El cooperativismo abre la puerta a la regulaci¨®n de las prostitutas
El colectivo de Barcelona planea sumarse al modelo impulsado en Ibiza Ejercen por voluntad propia, son autoempleadas y cotizan a la Seguridad Social
Prostitutas por voluntad propia, autoempleadas, y con cotizaci¨®n en la Seguridad Social. Esta idea que a muchos les sonar¨¢ an¨®mala y a algunos hasta contradictoria es ya una realidad para 11 trabajadoras sexuales en Ibiza. Han logrado un hito: en noviembre del a?o pasado constituyeron una cooperativa en cuyo objeto social se incluye la expresi¨®n expl¨ªcita ¡°profesionales del sexo¡±. ¡°Que sepamos, no hay precedentes¡±, admite Cristina Garaiz¨¢bal, presidenta del Colectivo Hetaira, una asociaci¨®n que desde hace 19 a?os defiende la legalizaci¨®n de la prostituci¨®n en todas sus modalidades.
La cooperativa, llamada Sealeer, obtuvo su licencia a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de Comercio y Empresa (parte de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Competitividad) en Baleares. Les ha costado lo suyo pero ya es una realidad y tambi¨¦n un modelo a seguir: sus impulsoras estar¨¢n ma?ana en Barcelona para orientar a las trabajadoras sexuales de la capital catalana, en una charla organizada por Genera, una entidad sin ¨¢nimo de lucro que defiende los derechos de las prostitutas. Su portavoz, Clarisa Velocci, explic¨® que ¡°las necesidades de las trabajadoras de Barcelona pueden ser distintas de las de Ibiza, de manera que no se trata de copiar, sino de adaptar su experiencia¡±.
El primer paso para constituir la cooperativa ibicenca fue en 2012, pero la solicitud les fue denegada ¡ªprecisamente por ese ep¨ªgrafe incluido en el objeto social de la compa?¨ªa¡ª y solo tras presentar un recurso con la jurisprudencia existente lograron obtener el permiso. Las cooperativistas ya cotizan a la Seguridad Social; se dieron de alta como aut¨®nomas de una cooperativa, dentro de la categor¨ªa ¡°otros servicios personales¡±.
¡°Queremos luchar contra el proxenetismo¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez, presidenta y portavoz de Sealeer, y recalca que el objetivo de la empresa es asegurar la libertad de las trabajadoras sexuales. ¡°Pagan una cuota ¨²nica de 300 euros para cuatro a?os¡±, que va a parar al mantenimiento de la empresa y los salarios administrativos. ¡°Los beneficios se los llevan todos ellas¡±.
Las trabajadoras, que declinaron hablar con este peri¨®dico, no tienen que ganar un m¨ªnimo para pertenecer a la cooperativa, ni tienen condiciones de trabajo estipuladas por la empresa. Algunas trabajan en clubs, otras en sus pisos particulares o en otros lugares, seg¨²n les convenga. Para entrar deben tener la documentaci¨®n en regla, ser mayores de edad y no tener discapacidad ps¨ªquica. Adem¨¢s, aseguran tanto la presidenta como el gestor de la empresa ¡ªque tambi¨¦n paga cuota, como asociado¡ª, realizan controles ¡°muy exigentes¡± para asegurarse de que ninguna de las mujeres tiene a un proxeneta detr¨¢s y que ha elegido libremente dedicarse al trabajo sexual.
L¨®pez tambi¨¦n es cooperativista, aunque dio el paso solo por ¡°apoyo moral¡± para sus compa?eras, ya que es ama de casa. Las cooperativistas basaron su iniciativa en el libro La prostituci¨®n como trabajo aut¨®nomo, escrito por la juez Gloria Poyatos. En ¨¦l, la autora explica c¨®mo en 2009 ¡ªcuando a¨²n era abogada¡ª se hizo pasar por prostituta y, sin conocer ning¨²n precedente, se dio de alta en la Seguridad Social como trabajadora del sexo. ¡°Yo misma pensaba que me iban a decir que no. Y caus¨¦ sorpresa, pero me lo registraron¡±, explica por tel¨¦fono, reci¨¦n aterrizada en Ibiza desde Tenerife donde ejerce como magistrada, para ofrecer una conferencia sobre el tema. No lleg¨® a consumar el alta, sin embargo.
La magistrada, junto con Garaiz¨¢bal y Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez, intentar¨¢n ma?ana que su experiencia sirva para las trabajadoras sexuales de Barcelona, que desde hace meses se est¨¢n reuniendo con distintas cooperativas para dar el paso. Seg¨²n Velocci, organizadora del encuentro, ¡°es posible que el objetivo de las trabajadoras de Barcelona no sea regular la actividad, sino los servicios necesarios para desarrollarla¡±. En este sentido explic¨® que una posibilidad es constituirse como cooperativa para compartir los gastos de un local donde puedan llevar a sus clientes.
En Espa?a la libre elecci¨®n del trabajo est¨¢ recogida en la Constituci¨®n y vender servicios sexuales no es un delito en el C¨®digo Penal ¡ªa diferencia del proxenetismo¡ª que s¨ª lo es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.