Pastillas para el dolor de vida
El uso de antidepresivos se ha disparado en toda Europa. En Espa?a o Reino Unido se ha doblado en 10 a?os. Se prescriben para la tristeza cotidiana o el duelo
El consumo de antidepresivos se ha disparado en Espa?a. Desde que se extendi¨® el diagn¨®stico de la depresi¨®n y su prescripci¨®n en los centros de atenci¨®n primaria en la d¨¦cada de los noventa, el uso de estos f¨¢rmacos ha vivido una escalada constante. Su uso se ha doblado en una d¨¦cada. De las 30 dosis diarias por cada 1.000 habitantes registradas en el a?o 2000 se ha pasado a 64 en 2011, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la OCDE. Y si ese incremento hab¨ªa sido progresivo ¡ªdesde el gran salto provocado por la aparici¨®n y la popularizaci¨®n de medicamentos como la fluoxetina a finales de los ochenta¡ª, desde el inicio de la crisis la escalada ha sido algo mayor. Entre 2008 y 2009 la venta en las farmacias de antidepresivos aument¨® un 5,7%, y entre 2009 y 2010 un 7,5%; hasta los 37,8 millones de envases, seg¨²n datos de la consultora de referencia del sector IMS Health. En 2012 se superaron, con mucho, los 38 millones.
La extensi¨®n del diagn¨®stico de lo que se considera una depresi¨®n, la medicalizaci¨®n del sufrimiento m¨¢s cotidiano y la indicaci¨®n de estos f¨¢rmacos para otras patolog¨ªas (como para algunos trastornos endocrinos o para la fibromialgia), son algunas de las razones con las que los expertos explican ese incremento que se ha producido, adem¨¢s, en toda Europa. Pero mientras su consumo no decae, la utilidad y la efectividad de estos medicamentos para combatir las depresiones leves y moderadas est¨¢ en cuesti¨®n. EL PA?S, junto a otros cinco grandes diarios que comparten el proyecto Europa ¡ªThe Guardian, Le Monde, La Stampa, Gazeta Wyborcza, S¨¹ddeutsche Zeitung¡ª, ha preguntado durante varias semanas a los lectores si han prescrito (a los sanitarios) o tomado antidepresivos, y si han funcionado. M¨¢s de 4.000 personas de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Espa?a han aportado sus experiencias a trav¨¦s de un cuestionario online. La mayor¨ªa de ellos aseguran que los f¨¢rmacos les han ayudado, aunque particularmente aquellos que los han acompa?ado de otro tipo de terapias.
En los ¨²ltimos a?os varias investigaciones cient¨ªficas han analizado la efectividad o el beneficio de los antidepresivos para combatir los s¨ªntomas leves o moderados de la depresi¨®n ¡ªpara los severos no est¨¢ en cuesti¨®n¡ª. Las conclusiones han sido similares en todos ellos: por s¨ª solos su eficacia es muy limitada. As¨ª lo determin¨®, por ejemplo, un amplio estudio realizado en 2008 por investigadores brit¨¢nicos sobre tres de los principios activos que, aunque ya no lo son, eran los m¨¢s vendidos en ese momento: fluoxetina (el popular Prozac, que durante a?os se denomin¨® ¡®la p¨ªldora de la felicidad¡¯), venlafaxina (Efexor) y paroxetina (Serotax, conocida tambi¨¦n como ¡®p¨ªldora de la timidez¡¯). El an¨¢lisis, publicado en la revista Plos Medical, determin¨® que para aquellos pacientes que no ten¨ªan s¨ªntomas graves los antidepresivos eran igual de ¨²tiles que una pastillita de az¨²car; es decir, un placebo. Otro trabajo m¨¢s reciente ¡ªde este mes¡ª realizado por expertos neozelandeses con los datos de 14.000 personas que consumieron antidepresivos durante m¨¢s de un a?o determina que este tratamiento farmacol¨®gico no se traduce en una mejora a largo plazo en los pacientes con trastornos del estado de ¨¢nimo.
Sin otra terapia, los f¨¢rmacos no siempre sirven para s¨ªntomas leves
¡°Hay un consumo indicado por los m¨¦dicos pero reclamado por el paciente para problemas relacionados con el sufrimiento y el dolor. Para afrontar un duelo, para paliar el malestar tras una ruptura amorosa, tambi¨¦n para los problemas laborales¡±, apunta Eudoxia Gay, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa (AEN). Los m¨¦dicos, reconoce, los prescriben para afrontar estas realidades y tambi¨¦n para los s¨ªntomas leves y moderados. Y estos f¨¢rmacos, precisan desde el laboratorio Lilly ¡ªfabricante de algunos de ellos¡ª, est¨¢n indicados para el trastorno depresivo mayor. ¡°Para ello s¨ª son ¨²tiles. Pero, aunque hay que revisar caso a caso, para paliar el sufrimiento cotidiano, al igual que para los cuadros menores de ansiedad, son m¨¢s eficaces otras terapias que mejoran y no cronifican el sufrimiento humano que tan mal se tolera hoy y al que se responde farmacologiz¨¢ndolo¡±, sigue Gay.
Ejemplo de ello es que al ritmo que han crecido los antidepresivos lo han hecho tambi¨¦n los ansiol¨ªticos (cuyo uso ha aumentado un 37,3% desde el a?o 2000 a 2011) y los medicamentos hipn¨®ticos y sedantes, que se han incrementado un 66,2%, seg¨²n un estudio de investigadores de la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios. De hecho, un informe de la Junta de Andaluc¨ªa resume que la depresi¨®n o los trastornos ansiosodepresivos son la tercera causa de consulta en Atenci¨®n Primaria.
En Espa?a en 2012 se vendieron 38,7 millones de envases de estos productos
El psiquiatra Alberto Ortiz Lobo cree que bajo la etiqueta de ¡®depresi¨®n¡¯ se est¨¢n patologizando emociones normales. Asegura que en los a?os noventa la industria farmac¨¦utica y algunas sociedades m¨¦dicas hicieron programas espec¨ªficos y campa?as de difusi¨®n para ayudar a detectar la depresi¨®n. ¡°Desde entonces ha sido un no parar, porque se han ampliado los l¨ªmites de lo que se considera una depresi¨®n. Ahora tras ese constructo, bajo ese paraguas, se mete cualquier sintomatolog¨ªa de tristeza o des¨¢nimo que se pueda tener, aunque sea sana, leg¨ªtima y proporcionada¡±, dice. Tanto la detecci¨®n actual de la depresi¨®n como la prescripci¨®n de antidepresivos, apunta, son par¨¢metros que est¨¢n lejos de las cifras de prevalencia de esta patolog¨ªa en la poblaci¨®n general de los estudios epidemiol¨®gicos cl¨¢sicos, que sostienen que afectar¨ªa a entre el 3% y el 9% de la poblaci¨®n.
Jos¨¦ Antonio Sacrist¨¢n, director m¨¦dico de Lilly Espa?a, apunta otros factores que podr¨ªan haber contribuido al aumento del uso de estos f¨¢rmacos. ¡°Primero que los actuales son m¨¢s seguros y mejor tolerados que los primeros antidepresivos¡±, dice. Segundo, asegura, ¡°que se ha demostrado su eficacia y han sido aprobados por las agencias reguladoras para el tratamiento de otras patolog¨ªas mentales como los trastornos de ansiedad¡±.
Cada vez m¨¢s m¨¦dicos 'recetan' deporte, libros o psicoterapia
En otros pa¨ªses, con algunas t¨ªmidas excepciones, como Holanda, la situaci¨®n es similar. En Alemania, B¨¦lgica o Reino Unido, el consumo de medicamentos indicados para este problema han aumentado tanto como en Espa?a. ¡°Se suelen prescribir estos f¨¢rmacos con mucha facilidad. Y muchas veces los pacientes piensan que si est¨¢n medic¨¢ndose y no les funciona es porque necesitan algo m¨¢s fuerte, no porque quiz¨¢ no est¨¦n deprimidos¡±, remarca Alain Vall¨¦e, psiquiatra en Nantes y uno de los m¨¢s de un centenar de profesionales sanitarios que contest¨® a la encuesta puesta en marcha por los seis diarios europeos. La mayor¨ªa de ellos, como recoge The Guardian ¡ªque ha verificado y ha hecho un tratamiento a fondo de los datos¡ª, sostiene que en gran parte de Europa hay una amplia ¡°cultura de la prescripci¨®n¡±. Apuntan que los antidepresivos son un buen recurso, y necesario, para tratar la depresi¨®n severa pero tambi¨¦n hablan de su frustraci¨®n para abordar los casos leves o moderados debido a los escasos recursos, tanto de tiempo como de disponibilidad de otras terapias.
A Laura le mandaron estas medicinas cuando su madre enferm¨®
En Espa?a, el grueso de la prescripci¨®n de antidepresivos se realiza en atenci¨®n primaria. De hecho, solo el 30% de estos f¨¢rmacos se recetan por un especialista. Los recursos no son, ni mucho menos, abundantes: en la sanidad p¨²blica hay menos de seis profesionales sanitarios especializados en salud mental (psic¨®logos cl¨ªnicos o psiquiatras) por cada 100.000 habitantes. Esta cifra, apunta Carlos Mur, director cient¨ªfico de la Estrategia Nacional de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, no es cr¨ªtica pero est¨¢ lejos de la de pa¨ªses como los n¨®rdicos. En Suecia, por ejemplo, hay casi el doble.
Mur ¡ªque cree que m¨¢s que un aumento de personal, lo que hace falta es una mejor gesti¨®n del que hay¡ª aclara que esa cifra se obtiene por estimaci¨®n. No hay datos oficiales que permitan contabilizar de manera clara los servicios de salud mental que hay en el pa¨ªs, aunque la estrategia que coordina est¨¢ realizando un estudio para poder dibujar un mapa claro. Un estudio de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa de 2010 hablaba de datos similares a los que menciona Mur, pero mostraba tambi¨¦n otro ¨¢ngulo importante: la gran diferencia entre comunidades aut¨®nomas. Un ejemplo: en Galicia contabilizaron 2,30 psiquiatras trabajando para la sanidad p¨²blica por cada 100.000 habitantes, en Asturias 5,20.
Hay menos de seis profesionales de salud mental por cada 100.000 habitantes
Laura Crespo tom¨® antidepresivos durante m¨¢s de seis meses. Su m¨¦dico de cabecera se los recet¨® cuando diagnosticaron c¨¢ncer a su madre. ¡°En su momento la medicaci¨®n me ayud¨®. No levantaba cabeza, estaba trist¨ªsima y necesitaba sobreponerme r¨¢pido para poder asumir con ella el tratamiento; para poderla acompa?ar y sostener¡±, cuenta. No hizo otra terapia. ¡°La verdad es que prefer¨ªa el tratamiento con f¨¢rmacos¡±, reconoce. Carlos R. acudi¨® al centro de salud porque estaba triste y desganado. ¡°Estaba deprimido¡¡±, resume. ¡°Me recetaron antidepresivos pero despu¨¦s, por mi cuenta, decid¨ª ir al psic¨®logo. Creo que eso fue lo que m¨¢s me ayud¨® aunque estuve combinando ambas cosas hasta que dej¨¦ progresivamente la medicaci¨®n¡±, cuenta. En su caso fueron problemas laborales y familiares los que le provocaron el sufrimiento. ¡°Sigo yendo al psic¨®logo, aunque hemos espaciado las visitas¡±, dice.
Experiencias europeas diversas
M¨¢s de 4.000 europeos que toman o tomaron antidepresivos contaron su caso en la encuesta puesta en marcha por EL PA?S y otros cinco medios europeos ¡ªThe Guardian, Le Monde, La Stampa, Gazeta Wyborcza, S¨¹ddeutsche Zeitung¡ª. La mayor¨ªa cree que les ayudaron; otros que sin otras terapias no hubieran servido. Tambi¨¦n hay experiencias negativas. Dos ejemplos:
- Bob tom¨® un tipo de estos f¨¢rmacos durante tres a?os. Dej¨® de hacerlo por el efecto que ten¨ªan en su vida diaria. "Al principio me sent¨ª mejor, pero a la larga me volv¨ª una persona que no ten¨ªa emociones ni sentimientos", cuenta a trav¨¦s del cuestionario online.
- Megan cuenta c¨®mo los f¨¢rmacos no le devolvieron la felicidad. "Pero me sacaron de la oscuridad y me permitieron ver con perspectiva mi problema", dice. En su caso, su problema lo causaba la enfermedad de su madre y sus dificultades laborales.
¡°Aunque en algunos casos pueden ayudar a superar una situaci¨®n puntual, los f¨¢rmacos no van a dar soluci¨®n a las depresiones o problemas cuyo origen es social o psicol¨®gico. Son f¨¢rmacos, adem¨¢s, que aunque se han perfeccionado mucho, tienen efectos adversos y su tratamiento no se puede discontinuar as¨ª como as¨ª¡±, aclara Mur. Este experto, que adem¨¢s, es gerente de un instituto psiqui¨¢trico de Legan¨¦s (Madrid), asegura que son cada vez m¨¢s los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria que derivan a los servicios de salud mental ¡ªaunque la gran mayor¨ªa ya llevan pautado el tratamiento farmacol¨®gico¡ª y que recomiendan otras terapias que pueden ayudar a superar el problema o a lograr mayor bienestar. ¡°Est¨¢ ganando terreno la psicoterapia y opciones como el Yoga o el Mindfullness¡±, dice.
A Adri¨¢n, funcionario de 43 a?os, el m¨¦dico le recomend¨® varios libros y a Luc¨ªa, de 17, la derivaron a la consulta de salud mental de su ambulatorio. ¡°All¨ª, la psic¨®loga me dijo que viera varias pel¨ªculas, todas protagonizadas por mujeres; la idea era que tomase referentes¡±, cuenta. El psic¨®logo Antoni Bolinches, que ha escrito varios libros de autoayuda como T¨² y yo somos seis o Peter Pan puede crecer, expone que en las depresiones leves o moderadas los f¨¢rmacos tratan los s¨ªntomas pero no la causa. Por eso, a veces, cuando el tratamiento acaba el problema sigue ah¨ª. ¡°Las depresiones ex¨®genas o reactivas, es decir aquellas que vienen de fuera, de algo que te est¨¢ afectando o que te ha sucedido, deber¨ªan tratarse sobre todo, o tambi¨¦n, psicol¨®gicamente. Porque si el paciente aprende a llevar bien el problema obtiene el doble de beneficio: lo supera pero adem¨¢s aprende¡±, dice. Sin embargo, reconoce que hay personas que prefieren tomar medicaci¨®n. ¡°Hemos creado un modelo social en el que no estamos acostumbrados al esfuerzo y a las dificultades, por eso recurrimos a la farmacolog¨ªa¡±, dice.
Gema (que prefiere no dar su apellido) explica que estuvo tomando primero ansiol¨ªticos y despu¨¦s antidepresivos casi un a?o. ¡°En mi caso se me junt¨® todo: el fallecimiento de mi padre, problemas en el trabajo y en mi relaci¨®n. Habl¨¦ con el m¨¦dico porque estaba fatal y me los recet¨®. Ahora estoy mejor, me siento m¨¢s fuerte para afrontar las cosas. La verdad, si hay algo que me puede ayudar no s¨¦ porque no lo iba a usar¡±, incide.
Una experta: "El sufrimiento se tolera mal y se est¨¢ farmacologizando"
El psiquiatra Alberto Ortiz Lobo explica que los f¨¢rmacos para tratar la depresi¨®n inducen ciertos estados psicol¨®gicos. ¡°Suelen producir un distanciamiento emocional, para bien o para mal, de lo que est¨¢ pasando. Si estoy trist¨ªsimo eso me viene bien, pero ya no vivo tan intensamente. Eso, por ejemplo, provoca una p¨¦rdida de deseo sexual o una lejan¨ªa de otras cosas¡±, matiza.
Este experto cree que una de las dificultades que afrontan los m¨¦dicos ante los s¨ªntomas que se podr¨ªan definir como depresivos leves o moderados es la de saber d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre la normalidad y la patolog¨ªa. ¡°Para ello hay que hacer una evaluaci¨®n del individuo, se necesita tiempo y tambi¨¦n un seguimiento¡±, expone. A veces ninguna de las dos partes lo tienen f¨¢cil para sacar ese hueco.
Mur explica que dentro de la revisi¨®n de la Estrategia de Salud Mental, que se est¨¢ haciendo ahora, hay varias l¨ªneas destinadas a mejorar la colaboraci¨®n y la interacci¨®n entre la Primaria y la atenci¨®n especializada. Con ello se mejorar¨¢ la atenci¨®n de esta patolog¨ªa, apunta. Reconoce, sin embargo, que el texto que coordina y que sirve de pauta para abordar los trastornos mentales se centra sobre todo en los graves. ¡°El abordaje de los s¨ªntomas leves o moderados de depresi¨®n es una asignatura pendiente a pesar de que es un problema social creciente¡±, dice.
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