¡°Es m¨¢s sensible quien hace cr¨ªtica social que quien pinta flores¡±
Yolanda Dom¨ªnguez ide¨® una iniciativa para que las mujeres ¡®registren¡¯ sus cuerpos El proyecto simb¨®lico surgi¨® para protestar contra la reforma de la ley del aborto
Las im¨¢genes de su ¨²ltima obra visual circulan ya por decenas en la Red. Fotograf¨ªas y v¨ªdeos que muestran a grupos de mujeres que alzan una solicitud impresa para inscribir sus cuerpos en el Registro Mercantil, como un bien de su propiedad. Desde el principio aparenta ser una escena poco casual. Pero no se trata de una forma de reivindicaci¨®n a secas. Yolanda Dom¨ªnguez, su creadora, explica que la simb¨®lica acci¨®n, ideada para protestar contra la reforma de la ley del aborto, buscaba crear una determinada imagen en la retina del espectador: la de aquellas mujeres registrando sus cuerpos. Dom¨ªnguez (Madrid, 1977) es artista visual y se dedica a eso: prepara acciones colectivas o genera situaciones inquietantes con las que busca impactar al espectador e implicarle en la propuesta. ¡°Son actividades de denuncia social. El arte es un espacio perfecto de denuncia. Y para hablar de lo que no se puede hablar¡±, incide.
Y en este caso, Dom¨ªnguez ¡ªque introduce en muchas de sus acciones la tem¨¢tica de g¨¦nero y la cr¨ªtica hacia los estereotipos que encorsetan a la mujer¡ª ide¨® esa acci¨®n para representar la reconquista de las mujeres de su propio cuerpo: "Hace mucho que nuestro cuerpo no nos pertenece. Pero esto ya es la gota que colma el vaso. El anteproyecto de ley del aborto restringe la capacidad de las mujeres de decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad".
Habla de su arte como una forma de cr¨ªtica social arrebujada en el sof¨¢ de un caf¨¦ cerca de su casa, en el barrio de Chueca. "La tarta de zanahoria tiene fama", aconseja con una sonrisa. Estudi¨® Bellas Artes, con un corto paso previo por Empresariales. Ese no era su sitio. Tampoco se sent¨ªa c¨®moda con sus primeras obras. O m¨¢s bien con lo que supon¨ªan. Comenz¨® pintando cuadros. ¡°Y no los vend¨ªa mal. La gente me los compraba para sus salones. Alguna vez incluso me preguntaron si pod¨ªa variar los colores... ?Eso no era crear, era decorar! No me serv¨ªa para comunicar", explica. "Los artistas somos seres sensibles y tiene m¨¢s sensibilidad alguien que hace cr¨ªtica social que quien se dedica a pintar flores. Y lo siento por Murakami", se r¨ªe.
Trat¨® de buscar lenguajes art¨ªsticos en los que se sintiera a gusto. As¨ª, empez¨® con el arte de acci¨®n. Y a difundir sus creaciones, sobre todo, en la Red. "Quiero llegar a todo el mundo. Mi fotograf¨ªa es para que otros las hagan, o para que circule por las redes. Me encanta el car¨¢cter colectivo del arte; antes eran actos sociales, pero el capitalismo lo ha enclaustrado. Entras en una galer¨ªa y parece que te tienes que santiguar. A m¨ª me gusta generar experiencias porque ya tenemos muchos objetos".
Algunas de esas acciones visuales o livings, que buscan la participaci¨®n adem¨¢s de una cr¨ªtica original, han tenido mucho ¨¦xito. Como Poses, en 2011, cuando situ¨® a mujeres en posturas extra?as en la calle para parodiar las im¨¢genes poco naturales de las modelos. Los v¨ªdeos de esas escenas ¡ªejemplo: una mujer paralizada con un bolso en la cabeza¡ª se han reproducido m¨¢s de 800.000 veces en YouTube. "?Lo mejor es que todav¨ªa me siguen llegando versiones caseras de Poses de todo el mundo!", se r¨ªe.
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