28 individuos en el fondo de la Sima de los Huesos
Hasta ahora, y queda por excavar la mitad del yacimiento, se han rescatado m¨¢s de 6.500 f¨®siles Pertenecen a al menos 28 individuos de ambos sexos y unos 400.000 a?os
Hasta ahora, y queda por excavar la mitad del yacimiento, se han rescatado en la Sima de los Huesos m¨¢s de 6.500 f¨®siles de, al menos, 28 individuos de ambos sexos de hace unos 400.000 a?os. Est¨¢n clasificados como de la especie Homo heidelbergensis y tienen rasgos de neandertales arcaicos. Es un monumental tesoro, ¨²nico en el mundo, una riqueza paleoantropol¨®gica que deslumbra a los cient¨ªficos. ¡°Es la colecci¨®n de referencia para la evoluci¨®n del g¨¦nero Homo¡±, dice rotundo Ignacio Mart¨ªnez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y uno de los cient¨ªficos que, cada a?o, en julio, desciende a la sima con pertrechos de espele¨®logo (para llegar a ese lugar rec¨®ndito horadado en la sierra de Atapuerca) y los pinceles, palillos, bistur¨ªs, cuaderno de notas y bol¨ªgrafos propios de un paleont¨®logo.
El sistema de cuevas de la sierra de Atapuerca ha producido ya varios yacimientos, algunos m¨¢s cerca de la superficie y cortados al exterior, como la Gran Dolina, donde se est¨¢ encontrando la otra gran colecci¨®n de f¨®siles humanos, la de Homo antecessor, de hace m¨¢s de 800.000 a?os. Pero la sima est¨¢ en un extremo, al fondo de un agujero dentro de la propia cueva, con forma de calcet¨ªn. Hay que recorrer medio kil¨®metro por el subsuelo y reptar en algunos tramos por pasos estrechos para llegar a la boca de la sima, a 30 metros bajo el suelo, y luego descender 13 metros por un escala de cuerda hasta el fondo, donde est¨¢ el sedimento con los f¨®siles. All¨ª no llegan las visitas, ni de los curiosos ni de las autoridades¡ Hace 400.000 a?os, otra entrada de la cueva era practicable por ese rinc¨®n. Juan Luis Arsuaga, Mart¨ªnez y su equipo, no m¨¢s de media docena de especialistas, se ocupan de la excavaci¨®n d¨ªa tras d¨ªa durante un mes cada a?o, a 10 grados cent¨ªgrados de temperatura constante y con escasez de ox¨ªgeno. Luego llega el turno de las muchas horas de laboratorio y an¨¢lisis para dar a conocer los descubrimientos. Con lo que hay all¨ª hay material m¨¢s que suficiente para investigar ellos y varias generaciones de paleont¨®logos, dicen.
Conoc¨ªan la sima los exploradores y aficionados a las cuevas de la regi¨®n desde hace mucho; all¨ª abundaban los dientes de oso. Pero fue en 1976, cuando Trino Torres reconoci¨® el primer f¨®sil humano que hab¨ªan encontrado los aficionados del Grupo Edelweis. En la d¨¦cada de los ochenta, tras los arduos trabajos iniciales de sacar todo el sedimento superior revuelto, comienza la excavaci¨®n cient¨ªfica de la sima. Arsuaga siempre cuenta que encontraron al principio una falange humana, un hueso tan peque?o y tan fr¨¢gil que si se hab¨ªa conservado, mucho mas ten¨ªa que haber all¨ª enterrado. Y as¨ª fue. En abril de 1993, una portada de la prestigiosa revista cient¨ªfica Nature con el cr¨¢neo n? 5, apodado Miguel¨®n, present¨® al mundo la Sima de los Huesos y Atapuerca.
A partir de ese momento, el yacimiento burgal¨¦s no ha hecho sino dar alegr¨ªas y sorpresas a los cient¨ªficos y crecer, si cabe, su prestigio como un tesoro de la paleontolog¨ªa ¨²nico en el mundo. Tal es la riqueza y variedad de la colecci¨®n de la Sima de los Huesos que permite extraer informaci¨®n ¨²nica no solo sobre la biolog¨ªa, sino tambi¨¦n sobre la sociobiolog¨ªa de aquellos remotos humanos.
Hasta ahora se han rescatado m¨¢s de una docena de cr¨¢neos, en diferente estado, y miles de f¨®siles de individuos de m¨¢s de 12 a?os, hasta alg¨²n anciano con achaques de salud y pocos dientes (seg¨²n delatan sus huesos). Tambi¨¦n ha aparecido un diente y un fragmento de hueso de un ni?o de seis a?os. Y todo ello mezclado con restos de oso; nada m¨¢s, ning¨²n otro animal, ning¨²n vestigio de actividad humana en la cueva.
?C¨®mo fueron a parar all¨ª aquellos humanos? ?Se cayeron accidentalmente, como probablemente se caer¨ªan los osos que hibernaban en las cuevas de Atapuerca? Los cient¨ªficos no tienen una respuesta definitiva a ese enigma. Hip¨®tesis s¨ª que tienen. Pudieron caerse, pero tambi¨¦n es posible que sus cong¨¦neres los tiraran all¨ª a prop¨®sito. ?Por qu¨¦? ?Con alguna intenci¨®n de respeto? ?Ritual incluso? All¨ª siguen apareciendo f¨®siles y m¨¢s f¨®siles, de humano y de oso¡ Hasta que el 9 de julio de 1998, lleg¨® otra sorpresa may¨²scula: entre el sedimento apareci¨® una herramienta de piedra, un bifaz, de un asombroso tono rojizo, la ¨²nica hasta ahora. La bautizaron Excalibur y est¨¢ expuesta en el Museo de la Evoluci¨®n Humana de Burgos. Ser¨ªa un instrumento muy valioso para quien la poseyera hace 400.000 a?os. ?La tir¨® alguien a prop¨®sito? ?Pertenec¨ªa a alguno de los all¨ª acumulados, en el fondo de la sima? ?Un gesto de respeto, de recuerdo? Nadie lo sabe.
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