¡°Todos los esfuerzos se centran en controlar el agua radiactiva¡±
Ech¨¢varri insiste en que los efectos de Fukushima est¨¢n bastante controlados y en que no hay peligro para la salud p¨²blica
Tres a?os despu¨¦s del desastre de Fukushima, el peor de la historia nuclear tras Chern¨®bil, Luis Ech¨¢varri (Bilbao, 1949), director de la Agencia Nuclear de la OCDE, insiste en que los efectos del accidente est¨¢n bastante controlados y en que no hay peligro para la salud p¨²blica. Reconoce, sin embargo, que el agua contaminada sigue siendo un problema. La central a¨²n usa ingentes cantidades de agua para enfriar los reactores fundidos; agua que almacena en tanques que han sufrido fugas. ¡°Est¨¢n haciendo un esfuerzo important¨ªsimo, con unas 3.000 personas dentro y retenes de otras 200 para emergencias. Toda su atenci¨®n se dedica al agua y ahora preparan una serie de barreras para evitar que se filtre y acabe yendo al mar¡±, explica por tel¨¦fono.
Ech¨¢varri visit¨® Fukushima en enero, y forma parte de un equipo que asesora a Tepco, la propietaria de la central, en la descontaminaci¨®n. Asegura que all¨ª vio ¡°controles exhaustivos¡± y ¡°personal cualificado¡±, por lo que no da credibilidad a los reportajes sobre la contrataci¨®n de sin techo para trabajos de limpieza. ¡°No descartar¨ªa que en alg¨²n pueblo, fuera de la central, se hubiera contratado para labores de descontaminaci¨®n a alguna persona con un perfil menos cualificado¡±, concede.
Fukushima sigue inyectando 400 toneladas de agua a diario. Los tanques tienen capacidad para 1.000, as¨ª que cada dos d¨ªas y medio se llena uno. ¡°Tuvieron problemas con los primeros tanques porque no eran tan buenos como los de ahora y se montaron rapid¨ªsimamente¡±, se?ala Ech¨¢varri. ¡°Lo importante ahora es que el nivel de radiaci¨®n en el mar, fuera del peque?o puerto de la central, es pr¨¢cticamente el que hab¨ªa antes del accidente¡±, a?ade, y repite que "no hay un problema de salud p¨²blica". Admite, eso s¨ª, que las noticias sobre las fugas ¡°han tenido un impacto en la opini¨®n p¨²blica en el sentido de que parece que no se est¨¢n controlando las cosas¡±.
Lo importante es que la radiaci¨®n en el mar es casi la que hab¨ªa antes de la crisis
Ingeniero de formaci¨®n y con cuatro d¨¦cadas de experiencia en el sector nuclear, asegura que la principal lecci¨®n de Fukushima es que la naturaleza puede rebasar cualquier previsi¨®n. ¡°El accidente viene de un se¨ªsmo y un tsunami de una dimensi¨®n que no se previ¨®. De hecho, el tsunami mat¨® a 19.000 personas. Hemos aprendido que el an¨¢lisis de las localizaciones y los dise?os tienen que hacerse bajo esa perspectiva, la de lo que la naturaleza puede hacer. Y que las centrales deben estar supervisadas por un regulador independiente, con capacidad y autoridad. El japon¨¦s no era totalmente independiente de la promoci¨®n nuclear¡±, se?ala.
Hubo errores, admite. La central tendr¨ªa que haber estado mejor protegida, y quiz¨¢ ni siquiera deber¨ªa haberse construido all¨ª. ¡°Si hubiese estado un poco m¨¢s tierra adentro, a unos 15 o 20 metros de altura, este tipo de accidente no hubiese pasado¡±. Fall¨® la contenci¨®n y el suministro el¨¦ctrico. ¡°Efectivamente, la central adolec¨ªa de una evaluaci¨®n de seguridad rigurosa¡±. Tampoco Tepco estuvo a la altura: ¡°No estaba preparado para un accidente de esta magnitud, ni ten¨ªa previsto c¨®mo actuar ni c¨®mo reforzar a los equipos internos, ni c¨®mo proporcionar, si fuese necesario, alimentaci¨®n el¨¦ctrica exterior y refrigeraci¨®n. Todo eso se tuvo que improvisar¡±, se?ala.
A Fukushima le quedan a?os, o m¨¢s bien d¨¦cadas, para dejar de ser un problema. ¡°La retirada del combustible da?ado no empezar¨¢ antes de seis o siete a?os y llevar¨¢ otros 15 m¨¢s. Se necesitar¨¢ tecnolog¨ªa rob¨®tica, porque a muchos lugares no se puede acceder por la alta radiaci¨®n. Va a ser un proceso lento¡±, concluye.
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