¡°Donde resurge el antisemitismo se fragua una tragedia¡±
El l¨ªder de los jud¨ªos espa?oles suma apoyos para el proyecto de ley que conceder¨¢ la nacionalidad a los sefard¨ªes
Acaba de escribir en esta p¨¢gina Manuel Vicent sobre los jud¨ªos sefarditas que a¨²n conservan, all¨¢ donde vivan por el ancho mundo, la llave de la casa que tuvieron que abandonar en 1492, expulsados de mala manera por los Reyes Cat¨®licos. ?Cinco siglos con la esperanza de volver y que a¨²n sirva para abrir la misma puerta en la misma casa! Isaac Querub lo ha vivido junto a un jud¨ªo franc¨¦s que viaj¨® a C¨¢diz, encontr¨® su casa, la compr¨® y rehabilit¨®, pero regres¨® enseguida a su vida en Par¨ªs. ¡°Vivi¨® el viaje con el amor que suelen tener los jud¨ªos cuando hablan de Espa?a. Hemos sido maltratados, pero nunca hemos sido rencorosos¡±.
Hijos de Sefarad, espa?oles sin patria. Isaac Querub era uno de ellos cuando sus padres decidieran en 1966 volver e instalarse en Madrid. Ven¨ªan de T¨¢nger (Marruecos), herederos de tatarabuelos, trastatarabuelos, pentabuelos¡, hasta remontarse a aquellos que tomaron la dr¨¢stica v¨ªa del exilio tras el edicto de 1492 que obligaba a convertirse o marcharse. ¡°En casa habl¨¢bamos espa?ol, pero estudi¨¦ en el liceo franc¨¦s y los amigos eran marroqu¨ªes. A Espa?a vinimos pocos. Durante el franquismo solo ¨¦ramos tolerados. Se hablaba de conspiraciones judeomas¨®nicas, o judeocomunistas, por ignorancia, por rescoldos de leyendas de la Iglesia cat¨®lica¡±.
Querub preside desde 2011 la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a. Su vida es puro ajetreo estos d¨ªas, metido en sumar apoyos para un proyecto de ley que esta semana o la pr¨®xima eleva el Gobierno a las Cortes para conceder la nacionalidad espa?ola a los sefard¨ªes que justifiquen tal condici¨®n. Suman varios cientos de miles, aunque reclamar¨¢n unos pocos miles. ¡°En todo caso, se salda una deuda que Espa?a tiene para con sus antiguos s¨²bditos, expulsados por el Edicto de Granada¡±.
Hay pasi¨®n en Querub cuando explica este proyecto y su gran repercusi¨®n en todo el mundo. ¡°M¨¢s que en Espa?a¡±, se sorprende. Lleg¨® a Madrid cuando ten¨ªa 10 a?os y ha crecido en el combate por su ser jud¨ªo, aunque sin descuidar la carrera empresarial, muy brillante. Con apenas 33 a?os ya era consejero delegado para Espa?a y ?frica de la multinacional suiza Glencore. Ahora vuela por su cuenta. Casado con una sefardita como ¨¦l, una vez que iba con su novia y unos amigos por la calle Lagasca, en Madrid, fueron atacados por un grupo de Guerrilleros de Cristo Rey. Unos, pistola en mano; los m¨¢s, con cadenas. ¡°Jud¨ªos fuera¡±, gritaban como bestias. ¡°Ya hab¨ªa muerto Franco, hac¨ªa a?os¡±. Es su peor recuerdo.
Llega al desayuno con la prensa le¨ªda, varios peri¨®dicos cada d¨ªa. Esa ma?ana destacan las fotograf¨ªas de dos j¨®venes: el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el cofundador de WhatsApp, Jan Koum. ¡°Son dos jud¨ªos, nadie lo subraya¡±. Lo supuso Einstein: ¡°Si mi teor¨ªa de la relatividad tiene ¨¦xito, Alemania dir¨¢ que soy alem¨¢n y Francia me llamar¨¢ ciudadano del mundo. Pero si mi teor¨ªa es equivocada, Francia dir¨¢ que soy alem¨¢n y Alemania me llamar¨¢ jud¨ªo¡±.
Querub cree que los jud¨ªos tienen motivos para estar enfadados con Dios, pero tambi¨¦n agradecidos. ¡°Solo se tiran piedras a los ¨¢rboles que dan fruto. Hemos vivido hacia fuera; lo que creamos, lo creamos para la humanidad. Nunca nos empe?amos en convertir a nadie, ni en conquistarlo. Somos como el p¨¢jaro enjaulado en una mina para detectar si hay gris¨². Donde resurge el antisemitismo se prepara una tragedia colectiva. Mire ahora en Ucrania o Venezuela¡±.
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