64.000 alumnos en barracones
El n¨²mero de escolares que estudian en aulas prefabricadas crece con los recortes. La soluci¨®n coyuntural se prolonga varios a?os en muchos casos
La crisis aprieta y, aunque a principios de la legislatura, los dirigentes proclamaban el fin de los barracones escolares, estas aulas prefabricadas siguen en pie y llenas de ni?os. M¨¢s de 64.000 alumnos estudian este curso en m¨®dulos provisionales, seg¨²n un recuento realizado por este peri¨®dico tras recabar datos de todas las comunidades aut¨®nomas, salvo Castilla-La Mancha, que se ha negado a facilitar esa informaci¨®n. El esfuerzo de algunas regiones por acabar con la precariedad de estas instalaciones ¡ªMadrid, Arag¨®n y Baleares, entre ellas¡ª no ha logrado compensar el efecto de los recortes. Para muestra, este dato: el curso 2009/2010 arranc¨® con 61.400 alumnos en barracones, seg¨²n FETE-UGT.
Al Defensor del Pueblo llegan muchas quejas de padres por las malas condiciones en las que estudian sus hijos. Por eso intervino de oficio ante las autoridades competentes en 2010 y en 2011, y ha vuelto a poner el problema sobre la mesa en su ¨²ltimo informe, a la vista de que la situaci¨®n va a m¨¢s. ¡°El proceso de sustituci¨®n de las aulas previsto se ha visto ralentizado por los recortes experimentados por las inversiones en el ¨¢mbito educativo¡±, se?ala Soledad Becerril en su escrito. Por ello reclama a las Administraciones que anticipen de forma m¨¢s precisa el volumen y ubicaci¨®n de la demanda de plazas escolares.
Las aulas prefabricadas se clausuran en una localidad y brotan en otra, al ritmo del crecimiento de nuevos barrios en las periferias de las ciudades. En algunos casos, las Administraciones prefieren edificaciones eventuales porque los estudios demogr¨¢ficos indican que el aluvi¨®n estudiantil es coyuntural y las clases se quedar¨ªan vac¨ªas en poco tiempo. Lo saben bien en el colegio Luis Solana de M¨¦ntrida, una localidad toledana lim¨ªtrofe a Madrid. Muchas parejas j¨®venes se han instalado all¨ª huyendo de los precios de la capital y el colegio es incapaz de asumir tanto alumno. De sus 660 estudiantes, un tercio, de infantil y primaria, est¨¢n en m¨®dulos. ¡°Se supone que era una soluci¨®n pasajera para tres o cuatro a?os y llevamos 10¡±, denuncia Miguel ?ngel Mu?oz, presidente de la asociaci¨®n de padres. Est¨¢n contentos con su programa biling¨¹e, con el profesorado y con los medios inform¨¢ticos, pero echan de menos lo m¨¢s b¨¢sico: un edificio con cimientos. ¡°En invierno no pasan fr¨ªo con la bomba de calor, pero en verano, pese al aire acondicionado, se cuecen. El barrac¨®n tiene techo de hojalata¡±, cuenta el presidente.
"Yo solo he estado un a?o en barracones y asocio la experiencia a una sensaci¨®n de minusvaloraci¨®n tanto del alumnado del profesorado" comenta Pau D¨ªaz, un profesor afiliado a CC OO. "Si recib¨ªas a un padre y protestaba, por muy buena disposici¨®n que tuvieras era dif¨ªcil contrarrestar la idea de que para la Administraci¨®n lo que est¨¢bamos haciendo no era importante. El contexto es significativo para el aprendizaje, sobre todo cuando se produce en una zona con problemas sociales. Recuerdo que siempre ten¨ªamos el aire acondicionado encendido, un ambiente cargado y al final del d¨ªa dolor de cabeza. Y, por supuesto, cuando llov¨ªa, el agua corr¨ªa por los pasillos", explica.
En Catalu?a, la consejera Irene Rigau avanz¨® hace unos meses que no se volver¨¢ a construir una escuela en los pr¨®ximos 10 a?os, pese al incremento de alumnos de primaria y secundaria. Otra vez la crisis. Su intenci¨®n es reciclar edificios municipales o escuelas cerradas. La realidad es que los barracones han crecido este curso hasta los 1.008 ¡ªunos 20.000 alumnos¡ª en 405 centros, despu¨¦s de tres a?os de descenso.
La Defensora del Pueblo denuncia las? malas condiciones de algunas casetas
Cuentan los padres de la escuela Cau de la Guineu de Corbera de Llobregat (Barcelona) que sus ni?os cogen un libro y lo leen sentados en las escaleras o en unas mesas dispuestas en los pasillos y, a falta de espacio, comen en el aula. Al centro le faltan las clases de primaria ¡ª125 alumnos estudian en barracones¡ª, un gimnasio, un comedor grande, una biblioteca, una cocina, aula de inform¨¢tica... ¡°Las maestras se inventan mil y una cosas para que no echen nada en falta. A esa edad los ni?os todav¨ªa no saben c¨®mo debe ser un gimnasio. Pero los padres, s¨ª¡±, tercia Raquel Montfort, miembro de la asociaci¨®n de madres y padres de alumnos. As¨ª que, como medida de protesta y para hacerse o¨ªr, van a editar un calendario en el que los padres aparecer¨¢n sin ropa con los cuerpos pintados.
Dino Salinas, experto en did¨¢ctica y organizaci¨®n escolar, advierte de que las aulas prefabricadas ¡°solo se pueden aceptar como un mal menor si son provisionales¡±. ¡°Los barracones son habitaciones que pueden servir como aulas convencionales, pero dif¨ªcilmente puedes intentar hacer con ellos un laboratorio, una buena biblioteca, un aula de audiovisuales y, desde luego, de ninguna manera un gimnasio, con lo cual el alumnado se encuentra en condiciones de desigualdad respecto a otros centros que a lo mejor tiene al lado¡±, se?ala.
Si se trata de una soluci¨®n coyuntural, el ideal que plantea Salinas, las comunidades suelen alquilar las casetas, pero si la intenci¨®n es mantenerlas m¨¢s de tres a?os acostumbran a comprarlas. El alquiler anual de cada uno de los m¨®dulos cuesta entre 6.000 y 8.000 euros, seg¨²n las fuentes consultadas.
En Andaluc¨ªa, los m¨®dulos ¡ªall¨ª conocidos como caracolas¡ª se concentran sobre todo en la costa de M¨¢laga y en Granada. En este momento, son 689 unidades, 316 m¨¢s que el curso anterior. El alumnado ronda los 17.000. Fuentes de la Junta se?alan que Andaluc¨ªa es la comunidad que m¨¢s obra educativa licita de toda Espa?a y que el 70% se est¨¢ ejecutando o est¨¢ prevista. El PP, sin embargo, recuerda que hay colegios que llevan en estas condiciones 10 a?os.
El Gobierno vasco, que tiene 81, se jacta de que un aula prefabricada no tiene que ser sin¨®nimo de precariedad ¡ªen muchos casos disponen de aire acondicionado o una calefacci¨®n cuyo calor no se pierde como en centros centenarios mal aislados¡ª. Aseguran que ¡°ninguna¡± de estas escuelas es estructural. Como en Madrid, donde solo quedan tres centros en obras. ¡°En el primer trimestre de 2014 no quedar¨¢ ning¨²n prefabricado en la Comunidad¡±, se?alan. El freno a la inmigraci¨®n ha favorecido que en Baleares queden 775 ni?os en barracones, mientras que hay casi cuatro veces m¨¢s en Canarias (2.525). Este curso en la Comunidad Valenciana habr¨¢ 600 aulas, para 18.000 estudiantes.
¡°Nos han hecho tantas promesas que desconfiamos cuando dicen que lo van a hacer nuevo¡±, dice Mar¨ªa Jes¨²s Alg¨¢s, directiva de la asociaci¨®n de madres y padres de alumnos del Colegio n¨²mero 103, nacido en barracones hace cinco a?os junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Acostumbrados a las goteras, ¡°tenemos carencia de todo lo que prescribe la ley¡±, recuerda, en alusi¨®n al aula de inform¨¢tica, la biblioteca o el gimnasio inexistentes. Por no hablar del ba?o de profesores, donde ¡°dif¨ªcilmente podr¨ªa cerrar la puerta una persona embarazada o simplemente grande¡±. ¡°Nos dijeron que eran los mejores barracones del mercado¡±, evoca con iron¨ªa, ¡°cuando son contenedores tuneados¡±.
Con informaci¨®n de Ivanna Vallesp¨ªn (Barcelona).
La inversi¨®n valenciana no luce
El pasado febrero, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que concedi¨® un cr¨¦dito de 800 millones para el plan de renovaci¨®n de infraestructuras Crea Escola, de la Comunidad Valenciana, denunci¨® en un informe su deficiente ejecuci¨®n. Su primer objetivo era eliminar centenares de aulas alojadas en barracones prefabricados. 18 meses despu¨¦s de la fecha prevista para acabar el programa, 113 subproyectos de colegios planificados ¡°todav¨ªa no han comenzado¡±, informaba el BEI.
Con estos precedentes, el grupo pol¨ªtico Comprom¨ªs acaba de presentar una denuncia ante la Oficina Antifraude de la UE para que investigue el destino otorgado por la Generalitat a los fondos del BEI para eliminaci¨®n de barracones. Mientras tanto, ¡°estamos a la espera de que la Generalitat presente al BEI un plan de acci¨®n sobre colegios cr¨ªticos con barracones en aplicaci¨®n del pr¨¦stamo, tal como recomendaba el informe que nos envi¨® el Mecanismo de Reclamaciones del Banco¡±, explica Eric Gielen, el presidente de la asociaci¨®n de madres y padres de alumnos del colegio Emilio Lluch, que denunci¨® ante el banco la demora del plan.
La valoraci¨®n que hizo la entidad vale para otras muchas aulas: ¡°Estas instalaciones provisionales prefabricadas son un medio insatisfactorio de proporcionar una soluci¨®n a largo plazo para atender al creciente n¨²mero de alumnos¡±. Constataba que ¡°tienen una configuraci¨®n educativa deficiente, interiores poco acogedores y condiciones ambientales peligrosas tanto para maestros como para alumnos¡±. Tambi¨¦n alud¨ªa a la escasa rentabilidad de este enfoque, porque ¡°las autoridades regionales y locales tienen que pagar alquileres y gastos de instalaci¨®n por estos barracones prefabricados provisionales¡±.
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