Los vigilantes no son polic¨ªas
La ley de seguridad privada permite a los agentes patrullar en m¨¢s espacios Los expertos alertan de la falta de formaci¨®n para sus nuevos cometidos
¡°Los vigilantes no somos ni una cosa ni otra. Yo salgo corriendo detr¨¢s de alguien que ha robado en la tienda, pero no me quiero meter en los l¨ªos de la calle¡±, explica Pedro, un agente de seguridad privada de una tienda del centro de Madrid. Ha visto en las noticias que si se acaba aprobando el proyecto de ley de seguridad privada, pendiente de tr¨¢mite parlamentario, su jefe puede mandarle a patrullar en la calle. Y le da bastante miedo.
El borrador que ha presentado el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, este mes ampl¨ªa a¨²n m¨¢s el terreno de acci¨®n de los vigilantes privados, que podr¨¢n hacer ronda en las calles comerciales y tendr¨¢n potestad para detener, identificar y cachear a quien cometa alg¨²n delito flagrante dentro de su ¨¢rea de protecci¨®n delimitada. Los primeros esc¨¦pticos son los propios vigilantes que, con una formaci¨®n m¨¢s b¨¢sica que los polic¨ªas, sienten que la ley no les protege como a ellos.
¡°El ministerio tiene que garantizar que el servicio que se delega lo pueda ejercer la seguridad privada y para eso tiene que formarnos mejor¡±, apunta Jos¨¦ Rafael Centeno, director del sector de seguridad de la UGT. ¡°Se ha atacado mucho a los vigilantes y no nos lo merecemos. Si hemos valido para escolta en el Pa¨ªs Vasco y en Navarra durante 30 a?os, somos v¨¢lidos para cualquier otra funci¨®n, pero tenemos que recibir la formaci¨®n necesaria¡±, a?ade.
Requisitos para ser polic¨ªa
- Ser mayor de edad.
- Tener la nacionalidad espa?ola.
- Haber superado la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria.
- Tener una estatura m¨ªnima de 1,65 metros para hombres y 1,60 para mujeres.
- No haber sido condenado por delito doloso, ni separado del servicio del Estado, de la Administraci¨®n aut¨®noma, local o institucional, ni hallarse inhabilitado para el ejercicio de funciones p¨²blicas.
- Estar en posesi¨®n del carn¨¦ de conducir de la clase B y del A o A2.
- Compromiso de portar armas y, en su caso, llegar a utilizarlas, que se prestar¨¢ a trav¨¦s de declaraci¨®n del solicitante.
- Superar la oposici¨®n a Polic¨ªa Nacional constituida por las siguientes pruebas de car¨¢cter eliminatorio: de conocimientos, de aptitud f¨ªsica, psicot¨¦cnica y reconocimiento m¨¦dico.
- Una vez superadas las pruebas selectivas, los opositores deben incorporarse a la Escuela Nacional de Polic¨ªa (con sede en ?vila) donde se integran al plan de carrera del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. La formaci¨®n b¨¢sica consiste en un curso de un a?o en la academia y otro de pr¨¢cticas.
La instrucci¨®n es, efectivamente, uno de los aspectos que perfila la nueva ley, aunque no deja claro c¨®mo acabar¨¢ cuajando esta intenci¨®n de mejorar las competencias de los vigilantes. El borrador deja la puerta abierta a concretarla con programas de Formaci¨®n Profesional o universitarios, pero los afectados temen que el Gobierno les d¨¦ responsabilidades de polic¨ªa sin las herramientas para hacerlo.
¡°A¨²n tenemos mucho camino que recorrer en el trato con la ciudadan¨ªa. No es lo mismo cachear a alguien en un espacio privado que en plena calle¡±, advierte Nelo Maldonado, asesor de seguridad privada de CC OO y profesor en academias de vigilantes. ¡°Incluso con la formaci¨®n de algunos funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, donde se ha invertido un tiempo mucho m¨¢s largo, se siguen dando casos de abuso en algunas ocasiones¡±, espeta el abogado penalista Jaime Sanz de Bremond. El viernes pasado, un juez de Girona imput¨® a seis mossos por las lesiones que sufrieron varios manifestantes antimon¨¢rquicos en dos protestas durante el mes de junio.
La profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Roser Mart¨ªnez alerta de que la reforma legislativa relaja la formaci¨®n que se exige a los vigilantes armados ¡ªel 78% del total de un sector con 82.150 trabajadores¡ª. ¡°Ahora est¨¢n obligados a hacer dos pr¨¢cticas de tiro al a?o, mientras que el ¨²ltimo borrador de la ley [del 10 de diciembre] solo dice que el mantenimiento de la actitud en el uso de armas se har¨¢ con la participaci¨®n de instructores de tiro habilitados. No especifica ni qu¨¦ actitud deben tener los preparadores, ni el n¨²mero de pr¨¢cticas ni el n¨²mero de tiros¡±, explica la experta, autora de Armas: libertad americana o prevenci¨®n europea (Ariel).
Mart¨ªnez tambi¨¦n destaca que la reforma permitir¨¢ que los vigilantes no depositen el arma en la empresa en algunas ocasiones. Los permisos de arma son otorgados a las empresas, no a sus trabajadores, por lo que los vigilantes est¨¢n obligados a dejarla en manos de la compa?¨ªa cada vez que acaban el servicio. Con la nueva ley, podr¨¢n dejarla en la caja fuerte de un hotel, por ejemplo, en el caso de que est¨¦n realizando una protecci¨®n privada de varios d¨ªas para evitar que tengan que desplazarse hasta la sede de su empresa.
El de Pedro, un nombre falso porque no quiere que la empresa para la que trabaja conozca su identidad, es uno de los dos perfiles m¨¢s habituales en los cursos de habilitaci¨®n para seguridad privada: parado de larga duraci¨®n, mayor de 40 a?os y con una profesi¨®n de un sector en declive, como la construcci¨®n. De hecho, ¨¦l es mec¨¢nico, pero despu¨¦s de varios a?os en el paro, acab¨® optando por esta alternativa. Despu¨¦s de pasar unos meses supervisando estaciones de Renfe, encontr¨® un trabajo m¨¢s estable, aunque, seg¨²n cuenta, no pasa de mileurista.
Para ser vigilante
- Tener entre 18 y 54 a?os.
- Ser ciudadano de la UE. Con la nueva ley, se incorporan los nacionales de terceros pa¨ªses con convenios con Espa?a en materia de seguridad privada.
- Haber superado la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria.
- Carecer de antecedentes penales.
- No haber sido separado del servicio en las Fuerzas Armadas o en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
- No haber sido sancionado en los dos o cuatro a?os anteriores, respectivamente, por infracci¨®n grave o muy grave en materia de seguridad.
- No haber sido condenado por intromisi¨®n ileg¨ªtima en el ¨¢mbito de protecci¨®n del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, del secreto a las comunicaciones o de otros derechos fundamentales en los cinco a?os anteriores a la solicitud.
- Superar las pruebas de aptitud del Ministerio del Interior. Antes, el candidato debe superar un curso de 180 horas y seis semanas lectivas en cualquiera de los centros autorizados. Hay que alcanzar una puntuaci¨®n m¨ªnima de 5 sobre 10 en el examen de conocimientos y superar las pruebas de aptitud f¨ªsica. No son eliminatorias, porque no hay un n¨²mero de plazas establecido.
El otro perfil habitual entre los candidatos lo constituyen j¨®venes de entre 18 y 21 a?os que ven la vigilancia como una carrera y que aspiran a ascender a puestos m¨¢s complejos como el control de sistemas operativos o la prevenci¨®n de incendios. Juan Carlos Rodr¨ªguez, coordinador de estudios de Abalar, una academia que forma a unos 700 estudiantes al a?o, asegura que, por el contrario, los que aspiran a entrar en la Polic¨ªa Nacional son, en general, mucho m¨¢s vocacionales que los que intentan convertirse en vigilantes. La formaci¨®n es tambi¨¦n mucho m¨¢s larga, estricta y exhaustiva. ¡°La idea de que son polic¨ªas frustrados es falsa¡±, asegura. ¡°S¨ª pasa al rev¨¦s, que estudiantes de Polic¨ªa Nacional se sacan el t¨ªtulo de vigilante para poder mantenerse mientras opositan. La mayor¨ªa de los que aprueban son mayores de 24 a?os, tienen una formaci¨®n b¨¢sica y un sentido de la funci¨®n p¨²blica¡±, explica. ¡°Los que llegan a los 18 crey¨¦ndose Harry el Sucio y que se han sacado el graduado escolar a trancas y barrancas, se suelen quedar fuera¡±, defiende.
Los requisitos para acceder a los dos ex¨¢menes para ambas profesiones son pr¨¢cticamente los mismos: ser mayor de edad, no tener antecedentes penales y haber superado la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria, entre otros. Para optar a la placa de vigilante de seguridad hay que tener nacionalidad europea, mientras que solo los espa?oles pueden acceder a las oposiciones de la Polic¨ªa Nacional. La nueva ley de seguridad privada permite a ciudadanos de terceros pa¨ªses acceder a la seguridad privada, siempre que tengan un convenio bilateral con Espa?a en esta materia.
Despu¨¦s de pasar un filtro en el Ministerio del Interior ¡ªun examen de conocimientos b¨¢sicos adquiridos en un curso de 180 horas¡ª, los vigilantes est¨¢n obligados a hacer un curso de reciclaje anual de 20 horas. Las pruebas son f¨ªsicas, pr¨¢cticas ¡ªtiro y defensa personal¡ª y te¨®ricas ¡ªconceptos de derecho, psicolog¨ªa o sociolog¨ªa¡ª. La entrada al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa pasa por una oposici¨®n y una formaci¨®n de casi dos a?os: uno en la Academia Nacional de Polic¨ªa, en ?vila, y otro de pr¨¢cticas en una comisar¨ªa.
Las diferencias en la formaci¨®n se reflejan en las condiciones laborales. El salario de un vigilante sin arma es de 1.086 euros brutos al mes. Un agente de la Polic¨ªa Nacional que acaba de salir de la academia cobra entre 1.400 y 1.500 euros mensuales (en funci¨®n de los complementos, para los que se tiene en cuenta, entre otros, su destino), al que se ir¨¢n sumando trienios con el paso de los a?os.
El SUP: ¡°Es como poner a enfermeras a operar porque no hay m¨¦dicos¡±
¡°Es como poner a enfermeras a operar porque no hay suficientes m¨¦dicos y las listas de espera aprietan¡±, explica el portavoz del Sindicato Unificado de Polic¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Benito. Este considera que m¨¢s all¨¢ de reducir gastos, la extensi¨®n de las responsabilidades de la seguridad privada duplica un servicio que ya est¨¢ cubierto por la Polic¨ªa Nacional. El sector ha perdido un 20% de su volumen de negocio desde 2008 y la Asociaci¨®n Profesional de Compa?¨ªas de Servicios de Seguridad (Aproser), la asociaci¨®n que engloba a las 12 compa?¨ªas m¨¢s grandes que facturan el 70% de los ingresos del sector, no cree que la reforma de la ley reflote sus balances.
El n¨²mero de vigilantes tambi¨¦n ha ca¨ªdo, pese a que las escuelas coinciden en que la crisis ha disparado el n¨²mero de aspirantes. El Ministerio del Interior ha admitido abiertamente que la ley beneficiar¨¢ a aquellas empresas que han perdido terreno de negocio desde el final de ETA.
La colaboraci¨®n entre la seguridad p¨²blica y la privada es habitual en aeropuertos y ministerios y ech¨® a andar en los per¨ªmetros de 21 c¨¢rceles de toda Espa?a en mayo con un programa piloto del Ministerio del Interior. Las empresas de seguridad ya se responsabilizan tambi¨¦n de algunas cabalgatas, playas o urbanizaciones, aunque siempre con un per¨ªmetro delimitado.
Esta cooperaci¨®n ha provocado, por ejemplo, una reducci¨®n de un 90% de las falsas alarmas en la ¨²ltima d¨¦cada, seg¨²n datos de la Direcci¨®n General de Polic¨ªa. ¡°La empresa de seguridad instala sus sistemas de alarmas y cobra por ello; pero si suena, somos nosotros los que tenemos que acudir al lugar¡±, lamenta Benito. Para ahondar en esta tarea de supervisi¨®n y prevenci¨®n, la nueva ley permite que compartan informaci¨®n y la conexi¨®n de los servicios de polic¨ªa y las empresas privadas de seguridad para comprobar los datos en tiempo real. ¡°Se trata de una informaci¨®n de ayuda a la seguridad p¨²blica, pero no les convierte en agentes de la autoridad¡±, opina Eduardo Cobas, secretario general de la asociaci¨®n de las 12 principales empresas del sector.
Para ser vigilante hay que carecer de antecedentes, tener 18 a?os y la ESO
Cobas cita el caso Asunta, la ni?a gallega cuyo cad¨¢ver fue encontrado el 22 de septiembre en Galicia, como un logro de esta cooperaci¨®n. La cr¨ªa, que muri¨® tras una sobredosis de ansiol¨ªticos, seg¨²n la investigaci¨®n, fue grabada por una c¨¢mara de seguridad en el coche de su madre, Rosario Porto, lo que desmont¨® la versi¨®n inicial de esta, poni¨¦ndola en el centro de la investigaci¨®n.
El Ministerio del Interior insiste en que la actuaci¨®n de los agentes privados se basar¨¢ en la subordinaci¨®n respecto a la polic¨ªa y que la reforma solo da respaldo legal a una realidad que, de facto, ya se estaba produciendo. Para Sanz de Bremond, el salto es, sin embargo, cualitativo. ¡°Se busca equiparar a los vigilantes con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con lo que en la calle se est¨¢ dejando en sus manos la posibilidad de definir la situaci¨®n¡±, explica.
Adem¨¢s, considera que la ley es ¡°innecesaria¡± y redundante con el C¨®digo de Enjuiciamiento Criminal de 1992 seg¨²n el cual cualquier ciudadano que presencia un delito debe ponerlo en conocimiento de las autoridades, aunque la detenci¨®n queda en manos del funcionario. ¡°Un vigilante en unos grandes almacenes act¨²a con la Ley de Enjuiciamiento Criminal en la mano, no hace falta hacerlo patente en otra norma¡±, insiste. ¡°No les puedes equiparar a un polic¨ªa, pero tampoco a un ciudadano corriente¡±, replica Cobas, que insiste en que la regulaci¨®n actual deja sin protecci¨®n a los agentes en determinadas situaciones.
La reforma legislativa solo equipara a los vigilantes a agentes de la autoridad ¡ªuna demanda hist¨®rica del sector¡ª en el caso de que est¨¦n realizando una acci¨®n junto a la polic¨ªa y reciban una agresi¨®n. ¡°Este supuesto es conceptual¡±, zanja Sanz de Bremond, aunque puede convertirse en ¡°una justificaci¨®n de su agresi¨®n para justificar tu agresi¨®n¡±.
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