Catalu?a deber¨¢ abrir la escuela infantil al castellano

Catal¨¢n y castellano, conjuntamente, deben ser lenguas vehiculares de la ense?anza en Catalu?a, seg¨²n el Supremo. Pero eso no quiere decir que los padres de alumnos tengan el derecho a optar por que sus hijos la reciban exclusivamente en uno u otro idioma. Salvo en la educaci¨®n infantil en su etapa de tres a seis a?os. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal ha obligado a la Generalitat de Catalu?a a garantizar este derecho en sus centros sostenidos con fondos p¨²blicos durante esa fase educativa. Adem¨¢s, seg¨²n el tribunal, los folletos de preinscripci¨®n deber¨¢n preguntar por la lengua habitual de los padres o tutores.

La sentencia da parcialmente la raz¨®n a una pareja residente en Catalu?a que exig¨ªa que su hija de cuatro a?os recibiera clases exclusivamente en castellano, as¨ª como que sus comunicaciones y la documentaci¨®n del centro se las ofrecieran en esa lengua, algo, esto ¨²ltimo, que ya hab¨ªa ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a.

La resoluci¨®n del Supremo acepta parcialmente el recurso de los progenitores, pero ¨²nicamente en lo relativo a la educaci¨®n infantil. Los magistrados recuerdan que el art¨ªculo 21.2 de la ley catalana de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, aprobada en 1998, afirma que ¡°los ni?os tienen derecho a recibir la primera ense?anza en su lengua habitual, ya sea esta el catal¨¢n o el castellano¡±, y establece que el Gobierno catal¨¢n ¡°ha de garantizar este derecho y poner los medios necesarios para hacerlo efectivo¡±. ¡°Los padres o tutores lo pueden ejercer en nombre de sus hijos instando a que se aplique¡±, concluye ese art¨ªculo de la norma catalana.

¡°En la primera ense?anza est¨¢ garantizado el derecho de opci¨®n por la ense?anza en la lengua habitual, aun cuando la normativa educativa de desarrollo no contemple el derecho de opci¨®n en general¡±, recuerdan los magistrados en su sentencia.

La consejera catalana de Ense?anza, Irene Rigau, critic¨® ayer la sentencia porque supone un ¡°salto cualitativo por el endurecimiento¡± del ataque contra la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, ya que ¡°ninguna otra sentencia hab¨ªa reconocido la elecci¨®n ling¨¹¨ªstica¡±, esgrimi¨®. No obstante, recel¨® de algunos argumentos de los magistrados asegurando que actualmente ya se garantiza el derecho de los padres a elegir entre la escolarizaci¨®n en castellano o en catal¨¢n, mediante la atenci¨®n individualizada. En la pr¨¢ctica esto significa que la clase se da en catal¨¢n pero el alumno recibe explicaciones personales y los materiales en castellano. Precisamente esta es la opci¨®n que recoge la Ley de Educaci¨®n de Catalu?a (LEC) de 2009. ¡°El Tribunal Supremo ha obviado la LEC¡±, espet¨® Rigau. Sobre esa atenci¨®n individualizada ya se pronunci¨® en contra el Supremo para las etapas obligatorias.

Adem¨¢s de la existencia de ese derecho para la educaci¨®n infantil, recogida ya en anteriores resoluciones del Alto Tribunal, la Sala obliga a que ¡°el modelo oficial de preinscripci¨®n¡± en ese ciclo educativo ¡°pregunte por la lengua habitual a los padres o tutores de los ni?os¡± en los centros p¨²blicos. Actualmente, en dicho formulario de esta etapa educativa se pregunta sobre los idiomas que conoce el alumno.

Pero ese derecho de opci¨®n entre lenguas en infantil no existe en primaria y secundaria, seg¨²n los magistrados. En esos dos ciclos, recuerda esta sentencia ¡ªcomo otras anteriores¡ª, ¡°el r¨¦gimen ling¨¹¨ªstico (...) lo que ha de garantizar es que en la ense?anza sean vehiculares tanto el castellano como el catal¨¢n (...) sin la posibilidad de utilizaci¨®n exclusiva de una de ellas¡±. Son las autoridades educativas catalanas las que deben establecer en qu¨¦ proporci¨®n se incorpora a sus centros la lengua oficial de todo Estado.

Rigau, quien asegur¨® que actualmente hay 24 peticiones similares de familias en los tribunales, anunci¨® recurso ante el Constitucional porque considera que la sentencia va en contra del Estatuto catal¨¢n. ¡°Se dibuja un camino de separaci¨®n de los alumnos por raz¨®n de lengua, que es lo que el Estatut no permite. Y esta es una l¨ªnea infranqueable¡±, zanj¨®.