Volver al aula despu¨¦s de los 50
En las universidades espa?olas hay m¨¢s de 41.000 alumnos que superan esta edad Les anima el ansia de actualizar conocimientos, dominar las nuevas tecnolog¨ªas o aprovechar la oportunidad que en su momento no tuvieron
El placer del conocimiento, el ansia por aprender, la necesidad de relacionarse o de reciclarse profesionalmente, un deseo aplazado¡ Son razones poderosas que empujan a muchas personas que ya han superado los 50 a?os a plantearse volver a la universidad o a matricularse en ella por primera vez. En Espa?a hay actualmente m¨¢s de 41.000 alumnos s¨¦nior en los diversos cursos que imparten las universidades de mayores, acogidas bajo el paraguas de las p¨²blicas, y tambi¨¦n de algunas privadas, repartidas por todo el territorio nacional.
En el curso 1993-1994 se pusieron en marcha los primeros programas universitarios para personas mayores. Se trataba de dar respuesta a una demanda creciente de formaci¨®n del colectivo de estudiantes con 50 a?os cumplidos. ¡°A principios de los noventa se empieza a ver el cambio demogr¨¢?co en los pa¨ªses desarrollados. En concreto en Europa, el envejecimiento de la poblaci¨®n, el acceso a una mayor estabilidad laboral, las prejubilaciones, las conquistas sociales y, sobre todo, la democratizaci¨®n del conocimiento hacen que muchas personas, sobre todo mujeres, se planteen ir a la universidad. Fen¨®meno que tambi¨¦n se da en Espa?a¡±, apunta Concepci¨®n Bru, presidenta de la Asociaci¨®n Estatal de Programas Universitarios para Mayores (AEPUM) y directora del de la Universidad de Alicante.
Adem¨¢s de satisfacer ese deseo pendiente o actualizar conocimientos, estas personas estaban motivadas entonces, y ahora mucho m¨¢s, por el af¨¢n de aprender a utilizar las nuevas herramientas tecnol¨®gicas para poder acceder a la sociedad del conocimiento y de la informaci¨®n. Y, por supuesto, por aprovechar la oportunidad, que en su momento no tuvieron, de matricularse en un centro universitario sin ning¨²n tipo de exclusi¨®n, ya que no son necesarios estudios previos y tampoco hay l¨ªmite de edad, como pone de mani?esto el caso excepcional de Juan Garc¨ªa, un alumno de 102 a?os inscrito en la Universitat de Val¨¨ncia (UV) que, por ?n, ha conseguido cumplir su sue?o.
Mar¨ªa Natividad Recio, directora de la Universidad para Mayores de Alcal¨¢ de Henares, una de las primeras en implantar el programa, que cuenta hoy con m¨¢s de 1.300 estudiantes en sus cursos de humanidades y ciencias, destaca el interesante intercambio de experiencias y de conocimientos que se produce en las aulas: ¡°Hay alumnos que no tienen estudios, pero tambi¨¦n hay muchos licenciados, cada vez m¨¢s. Esta mezcla crea una din¨¢mica muy enriquecedora¡±. En esta universidad, la demanda aumenta cada a?o; incluso, apunta Recio, cuando terminan el programa, muchos alumnos se resisten a abandonar el campus.
Los estudios para mayores los siguen principalmente mujeres (en torno a un 60%), aunque cada vez se matriculan m¨¢s hombres.
Para Marcos Roca, director de la Universidad para Mayores de la Complutense de Madrid, con 1.800 alumnos, este tipo de ense?anza aporta una nueva modalidad educativa: la formaci¨®n universitaria de las personas mayores a lo largo de toda la vida, que el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior reconoce como un derecho. ¡°Es una tarea social de importancia creciente proporcionar a estas personas oportunidades, no solo para que ocupen su tiempo libre, sino para que puedan seguir activas intelectualmente¡±, argumenta Roca. Y a?ade que estos alumnos, a diferencia de los j¨®venes, no acuden a las aulas para obtener un t¨ªtulo que ser¨¢ necesario en su futuro laboral: ¡°Lo que desean es vivir la universidad y todo lo que les ofrece sin la premura o los nervios de unos ex¨¢menes ?nales o una ¨²ltima convocatoria. Buscan aprender por el simple, o en realidad no tan simple, placer de aprender¡±.
INQUIETUDES
Lo que mueve fundamentalmente al alumno mayor es la inquietud frente a un horizonte vital nuevo, se?ala Angelo Valastro, director de la Universidad de Mayores de Comillas. ¡°La edad adulta obliga a formularse preguntas frente a las cuales no siempre disponemos de los medios adecuados. El estudio de la literatura, la historia, el arte o la ?losof¨ªa ofrece instrumentos fuertes para comprender mejor el presente, para romper con valent¨ªa prejuicios que nos bloquean, para volver a mirar a nuestro alrededor con ojos distintos¡±. Adem¨¢s, subraya, no debemos olvidar que el compartir aulas y pasillos con los universitarios j¨®venes ayuda a relacionarse mejor con ellos y a fortalecer nuestras habilidades sociales.
La diferencia sustancial de este tipo de formaci¨®n de la que se imparte en los cursos habituales para alumnos j¨®venes es la ausencia de ex¨¢menes, puntualiza Valastro: ¡°Lo cual no signi?ca, ni mucho menos, que los alumnos mayores estudien poco¡±. De hecho, para el profesor, impartir clase a alumnos en muchos casos preparad¨ªsimos y siempre extremadamente motivados y exigentes constituye quiz¨¢ el reto m¨¢s complejo¡±.
En la inauguraci¨®n del actual curso acad¨¦mico del Programa Universidad para los Mayores (PUMA) de la Aut¨®noma de Madrid, que este a?o celebra su und¨¦cima edici¨®n, su director, Jos¨¦ Antonio P¨¦rez L¨®pez, dijo que el PUMA ofrece a sus estudiantes docencia por parte de los mejores profesores y permite desarrollar nuevas aptitudes y conocimientos, usar las instalaciones de la universidad y establecer nuevas relaciones. ¡°El objetivo del programa es dotar a los alumnos de una formaci¨®n b¨¢sica y actualizada en humanidades, ciencias y ciencias sociales, as¨ª como el intercambio intergeneracional y el desarrollo personal a lo largo de toda la vida¡±, recalc¨®. Estructurado en tres a?os acad¨¦micos, consta de 450 horas lectivas, 150 por a?o. Se completa con conferencias, visitas culturales, conciertos y visitas a lugares de inter¨¦s.
Los estudios universitarios para mayores se estandarizaron en Espa?a a ?nales de los noventa. Hoy se imparten en 54 universidades, y aunque las aulas siguen ocupadas principalmente por mujeres (en torno al 60%), cada vez son m¨¢s los hombres que se animan a matricularse.
Para coordinar estos estudios surgi¨® la AEPUM. Concepci¨®n Bru considera muy importante que estos programas adquieran el derecho que les corresponde dentro de la estructura universitaria. ¡°Son estudios espec¨ª?cos, como si fueran ense?anzas propias, pero no son o?ciales. Al ?nal se reconoce a los alumnos los estudios que desarrollan con un diploma acreditativo, pero no tiene validez profesional¡±.
Las universidades de mayores se han consolidado y es dif¨ªcil echar marcha atr¨¢s. Es un fen¨®meno que ya tiene vida propia. ¡°Estos programas suponen no solo una ayuda en el ¨¢mbito educativo; estamos trabajando en investigaciones sobre su impacto en la calidad de vida de las personas¡±, concluye Bru.
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