªdeos, impulsadas por la proliferaci¨®n de los aparatos m¨®viles y la facilidad y el bajo precio del almac¨¦n.
El tr¨¢fico en la nube es una explosi¨®n, con crecimientos anuales del 35%. En cuatro a?os ser¨¢ casi cinco veces mayor que el actual, seg¨²n las proyecciones de Cisco, empresa dedicada a las infraestructuras de Internet. El tr¨¢fico en la nube ser¨¢ ya dos tercios del total de Internet en 2017, y afectar¨¢ tanto al consumo individual (crecimientos anuales del 36%) como a las empresas (crecimientos del 31%).
¡°La nube abarca un gran n¨²mero de servicios, desde el correo de Gmail a un servidor deslocalizado en cualquier lugar del mundo¡±, explica Juan Antonio Orgaz, asesor jur¨ªdico de Canal +. ¡°La nube es el acceso a cualquier servicio digital de manera flexible, con recursos compartidos, de r¨¢pida elasticidad y demanda ajustable. Se puede alquilar o subcontratar¡±.
¡°Gmail es una nube abierta¡±, explica Orgaz. ¡°Si hay un ciberataque no discrimina. Si hay un cuello de botella, tampoco. Es un servicio cuyos t¨¦rminos no se leen casi nunca, pero se le est¨¢ dando permiso para leer el contenido a cambio de incluir publicidad¡±.
Gartner prev¨¦ que la Administraci¨®n externalice cada vez m¨¢s estos servicios
La r¨¢pida adopci¨®n del tr¨¢fico en la nube se debe al poder de sus promotores (de Amazon a Microsoft), a la adopci¨®n y migraci¨®n de las arquitecturas inform¨¢ticas y a la capacidad de los centros de datos en la nube para manejar cargas de tr¨¢fico significativamente mayores. Centros de datos en la nube apoyan el aumento de virtualizaci¨®n, estandarizaci¨®n y automatizaci¨®n. Estos factores conducen a una mayor eficiencia.
¡°En investigaci¨®n se va hacia las nubes federadas; es un modelo h¨ªbrido pero con cifrado¡±, explica Castelo, del CSIC. ¡°Si alguien te quiere fastidiar, en la nube, hay riesgo. As¨ª que siempre hay que tener la documentaci¨®n en al menos dos sitios¡±.
La consultora Gartner tambi¨¦n prev¨¦ que esa doble caracter¨ªstica de la nube ¡ªsu facilidad de acceso, pero, a la vez, la complejidad del sistema¡ª abone una r¨¢pida externalizaci¨®n del servicio de las Administraciones o servicios p¨²blicos a servidores ajenos en detrimento de los propios. Y por tal no se entiende el ¨¢lbum de boda, sino tu historial cl¨ªnico. La nube es el ¨²ltimo eslab¨®n para el an¨¢lisis de datos, el big data.
¡°El genuino poseedor de la llave tendr¨ªa que ser p¨²blico¡±, aboga David Hern¨¢ndez Montesinos, consultor de desarrollo cultural y comunicaci¨®n. ¡°No todo el mundo se puede permitir una nube personal, pero deber¨ªa ser la l¨ªnea a seguir. Pronto habr¨¢ servicios asequibles que ofrezcan cierta seguridad¡±.
Directivos de Microsoft, Facebook y Google negaron con su m¨¢xima rotundidad haber colaborado con labores de espionaje ante una esc¨¦ptica Euroc¨¢mara. Juraron una y otra vez que ellos no dejan espiar a los Gobiernos para acceder a datos personales de sus clientes a trav¨¦s de sus servidores por la puerta de atr¨¢s.
Las empresas tecnol¨®gicas reclaman m¨¢s transparencia a las Administraciones para poder publicar las peticiones de datos personales, pues se sienten tan v¨ªctimas como sus propios clientes. No se enteran cuando les esp¨ªan, como han demostrado las revelaciones de Snowden.
Hern¨¢ndez: ¡°El genuino poseedor de la llave tendr¨ªa que ser p¨²blico¡±
¡°No hay puerta de atr¨¢s. Punto final¡±, asegur¨® la vicepresidenta de Microsoft responsable de Asuntos Legales y Corporativos para Europa, Dorothee Belz, durante su comparecencia ante la Comisi¨®n de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos del Interior de la Euroc¨¢mara.
En los ¨²ltimos seis meses, Microsoft recibi¨® entre 6.000 y 7.000 ¨®rdenes y citaciones de las autoridades estadounidenses para recabar datos de sus clientes, seg¨²n Belz. En el primer semestre de 2013 han rechazado 911 solicitudes por falta de base jur¨ªdica. ¡°En casi el 20% de las solicitudes no entregamos nada¡±, asegur¨®.
No menos firme fue su colega de Google, Nicklas Lundblad: ¡°No damos acceso ni directo ni indirecto ni sin control. Solo hay requisitos legales de Gobiernos que son examinados y escrutados caso por caso¡±, recalc¨® el ejecutivo de Google antes de pronunciar un casi pat¨¦tico: ¡°Os estamos diciendo la verdad¡±.
Cada seis meses Google, Apple y Microsoft publican su llamado Informe de Transparencia, donde dan cuenta de las solicitudes que les hacen jueces y polic¨ªas sobre datos de usuarios. Sin embargo, est¨¢n obligados a callar, por imperativo de la Ley Patriot, si hay solicitudes de los servicios de inteligencia de EE UU. As¨ª que la transparencia es relativa.
En la misma Euroc¨¢mara, Richard Allan, de Facebook, record¨® que solo el 1% de los due?os de cuentas fueron objeto de ¡°alg¨²n tipo de requerimientos por los Gobiernos¡± el a?o pasado.
Castedo, del CSIC: ¡°En investigaci¨®n se va hacia las nubes federadas¡±
Estas empresas encabezan una petici¨®n al Congreso de los Estados Unidos para que haya un control parlamentario de las solicitudes de las agencias de inteligencia y para que solo se puedan requerir ¡°en base a una autorizaci¨®n judicial¡±.
No mienten como bellacos, simplemente son tan v¨ªctimas del espionaje como cualquiera. Gracias a Snowden se ha sabido que la NSA les cog¨ªa datos sin que ellas se enterasen; pero eso no sirve de consuelo, sino que a¨²n preocupa m¨¢s a unos ciudadanos que han confiado claves y recuerdos o la declaraci¨®n de la renta a las nubes de Google, Apple o Microsoft.
Jimmy Wales, promotor de Wikipedia, la enciclopedia creada por los internautas, ve las peligrosas consecuencias derivadas del espionaje masivo, global y hasta compulsivo. ¡°La gente va a tener miedo de poner los datos en empresas de Estados Unidos, pero tambi¨¦n es devastadora para el tipo de trabajo que hago¡±, ha declarado recientemente. ¡°Si usted es BMW, probablemente no va a confiar m¨¢s en colocar sus datos en los EE UU¡±.
Y, una vez m¨¢s, Estados Unidos se quedar¨¢ sin argumentos para exigir a otros respeto a las libertades civiles. ¡°Dan a los chinos excusas para ser tan malos como lo han sido ellos... Es realmente vergonzoso¡±, explicaba la semana pasada, en Noruega, un consternado Wales. ¡°Es un problema enorme, un enorme peligro¡±.
Microsoft ante la Euroc¨¢mara: ¡°No hay puerta de atr¨¢s. Punto final¡±
La alarma de Wales es la de mucha gente y, sobre todo, de algunos gobernantes, que pueden hacer algo por evitar ser espiados. Es el caso de India, Rusia y, principalmente, Brasil, que en estos d¨ªas tramita la Ley del Marco Civil de Internet.
No se trata de vigilar a los malos, sino de descubrir negocios, inventos, acuerdos, y copiarlos o torpedearlos. M¨¢s espionaje industrial que criminal, de lo contrario no se entender¨ªa el espionaje de las comunicaciones de la alemana Angela Merkel o de la presidenta de Brasil.
Dilma Rousseff, adem¨¢s de reaccionar con desplante al mismo Obama, promueve la nube local, el almacenamiento en servidores nacionales de todos los datos de ciudadanos brasile?os, est¨¦n en empresas locales o internacionales, es decir, Google, Apple, Microsoft, Amazon, Facebook, Twitter¡
La propuesta tiene que ser aprobada en el Parlamento brasile?o, aunque ya se han levantado voces en contra, advirtiendo del gasto ¡°inasumible¡± que les supondr¨ªa a las multinacionales de Internet. Pero Brasil ¡ªo India o Rusia o China, que promueven iniciativas similares¡ª es tan fuerte que deber¨¢n adaptarse a la legislaci¨®n, como lo ha hecho Microsoft en China (aunque no Google, que prefiri¨® llevar las oficinas a Hong Kong) o BlackBerry en India. Brasil es, tras Estados Unidos, el segundo pa¨ªs por n¨²mero de abonados a Facebook y a Twitter.
Wales: ¡°La gente va a tener miedo de poner los datos en empresas de EE UU¡±
Glenn Greenwald, el periodista que public¨® las revelaciones de Snowden, reside ahora en ese pa¨ªs y no le sorprende la reacci¨®n de la presidenta ante las actividades de la NSA: ¡°Creo que muchos pa¨ªses comenzar¨¢n a tomar medidas para no ser tan dependientes de la infraestructura norteamericana¡±, en una entrevista a The Guardian, donde trabaj¨® hasta hace un mes.
¡°La Administraci¨®n tambi¨¦n tiene su responsabilidad¡±, apuntaba Orgaz en el debate Apocal¨ªpticos o integrados digitales. ¡°?Por qu¨¦ Europa no puede competir con servicios como los que se tienen en EE UU? Al menos, que sirvan para garantizar servicios a empresas. No puede ser que no seamos capaces de reaccionar ante el espionaje gubernamental. Hay que ejercer la ciudadan¨ªa¡±.
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