¡°Un buen cient¨ªfico ha de innovar. Igual que en el flamenco¡±

A mediados de septiembre, mientras paseaba en M¨¢laga por los alrededores del hospital Carlos Haya, la investigadora Francisca Rodr¨ªguez Pacheco ¡ª¡°ll¨¢mame Paqui, por favor¡±¡ª se encontr¨® con un papel tirado en el suelo. Anunciaba la vig¨¦sima edici¨®n del Concurso Nacional de Arte Flamenco de C¨®rdoba. En ese momento, la espina dorsal de esta doctora en Biolog¨ªa Molecular por la Universidad de C¨®rdoba, cosquille¨®. Experta en Endocrinolog¨ªa, est¨¢ contratada por el programa Sara Borrell del Instituto de Salud Carlos III en el hospital malague?o, pero en aquel instante sonri¨® y surgi¨® La Morena. Era hora de cambiar la bata de laboratorio por la de cola, se dijo.

La doctora Francisca es Paqui. Y Paqui es tambi¨¦n La Morena, aspirante a cantaora flamenca. ¡°Me pusieron La Morena porque una vez sal¨ª a cantar y el p¨²blico dec¨ªa: ¡®Que repita la morena¡±. ¡°?Por qu¨¦ no puedo ser las dos cosas a la vez, cient¨ªfica y cantaora? No podr¨ªa estar sin una cosa ni sin la otra. Me gusta la mezcla¡±, insiste.

Cuando Paqui (Izn¨¢jar, C¨®rdoba, 1976) se hace una pregunta no es de las que le da muchas vueltas a la respuesta. Y aqu¨ª est¨¢, en un camerino del Gran Teatro de C¨®rdoba. A punto de cantar ante el jurado en la primera fase del Concurso Nacional. Vestido rojo corto ¡ª¡°me lo he puesto porque sab¨ªa que nadie m¨¢s lo iba a llevar¡±¡ª, pelo negro recogido en un mo?o y un rabillo bien marcado en cada uno de los ojos. ¡°Siempre voy as¨ª. Con mi mo?o y as¨ª pintada. Cuando salgo a cantar y en el laboratorio¡±, afirma sonriendo.

¡°Yo ya no aguantaba m¨¢s no poder cantar¡±, reflexiona mientras l¨ªa un cigarrillo. ¡°El jurado son tres personas. Que les gusto, pues bien; que no les gusto, pues encantada de conocerlos¡±, afirma decidida. ¡°Esto es igual que cuando escribes un proyecto cient¨ªfico y lo eval¨²a una persona: si le gusta la corriente que t¨² has seguido con el proyecto, le dar¨¢ el visto bueno. Y si no, pues esperas a otro a?o a que haya otro evaluador que s¨ª le guste¡±.

Paqui es, seguramente, una de las pocas personas que puede ver n¨ªtidamente las vinculaciones entre el flamenco y la ciencia. ¡°Para ser buen cient¨ªfico tienes que cavilar, pensar, innovar, ser mejor que otro; tener la idea antes que los dem¨¢s. Y en el flamenco es lo mismo. Aunque te vayas un poquito en el tono, a la gente le gusta que t¨² est¨¦s viva ah¨ª en lo alto del escenario. Y en la ciencia lo que a la gente le gusta es que digas algo revelador, puntual y maravilloso¡±.

Al igual que su talento para la ciencia, la inquietud por el flamenco le naci¨® de manera natural. ¡°Mis padres siempre han trabajado en el campo y no escuchaban m¨²sica, ni flamenco ni nada. Pero yo, desde chica, les cantaba¡±. Algo parecido les espera a sus compa?eros del laboratorio sueco donde va a terminar su contrato del Carlos III. Pero antes, entre cante y cante, seguir¨¢ con su estudio sobre la hormona del crecimiento en el Carlos Haya. ¡°Ma?ana a las nueve tengo citado a un paciente¡±, recuerda mientras se despide rumbo al escenario.

A La Morena le espera un jurado compuesto por tres gigantes del flamenco: Manuel Moreno El Pele, Antonio Fern¨¢ndez Fosforito y Mayte Mart¨ªn. ¡°Aqu¨ª hay un nivelazo... Me pidieron mi curr¨ªculum art¨ªstico, pero qu¨¦ iba a poner si soy cient¨ªfica. Pero cuando present¨¦ mi inscripci¨®n les dije que amaba el flamenco. Y por eso me han llamado¡±. La Morena no pas¨® a la final, pero promete ¡°seguir cantando¡±.