Espa?a en PISA: ninguna cat¨¢strofe
El nivel educativo muy reducido de las generaciones previas supone un lastre muy relevante.
Los resultados de la evaluaci¨®n PISA han sido frecuentemente utilizados, desde posiciones pol¨ªticas y por diferentes medios de comunicaci¨®n, como arma arrojadiza en contra de pol¨ªticas educativas anteriores. Una posici¨®n por debajo de la media de la OCDE o ligeras evoluciones negativas en olas anteriores hab¨ªan servido para describir nuestro sistema educativo en t¨¦rminos catastrofistas y para justificar la necesidad de reformas que finalmente han cristalizado en la LOMCE. Sin embargo, los resultados recientemente aparecidos, correspondientes a la evaluaci¨®n de 2012, observados con el necesario sosiego, nos conducen a conclusiones que s¨®lo pueden ser moderadas, lejos del catastrofismo. Las puntuaciones medias en las competencias evaluadas (matem¨¢ticas, lectura y ciencias) oscilan poco a lo largo de los a?os y en este ¨²ltimo trienio esta evoluci¨®n ha sido ligeramente positiva; sigue manteni¨¦ndose nuestra posici¨®n algo por debajo de la media de los pa¨ªses de la OCDE. En este sentido, resulta quiz¨¢s m¨¢s acertado observar la evoluci¨®n de los sistemas educativos como movimientos geol¨®gicos antes que como carreras de F¨®rmula 1.
Queda, efectivamente, mucho margen para la mejora, pero, sin caer en la autocomplacencia, hemos de tener en cuenta que el nivel educativo muy reducido de las generaciones previas supone un lastre muy relevante. La reciente evaluaci¨®n de competencias de la poblaci¨®n adulta, PIAAC, tambi¨¦n de la OCDE, es esclarecedora en este punto: Espa?a, junto con Italia, ocupa los puestos m¨¢s bajos del ranking.
Por otra parte, los resultados de Espa?a en PISA-2012 siguen confirmando un nivel de desigualdades bastante contenido cuando lo comparamos con el resto de los pa¨ªses de nuestro entorno. En este ¨¢mbito, una tendencia tambi¨¦n muy estable que creo que conviene subrayar es la reducida sensibilidad de los resultados educativos ante desigualdades sociales previas. Sin duda quedan muchos aspectos que corregir en cuanto a la equidad de nuestro sistema educativo (pensemos, por ejemplo, en la brecha entre los resultados del alumnado inmigrante y el nativo, superior a la de otros pa¨ªses receptores de inmigraci¨®n). Sin embargo, comparativamente, estamos en un sistema poco desigual.
Por tanto, la visi¨®n negativa, en ocasiones catastr¨®fica, que suelen suscitar los resultados de PISA parece m¨¢s bien motivada por intereses pol¨ªticos o por sensacionalismo medi¨¢tico que por los an¨¢lisis t¨¦cnicos. Sintoniza muy bien, adem¨¢s, con una aproximaci¨®n elitista que amenaza con imponerse en la pol¨ªtica educativa actual. Merece la pena, en este contexto, valorar con m¨¢s cuidado los logros de nuestro sistema educativo.
Jorge Calero es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Barcelona.
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