Los ¡®esclavas¡¯ de Londres estaban en manos de una secta mao¨ªsta
La polic¨ªa est¨¢ investigando trece domicilios en la capital brit¨¢nica relacionados con los captores Aravindan y Chanda Balakrishnan
Los integrantes del matrimonio que retuvo a tres mujeres en r¨¦gimen de esclavitud a lo largo de tres d¨¦cadas en el sur de Londres son antiguos activistas mao¨ªstas que en los a?os setenta eran controlados por la polic¨ªa y llegaron a ser detenidos. Aravindan Balakrishnan, de 73 a?os, y su mujer Chanda (67), fueron arrestados el pasado jueves, un mes despu¨¦s de que sus v¨ªctimas fueran rescatadas en un piso de Brixton, en el barrio de Lambeth, donde fueron sometidas durante a?os a abusos f¨ªsicos y mentales. La polic¨ªa ha localizado en la capital brit¨¢nica 13 domicilios relacionados con la pareja (cuyas identidades, que no ha confirmado, fueron reveladas ayer por la BBC).
Los 36 agentes asignados est¨¢n indagando, casa por casa, para descubrir por qu¨¦ las tres mujeres, una irlandesa de 57 a?os, una malaya de 69 a?os y una brit¨¢nica de 30 a?os, no intentaron antes escapar a pesar de que dispon¨ªan de una cierta libertad de movimientos. Las dos mujeres mayores iniciaron su relaci¨®n con los Balakrishnan porque compart¨ªan la misma ¡°ideolog¨ªa pol¨ªtica¡±, y decidieron irse a vivir con ellos en un ¡°r¨¦gimen colectivo¡±. De la mujer de 30 a?os apenas se conoce que cuenta con un certificado de nacimiento pero ning¨²n otro documento oficial.
El pasado 18 de octubre, una de ellas (la mujer irlandesa) se decidi¨® a llamar a la organizaci¨®n no gubernamental Freedom Charity, lo que desencaden¨® la implicaci¨®n policial y su salida del piso de protecci¨®n oficial siete d¨ªas despu¨¦s. Tras su detenci¨®n, la pareja fue puesta en libertad bajo fianza hasta enero y se le ha prohibido abandonar el pa¨ªs.
Del maltrato y terrible experiencia que han vivido estas mujeres da fe la extensa colecci¨®n de cartas que la m¨¢s joven de las tres escribi¨® a un vecino, Marius Feneck; se las deslizaba por debajo de la puerta. ¡°Me siento como una mosca atrapada en una tela de ara?a¡±, relataba la joven, que firma con el nombre de Rosie, sobre su precaria salud e ¡°indescriptible tormento¡±. La chica, que seg¨²n declaraciones del vecino estaba enamorada de ¨¦l y convencida de que ambos compart¨ªan una relaci¨®n estrecha, explica en esas misivas: ¡°Me tienen presa aqu¨ª, con las ventanas y puertas bloqueadas, y no puedo salir¡±. De los testimonios recogidos en el vecindario se desprende que al menos las otras dos mujeres si sal¨ªan a la calle en ocasiones y frecuentaban alguno de sus comercios, aunque se cree que bajo control de sus captores.
Balakrishnan, de origen indio, y su esposa Chandra, de Tanzania, llegaron en los a?os sesenta a Reino Unido. En los setenta se vincularon con el centro mao¨ªsta londinense Mao Zedong Memorial, donde agentes policiales realizaron un registro y los detuvieron junto a otras tres personas (no ha trascendido si finalmente se presentaron cargos contra ellos). En aquellos a?os, el matrimonio reclutaba a mujeres de otros grupos de extrema izquierda, anim¨¢ndolas a implicarse en el ¡°trabajo revolucionario¡±.
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